martes, 31 de marzo de 2015

DÍAS DE RADIO, ENERO 2015 (y 4) -VIOLENCIA EN LA CARRETERA-

Antes de nada, y aunque sea brevemente, comentaré dos asuntos de la entrada anterior que había dejado para esta con el fin de centrarme en el aspecto que me parecía más importante: el miedo a conducir o amaxofobia. Son los siguientes:

Coches baratos.

No es la primera vez que hablamos sobre esto en la radio, y sigo pensando lo mismo, puesto que no he descubierto nada que haga cambiar mi opinión, en general, bastante desfavorable hacia estos coches nuevos que se venden a precios notablemente más bajos que sus modelos equivalentes de otras marcas, u otros modelos de la misma marca.
No sólo son las formas, sino las aleaciones, las distintas combinaciones de metales,
la resistencia de los materiales, las soldaduras, el tiempo de estudio que se emplea... y un sinfín de
detalles más, los que pueden marcar unas notables diferencias entre cómo
libera energía una estructura u otra en caso de colisión.
Fuente: www.gaddi.com
La diferencia en el precio, necesariamente, ha de obedecer a alguna razón y, generalmente, en su mayor parte se debe a que cuesta menos construirlos, muy probablemente, porque no gocen de la misma calidad y criterios con los que se fabrican sus “primos” homólogos. Considero muy significativos los estudios que realiza Euro NCAP, y creo que es muy recomendable consultarlos cuando pensamos seriamente en comprar un coche pues parece que el mayor ahorro se logra en materia de seguridad pasiva, en cosas que no se ven pero que tanto tienen que ver con la disipación de energía que puede lograr un modelo u otro ante la posibilidad de un accidente. Cuanta más energía se libere en trabajo de deformación del vehículo, menos llega a los ocupantes, disminuyendo así, en principio, el número y gravedad de sus lesiones.

En mi opinión, y generalizando, porque siempre está presente la posibilidad de que ignore algún modelo, los coches “low cost” me parecen caros, pues es posible comprar modelos superiores usados y en buen estado a menor precio; personalmente, prefiero esta última opción. 

¿Controlarán la velocidad de los peatones?

No, rotundamente. España es muy surrealista, pero tanto... Este es uno más de los muchos ejemplos que, desafortunadamente, nos ofrecen los medios de comunicación sobre sacar unas normas de contexto (y bastante lógicas, por cierto, si se piensan bien) y hacer llamativos titulares con ellas.


CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 28-1-2015.


  • Visito con GetxoBlog la Colección Miguel de la Vía
  • Relato del señor Mejías sobre un suceso violento en el tráfico. 
  • Un jubilado sufre heridas leves al chocar con varios coches en Getxo.
  • Un oyente pregunta por el teléfono de la Jefatura Provincial de Tráfico de Vizcaya. Por cierto, es este: 944 421 300.
  • Una oyente comenta que en una ocasión se le “enredó” el pie entre la alfombrilla y el pedal del embrague. 
  • La Ertzantza analizará las pruebas de drogas. 
  • Juego interactivo presentado por Tráfico del Gobierno Vasco. 
  • Los coches que compran los vascos. 
  • Un coche se sube a la rotonda de Pío X en Deusto, Bilbao. 
  • Otro oyente dice que se ven muchos Audi y Mercedes.

Violencia en la carretera.

Acabaré escribiendo sobre esto más extensamente en otro momento, hoy quiero resaltar un ejemplo que me parece perfecto para que todos tomemos nota y, llegado el caso, actuemos de igual modo que su protagonista: el señor Mejías, asiduo oyente de esta emisora y a quien considero un amigo, por ello, y por lo que le conozco, no tengo ninguna duda de que la historia que dejaré aquí a continuación es cierta, a pesar de no haber sido testigo de la misma. 

La ira es una voraz termita de nuestra atención.
Aunque no actuemos -primer dibujo por la izquierda- nos mina por dentro,
de ahí que sea imprescindible manejar bien su control y de verdad.
Es difícil, pero resulta vital que lo logremos.
Fuente: descargarwarez.com
Me la escribió él en mi página de Facebook. Antes, sólo recordar lo que tantas veces he dicho y digo a mis alumnos: “En una pelea siempre perdemos; si nos va bien, porque seguramente acabaremos en una comisaría, juzgado, o hasta en la cárcel; si nos va mal, en un hospital o en un cementerio.” Luego mejor mantenemos a la particular bestia que todos llevamos dentro encerrada bajo siete llaves. Quiero insistir en el “todos”, pues también la tiene esa persona que nos parece mucho más pequeña y débil que nosotros. Esta es la historia:

A ver, lo que te quería comentar de los nuevos conductores es lo siguiente: El otro día iba una chica con su coche y su “L” y pecaba de ir un poco lenta, pero joder, ya te lo esta avisando con su “L” que es novata, como hemos sido todos.


Bueno, pues un señor con su Mercedes achuchándola, pitándole... yo que sé. Llegamos a una rotonda, la conductora la HIZO BIEN, se fue a su carril derecho e iba bordeando la rotonda; pues el del Mercedes pasó de carril en carril pitándole y diciendo disparates, total, que la chica terminó subiéndose al bordillo. Yo en un momento dudé... me voy a por el del Mercedes, le cruzo la furgoneta y le rompo la cara o me ocupo de la chica que hasta se le caló el coche. Me dio por lo segundo, me acerqué al coche y le dije: “tranquila no es culpa tuya, tú ibas bien”; me dijo “se me ha parado y ahora no arranca”, con las lágrimas en los ojos. Le dije: “¿Gasolina o gasoil? Vale mejor, estos no se ahogan, quita el contacto totalmente, apaga el coche, ahora enciende sin dar al arranque, vale, ahora arranca”. A la primera. Le cambió la cara, nos dimos la mano y hasta otra. 

A LO QUE VOY: Cuando veamos una “L”, por ahí hemos pasado todos, no seamos abusones y pónselo lo mas fácil posible, es de muy mal conductor avasallar, insultar... y poner de los nervios a un conductor que acaba de coger el coche por primera vez. No le incites a correr, pues aún tiene pocos kilómetros, déjalo en paz y cuando puedas lo adelantas, lo mismo con los coches de autoescuela, y cuidadín si ves a más de tres personas dentro pues se puede estar examinando, y que tú le pites o le distraigas, puede suponer suspender, entonces también respeta a los coches de autoescuela que lo que van dando es una clase para un nuevo conductor como fuiste tú en un tiempo. Gracias.

Accidentes de Pío X y Getxo.

Los mencioné en la entrada anterior, pueden verlos aquí y aquí. Son dos tipos de accidentes que parecen muy excepcionales en vía urbana, casi imposibles y muy aparatosos, pero en realidad, no son tan raros y cada vez menos. Basta con andar por la calle y observar un poco, para darse cuenta de que el nivel de conducción, en general, es demasiado bajo, si añadimos que en las vías urbanas todo el mundo da por hecho que, en el peor de los casos, sólo podemos tener un pequeño golpe de chapa porque se va “despacio”, las cada vez más numerosas distracciones a causa del mal uso del teléfono, el famoso “total, para ir de aquí ahí”, el exceso de confianza de conocer y repetir la misma ruta una y otra vez sin darse cuenta de que las circunstancias son siempre diferentes, y estas son las que mandan. 

¿No tienen la impresión de que sucesos similares ocurren
demasiadas veces y que van en aumento?
Fuente: www.diariodeleon.es
No es extraño que alguien se asuste mucho ante una situación concreta, sobreactúe, entre en pánico, pise el acelerador en lugar del freno, a fondo, en una marcha corta, y el coche logre una aceleración brutal con la que se puede sufrir y causar mucho daño al vencer resistencias que suelen parecer imposibles de salvar. 

Por poca experiencia que tenga un profesor de autoescuela, ha visto muchas veces estas cosas en las clases prácticas; para los que llevamos más tiempo, curiosamente, es más novedoso, pues las hemos visto muy poco en el siglo anterior; también es mucho más de estos tiempos, comprobar que bastantes conductores manejan repitiendo los mismos errores que cometían estando en la autoescuela, pero ahora van solos y sin doble mando.

Hay un hábito que se debe arraigar desde la autoescuela: llevar el pie derecho al freno siempre que se suelte el pedal del acelerador. Muchas veces será un gesto inútil, pero no tiene más inconveniente que volver a cambiarlo de sitio; a cambio, no pocas veces, ese gesto, por sí sólo, nos evitará accidentes. Es más, haremos lo correcto, por más miedo que tengamos: clavar el freno.

Esteban


martes, 24 de marzo de 2015

DÍAS DE RADIO, ENERO 2015 (3) -AMAXOFOBIA O MIEDO A CONDUCIR-

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 21-1-2015.


  • Dos de cada seis personas que logran el carnet sienten miedo a ponerse al volante. 
  • La DGT rebaja el margen de error de sus radares fijos y móviles sin previo aviso. 
  • La asociación Mutua Motera ha anunciado una campaña de denuncia de radares ilegales y peligrosos. 
  • La DGT quiere limitar la velocidad del peatón y el Consejo de Estado... 
  • Los fabricantes apuestan por vehículos de bajo precio o low cost. 


