domingo, 8 de septiembre de 2013

QUEDAN DÍAS DE VERANO

Trece, cuando empiezo a escribir estas líneas, y también es bastante probable, que las primeras semanas de otoño el estío se tome prórroga, a semejanza de como hizo el pasado invierno invadiendo todo el tiempo de la primavera. Así que, en buena parte de España, todavía se podrá ir a la playa unos cuantos días más y muchas personas calzarán chanclas por tal motivo.

Fuente: BIZKAIRED
(Asociación de empresas de Bizkaia)
Muy pocas veces y durante poco tiempo he utilizado chanclas, solamente en playas, campings y en casa, aunque en este último caso, para eso, prefiero andar descalzo pues esos peculiares zapatos me resultan francamente incómodos y molestos. Es evidente que  el uso de chanclas resulta totalmente inadecuado para conducir cualquier vehículo, hasta una bicicleta. Sin embargo, son bastantes las personas a las que se ve entrar o salir del puesto de conducción de su coche con ellas, e incluso llevando motos y bicis; a pesar de ser tan obvio lo poco acertado de esa decisión, a pesar de que, en según qué circunstancias, hasta puede resultar claramente peligroso y causa última de un accidente. 

Seguramente convendrán conmigo en que este asunto, por tan claro, tampoco precisa de más desarrollo, sin embargo, no puedo evitar pensar en que si una persona se cuida tan poco como para hacer eso, si en tan poca estima tienen a sus propios pies, ya sea por ignorancia, inconsciencia, dejadez... un cóctel de estas cosas y algunas más,  ¿Qué cuidado les va a merecer su prójimo? ¿Usted y yo, por ejemplo?

Tampoco me puedo resistir a contarles mi propia experiencia conduciendo con chanclas, para una vez que lo hago... Ocurrió hace bastantes años un día de verano en la playa, al llegar, sólo había sitios libres al sol para aparcar, pasado un tiempo, pensé que igual había algún hueco libre a la sombra. Aprovechando a dar un corto paseo me acerqué a comprobarlo, y hubo suerte, de modo que aunque había dejado los zapatos en el coche, me dije que, total, para moverlo unos pocos metros... qué más da, y seguí con las chanclas que excepcionalmente llevaba. El recorrido ni llegaba a veinte metros, pero tenía que hacer maniobra de salida y entrada, poner y quitar varias veces primera y marcha atrás, en una de estas, me quedó el pedal del embrague entre la chancleta y el pie, me hizo un poco de daño y calé el coche. No tuvo más trascendencia, pero fue la primera y última vez que me puse al volante con chanclas.

Estos zapatos suelen tener la puntera excesiva e innecesariamente alargada.
No me gustan para conducir.
Fuente: Cortesía de Calzados Luzar Basauri-Ana
Por cierto, calar el coche, en principio y normalmente, carece de importancia, ni durante el examen práctico de conducir. Basta con pisar el embrague (desembragar) o poner punto muerto y arrancar de nuevo el motor, pensando antes de volver a mover el coche, eso sí, en qué nos equivocamos para corregir el error y evitar que vuelva a pasar lo mismo. Sin embargo, hay circunstancias en que puede resultar peligroso pues cuando el motor se para de repente suele producirse un tirón brusco que mueve el coche uno o dos metros hacia adelante o hacia atrás con mucha fuerza y, si en ese espacio hay una persona podemos tirarla al suelo; o, si esto nos ocurre reanudando la marcha desde un stop, porque queremos salir ágiles, en ese: si salgo ahora mismo y rápido me da tiempo antes de que llegue el camión que tiene preferencia... y levantamos el pie del embrague (embragamos) un poco descuidadamente empujados por la prisa... El coche nos quedará ya dentro de la trayectoria del camión y dependiendo totalmente de que su conductor pueda o no esquivarnos para que no nos lleve por delante. Así pues, cuidado: que calemos el motor, generalmente carece de importancia, pero a veces puede ser vital. Ciertamente todos somos humanos y todos nos equivocamos, pero, hay momentos y circunstancias en los que eso es un lujo que no nos podemos permitir, no.

