sábado, 27 de octubre de 2012

UNA HISTORIA DE PÁNICO (1)

Muñeco del terror
Noroeste de Francia, finales de agosto de 1990, alrededor de las 03:00 PM, noche oscura sin luna ni lluvia. Viajo entre Midlands (me encanta ese nombre, en UK) y Bilbao, regreso al continente por el Canal de la Mancha y estaría más o menos casi a mitad de camino entre Calais y París. Conduzco por una autopista que ya hace un rato dispone de tres carriles en mi calzada, recuerdo la carretera oscura, luego no habría farolas o muy pocas. Tampoco había tráfico, nadie a la vista ni delante ni detrás, así que podía mantener  el alumbrado de carretera (cuatro faros) casi de continuo, aunque hubo una excepción. La autopista estaba en buen estado -las carreteras de Francia son las mejores que conozco- el terreno prácticamente llano y las curvas tan solo eran una recta un poco torcida, voy entre 150 y 160 km/h cómodo y fresco, con menos velocidad, dadas las condiciones, me quedaría profundamente dormido; el coche también iba a gusto. 

Alcanzo un punto en el que empiezo a ver señales de obras, poco después, una larguísima y muy progresiva hilera de conos elimina el carril derecho (por el que iba), bajo algo la velocidad y refuerzo mi atención pero como no se aprecia un solo punto de luz ni tampoco el más mínimo indicio de que estén trabajando en la carretera, comienzo a recuperar algo de velocidad. Más o menos en ese momento, veo unas luces por detrás, aún quedan dos carriles y un coche se acerca muy rápido, es un Mercedes clase E con matrícula francesa -creo- porque me pasa en un visto y no visto, estimo que iría alrededor de los 200 km/h. Muy poco después de adelantarme, otra hilera de conos, también muy progresiva corta el carril central, puedo ver que las luces del Mercedes pasan la zona de obras, aparentemente a la misma velocidad a la que me había adelantado, desde luego, sus luces de freno no se encienden en ningún momento, con este dato, que valoro tan objetivo como significativo, entiendo que la señalización es exagerada y que mantenerme a la velocidad máxima permitida o poco más, puede resultar claramente contraproducente y peligroso si aparece otro como el Mercedes pues ya estoy en el carril izquierdo encajonado entre el guardarraíl de la mediana y la línea de conos que, al contrario de lo que suele verse en España, están todos pegados unos a otros y son bastante grandes, así pues, decido recuperar velocidad y salir de ahí cuanto antes, ya queda poco, el coche anterior fue una excelente referencia. 

No te guardo rencor...
Entonces, veo algo en la mediana... ¡Es un hombre! Miro atrás (gracias a Dios no hay nadie a vista) y al mismo tiempo empiezo a frenar con toda mi alma -recuerdo perfectamente (acabo de verlo) que el Mercedes no frenó en ningún momento, luego, doy por supuesto, que es un loco que se quiere suicidar y tiene muy pocas posibilidades de lograrlo si no es conmigo (estoy solo y no hay tráfico)- desde que empecé a frenar sólo quité un mínimo de presión cuando tuve indicios de bloqueo, aproximadamente calculo que llegaría al punto en el que estaba ese hombre en torno a los 40 km/h, él sigue en la mediana, si se mantiene ahí no pasará nada, pero también creo que si está ahí es para aprovecharme como verdugo. ¡Es imposible que me detenga a tiempo! Si me lanzo hacia los conos (lo más blando), seguiría su trayectoria y ese loco seguramente intentaría alcanzarla, si no... ¡¿Qué demonios pinta un hombre en la mediana de una autopista vacía a las tres de la madrugada?! Sin duda, lo mejor sería dirigirme hacia el espacio que él deje, pero está la mediana, como toque el guardarraíl el accidente será grave... Pero es que aunque lo atropelle a 40 lo voy a matar. ¡No, no puede ser! Me estrello, pero como quede vivo le mato a puñetazos o con los dientes si hace falta, eso es otra cosa; bueno, es un decir, claro, una válvula de escape en realidad, pero libera tensión. ¡Dios mío! ¿Será posible?...

Pero es imposible olvidarte.
Puede parecer que estoy tomando notas para una novela pero cualquiera que haya vivido una situación límite sabe que en poquísimo tiempo la mente es capaz de trabajar con extraordinaria rapidez y luego archiva su labor. Además, este relato lo he contado desde el mes de septiembre de aquel año, siempre, en clase de teórica; en cierto modo tengo testigos. También se pasó por mi cabeza que, aunque estrellándome lo atropellara de rebote o porque me coordinase mal, pasaría sabe Dios cuántos años en una cárcel de Francia y, ni sé francés, me decía, idiota, qué poco aprovechaste las clases de francés en el Bachiller... Por supuesto, en todo ese tiempo, tan corto y tan largo a la vez, el corazón me latía rapidísimo y me empapé en sudor sin sentir nada de calor.

Hubo un momento, poco después de empezar a frenar, en que el hombre movía un brazo (el izquierdo) y también llegué a pensar que igual era un peculiar modo de hacer autoestop, pues no había ningún vehículo detenido a la vista ni espacio dónde poder situarlo, por lo que descarto que estuviese pidiendo ayuda. Casi al final del angustioso trance, percibí que el movimiento de ese brazo no era humano... ¡No era humano! Demasiado mecánico y regular... ¡¡¡ES UN MANIQUÍ!!! Vestido de obrero con casco y todo... ¡Maldita sea! Les puedo asegurar que miré a ver si me podía parar fuera del carril en algún punto: quería prenderle fuego. Sí, fue lo primero que se me pasó por la cabeza cuando me di cuenta del engaño. Pero no, no había espacio alguno en el que pudiese detenerme, así que continué aliviado. ¡Muy aliviado! En el primer área de servicio paré, descansé, di gracias a Dios, fumé un cigarrillo que me supo a gloria y seguí viaje hacia Bilbao sin más novedad. Todavía es el día de hoy en que recuerdo aquel suceso como uno de los sustos más grandes de mi vida como conductor y cada vez que veo esos muñecos me dan ganas de convertirme en pirómano. Pero me contengo, me contengo...

¡Torero! De qué buena gana te embestía... Lástima de Far West y cuernos en el capó.
A estas alturas, seguro que todos ustedes conocen estos muñecos a escala 1:1. En 1990 yo no tenía ni la más remota idea de que existiera algo tan perverso, de hecho, pasaron unos cuantos años hasta verlo en España. Este tipo de “señal” pertenece al grupo de la “señalización circunstancial”, pero ni actualmente aparece en los manuales de las autoescuelas ni en ningún BOE, que yo sepa. No sé si en Francia se advierte de este tipo de señales a los conductores, aquí no, y deberían hacerlo: pueden causar accidentes muy graves e imagino que no habré sido el único que se ha llevado un susto de muerte con esta especie de muñeco del terror, puede producir hasta infartos. De todos modos, es el día de hoy que no acabo de ver las ventajas de esos maniquíes: Si no se conocen, malo; si se sabe que existen, pierden su carácter disuasorio y quizá provoque que, alguna vez, se confunda a un hombre de verdad con ellos y se le ponga en grave peligro de ser atropellado, sufrir un golpe por alcance, perder la trayectoria, etcétera.


Siempre que hablaba de las señales circunstanciales y de las zonas en obras durante las clases de teórica, decía a mis alumnos que, en esos lugares, debíamos mantener la guardia muy alta porque nunca sabemos realmente con qué nos podemos encontrar ni qué nueva “señal” se habrá acabado de inventar algún ingenioso iluminado de mente retorcida y maquiavélica. Avisaba de la posibilidad de encontrarnos con cosas nuevas cuando están trabajando en la carretera años antes de sufrir este tremendo susto, porque hubo otro...