MIEDO A CONDUCIR O AMAXOFOBIA

Tengo la impresión de que el miedo a conducir y la amaxofobia se han puesto de moda, que existe hasta un cierto reconocimiento social y una empatía del grupo hacia el individuo que admite albergar este temor, otra cosa muy diferente es cuando estamos en nuestro pequeño círculo de familiares, amigos y compañeros; me temo que en esto, como en tantas otras cosas, existe una diferencia notable entre la actitud social -generalmente impuesta por los medios- y la real. Un ejemplo muy claro es lo que a nivel general se piensa sobre el racismo: somos una sociedad plural, igualitaria, etcétera; y otra muy diferente lo que se puede escuchar sobre el tema en la barra de cualquier bar cuando surge el tema, hasta da la impresión de que uno se ha trasladado en el tiempo a la década de los cincuenta y se encuentra en alguna pequeña localidad de la América profunda.


Luego si se sabe qué ocurre,
si se sabe qué hacer...
¡El miedo se supera!

Fuente: Linkedin

También me sorprende mucho que el miedo a conducir se considere algo reciente y novedoso cuando en realidad es algo muy viejo que ocurre desde que se inventó el automóvil; es más, cuando el caballo era el único vehículo terrestre del que disponían unos pocos, seguro que también había personas que tenían miedo a montar en él. Lo mismo ocurre con cualquier medio de locomoción y con mil cosas más, actuales o pretéritas.



Generalmente, el miedo a conducir esconde una especie de trauma que surge cuando choca la idea con la que una persona llega a la autoescuela y la realidad que en ella se encuentra. Esa idea dominante consiste en pensar que el paso por la autoescuela es un puro trámite, un mero imperativo legal necesario para obtener el permiso de conducir. Muchas personas piensan que, o ya saben conducir o ya aprenderán después, a lo sumo creen que si algo les han de enseñar en la autoescuela son “cuatro trucos” útiles para superar la prueba de circulación en el “circuito” de examen.



La realidad es bien distinta, para empezar el mencionado “circuito” no existe, solamente hay lugares más o menos probables por los que puede transcurrir la prueba, incluso aunque siempre fuesen los mismos, es bastante frecuente que en un momento dado un alumno gire a la derecha cuando el examinador le indicó hacerlo a la izquierda, por ejemplo, con lo cual ya se estaría fuera del “circuito” y la persona que examina tendrá que improvisar por dónde ir para llegar al punto de destino. Ese error del alumno, por supuesto, no supone ninguna penalización, siempre y cuando la maniobra equivocada esté bien ejecutada y no cometa ninguna infracción al hacerla. 



El alumno, generalmente, se da cuenta del engaño que ha sufrido por parte de su círculo social (padres incluidos) y de la sociedad en general, cuando comienza con las clases prácticas. Descubre por sí mismo, que llevar el coche en línea recta no es algo tan obvio como pensaba, que graduar la velocidad con precisión y suavidad casi constantemente tampoco lo es, que cambiar de marcha es una cruz y que además debe observar permanentemente, anticiparse lo más posible al trazado de la vía y sus circunstancias, etcétera. 


La mente sembrada de prejuicios ciega nuestros ojos.

También se da cuenta de lo absurdo que resulta lo que le han contado durante toda su vida, eso que tantos resumen como “en la autoescuela se conduce de una forma pero luego tú haces lo que te dé la gana, como todo el mundo”; cuando la realidad es que las normas son las mismas siempre y para todos y los coches funcionan de una determinada manera, también para todos. ¿Dónde está pues, la diferencia entre esa supuesta ficción de las clases prácticas y la realidad? Los alumnos se dan cuenta de que no existe, o a lo sumo, consiste en una mera cuestión de matices y en la soltura que da una buena experiencia cimentada, en todo caso, en la misma base por más que tomen la apariencia de realidades distintas.



Sin embargo, pese a todo lo dicho, el paso por la autoescuela es breve, y resulta difícil asumir la realidad de que resulta necesario aprender a conducir en contra de la tan arraigada idea de “aprender a aprobar”, así que, muy frecuentemente, se aferran a esta idea y desechan andar el buen camino que cualquier profesor que se precie les debe mostrar. Por tanto, la mayoría persiste en el error, y les viene a suceder lo mismo que a los niños cuando se precipitan al andar: consiguen hacerlo a duras penas, con tropezones constantes y caídas frecuentes. Lo que en la autoescuela se traduce por más clases, más exámenes y más suspensos. Todo un calvario, que mina la propia autoestima haciendo que quien la sufre hasta se sienta estigmatizado albergando, larvado y al acecho, el miedo a conducir. ¿Cómo no van a tener pánico después, cuando logrado el carnet se pongan solos al volante de un coche?