Ya que hablamos de pies y calzado, conviene recordar que nuestro dominio sobre el movimiento del vehículo, tanto en situaciones normales como críticas; la suavidad y precisión con la que debemos manejarlo o lo fuerte y rápido que una situación de emergencia nos pueda exigir, puede verse seriamente comprometido en función de los zapatos que llevemos puestos. Todos sabemos que hay zapatos prácticamente incompatibles con la tarea de conducir: los de tacón, los de plataforma, los zuecos tipo hospital, muchos modelos de zapatillas deportivas, los zapatos que de unos años acá tantos hombres llevan a las bodas con punteras (ya sean cuadradas o picudas) excesivamente alargadas, las botas vaqueras, las botas de monte, esas sandalias que son poco más que una fina suela y un par de tiras de cuero... Todo esto son ejemplos muy claros, pero seguro que hay más.

Totalmente inadecuado para todos.
Fuente: Cortesía de Calzados Luzar Basauri-Ana
Para conducir, el zapato debe estar bien sujeto al pie, no hipertrofiado en su exterior ni en longitud ni en anchura, tener una suela intermedia, en cuanto a grosor y flexibilidad (debemos poder sentir a través de ella) y que no se deslice fácilmente; esto es lo más importante y necesario. Luego, tampoco está de más darse cuenta de que quizá algunos adornos que llevan ciertos zapatos sin más fin que el puramente ornamental, pueden ser un estorbo para conducir porque hagan ruidos o se puedan enganchar sin mucha dificultad en alguna parte. 

Personalmente, y desde que empecé a conducir, cuando compro un par de zapatos siempre tengo muy en cuenta si me manejaré bien con ellos a la hora de pisar, soltar y cambiar el pie de los pedales. Tampoco he conducido nunca con botas de montaña, aunque lo he probado alguna vez en un aparcamiento por pura curiosidad y es incomodísimo. Bueno, y les puedo asegurar, que ya cuando estuve por primera vez en la autoescuela y a pesar de lo poco que tenía para elegir, sí pensaba con qué zapatos sería mejor que fuese. Y recomiendo vivamente que haga lo mismo a quien esté en esa circunstancia.

Aun sin cordones ni Velcro, hay zapatos que sujetan bien el pie.
Estos sí me gustan para conducir.
Fuente: Cortesía de Calzados Luzar Basauri-Ana
Todos conocemos a mujeres que afirman estar tan acostumbradas al uso de tacones que sin ellos se sienten muy raras. No sé ustedes, pero yo conozco a algunas que en el coche siempre tienen unos zapatos adecuados para conducir y quitan y ponen, a veces también veo a otras por la calle haciendo lo mismo; por supuesto, también se puede hacer esto estando en la autoescuela y dejando en el maletero del coche el calzado para conducir. Son buenas soluciones, me gustan. 

Lo que no me gusta nada son los zapatos de tacón y ya que viene tan a cuento... diré lo que pienso al respecto desde hace unos cuantos años: La liberación de la mujer (entre otras muchas cosas) pasa por erradicar los zapatos de tacón, calzado, que no debería considerarse como tal pues además de las lesiones que su uso prolongado genera en los pies y todo el esqueleto a partir de los mismos, dificulta mantenerse en pie (característica tan humana), andar, hace imposible correr... y posible, ser fácilmente cazada por el primer macho depredador cavernícola, primitivo, bestia y salvaje con que se encuentre. ¿Creen que exagero, que me equivoco? ¡Ojalá! Pero me temo que no, que el verdadero doble mensaje subliminal que encierra la imperativa y vieja moda de los tacones es ese.

Este lo tiene todo: pésima sujeción, algo de plataforma y mucho tacón.
Fuente: Cortesía de Calzados Luzar Basauri-Ana
Termino con una simpática anécdota que también viene al caso. Tuve una buena alumna hace pocos años (en este siglo), una mujer joven que estudiaba y trabajaba a la vez, que durante una clase, cuando después de algún movimiento un poco raro miro a sus pies a ver cómo y dónde están con respecto a los pedales, descubro con asombro que está descalza; le pondré como nombre ficticio Olga, y el diálogo fue más o menos así:

- ¡Estás descalza! ¿Cómo no me di cuenta? Olga, ¿has venido descalza? (no veía zapatos por ningún lado).
- No, he traído sandalias, como hace calor... Pero me estorban y me las he quitado.
- No las veo...
- Las eché hacia atrás, estarán debajo del asiento.
- Olga, por favor, busca un sitio por ahí y paramos un momento, ¿Cómo vas a conducir descalza? Te vas a hacer daño. Es más, como yo pise el embrague y tengas el pie debajo, acabamos en el hospital.
- Jo, Esteban, voy mejor así, además ya falta poco, ¿no? Total...
- Olga, por Dios, que no se puede conducir descalzos, demonios... Que te puedo hacer daño, te puedes hacer daño...
- Yo no pongo el pie debajo del embrague, me dijiste que “hay que tenerlo a la izquierda del pedal”. Además, si lo hago bien, ¿no? Si no llegas a mirar ni te hubieses dado cuenta.
- Sí, lo haces increíblemente bien. Bueno, pues vale, sigue hacia la escuela. 

Terminada la clase vi las sandalias y, desde luego, Olga tenía razón, le debía de resultar más fácil conducir descalza que sin ellas. Claro, que lo suyo es que hubiese venido con las adecuadas zapatillas deportivas que solía traer. Siempre me he fijado en los zapatos de los alumnos pero, aquel día... Hablamos un poco sobre el asunto, nos reímos más, y también acordamos que nunca más volvería a suceder algo parecido. Fue la primera y última vez que vi conducir así en mi vida, de momento.

Este parece adecuado para conducir. Seguro que hay muchos más.
Fuente: Cortesía de Calzados Luzar Basauri-Ana
¡Muchas gracias, Ana!
Una última cosa, muy breve, cuando el suelo está mojado, conviene secar las suelas de los zapatos en la alfombrilla del coche, incluso pasar un trapo o pañuelo de papel por ellas, especialmente, si después de repostar hemos pisado algún resto de gasoil en la gasolinera; es muy deslizante y podemos perder control si nuestro calzado patina sobre los pedales.

Esteban

14 comentarios:

  1. Pues muy interesante artículo porque es la primera vez que, aparte de chanclas y tacones...oigo hablar de los zapatos deportivos. Ciertamente ciertas 'bambas' a mí me hacen perder totalmente el tacto de lo que piso, y esos zapatos de suela 'de cuero', por más que sean cerrados... ¡resbalan! Y por supuesto el tema de la lluvia.
    Llevo tiempo oyendo que el calzado 'de hombre' es el ideal para conducir, pero para mí, el zapato ideal és más o menos este estilo de zapato de mujer:
    http://www.zapatos-mujer.net/files/2011/05/calzado-mujer-clarks-300x194.jpg
    que aúna sujección, flexibilidad y tacto.
    Nunca he pensado sobre las razones de los tacones. Yo nunca los uso porque tengo una estatura y sinceramente, porque son incomodísimos. Alguna vez que he creído 'tener que llevarlos' he podido comprobar que sólo hay un lugar donde no molestan: pedaleando (el tacón queda fuera del pedal).
    Saludos!

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    1. Moltes gràcies, Elisa.
      Pues, leyendo tu comentario, creo que tenía que haber incidido más en el tema de las zapatillas deportivas, playeros o bambas; aunque los jóvenes por aquí las suelen llamar zapatillas, a secas. Lo cierto es que ese tipo de calzado lo conozco poco, sé que hay una variedad enorme de modelos y tipos, me parecen carísimos, he visto en mis alumnos que con muchos modelos es francamente difícil conducir, que no pocas veces resulta fácil pisar sin querer dos pedales a la vez... Hay modelos, con los que se puede conducir francamente bien, pero parece que son minoría. Y lo peor de todo, es el entusiasmo seudo fanático que tantos jóvenes (y no tan jóvenes, algunos pasan de los cuarenta) dedican a este tipo de calzado y la veneración que les inspiran ciertas marcas y modelos, es increíble. Pero claro, por otro lado, también hay que ponerse en la piel de un chaval de 16 años que se le ocurra ir al instituto con unos zapatos, seguramente será el hazmerreír de todos, cuando no cruelmente discriminado. No es este un asunto fácil, desde luego. Muchos de mi quinta critican estas y muchas cosas más de los jóvenes pero me gustaría verlos en su pellejo, además, para haber llegado a este estado de cosas tan indeseables, alguna responsabilidad tendremos los que podemos ser sus padres.