Esteban

16 comentarios:

  1. Buenos días, entiendo el mal rato que pasaste, pues la primera vez que lo vi, a mi también me dio un buen susto, menor que el tuyo, pues la distancia del maniquí a mi carril era mayor, pero, ahora pensándolo bien, ¿a que te hace aparecer una sonrisa en la cara?
    Si queremos ser mal pensados, esos maniquíes, lo único que hacen es quitar un puesto de trabajo, aunque si quisieran usarlos en su debido momento, su utilización debería ser en horas que los trabajadores estén descansando, noches y festivos y fines de semana, pues como todos sabemos, siempre son las personas que en cada momento estiman como está la circulación, sus circunstancias, y los peligros que en las obras nos podemos encontrar, las que deberían empuñar las banderas y aconsejarnos e indicarnos si debemos disminuir la velocidad, y en que grado de disminución.
    Por lo tanto, abogo por las personas como señalización en estos tramos, pero cuando termina su jornada, aprovechemos esos muñecos diabólicos para no dejarnos huérfanos de señalización a los pobres conductores, asustados y amedrentados ante tamaños artilugios, jeje

    Ahh, y que a su vez los incluyan en el grupo de señalización circunstancial, que como has comentado, no se hace ninguna referencia a ellos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes, Joaquín:
      Más que una sonrisa: una carcajada. Claro que a toro pasado... Pero el toro era yo, demonios. La verdad es que en las clases de teórica pasábamos un buen rato con esta historia, se reían a gusto de mí y yo con ellos, pero sin perder de vista la moraleja: llevar la mente abierta a todos los vientos, siempre es bueno, también en la carretera, e imprescindible en las zonas en obras.
      Celebro mucho tu comentario, porque aunque parezca increíble, eres la primera persona que conozco que también ha sufrido un buen susto con estos muñecos. Y celebro aún más que no hubiese tenido ninguna mala consecuencia, pero, ahora que pienso en ti -no me había dado cuenta antes-, ¿te imaginas ese susto yendo en moto? No sería nada raro que se diese la paradoja de que un motorista acabe en el suelo tumbado por un muñeco que ni le toca.
      Estoy contigo en preferir a personas para la señalización de las obras (aunque alguna que otra vez -sin duda también lo habrás sufrido- algunos operarios parece que quieren hacer sombra a José Tomás). También comparto contigo la idea que, de utilizar estos maniquíes, lo suyo es hacerlo en los periodos de descanso y cuando no se está trabajando, sin embargo, curiosamente, cuando se para la obra ¡se los llevan! ¿Quizá para que no los roben o se lleven la batería que alimenta esos brazos mecánicos? He visto pocas veces estos muñecos por España, pero siempre que los vi es cuando están trabajando, últimamente los veo con frecuencia en un tramo de la N-634 entre Unquera y casi Llanes.
      Dudo mucho que sean necesarias este tipo de “señales”, pero al menos que avisen, por Dios. Nos puede costar la vida.
      ¡Muchas gracias por la visita! ¡Un saludo!

      Eliminar
  2. ¿Y qué quiere decir un muñeco con una bandera roja?
    ¿Que la vía está cortada? No he visto ni he oído hablar de esto en mi vida. Es que creo que la mitad de personas, viendo eso a las 3 de la mañana, se pensarían que se trata de 'un truco' para hacerte parar y robarte el coche.

    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Elisa:

      Pues... que bajemos la velocidad y aumentemos la atención, eso entiendo yo. Vía cortada seguro que no, tiene señal específica (barrera fija).
      Te creo, por supuesto, pero me sorprende que nunca lo hayas visto porque en Barcelona y alrededores hay muchísimas calles y carreteras, está muy poblado, hay muchísimos vehículos... Tiene que haber obras casi constantemente, pero bien puede ocurrir que no coincida o que apenas se utilicen estos muñecos, y, hablando de muñecos, por lo menos podían ser tipo Playmobil, al menos no nos pondrían a punto de infarto. Por cierto, podría escribir Àlex a Alemania y ofrecerles la idea, tendrían otra vía de negocio con publicidad gratuita incluida, no sé, se me acaba de ocurrir.
      La posibilidad del robo no me vino a la mente, se me pasó por la cabeza lo que dije. Estaba convencido de que era un suicida y, desde luego, nunca hubiera imaginado que alguien me utilizase como arma, claro que no hubiese sido nada personal, verdad, ni nos conocíamos...

      Hablando de robos, hasta ahora, siempre que alguien me ha pedido ayuda he parado. Sistemáticamente, estoy mentalizado así, pero conviene tomar precauciones porque se han dado, se dan y se darán más casos. Pero es un tema difícil, se puede parar un poco alejados, observar unos segundos, utilizar el teléfono... Declinar la ayuda que nos ofrezcan “buenos samaritanos” que nos dicen que tenemos una rueda pinchada (gracias pero ya me doy cuenta). De todos modos, si lo hacen bien es muy difícil evitar el asalto; conozco un camionero que en los 90 se encontró en carretera a Madrid y en la provincia de Burgos un hombre y una moto tirados en medio de su carril, se detuvo, claro, convencido de que era un accidente pero cuando se acercó al motorista éste se levantó muy sano y de la cuneta salió otro que estaba escondido y le robaron tranquilamente. No veo forma de evitar una cosa así, salvo que antes de bajar del camión se llame al 112; pero en aquel tiempo todavía no andábamos con teléfonos móviles. Creo que es fundamental imaginar situaciones de este tipo y tener preparadas posibles soluciones sin asumir el riesgo de negar nuestra ayuda a quien verdaderamente lo necesite. En fin: ¡Suerte, vista y al toro!

      ¡Saludos!

      Eliminar
    2. Pues desde luego Esteban que tenemos muchas obras, pero ¡yo no he visto en mi vida esos muñecos!
      En la ciudad donde está la sede de la Playmobil hay muchas indicaciones que son un poste, encima del cual hay un 'playmobil' grande, que normalmente indica cuántos minutos hay hacia el pueblo o hacia el parque. Están muy bien, la verdad es que le da un aire muy acogedor al pueblo.
      Es desde luego muy complicado lo de ayudar. Yo desde luego ayudaría, pero llevando niños a bordo la situación aún es más delicada. Creo que me pondría lejos, cerraría todas las ventanillas y llamaría al 112 antes de hacer nada más. Es realmente una situación muy muy complicada.
      Gracias por hacernos pensar!

      Eliminar
    3. Me parece razonable deducir que, si viviendo tú en Barcelona nunca has visto ni sabías nada de estos muñecos, debe haber muchas personas que tampoco los conozcan ni sepan de su existencia. Debía de haberlo imaginado y escribir antes sobre ello porque el susto que pueden dar es terrible, me arrepiento de no haberlo hecho antes. Ahora que lo sabes Elisa, y con tu actitud, seguro que no te sorprenderán cuando los veas.
      Ha de ser muy hermoso ese lugar de Alemania y espero conocerlo, desde luego.
      Sobre algunas de las cosas que pueden ocurrir en la carretera me da miedo dar pautas concretas sobre la forma de actuar porque podría pasarle algo malo a alguien que las siguiera al pie de la letra; no es tu caso, claro. Pero podría suceder, y algunas cosas son muy relativas y exigen flexibilidad e improvisación; habría que estar ahí. Desde luego, no es lo mismo ir solo que acompañado, en el primer caso se pueden asumir más riesgos, pero con niños hay que extremar la cautela. Lo que tu dices me parece muy bien, añadiendo el boqueo de puertas (seguramente ya lo harás de forma sistemática), pero hay que ser consciente de que el hecho de parar, en sí, ya nos hace algo vulnerables. También se podría fingir que se sigue como si nada y parar donde no puedan vernos para pedir ayuda, claro que si queremos o tenemos que volver, quizá no sea posible... se interprete como una denegación de auxilio... En un momento dado una persona puede asumir hasta un riesgo de muerte, pero no se puede indicar a nadie que haga lo mismo.
      Respecto a lo de pensar, agradezco enormemente tus palabras, y con emoción. A parte de la dedicatoria, como bien sabes, es la primera palabra que escribo en el libro: pensar. Es que he tenido mucha suerte y por partida doble: en casa vi muchísimas veces cómo se ejerce el pensamiento crítico (desde niño) y, además, tuve la fortuna de coincidir con varios excelentes profesores (incluido el del bofetón) que incidían mucho en eso: pensar.
      Moltes gràcies!!!
      ¡¡¡Saludos!!!

      Eliminar
  3. Por cierto que veo que vas a ir al salón del automóvil. No sé si verás algo de los Mazda automáticos, pero si lo ves, coméntame, por favor.

