Desde 2005 y por resolución de Naciones Unidas se dedica cada tercer domingo de noviembre a la memoria de cuantas personas han sido y son víctimas de este tipo de accidentes, directa o indirectamente.
Es la primera vez que dedico una entrada a este día, quizá haya cometido un error por no haberlo hecho desde que existe este blog, y no es porque sea insensible a tantos dramas y tragedias que se derivan del tráfico, porque, entre otras cosas, tengo muy presente que puedo vivirlas en carne propia cualquier día y en cualquier momento, aunque vaya andando, y pongo de mi parte cuanto creo necesario para no sufrirlas y para que otros tampoco las padezcan. Después de todo, a ello he dedicado mi vida y tengo intención de seguir haciéndolo en lo que me queda de ella.
También es cierto y reconozco que cada vez me da más pereza hacerme eco del “día mundial...” de lo que sea. Todo es importante, desde luego, pero da la impresión de que cada día es un recordatorio de algo terrible de lo que nadie estamos libres, y tanta insistencia... no sé a ustedes, pero en mí ayuda a disipar atención y memoria.
Por otra parte me resulta descorazonador lo que pude leer, escuchar y ver sobre este tema en los diversos medios de comunicación, algunos blogs supuestamente serios y entendidos e incluso en las referencias de no pocos de mis colegas en las redes sociales. Siempre se oye lo mismo: use el cinturón, los sistemas de seguridad para niños y el casco, por un lado; no tome alcohol ni ninguna otra droga, por otro; respete las normas y, cómo no, respete los límites de velocidad. Nunca oigo ni leo ni veo: ¡Vaya mucho más allá de estas simplistas indicaciones, evite limitarse a ellas porque correrá un serio peligro!
Nunca veo que nadie se cuestione si una persona tiene verdadero control sobre la velocidad hasta el límite indicado, o incluso menos. Nunca veo, con tantos que nos pintan el factor velocidad como algo sacado directamente del infierno, que nadie proponga limitarla a 50 km/h en vías interurbanas (todas) y a 25 km/h en las urbanas, por poner un ejemplo fácil de recordar que hasta permitiría ahorrar un dinero en señales, paneles y demás. Nunca veo que se publiquen y divulguen investigaciones serias sobre accidentes y la verdadera raíz de sus causas. Nunca veo que el gobierno se preocupe lo más mínimo porque las autorizaciones administrativas que expiden para conducir los diferentes vehículos sean a cambio de que los aspirantes a las mismas demuestren conocimientos y destrezas suficientes, más bien al contrario. Tampoco veo un control efectivo de las carreteras por parte de la policía más allá de los controles de velocidad y alcohol y otras drogas; hace décadas que no veo a un par de agentes de tráfico apostados a ambos lados de la carretera en un cambio de rasante sin visibilidad, por ejemplo.
Sí veo, en cambio, horrorosas imágenes y vídeos con el único fin de que nos dé miedo ponernos al volante. ¿Se imaginan fregar los cacharros después de que les hayan bombardeado el cerebro con millones de mensajes diciéndoles que si rompen un vaso se van a cortar las venas? Pues será mucho más probable que les ocurra, ¿verdad? El miedo hace más probable que suceda aquello que tememos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) -que desde el escándalo de la “gripe A” me ofrece muy poca credibilidad, por cierto- afirma que el 90 % de los accidentes de tráfico se producen en los países pobres, que tienen el 45 % del parque móvil mundial. Desgraciadamente, en estos países, la amenaza a la integridad física que puede suponer un accidente de tráfico es el menor de sus problemas; dudo mucho que si estuviese en su lugar me preocupase algo el cinturón de seguridad, cómo llevar a mis niños, etcétera. Medidas útiles para cuando ya se ha producido el accidente, ¿pero alguna idea de cómo evitarlo, por favor?
Llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales, sólo queda "leer" con suma atención la carretera y sus circunstancias, permanentemente, y actuar en consecuencia. |
Les diré algo al respecto y acabo porque esta entrada ha de salir hoy. Es muy obvio y hasta puede parecer que les tomo el pelo, pero no, pueden creerme, es que estoy convencido de que muchas veces se nos escapa lo más evidente, mucho más en este tema, dada la nefasta, intensa y persistente propaganda fatalista con que martillean nuestras neuronas desde que nacemos.