Hay un pequeño porcentaje de conductores noveles que con mucha determinación, disponiendo de coche propio (o prestado, pero que pueden utilizar con plena libertad), aplicándose ellos mismos disciplina y método, seleccionando lo que escuchan a unos y otros se convierten en autodidactas, superan sus temores y logran conducir bien, sentirse seguros y disfrutar conduciendo. Otro porcentaje, aún más pequeño, logra ayuda de amigos y parientes que les enseñan bien y alcanzan los mismos fines que los anteriores. Pero la mayoría, si conducen, lo hacen de forma muy limitada, sueñan con tener un coche  “seguro”, no disfrutan nunca de la tarea y, en realidad, vienen a jugar a la ruleta rusa consigo mismos, sus pasajeros y el resto de usuarios de la vía. 

Los ojos bien abiertos, preparada y resuelta.
Siempre admiré a esta mujer, Michèle Mouton.
Fuente: Internet
Se suele dar por hecho que, quien está aprendiendo en la autoescuela, normalmente lo hace mal, pero lo que casi nadie percibe es que no pocas personas, después, siguen haciéndolo igual de mal o peor. De ahí, que algunos tipos de accidentes (en la próxima entrada podrán ver dos ejemplos), sorprendan tanto a quienes nunca han ocupado el asiento delantero derecho de un coche de escuela. Asiento ocupado por una figura clave en todo este proceso: el profesor.

Los profesores de autoescuela, en un porcentaje que me atrevería a sostener que es mayoritario, dejándose llevar por el muy cuestionable principio de que “el cliente siempre tiene razón”, o por intereses económicos a corto plazo, o porque en realidad no les gusta enseñar, o porque atendieron a esos falsos cantos de sirena de que esta es una profesión bien remunerada... A veces, incluso a buena fe, caen en la tentación de empeñarse en dar al alumno lo que supuestamente pide: “aprender justo lo que se necesita para aprobar”. Y lo que todavía es peor: aplican esa máxima con todos los alumnos, incluso con los que de verdad quieren aprender desde un principio, y a quienes desconciertan totalmente. Bien, quiero dejar claro, que la mencionada pretensión es un imposible porque:

Si se aprende, se sabe.
Si se sabe, se puede hacer bien.
Si se hace bien, se aprueba.

Llegar al final de ese silogismo sin aprender, disculpen que me repita: es imposible. Sin embargo hay algunas excepciones, suelen darse en hombres jóvenes que tienen... una cierta experiencia (sin que necesariamente hayan conducido antes), que “se les da bien”, que tienen determinación, muchas ganas de conducir, se han pensado conductores desde siempre, siempre observan cómo conduce quien les lleve, en ocasiones tienen práctica en el manejo de otros vehículos como bicicletas, ciclomotores, vehículos agrícolas... Estos chavales pueden aprender con un profesor que centra su labor en el examen... ¡Porque aprenden solos! Son completamente autodidactas y muy prácticos, seleccionan lo que el profesor les transmite quedándose sólo con lo que les puede ser útil, y ya está. Pero de estos casos hay muy pocos, cada vez menos. Lamentablemente, tienden a desaparecer.

Es fácil identificar a un profesor que sólo piensa en aprobar y deja de lado la verdadera enseñanza: Desde el comienzo de las clases prácticas, sus argumentos para hacer las cosas de una determinada manera y no de otra, siempre comenzarán o terminarán con estas tres palabras: “en el examen...” Y qué quieren que les diga, hay una más que notable diferencia entre decirle a un alumno que debe detenerse en un “stop” porque de lo contrario suspende; a decirle que cumplir con esa detención obligatoria, incluso en una vía urbana, bien puede librarle de que le lleve por delante un autobús que pese 22.000 kg y circule a “sólo” 45 km/h, o de arroyar él a un ciclista, a alguien que va en moto... También suelen mostrar, entre otras cosas, una diferencia notable entre cómo conducen estos profesores y cómo dicen que se debe hacer.

¡Podemos sobrevolar los miedos!
A todo este panorama habría que añadir el miedo que transmiten, casi permanentemente, instituciones y medios de comunicación; esa especie de “partes de guerra” que dan tras cada fin de semana estos últimos, generan más problemas que soluciones; y ya puestos, no entiendo porqué no nos cuentan las causas de muerte de todos los que fallecen, por lo menos nos darían una perspectiva mucho más real. 

También quiero dejar muy claro que este problema del miedo a conducir (se le denomine o no amaxofobia), tiene solución. Sin duda. Cuesta un dinero, lleva su tiempo, requiere una importante inversión de trabajo y esfuerzo (*), pero, si verdaderamente se quiere, se logra. Y lo que no es menos importante: ya durante el intento se disfruta; además, dura para siempre, y como con cualquier conocimiento, una vez adquirido, nadie nos lo podrá arrebatar nunca. Por supuesto, también nos lleva a adentrarnos en un camino de conductores seguros que nunca más se desandará reduciendo la posibilidad de accidente al mínimo posible. Un servidor lleva trabajando en ello más años de los que quisiera, y sigo. Pueden ponerse en contacto conmigo cuando quieran.

