jueves, 18 de abril de 2013

ME PARA LA POLICÍA. ¿QUÉ HAGO?

Pare. Ante todo, pare. Resulta obvio, sin embargo no es tan raro que un conductor haga caso omiso a la orden de alto de un agente de tráfico, y sin haber tomado alcohol u otro tipo de drogas. ¿Despiste?, ¿no entiende la orden, generalmente tan explícita?, ¿o simplemente no se lo cree? Parecerá una bobada, pero yo apostaría más por esta última opción. Lo he visto muchas veces en las clases de coche, a personas de todo tipo y condición. En una situación tranquila, ven con tiempo de sobra una señal (en algunos casos incluso barreras de un paso a nivel a punto de bajar) y siguen como si no existiera. Entonces le preguntas, por si acaso, más que nada para asegurarte tu propia observación: ¿Has visto la señal? Sí, contestan. Y, ¿por qué no has hecho caso? No sé... Bueno, qué más da, ¿no? Después de ver esto muchas veces y de hablar con muchos alumnos tranquilamente de ello, sin que den una explicación mínimamente razonable de su desconcertante actitud, he llegado a la conclusión de que sencillamente no se lo creen. 
Policía Foral de Navarra
Fuente: www.navarra.es
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Dentro y fuera de la autoescuela, muchas personas (conductores prácticamente todos y no conductores la mayoría) conocen más que suficientemente bien las normas y señales de tráfico, al menos las básicas, las que realmente se utilizan en el día a día a la hora de conducir. Pero no tienen arraigada la autodisciplina de cumplirlas. No se las creen, porque sólo las han aprendido con la idea de superar un examen (el de teórica) porque generalmente olvidan que también hacen falta para el siguiente examen (el de circulación), sin pararse a pensar por qué y para qué existen, sin ser totalmente conscientes de que son un factor básico de seguridad, de su propia seguridad; salvo cuando razones de supervivencia aconsejen obviarlas, claro. 

El hecho de estar en movimiento y dentro de un coche crea una fuerte sensación de impunidad que conviene controlar, que se resiste mucho a ser percibida conscientemente y que casi siempre es muy falsa. Esa es la raíz de una idea que creo que pesa mucho en el subconsciente colectivo: “Tú preocúpate de sacar el carné que luego haces lo que te dé la gana, hombre. Como todo el mundo”. Una auténtica falacia que ha hecho y hace mucho daño.

Bien, pues pare, por favor. Cualquier otra opción será claramente peor y complicará notablemente las cosas. Pare con calma y sosiego, pero diligentemente, sin precipitarse y en el lugar que le indiquen, o casi, casi; tampoco se trata de sacar sobresaliente en la ejecución de esa maniobra, basta con no suspender. 
Guardia Civil de Tráfico
Fuente: Internet
Hay algo muy importante que da lugar a cometer errores muy notables, y que puede ser peligroso (los guardias son personas de carne y hueso y están a pie de carretera, son peatones, y muy vulnerables), y es que, desde que se ve la orden de detención y hasta que nos detenemos completamente, en la cabeza de muchos conductores empieza a funcionar frenéticamente una calculadora intentando saber cuánto se debe, cómo podremos pagarlo, con todo lo que tenemos encima, si nos aplicarán algún descuento, si nos quitarán algún punto. ¿Tendremos que hacer un curso de esos...? Y también hay que pagar... 

Si llevamos pasajeros, seguramente se sumarán a nuestras especulaciones en voz alta, las de los niños suelen ser muy alarmantes: ¡Jo! Te van a esposar, ¿y tenemos que ir todos a la cárcel? Yo no quiero ir a la cárcel... Todo esto, naturalmente, suele ir acompañado de un sentimiento de ser víctimas de una terrible injusticia, que por momentos y alternativamente, nos provoca una contenida ira o nos hace sentir profundamente desvalidos. Es necesario evitar que todas estas emociones tomen por asalto nuestro ánimo, todavía no nos hemos detenido y suceden en muy pocos segundos. Es necesario mantener la cabeza fría y atenta solamente a ejecutar una sencilla maniobra, hay una persona delante de nuestro coche, podemos hacerle daño. Cuidado. Y luego dicen que los funcionarios no hacen nada, pues vaya. Ya me gustaría ver a tantos que hablan por hablar torear en el asfalto, y aún queda lidiar con conductor y pasajeros, tan “justamente indignados”.

Ertzaintza de Tráfico del País Vasco
Fuente: www.noticiasdealava.com
Es necesario mentalizarse bien en cómo hacer para mantener la cabeza fría y ejecutar bien la maniobra. Hay otros motivos distintos a poner una multa por los que nos pueden parar, muchas veces se trata de controles de documentación, alcohol u otras drogas. Sea por lo que fuere, una vez tenemos el coche quieto, es importante tener en cuenta unas elementales normas de educación y cortesía que, por más que tantos las detesten tachándolas de hipócritas, cínicas, etcétera, la realidad es que sirven para hacernos la vida un poco más agradable y para tender puentes de comunicación entre las personas, máxime cuando se conocen por primera vez y la relación es puramente profesional. Personalmente, siempre trato de usted a la policía, aunque me tuteen, cosa muy rara y que vagamente recuerdo en uno o dos casos por parte de algún policía municipal. Lo que digo a continuación no está escrito en ningún BOE, pero son indicaciones que considero muy lógicas, que siempre aconsejé y que yo mismo me aplico, por supuesto:
  • Baje la ventanilla por completo, 

  • Apague la radio, conviene oírnos bien. 