Salvo fenómenos sumamente extraños e improbables, un accidente de tráfico sólo puede producirse por dos razones:
Cuando vamos al volante de un automóvil, llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales, miramos hacia adelante y vemos lo que hay, el coche responde con inmediatez y nobleza a lo que nuestro cerebro ordene a manos y pies, este percibe lo que tenemos delante por la vista... luego, si vemos y actuamos en consecuencia difícilmente chocaremos o nos saldremos de la calzada. Muy difícilmente, ¿no? Y, si no hay visibilidad suficiente disminuimos la velocidad lo bastante para que, en el peor de los casos, el choque tenga mínimas consecuencias.
- Dos objetos intentan ocupar el mismo lugar del espacio (colisión o atropello).
- El vehículo se sale de la vía.
Cuando vamos al volante de un automóvil, llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales, miramos hacia adelante y vemos lo que hay, el coche responde con inmediatez y nobleza a lo que nuestro cerebro ordene a manos y pies, este percibe lo que tenemos delante por la vista... luego, si vemos y actuamos en consecuencia difícilmente chocaremos o nos saldremos de la calzada. Muy difícilmente, ¿no? Y, si no hay visibilidad suficiente disminuimos la velocidad lo bastante para que, en el peor de los casos, el choque tenga mínimas consecuencias.
Es necesario ir muy atentos al camino, observar lo que sucede en cada momento y ejecutar acciones de inmediato a cuantos problemas y soluciones tenemos pensados de antemano, y pensar en lo que razonablemente puede ocurrir diferente o nuevo para procesarlo y resolverlo rápido si se da el caso.
Básicamente, conducir puede ser tan fácil o difícil como uno se lo proponga. Y he aquí la cuestión: proponérnoslo, decidir; evitar poner nuestra fe (por pura comodidad, generalmente) en las muchas mentiras que constantemente nos cuentan. ¡Buena ruta!
Básicamente, conducir puede ser tan fácil o difícil como uno se lo proponga. Y he aquí la cuestión: proponérnoslo, decidir; evitar poner nuestra fe (por pura comodidad, generalmente) en las muchas mentiras que constantemente nos cuentan. ¡Buena ruta!
Esteban
Entradas relacionadas: PASO A NIVEL (1), PASO A NIVEL (2), PASO A NIVEL (y 3), CHOQUE CON UN JABALÍ (2).
Etiquetas: Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, víctimas, accidentes, tráfico, carretera, miedo, amaxofobia.
Etiquetas: Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, víctimas, accidentes, tráfico, carretera, miedo, amaxofobia.
Hola Esteban:
ResponderEliminarHace poco me acordé mucho de tí al leer este enlace:
http://www.conbici.org/joomla/index.php?option=com_content&view=article&id=46&catid=36
En concreto, el párrafo siguiente:
'Una queja típica sobre las guías de seguridad ciclista habituales es que suelen aconsejar poca cosa aparte de que lleves el casco y respetes las normas de tráfico. Pero fíjate en lo siguiente: llevar un casco no servirá en absoluto para prevenir que un coche te atropelle. Por supuesto, el casco puede ayudar si te atropellan y es una buena idea llevarlo, pero tu primer objetivo debería ser evitar que te atropellen antes que nada.'
La misma lógica aplastante en la que tanto incides.
Un saludo!!
Me ha encantado el enlace, Elisa. Moltes gràcies!!! Ya era hora de encontrar algo verdaderamente útil, cierto y realista. Además, ni al ciclista se le pone como víctima ni a quien va en coche como un agresor sistemático, se ciñe a los hechos. ¡Muy bueno!
EliminarCon el coche pasa lo mismo: dan por hecho que nos vamos a estrellar como un inevitable fatalismo, nada inocente, es pura dejadez de no ir a la raíz y justificar con ello una rentable política represiva. El cinturón está muy bien si se produce el accidente, pero díganme cómo evitarlo, enséñenme y no me permitan conducir si no he aprendido.
Tomo buena nota y lo divulgaré cuanto pueda. ