martes, 31 de marzo de 2015

DÍAS DE RADIO, ENERO 2015 (y 4) -VIOLENCIA EN LA CARRETERA-

Antes de nada, y aunque sea brevemente, comentaré dos asuntos de la entrada anterior que había dejado para esta con el fin de centrarme en el aspecto que me parecía más importante: el miedo a conducir o amaxofobia. Son los siguientes:

Coches baratos.

No es la primera vez que hablamos sobre esto en la radio, y sigo pensando lo mismo, puesto que no he descubierto nada que haga cambiar mi opinión, en general, bastante desfavorable hacia estos coches nuevos que se venden a precios notablemente más bajos que sus modelos equivalentes de otras marcas, u otros modelos de la misma marca.
No sólo son las formas, sino las aleaciones, las distintas combinaciones de metales,
la resistencia de los materiales, las soldaduras, el tiempo de estudio que se emplea... y un sinfín de
detalles más, los que pueden marcar unas notables diferencias entre cómo
libera energía una estructura u otra en caso de colisión.
Fuente: www.gaddi.com
La diferencia en el precio, necesariamente, ha de obedecer a alguna razón y, generalmente, en su mayor parte se debe a que cuesta menos construirlos, muy probablemente, porque no gocen de la misma calidad y criterios con los que se fabrican sus “primos” homólogos. Considero muy significativos los estudios que realiza Euro NCAP, y creo que es muy recomendable consultarlos cuando pensamos seriamente en comprar un coche pues parece que el mayor ahorro se logra en materia de seguridad pasiva, en cosas que no se ven pero que tanto tienen que ver con la disipación de energía que puede lograr un modelo u otro ante la posibilidad de un accidente. Cuanta más energía se libere en trabajo de deformación del vehículo, menos llega a los ocupantes, disminuyendo así, en principio, el número y gravedad de sus lesiones.

En mi opinión, y generalizando, porque siempre está presente la posibilidad de que ignore algún modelo, los coches “low cost” me parecen caros, pues es posible comprar modelos superiores usados y en buen estado a menor precio; personalmente, prefiero esta última opción. 

¿Controlarán la velocidad de los peatones?

No, rotundamente. España es muy surrealista, pero tanto... Este es uno más de los muchos ejemplos que, desafortunadamente, nos ofrecen los medios de comunicación sobre sacar unas normas de contexto (y bastante lógicas, por cierto, si se piensan bien) y hacer llamativos titulares con ellas.


CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 28-1-2015.


  • Visito con GetxoBlog la Colección Miguel de la Vía
  • Relato del señor Mejías sobre un suceso violento en el tráfico. 
  • Un jubilado sufre heridas leves al chocar con varios coches en Getxo.
  • Un oyente pregunta por el teléfono de la Jefatura Provincial de Tráfico de Vizcaya. Por cierto, es este: 944 421 300.
  • Una oyente comenta que en una ocasión se le “enredó” el pie entre la alfombrilla y el pedal del embrague. 
  • La Ertzantza analizará las pruebas de drogas. 
  • Juego interactivo presentado por Tráfico del Gobierno Vasco. 
  • Los coches que compran los vascos. 
  • Un coche se sube a la rotonda de Pío X en Deusto, Bilbao. 
  • Otro oyente dice que se ven muchos Audi y Mercedes.

Violencia en la carretera.

Acabaré escribiendo sobre esto más extensamente en otro momento, hoy quiero resaltar un ejemplo que me parece perfecto para que todos tomemos nota y, llegado el caso, actuemos de igual modo que su protagonista: el señor Mejías, asiduo oyente de esta emisora y a quien considero un amigo, por ello, y por lo que le conozco, no tengo ninguna duda de que la historia que dejaré aquí a continuación es cierta, a pesar de no haber sido testigo de la misma. 