      ¡Ay, las suelas de cuero! ¡Qué cosa tan absurda! Y el prestigio que tenían. Si hasta te hacías daño si pisabas una piedra, y vaya que si resbalan. También hay zapatos con suela de goma que, misteriosamente, patinan con mucha facilidad. También debí decir algo sobre los pasos de cebra, en cuanto llueve (y a veces hasta en seco), se vuelven una auténtica trampa, parece que están hechos adrede para que el peatón se caiga y el coche le pase por encima; es algo muy perverso y que nunca entendí, porque no me puedo creer que no se puedan pintar rayas blancas antideslizantes. No me lo creo.

      He visto la foto del enlace, me parece un zapato bonito y práctico, pero para conducir... dudo de la sujeción, arriba sólo tiene una tira, y un espacio para los dedos y poco más; la suela tiene muy buena pinta para andar, pero parece gruesa para conducir. He mirado un poco en Internet, no se me ocurrió antes de publicar la entrada, la verdad, y me encontré esto: http://www.nubhes.com/
      Tienen buen aspecto para conducir, pero sólo para conducir. Desde luego, yo prefiero zapatos que me sirvan para conducir y para caminar, y que agarren bien, eso de andar cambiando... sólo cuando voy al monte.

      Es verdad, en la bici no estorban los tacones, pueden servir de freno de emergencia (una especie de ancla) y hasta de pata de cabra, pasando el tacón por un hueco del pedal en terreno blando... En fin, hay que reírse un poco. Pero yo he visto pies muy deformados a cuenta de los tacones, pies en los que hay que utilizar la cirugía para que puedan seguir cumpliendo su función; y todos los demás problemas que acarrean en casi todos los huesos. Es una locura.

      Saludos i bona nit!

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    2. Bueno, es cierto lo que dices de la tira y la sujeción: de hecho el que tengo yo en lugar de tira tiene una banda ancha elástica (pero no encontré la foto en Internet). Mi suela tiene un grosor cómodo, y quizás tampoco sea el caso de la foto, pero bueno, me refería a este calzado de suela no grande, de goma y flexible.

      Pero nada que ver con el enlace. Muchas gracias! No sabía que existían.

      Saludos!

      Elisa.

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    3. De nada, Elisa. Y perdón por el retraso.
      Pues yo sí había sabido de esa iniciativa hace un tiempo, pero la había olvidado; me alegro de haberme encontrado con ella al buscar en Internet.

      Otra cosa que no dije, es lo difícil que resulta encontrar zapatos para profesores de autoescuela. En realidad, deben reunir las mismas condiciones que para conducir, con la salvedad de que, además, tengan la parte superior como más gruesa de lo normal pero sin que les reste flexibilidad, pues hay que empujar con el pie derecho muchas veces hacia arriba colocándolo antes debajo del pedal del freno para que el alumno suelte el pedal cuando lo pisa demasiado o sin motivo, si esa parte no es algo más gruesa de lo normal a veces hasta te haces daño.

      ¡Saludos!

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    4. Pues me gusta mucho haber sabido de ella. Además fabricada aquí. Ya sé qué quiero para mi próximo cumpleaños.
      ¿Te has fijado en que todas las fotos que has colgado de zapatos adecuados son de invierno? A mí en verano me cuesta más estar a gusto con los zapatos. Seré maniática, pero unos los encuentro demasiado flojos, y otros (tipo deportivo) demasiado 'zapatote'...Por eso me ha alegrado mucho ver este link.
      Saludos y gracias de nuevo!

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    5. De nada, Elisa. Pues cuando los tengas y puedas, por favor, cuéntanos qué tal se conduce con ellos.

      Sí, me he dado cuenta. Es más fácil encontrar zapatos adecuados para conducir de invierno que de verano, pero bueno, sólo son dos ejemplos, seguro que hay muchos más, y también de verano, he visto incluso sandalias que parecen sujetar el pie muy bien y con las que creo que se podría conducir sin ningún problema. De todos modos, seguramente mi subconsciente también me ha influido algo, porque yo uso los mismos zapatos invierno y verano desde hace muchos años, sólo cambio los calcetines por más gruesos o más finos respectivamente. En fin, que soy un poco raro, porque hasta con la ropa hago más o menos lo mismo, sólo aumento o disminuyo la cantidad.