  • Quite las gafas de sol (aunque el guardia no lo haga), mejor que pueda verle los ojos y ser fácilmente identificable. 

  • Responda al saludo, recuerde el refrán: “Más moscas se cazan con miel que con hiel”.

  • Siga las indicaciones que le dé el guardia, y si no: pare motor, freno de mano y ponga primera o marcha atrás.

  • No se quite el cinturón, salvo que tenga que bajarse del coche por alguna razón: la documentación está en el maletero, por ejemplo.

  • Déle la documentación que le pida, y escuche

  • Si es de noche, antes de que el policía llegue a la altura de su puerta, encienda la luz interior y apague la de cruce o corto alcance, pero mantenga encendidas las de posición y emergencia. De este modo, el agente puede ver algo del interior del vehículo (con la luz de cruce encendida no verá nada hasta que llegue a su ventanilla), conviene inspirarle tranquilidad y confianza, tenga en cuenta que usted sabe con quien trata, pero él (o ella) no. Por la misma razón, también es aconsejable mantener las manos a la vista (ambas sobre la parte superior del volante están bien) y no hay motivo para precipitarse en abrir la guantera.


Mossos d'Esquadra de Cataluña
Fuente: www.lyl-ingeniería.com
Esa mujer o ese hombre que le ha dado el alto, tan solo hacen su trabajo, aunque a veces conlleve cumplir con la desagradable orden (me consta que muchos policías así lo sienten) de esconder un coche en un tramo sin ninguna dificultad con el único fin de detectar algún inofensivo exceso de velocidad. Esa persona que tiene delante de usted vestida con uniforme, quizá hoy le denuncie y le cause un perjuicio, pero un día (Dios no lo quiera), tal vez arriesgue su vida por salvar la suya.

Por ley, la palabra de un agente, en materia de tráfico, da fe de un hecho. Es decir, que entre su palabra y la suya, siempre va a prevalecer la de él, salvo irrefutable prueba en contrario, lo que es prácticamente imposible y además tendría que validarla un juez.

Tanto si sabemos que nos han detectado cometiendo una infracción, como si no, ¿por qué exhibir modales de mal perdedor? Conocemos las reglas, si hemos infringido alguna hay que asumir las consecuencias. Que sea justo o injusto es otra historia, pero para que el agente formule la denuncia basta con que sea legal, y es sumamente improbable que el policía se equivoque en este punto, no obstante, si estamos seguros de que ha cometido un error, yo se lo mostraría sin hacer ostentación -sería muy poco inteligente y además nadie es perfecto-, aquí viene como anillo al dedo tener un profundo conocimiento de las normas y de las señales. También hay ocasiones en que cometemos una infracción para evitar un mal mayor, un muy probable accidente, pues explicamos nuestra versión de los hechos. Siempre que hice ambas cosas, teniendo base para ello, naturalmente, con sinceridad y franqueza, siempre, me han escuchado y siempre decidieron omitir la denuncia, aplicándome en alguna ocasión el famoso principio: in dubio pro reo.

Miñones de Álava
Fuente: www.elcorreo.com
Llegado el momento, en clase de teórica, preguntaba siempre a los alumnos si alguno había tenido en alguna ocasión trato con algún policía (profesional, me refiero, solía aclarar) y la respuesta, casi siempre y por parte de casi todos, era negativa. Bien, pues tened en cuenta que cuando se conduce, tarde o temprano, trataréis con algún policía. Conviene revisar los prejuicios que tenemos con respecto a estas personas y a que la sociedad se dote de sus servicios, porque a veces, es falso que trabajen por nuestra seguridad, sí. Pero otras es tan cierto, que hasta pierden su vida por salvar la tuya. 

Esteban

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5 comentarios:

  1. Gracias por recordarnos lo destructivo que es establecer juicios a priori, ir a la defensiva o con actitud de quejarnos de todo.
    Yo sí que conozco personalmente a 4 'mossos' y la verdad es que cuando hay problemas en la carretera, son ellos los que se llevan 'el marrón' de asistir a las personas, perseguir a los que se dan a la fuga, dar malas noticias, etc etc etc... Sólo por eso merecen que los tratemos con más consideración y empatía. Quizás así logremos tender esos puentes tan importantes.
    Saludos!

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    1. Gracias a vos Elisa, porque tu experiencia y conocimiento es otro puente tendido y nunca sobran.
      Saludos!!!

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  2. Las imprudencias se les acumulan a las personas temerarias hasta que llega ese día, el día de sus malos actos y lo pagan otros inocentes o él/ella con propia vida.

    Muy buena entrada Esteban.

    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Eva. Tu comentario trae un concepto importante en ese "acumulan", algo que rara vez se ve, ese conjunto de pequeñas malas acciones -casi siempre sin consecuencias- pero que generan malos hábitos que, un día, llevan al accidente grave. Y casi nunca se percibe la relación entre las primeras y el segundo, lo que da lugar a que se ande idéntico camino con todo listo para que la historia se repita.

      Un abrazo.

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  3. Esteban, excelente entrada!!! parar y con tranquilidad es muy importante! saludos desde Argentina!!!

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