La ira es una voraz termita de nuestra atención.
Aunque no actuemos -primer dibujo por la izquierda- nos mina por dentro,
de ahí que sea imprescindible manejar bien su control y de verdad.
Es difícil, pero resulta vital que lo logremos.
Fuente: descargarwarez.com
Me la escribió él en mi página de Facebook. Antes, sólo recordar lo que tantas veces he dicho y digo a mis alumnos: “En una pelea siempre perdemos; si nos va bien, porque seguramente acabaremos en una comisaría, juzgado, o hasta en la cárcel; si nos va mal, en un hospital o en un cementerio.” Luego mejor mantenemos a la particular bestia que todos llevamos dentro encerrada bajo siete llaves. Quiero insistir en el “todos”, pues también la tiene esa persona que nos parece mucho más pequeña y débil que nosotros. Esta es la historia:

A ver, lo que te quería comentar de los nuevos conductores es lo siguiente: El otro día iba una chica con su coche y su “L” y pecaba de ir un poco lenta, pero joder, ya te lo esta avisando con su “L” que es novata, como hemos sido todos.


Bueno, pues un señor con su Mercedes achuchándola, pitándole... yo que sé. Llegamos a una rotonda, la conductora la HIZO BIEN, se fue a su carril derecho e iba bordeando la rotonda; pues el del Mercedes pasó de carril en carril pitándole y diciendo disparates, total, que la chica terminó subiéndose al bordillo. Yo en un momento dudé... me voy a por el del Mercedes, le cruzo la furgoneta y le rompo la cara o me ocupo de la chica que hasta se le caló el coche. Me dio por lo segundo, me acerqué al coche y le dije: “tranquila no es culpa tuya, tú ibas bien”; me dijo “se me ha parado y ahora no arranca”, con las lágrimas en los ojos. Le dije: “¿Gasolina o gasoil? Vale mejor, estos no se ahogan, quita el contacto totalmente, apaga el coche, ahora enciende sin dar al arranque, vale, ahora arranca”. A la primera. Le cambió la cara, nos dimos la mano y hasta otra. 

A LO QUE VOY: Cuando veamos una “L”, por ahí hemos pasado todos, no seamos abusones y pónselo lo mas fácil posible, es de muy mal conductor avasallar, insultar... y poner de los nervios a un conductor que acaba de coger el coche por primera vez. No le incites a correr, pues aún tiene pocos kilómetros, déjalo en paz y cuando puedas lo adelantas, lo mismo con los coches de autoescuela, y cuidadín si ves a más de tres personas dentro pues se puede estar examinando, y que tú le pites o le distraigas, puede suponer suspender, entonces también respeta a los coches de autoescuela que lo que van dando es una clase para un nuevo conductor como fuiste tú en un tiempo. Gracias.

Accidentes de Pío X y Getxo.

Los mencioné en la entrada anterior, pueden verlos aquí y aquí. Son dos tipos de accidentes que parecen muy excepcionales en vía urbana, casi imposibles y muy aparatosos, pero en realidad, no son tan raros y cada vez menos. Basta con andar por la calle y observar un poco, para darse cuenta de que el nivel de conducción, en general, es demasiado bajo, si añadimos que en las vías urbanas todo el mundo da por hecho que, en el peor de los casos, sólo podemos tener un pequeño golpe de chapa porque se va “despacio”, las cada vez más numerosas distracciones a causa del mal uso del teléfono, el famoso “total, para ir de aquí ahí”, el exceso de confianza de conocer y repetir la misma ruta una y otra vez sin darse cuenta de que las circunstancias son siempre diferentes, y estas son las que mandan. 

¿No tienen la impresión de que sucesos similares ocurren
demasiadas veces y que van en aumento?
Fuente: www.diariodeleon.es
No es extraño que alguien se asuste mucho ante una situación concreta, sobreactúe, entre en pánico, pise el acelerador en lugar del freno, a fondo, en una marcha corta, y el coche logre una aceleración brutal con la que se puede sufrir y causar mucho daño al vencer resistencias que suelen parecer imposibles de salvar. 

Por poca experiencia que tenga un profesor de autoescuela, ha visto muchas veces estas cosas en las clases prácticas; para los que llevamos más tiempo, curiosamente, es más novedoso, pues las hemos visto muy poco en el siglo anterior; también es mucho más de estos tiempos, comprobar que bastantes conductores manejan repitiendo los mismos errores que cometían estando en la autoescuela, pero ahora van solos y sin doble mando.