Para terminar, quiero resaltar, que la amaxofobia no está contemplada en el DSM-5 (**) como fobia específica, sino general; y, como todas las fobias, su superación pasa necesariamente por la exposición directa a la situación que nos infunde el miedo, pero eso sí, de un modo controlado, gradual y seguro.

Esteban

* Sobre trabajo y esfuerzo les recomiendo encarecidamente este artículo escrito por Elisa Alós: EL PLAER DE L'ESFORÇELes gustará, y tiene traductor.

** El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) contiene una clasificación de los trastornos mentales y proporciona descripciones claras de las categorías diagnósticas, con el fin de que los clínicos e investigadores de las ciencias de la salud puedan diagnosticar, estudiar, intercambiar información y tratar los distintos trastornos mentales.
La edición vigente es la quinta, DSM-5, publicada el 18 de mayo de 2013. Pueden consultarla aquí si lo desean.

Etiquetas: miedo a conducir, amaxofobia, autoescuelas, carnet. 

martes, 17 de marzo de 2015

DÍAS DE RADIO, ENERO 2015 (2)

Hasta hace muy poco, siempre he publicado los días de radio dentro del mes en el que se hacían las emisiones, o iniciado el siguiente por uno o dos días. De poco tiempo acá, y por motivos ajenos a mi voluntad, no me es posible hacerlo de ese modo, sin embargo creo que esto no resulta un inconveniente para nadie, pues las noticias comentadas en la radio, muy brevemente y en estricto directo, en realidad, las utilizo como arranque de reflexiones y pareceres que casi siempre llevan a puntos comunes y de permanente actualidad, intentando extraer de ellas algo útil que ayude a modificar actitudes al volante, que sean un punto de apoyo al esfuerzo que todos debemos hacer al conducir por nuestra propia seguridad y la de todos.

Recuerdo haber leído la biografía de Lincoln, y la recomiendo vivamente.
Fuente: akifrases.com
También creo que conviene dividir más estos días de radio y, por primera vez, estoy publicando entradas por días sueltos, seguramente no lo haré siempre así, pero muchas veces pienso que será mejor porque me puedo extender más sobre lo que me parece más importante o mejor conozco, cosa que de todos modos ya venía haciendo, pero quizá de un modo... muy denso, y probablemente poco aprovechable. Por supuesto, tendré muy en cuenta y agradeceré cualquier sugerencia que tengan a bien decirme al respecto. Muchas gracias.


CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 14-1-2015.
  • Enhorabuena y felicidades para la Autoescuela Irrintzi. 
  • Un joven publica un vídeo conduciendo a 240 km/h. 
  • Demagógico, y peligroso, artículo de Carme Chaparro en “Notas a pie de cámara”. 
  • Pons Seguridad Vial recomienda bajar el actual límite de 100 km/h que aún mantienen algunas carreteras convencionales. 
  • Una conductora es multada con 80 € por recibir un beso de su novio. Volkswagen presenta un sistema de carga de inducción para coches eléctricos. España es el país con más ruido de tráfico de la Unión Europea. 
  • El WhatsApp de los coches. Otra aplicación que creará más problemas que soluciones, me temo.
  • Un oyente pregunta cuál es la manera correcta de entrar en una rotonda como la de Erletxes.

Demagógico, y peligroso, artículo de Carme Chaparro 

En referencia al vídeo del hombre que se graba a sí mismo circulando a 240 km/h y es denunciado por ello, la señora Chaparro publica un artículo en su blog que considero escandalosamente peligroso, es más, yo diría que indirectamente hasta hace apología de la violencia, del “ojo por ojo” y de tomarse la justicia por su mano. Cuando menos, no sería tan raro que pudiese alimentar estos instintos en alguna persona que sufra una pérdida irreparable por esta razón u otra similar, después de todo, cuando nos explota el dolor de la pérdida de un ser querido de un modo tan súbito y brutal, es fácil que afloren sentimientos de revancha, ¿quién puede estar libre de ellos? Somos humanos. Tampoco creo que esté mal que surjan esos sentimientos siempre que no vayan más allá de ser una válvula momentánea de descarga de la fuerte presión que ejerce el dolor, pero artículos como este equivalen a tirar una antorcha al azar sobre un terreno lleno de charcos de gasolina, de ahí que me parezca tan sumamente irresponsable.