    Saludos,

    Elisa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. OK, Elisa! Sí, estaré con el libro en un stand, si Dios quiere. Me gusta poner esta coletilla y lo hago siempre acordándome del chiste del maño -no lo puedo evitar- al que Dios convierte en rana por no añadirla cuando le pregunta a dónde va y el maño responde tan solo: ¡A Zaragoza!
      En general, Subaru y Mazda son los japoneses que más me gustan. En Subaru, mi preferido es el Outback (aunque me gustaba más cuando llevaba reductora) y en Mazda el MX-5, un auténtico clásico sin ninguno de sus inconvenientes.
      ¡Saludos!

      Eliminar
    2. Hola Esteban:

      Pues te deseo mucha suerte con el libro!! ¡Vaya, espero que mucha gente lo pueda disfrutar! La verdad es que cuando lo compré-en esa época compraba todo lo de conducción que encontraba-no pensé que fuera a econtrarme algo tan sensato, bien fundamentado y útil. Siempre he dicho que fue leyéndolo que hice el 'click' para perder el miedo y comenzar a aprender.
      Si tengo que hacerte propaganda, no lo dudes!
      No veo muchos Mazda pero un buen amigo mío está muy contento con esta marca. La verdad es que nunca he subido en uno, pero siempre he tenido curiosidad porque los anuncios de coches que más me han gustado son de Mazda, cuando sale el ingeniero hablando con tanta sensibilidad de cómo es el coche... En cambio, hay marcas con mucha reputación que tienen anuncios que realmente echan para atrás. Piensas: ¿esto es todo lo que saben transmitir de lo que fabrican? ¡Pues que vulgar!
      El Mazda MX-5 es una preciosidad, desde luego, creo que el más bonito de los descapotables que he visto...pero es un biplaza, no?
      Saludos y suerte en el stand!

      Eliminar
    3. Efectivamente, el MX-5 es un biplaza. Y sí, es precioso. Tampoco he ido nunca en un Mazda, pero llevo muchos años leyendo sobre coches y me gustan; también es muy cierto lo que dices sobre la publicidad y recuerdo el anuncio que mencionas: muy bueno.
      Respecto a la propaganda... Ya me la haces, ya. Te lo agradezco enormemente, Elisa, y tu constante atención e interés, tus comentarios... Me alegra muchísimo que el libro te haya sido útil, lo que dices de él y mi trabajo, es mucho más que un sincero halago: es un tesoro.

      MOLTES GRÀCIES, Elisa!!!

      ¡¡¡Saludos!!!

      Eliminar
    4. Hola Esteban:

      Encontré el vídeo de ese anuncio:

      http://www.youtube.com/watch?v=CkbUDZ6XZJQ

      En mi opinión, el mejor anuncio de coches que he visto nunca!

      Y lo del libro... ya sabes que no halago por halagar. Creo que
      es responsabilidad de todos (mía incluida) que el trabajo de los que realmente 'saben' se propague.

      Saludos!

      Eliminar
    5. Lo sé, lo sé... De ahí que tus palabras adquieran mucho más valor. Moltes gràcies, Elisa!!!

      Bona nit! ¡Saludos!

      Eliminar
  4. De hecho hay más vídeos de Mazda en

    http://www.mazda.es/historias/?overlay=0

    Están muy bien y las explicaciones son muy buenas. Tengo una tía a la que quiero mucho y que vivió muchos años en Japón. Siempre me ha hablado muy bien de los japoneses y de su carácter, que ella aprecia mucho. Quizás es por ello que encuentro estos anuncios tan bonitos.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy curioso lo de tu tía, ha tenido que ser una auténtica pionera.
      Todavía no he visto los vídeos, francamente, pero los disfrutaré pronto. Seguro. Y te agradezco mucho los enlaces, ocurre que en estos días estoy muy liado con lo del salón del automóvil y alguna otra cosa más.

      Moltes gràcies!!! ¡¡¡Saludos!!!

      Eliminar
  5. Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tu visita. ¡Bienvenida! Y por tu comentario.

      Un saludo.

      Eliminar