Hay un hábito que se debe arraigar desde la autoescuela: llevar el pie derecho al freno siempre que se suelte el pedal del acelerador. Muchas veces será un gesto inútil, pero no tiene más inconveniente que volver a cambiarlo de sitio; a cambio, no pocas veces, ese gesto, por sí sólo, nos evitará accidentes. Es más, haremos lo correcto, por más miedo que tengamos: clavar el freno.

Esteban


14 comentarios:

  1. Es muy buena idea lo de poner el pie en el freno si no se está acelerando. A mí me enseñaron a no poner nunca el pie encima del acelerador cuando se está parado en un paso de peatones (por muy desembragado que esté el coche).
    Personajes como el que comenta Mejías existen. Normalmente se ceban con quien 'no puede' (noveles, personas que van detrás de ciclistas, etc.). Eso sí, si alguien con un todoterreno premium dificulta el tránsito con toda la cara del mundo (ejemplo: aparcar dentro de una rotonda para ir a comprar el pan), entonces nadie se atreve a decirles nada.
    Como curiosidad te explicaré una anécdota: no sé en Bilbao, pero por aquí Barcelona es mucho más fácil cambiarse de carril cuando uno se quita la 'L'. Es como si, con la 'L', nadie quisiera dejar pasar para no quedarse detrás de un novel.
    Y una pregunta: ya que el nivel medio de conducción es bajo ¿qué nos aconsejarías a los conductores para que mejoráramos?
    Saludos!

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    1. Exactamente, Elisa, es una idea salvadora. Literalmente. Y la que dices que te han enseñado también se suele transmitir, incluso en terreno horizontal y con el coche completamente detenido, puesto que en algún lugar vamos a apoyar el pie derecho, mejor tenerlo apoyado encima del pedal del freno. No me gusta comparar coches y armas, pero a veces puede venir bien, y ese dicho tan conocido de que “las armas las carga el diablo”, creo que conviene tenerlo en cuenta en el manejo de automóviles.

      En todas partes hay personas que actúan como el conductor del que habla Mejías, es cierto, pero lo mejor es contar con ello, y pensar, como nos decía un profesor que tuve, “no importa lo que los demás te hagan, sino las decisiones que tú tomes con respecto a ello”, procuro no olvidarlo nunca, pero también he aprendido que, en realidad, nadie estamos libres de actuar en alguna ocasión como un cavernícola. Debemos vigilarnos mucho, porque la contradicción es una característica muy humana, pienso yo.

      Lo que cuentas sobre los cambios de carril con o sin la “L”, aquí también sucede; imagino que en todas partes. No siempre es culpa del, digamos, veterano; muchas veces, es posible que este haya esperado y cubierto en balde a un conductor novel que nunca se fía, también ocurre mucho que el novel piense “es que nadie me deja”, cuando están en la autoescuela lo dicen casi todos los alumnos, naturalmente, les replicas que nadie tiene porqué dejarle, basta con igualar velocidades y buscar un hueco indudablemente amplio. Todos nos necesitamos y debemos ayudarnos, pero quien en un momento concreto necesita de ayuda no debe permanecer pasivo.
      Otra cosa es lo que cuentas sobre esa típica actitud de sentirse por encima del bien y del mal que algunos conductores de “todoterrenos premium” y similares adoptan; si por mí fuera, yo a esa gente les quitaba el carnet y les precintaba el coche una temporada con el fin de curarles de un plumazo soberbia y estupidez; lo primero es obvio, y lo segundo en realidad también, porque ¿no se dan cuenta de que nunca se sabe a quién pueden estorbar? Aunque es una situación que me enerva bastante -como puedes comprobar-, me consuela mucho pensar que tarde o temprano todos nos encontramos con la horma de nuestro zapato. Ya se toparán con un “dios” superior.