Por si fuera poco, los argumentos empleados en el artículo son falsos. ¿Quién va a conducir superando los límites de velocidad con la idea de matar a alguien? Es una idea descabellada. Además, en principio, quien más tiempo estará expuesto al riesgo es la persona que así conduzca y sus pasajeros, si los lleva. ¿Y qué le hace pensar a esta señora que una determinada cifra de velocidad es “asesina”? Accidentalmente o por imprudencias carentes de intención, se producen muertes a velocidades perfectamente legales, e incluso muy bajas, en términos absolutos. Hay mil cosas que se pueden hacer con un automóvil y que pueden provocar la muerte de alguien sin exceder ningún límite de velocidad, pondré un par de ejemplos muy sencillos que todos podemos ver todos los días en cualquier parte a poco que observemos cuando vamos andando por la calle:
  1. Salir de un garaje en plena aceleración cruzando una acera sin saber realmente si hay o no peatones en ella.
  2. Mover el coche marcha atrás sin mirar cuando hacemos maniobras para entrar o salir de un hueco de estacionamiento.
La señora Chaparro llega a comparar la velocidad a la que iba el conductor objeto de la noticia con disparar un arma de fuego al azar en plena vía pública, lo que nos lleva al absurdo de, por esa razón, dotar a los helicópteros de tráfico de armamento y disparar un misil al vehículo que detecten circulando de ese modo; eso es lo que, muy probablemente, tendría que hacer un francotirador de la policía para eliminar la amenaza de quien dispara sin ton ni son, ¿no?

La velocidad en sí misma no es el problema; o lo es siempre, si partimos
de la simplista idea de que con V=0 no habrá accidentes,
pero con esta premisa hasta 0'1 km/h es una velocidad peligrosa.
Fuente: www.fayerwayer.com
De unos años a esta parte, la idea que subyace en el artículo mencionado está siendo transmitida con cada vez mayor intensidad y frecuencia por muchos medios de comunicación, podría seguir dando argumentos en contra -seguramente a usted se le estén ocurriendo algunos-, pero sólo daré uno más: ¿Esta señora, y quienes expresan lo mismo, nunca cometen ni han cometido un error cuando conducen? ¿Nunca han hecho nada mal adrede? ¿Nunca se han pasado un límite de 40 por razón de obras en autopista a por lo menos 80 km/h, como siempre he visto hacer hasta ahora? ¿O es que sus errores nunca pueden causar lesiones ni muerte? ¿De verdad, seguro?

En el coche de la autoescuela, siempre surgen momentos en los que cuando se le hace ver a un alumno las consecuencias tan graves que pueden conllevar pequeños errores, este argumenta, y con razón:

-No lo hice mal adrede, no pensé que... 

-Te creo, pero intenta hacerlo siempre bien adrede. Crea ese hábito, y automáticamente reducirás los errores a su mínima expresión. 

Pons Seguridad Vial recomienda bajar el actual límite de 100 km/h 

Tengo respeto por el grupo Pons, han sido pioneros en España elaborando material didáctico para las autoescuelas, sé y me consta que cuentan con verdaderos expertos que conocen la realidad del tráfico y de las carreteras en este país, sin embargo las declaraciones de este portavoz me resultan muy sorprendentes, salvo prueba en contrario, me niego a creer que bajar la velocidad un 10% disminuye los accidentes un 20% ¿Cómo se llega a esta conclusión? Esto es lo que nunca explican quienes dictan estas sentencias de forma tan categórica como simplista. 

En plena era de la información cada vez nos piden más actos de fe. Curiosa paradoja que se está convirtiendo en signo de nuestro tiempo.

Además, aflora una pregunta obvia: ¿Si realmente es cierto -hace años que se afirman estas cosas- a qué esperan para bajarlo no un 10% sino mucho más?

Un oyente pregunta sobre la rotonda de Erletxes.

Contesté al oyente -a quien agradezco su confianza- por la radio; no obstante, y por si alguien tiene dudas respecto a este controvertido tema dejo aquí un enlace que puede ser útil a más personas.

Esteban

viernes, 13 de marzo de 2015

DÍAS DE RADIO, ENERO 2015 (1)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 7-1-2015.

     

  • Buenos consejos para conducir con hielo que deja el señor Mejías en mi página de Facebook. 
  • Estas navidades han fallecido nueve personas más en las carreteras. 
  • Aumentan las ventas de turismos. 
  • Francia quiere prohibir los vehículos diésel. 
  • La DGT recauda 508’61 millones de euros de 2011 a 2014. 
  • Prototipo de coche autónomo de Google. 
  • Multan a un peatón con 100 € y pérdida de puntos por correr por mitad de la calzada.

Estas navidades han fallecido nueve personas más en las carreteras.