      Me alegro que el enlace te haya sido útil y lamento no haberme dado cuenta antes. Gracias por ayudarme a completar las entradas.

      ¡Saludos!

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    6. Pues sí, cuando llegue mi cumpleaños te lo haré saber. Fíjate que me ha hecho ilusión ver esto: tantas cosas que llevan los coches y por fin alguien piensa en algo tan fundamental como el calzado.

      Saludos!

      Elisa.

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    7. Moltes gràcies, Elisa! Y seguro que no seré la única persona que te agradecerá tener esa información de primera mano.
      Sin duda, es una buena idea, efectivamente.

      ¡Saludos!

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  2. Para mi es muy importante el zapato para conducir, me es imposible hacerlo con zapatillas descubiertas sobre todo por inseguridad.

    un saludo

    fus

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    1. Muchas gracias por tu comentario y mis disculpas por el retraso, fus.

      Me alegra mucho lo que dices, porque raras veces se oye a un hombre hablar de la importancia que tiene para él utilizar uno u otro tipo de calzado al conducir. Este es un tema que, normalmente, se considera exclusivo de mujeres y de los zapatos de tacón; y no, nos afecta a todos, además, tampoco los hombres somos impermeables a las modas y "al qué dirán".

      ¡Saludos!

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  3. Es muy importante este tema que planteas!!! sobre todo nosotras, las mujeres que manejamos!! Es más para mis viajes largos, tengo mi calzado!!! si quiero bajarme, no cuesta nada llevar otro!!!! cariñosssss

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    1. Gracias por tu comentario, Mariela, y perdón por el retraso.

      Lo voy a aprovechar para completar la respuesta que le di a fus hace unos momentos. Es cierto, que se suele dar por hecho que este asunto os afecta más a vosotras, pero en realidad, creo que está bastante repartido, pues los hombres solemos tener el pie más grande y en cuanto el diseño del zapato está algo sobredimensionado puede ser un estorbo para manejar bien los pedales.

      Por otro lado, también hay muchos hombres que utilizan botas de seguridad en sus trabajos y con las que también conducen, por ejemplo, los que se dedican al mantenimiento y reparación de redes eléctricas y un montón de cosas más; claro, que en muchos casos, utilizan vehículos bastante bien diseñados para esas labores, pedalier incluido, pero no siempre. Y qué decir, de aquellas botas vaqueras que estuvieron bastante de moda hace años: con tacón, suela muy resbaladiza y demasiado fina, puntera que alargaba mucho su longitud...

      Me parece muy bien lo que haces para los viajes largos, pero te animo a que lo extiendas también para los recorridos cortos y habituales... Dios no lo quiera, pero nunca se sabe cuando nos puede sorprender una situación crítica en la que un pequeño detalle puede marcar la diferencia entre superarla bien o no.

      Un abrazo.

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    2. Hola!!! Tienes razón!!! muchas veces viajo y recorro 7 KM de un trabajo a otro, y no sé si se justifica el decir "siempre apurada". Debo tomar conciencia que en un segundo pueden suceder muchas cosas!!! Debería tener incorporado el concepto tanto para cortos o largos recorridos!! muchos cariñosss

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    3. ¡Hola Mariela! Me alegra que hayas recogido el testigo y que de algo te sirva mi trabajo.

      Ahora, te diré algo sobre ese "siempre apurada": ...saca un poco a relucir tu parte masculina. A ver, no sé en tu precioso país, pero acá, muchas mujeres viven muy alocadamente, de un modo muy antinatura, tienen que ser maravillosas en todas las facetas... Las de la generación anterior a la mía, vivían mejor. Pero bueno, a la hora de conducir, siempre llega un momento en que suelo decir a las alumnas que sean un poco hombres, en un primer momento, a veces hasta se asustan, pero yo les digo, ¿tú no te has fijado que los hombres, normalmente, somos más tranquilos y panchorros que vosotras? Sííí... Suelen contestar, pues copia algo de eso que para conducir te vendrá de perlas, te lo aseguro. A fin de cuentas, todos tenemos nuestra parte femenina y masculina, ¿por qué no potenciar más una u otra en función de qué nos interese más en un momento dado?

      Buan noche, Mariela. Un abrazo.

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