      Sobre la pregunta que me haces... No es por echar balones fuera ni por hacerte un vano halago, Elisa, lo sabes; pero es que tú eres un perfecto ejemplo de cómo mejorar el nivel de conducción, ¡lo has hecho y lo haces muy bien! Por mi parte, y aunque quede feo decirlo, creo que tanto este blog como el libro son dos buenos puntos de apoyo. Esta pregunta me ha hecho pensar que tal vez deba contestarla poniéndola en la lista de mis próximas entradas, no estoy seguro todavía porque he de revisar algunas para ello, pero tomo nota porque seguramente habrá aspectos o perspectivas que aún no he tocado. También puedo adelantar que, en realidad, todo empieza por un examen de conciencia y un propósito de enmienda; y, claro, hay que ser muy consciente de la necesidad de aprender más. Quizá esto sea lo más difícil, porque está muy extendida la idea de que esto de conducir nace con uno; incluso aunque alguien quiera aprender más, como las autoescuelas “sólo son para aprobar” y parientes y amigos “no me quieren enseñar” pues hay quien, a buena fe, no ve otro modo de lograrlo que poniéndose a ello a la buena de Dios. Ahora que lo pienso... hasta puede ser esta una de las claves de porqué arraiga la famosa trilogía de cinturón/casco, velocidad y no drogas como pilares de la seguridad.
      En fin, lo pienso. Moltes gràcies i saludos!

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    2. Pues sí, Esteban. Creo que uno de los primeros pasos a recomendar para mejorar en la conducción sería leer tu libro y seguir este post. Al menos hablando por experiencia propia. También recomendaría leer el blog de D. Arturo de Andrés, porque allí se aprende mucho de coches y la información es muy rigurosa, y conocer la máquina que llevamos es siempre un factor importante a nuestro favor. Puede resultar ridículo, pero yo me sentí mucho más segura cuando entendí qué era qué debajo del capó de mi coche.
      De todas maneras no creo que el aprendizaje de la conducción sea algo que despierte mucho interés, ni tan sólo por los aficionados a los coches. Es bien curioso. Y no hablo ya sólo de seguridad, sino del punto de orgullo que da hacer las cosas bien y de la rabia que da cuando algo no sale como nos hubiera gustado.
      Lo de la 'L' es lógico... a nadie le gusta ir detrás de un novel, y eso es lo que te va a pasar si le dejas cambiarse...¡Saludos!

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    3. Hola Elisa:
      Ahora mismo tengo en mente otra entrada a la que le estoy dando vueltas y que quiero dejar aquí lo antes posible, pero no olvidaré tu pregunta que, por cierto, aunque sólo te di un anticipo de respuesta, tú has completado muy bien con esa referencia a don Arturo, un auténtico maestro del que tanto aprendí y aprendo, cuyo blog, últimamente y muy a mi pesar, apenas si puedo visitar y muy irregularmente. También la redondea ese “conocer la máquina que llevamos... pero yo me sentí mucho más segura cuando entendí qué era qué debajo del capó de mi coche.” Me encanta que lo veas así, lo cual es muy excepcional, te lo puedo asegurar, así que me da mucha alegría esa afirmación. Yo creo que siempre que trabajemos con una máquina debemos conocer los principios básicos de su funcionamiento, al menos; porque aunque eso no nos permita repararla en caso de avería, sí se logra hacer un mejor uso de la misma y tenerle respeto.

      Lamentablemente, como bien dices, aprender a conducir no despierta interés. Y eso que todos sabemos que en ello nos jugamos vidas y haciendas, propias y ajenas; y que todo el mundo conoce casos próximos de desgracias. ¿Qué mayor motivación? Y sin embargo... Ni por ese sano orgullo que mencionas de lograr hacer las cosas bien. Es un misterio.

      Sé que no es tu caso, lo sé, pero a quienes protestan de los que van con la “L”, siempre les recuerdo que para todos hay una primera vez, que hasta el más experto puede cometer el más estúpido de los errores y que por propio egoísmo, por nuestra propia seguridad conviene cuidarle. Y me encanta poner esta guinda: ¿Se imagina usted que a ese novel al que va acosando, queriendo pisar el embrague a fondo para cambiar de marcha pisa el freno? No es tan raro, en la autoescuela pasa; si no me cree... acompañe a cualquiera de mis colegas en una clase práctica y lo verá.
      ¡Saludos!

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    4. Tienes razón en lo de la L, Por otro lado, conocer la máquina da mucha seguridad. Si no, un coche parece como algo enorme con semi-vida propia, y eso no da ninguna confianza. Al menos es mi opinión. ¡Saludos!

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    5. Con respecto a los conductores noveles olvidé una cosa: todos necesitamos de alguna ayuda de los demás alguna vez, por muy bien que logremos conducir, así que cuando nos encontramos con alguien que está empezando hay que tender una mano si es necesario. ¡Qué menos!
      Comparto totalmente tu opinión sobre el conocimiento de la máquina.
      ¡Saludos!

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    6. ... De hecho es que creo que estos conductores que se 'ensañan' con los noveles no pueden ser sino conductores muy mediocres. ¿O es que esto lo haría todo un profesional? ¡Saludos!

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    7. Quiero pensar que un profesional no hace eso, pero... ya sabes, de todo hay en todas partes y alguna cosa rara he visto. En todo caso, por lo que puedo ver, ese tipo de comportamientos tan salvajes también son muy excepcionales entre los conductores “normales”, afortunadamente.
      ¡Saludos!

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  2. Manejar no es mi pasion
    pero en USA debes hacerlo
    Tu sabes los transportes son un desastre. Los seguros de autos hna aumentado una barbaridad
    Yo pago cada seis meses $ 610 dolares por mi lease.
    Los accidentes estan a la odfen del dia..
    Aqui la gente maneja desde los 16 años acompañados y ya a los 17 estan todos los jóvenes sueltos..La congestión de tránsito es terrible en la ciudad
    Yo vivo en las afueras por lo tanto no es tan dificil....
    te sigo leyendo

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    1. ¡Gracias Mucha!
      Lo que me cuentas se corresponde con lo que me han dicho otras personas, entre ellas unas cuantas estadounidenses, y, desde luego está muy lejos de lo que considero ideal para hacer uso del automóvil en cualquier lugar del mundo. Entiendo que en la mayor parte de EE. UU. el coche es imprescindible, pero también que se ha dejado la faceta formativa en unos mínimos demasiado bajos que se compensan facilitando la tarea con la construcción de carreteras muy fáciles, tanto dentro como fuera de las ciudades, al tiempo que se realiza un férreo control policial sobre los conductores.

      Esos, más o menos, 100 euros mensuales que pagas por utilizar un coche nuevo y moderno, aquí serían una ganga, te lo aseguro.

      Nada que objetar a que manejar no sea tu pasión, claro; pero, si le pones una pizca... Lo harás aún mejor, irás más segura, reducirás el riesgo de choque por alcance (recuerdo que me has hablado de eso otras veces)... En fin, cuídate mucho en todo caso.
      Un abrazo.

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  3. Bueno, solo paso a saludarte, no voy a comentar, tengo que respetar mi descanso para respetar a los demás. Solo decirte que me parece una lección formidable. Un aplauso prolongado y hasta siempre. Un beso.

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    1. ¡Muchas gracias, Marina!
      Nunca había pensado en “respetar mi descanso para respetar a los demás”, en cuatro palabras, como quien dice, me has dado toda una lección. ¡Gracias!
      Un abrazo.

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  4. En una pelea siempre perdemos; si nos va bien, porque seguramente acabaremos en una comisaría, juzgado, o hasta en la cárcel; si nos va mal, en un hospital o en un cementerio.” Luego mejor mantenemos a la particular bestia que todos llevamos dentro encerrada bajo siete llaves. Quiero insistir en el “todos”, pues también la tiene esa persona que nos parece mucho más pequeña y débil que nosotros.
    magnifico relato te felicito
    Podrias hacer de tu blog un libro para calmar los ánimos de los locos que andan dando vueltas en el internet y en la calle
    Un aplauso

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    1. ¡Muchas gracias, Mario! Y por la idea.
      Tu comentario también me ha hecho reír, cosa que es siempre es de agradecer, y sí, ojalá mis palabras calmaran un poco algunos ánimos, están demasiado encendidos por todas partes.
      Un abrazo.

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