Y muchos comienzan a rasgarse las vestiduras, extienden su dedo índice  y acusan a la DGT por acción u omisión. Desde luego no me gustaría nada estar en la piel de la actual directora general de tráfico, la señora doña María Seguí, su cargo está envenenado por el supuesto éxito en la gestión de su antecesor durante dos legislaturas. Éxito generado como consecuencia de la crisis que hizo bajar de forma brutal y rápida el número de vehículos en las carreteras al tiempo que, lógicamente, disminuía el número de accidentes en ellas de un modo espectacular y nunca visto hasta entonces. Pero el anterior director no dudó en apropiarse el mérito como derivado de su gestión que, en mi opinión y para más escarnio, fue la más nefasta en toda la historia de la DGT. “Cosas veredes, amigo Sancho...”

Deberían facilitar datos de los accidentes ocurridos en poblado y sus consecuencias,
de todas las localidades de España. Igual que se hace con los de carreteras.
Fuente:www.elchediario.com
Así pues, con estos mimbres, cualquiera se atreve a modificar la estructura de la cesta, aunque no sirva para nada e incluso sea contraproducente, pues a poco que el azar, o una leve recuperación económica ponga más vehículos en circulación el número de accidentes siempre será superior al compararlo con el periodo anterior. De igual forma, los accidentes también se reducirían de un modo muy notable si, simplemente, el precio del litro de combustible se estableciese en tres euros, por ejemplo.

Desde luego, la DGT no es una entidad perfecta, pero me molesta mucho que siempre sea el único blanco de todas las críticas. Hay más de 8.000 municipios en España, la gestión de las vías urbanas depende de sus respectivos ayuntamientos, siendo demasiado habitual que en materia de tráfico lleven a cabo una gestión descoordinada, arbitraria, totalmente permeable a los grupos de presión locales como asociaciones de vecinos, de ciclistas, ecologistas... asociaciones cuyas juntas de gobierno no son elegidas por el resto de sus conciudadanos, cuya democracia interna, no pocas veces, deja mucho que desear, pero que influyen con sus decisiones en todos al hacer que los débiles gobiernos locales las asuman como propias en cuanto se les presiona lo suficiente (no hace falta mucho) y se mantiene una cierta constancia en ese empeño. En las vías urbanas también hay accidentes, muchos; y graves también, ¿por qué los medios de comunicación nunca nos dan un parte de los mismos como sí hacen con los de carretera? ¿A qué se debe esta clara y permanente discriminación?

Francia quiere prohibir los vehículos diésel.

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”. Dice el refrán. Con esta decisión o pretensión del gobierno francés, también me viene a la mente otro dicho: “En todas partes cuecen habas”. Porque esta iniciativa tan pintoresca, de haberse dado en nuestra sufrida España, nada me hubiese sorprendido, pero al norte de los Pirineos... Aunque ya llevo unos cuantos años observando que aquella Europa que algunos tanto admirábamos, y envidiábamos, o mucho está cambiando, o simplemente la veíamos con demasiados buenos ojos y muy subjetiva mirada.

Ahora, y desde hace unos cuantos años, que los países del sur de Europa, más nuestros vecinos del norte y quizá alguno más, tienen un parque de turismos mayoritariamente diésel, ¿ahora los quieren prohibir? Todos sabemos desde hace décadas que el gasóleo contamina mucho; en cualquier momento y en cualquiera de nuestras ciudades todavía pueden verse autobuses dejando su estela de humo negruzco y denso, lo que fue una razón más para que un servidor se pasara a la bici de montaña, porque ser adelantado en plena subida por un vehículo pesado con todas mis vías aéreas abiertas de par en par casi daba sensación de muerte inmediata por asfixia.

Por si fuera poco, ya a finales de los ochenta o principios de los noventa, una universidad de Austria y otra de Japón presentaron sendos estudios afirmando que las partículas sólidas en suspensión que dejan los residuos de la combustión del gasóleo (¡hasta se ven a simple vista!) son el elemento cancerígeno más potente conocido hasta entonces.

¿Por qué los autobuses urbanos no funcionan todos con gas? Contamina menos.
Fuente: www.pulsoverde.nrdc.org
Después de haber obligado a los fabricantes a encarecer sus coches con motores diésel "limpios", a motivar, de forma más o menos directa o indirecta su compra a pesar de incrementar su precio de adquisición, mantenimiento y reparaciones, disminuyendo considerablemente su vida útil, ¿ahora los quieren prohibir? Parece una broma muy pesada. Además, bastaría con incrementar el precio del gasóleo o bajar más el de la gasolina (mejor esta opción) para que la mayoría de los consumidores dejase de comprarlos, y sin que esto afectase al transporte, que necesariamente han de seguir con motores diésel, me temo que unos cuantos años más.

Mas a pesar de todo lo dicho, justo es reconocer que la responsabilidad última la tiene el consumidor. He visto muchas veces cómo muchas personas deciden la compra de un coche y gastarse en él entre unos 15.000 a 30.000 euros, sin apenas saber nada de lo que compran; y no estoy hablando de personas a las que les sobre el dinero, precisamente, con lo que se añade una razón más -y de mucho peso- para que esa adquisición fuese mucho más ponderada. Ni que decir tiene, que a nadie le obligan a comprar un determinado modelo con un determinado motor, y es un hecho, que la mayoría de las personas que utilizan coches con motores diésel, realmente no los necesitan, pudiendo haberse ahorrado un dinero en la compra y en el mantenimiento, incluso algunos disgustos serios, si se hubiesen decantado por un modelo equivalente con motor de gasolina. Cierro con otro dicho (hoy las musas vienen cargadas de refranes): “Nadie escarmienta en cabeza ajena”.

Esteban

miércoles, 11 de marzo de 2015

MADRID, 11 DE MARZO DE 2004

Con corazón y mente, viajo a Madrid en este día. A esta ciudad que tan acertadamente definía don Antonio Machado como "rompeolas de todas las Españas". Me niego a olvidar el terrible suceso, y otros muchos, por supuesto, de similar índole. Pero este... Este tiene una proyección en el tiempo que se extenderá por décadas, y quiero -disculpen la pretensión-, poner un grano de arena por mantener la memoria y el ojo avizor siguiendo la onda expansiva que aún sigue en movimiento. 

Las guerras son un huracán de odios que pueden durar siglos.
Fuente: Internet.
Memoria sin odios ni rencores, sin represalias, sin ánimo violento; buscando incluso, intentando al menos, el perdón. Es el único camino que veo para evitar que vaya a más esta guerra en la que siento que estamos. Es necesario parar y dar marcha atrás, cambiar el rumbo; dejar de alimentar el ojo del huracán de destrucción y horrores que se está formando al envenenar nuestras almas de demonios y miedos.

No me considero pesimista, normalmente.
Pero el mundo parece que camina en un túnel sin salida.
Fuente: Internet.
Memoria con proyección de futuro que evite que nos volvamos temerosos sumisos, cautivos de la infinita codicia de poder y dinero de una minoría. Parafraseando a don Miguel de Unamuno, el mundo entero es un Madrid más grande. Que jamás lo sea un 11 de marzo.

Esteban

domingo, 8 de marzo de 2015

8 DE MARZO

Un año más. Otro paso en el tercer milenio y vuelta a recordar lo obvio. No hay nada más agotador. Pero habrá que seguir en el intento, a ver si algún día la afirmación de John Lennon de que la mujer es el negro del mundo pierde todo sentido y, a la par, ya no hay más negros que quienes así tengan el color se su piel.
Si estuviésemos unidos...
Fuente: Internet
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Si nos centramos en lo que se da en llamar el mundo occidental, vemos que la mayoría de los países que lo componen están llenos de derechos en sus respectivos ordenamientos jurídicos, pero paradójicamente, cada vez parecen intensificarse y extenderse más las relaciones de poder ejerciéndose este con violencia en sus tres facetas: la que puede proporcionar el poder en sí, la económica y la física; teniendo todas un amplio abanico de utilización, desde la mayor sutileza hasta la más absoluta grosería, con o sin armas, con palabras o en silencio.

Fuente: Internet
Me alarma y escandaliza la crueldad que ejerce el grupo sobre el individuo cuando este llega al instituto en los albores de su adolescencia, los ritos de iniciación al llegar a la universidad, cómo se celebran tantas despedidas de soltero... y sólo se hace algo cuando alguien resulta muerto o gravemente herido. 
Fuente Internet
Me costó creerlo cuando me empezaron a contar casos directa y espontáneamente alumnos que fueron o eran testigos, víctimas y verdugos (generalmente conocían los tres papeles); y también ellos eran incrédulos cuando yo les contaba que eso no lo había conocido ni en mi tiempo de recluta, ni en mí mismo, ni en ningún compañero o amigo. 

Fuente: Internet
Sin embargo, cuando voy por la calle compruebo que la mayoría de las personas que ceden el paso a los peatones en un paso de cebra son hombres jóvenes, y lo mismo veo en el metro cuando muy diligentemente un joven cede su asiento a una mujer embarazada o a una persona anciana. Así pues, me aferro a estos significativos hechos y me lleno de esperanza. Ojalá hoy sea el día en que empiece la cuenta atrás para llegar a una sociedad evolucionada y justa que nos haga perder de vista la caverna de la que tan cerca estamos todavía. ¡Que todos lo veamos!

Esteban

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Enlaces relacionados: 8 DE MARZO DE 2014; EL SUCESO DE MÁLAGA.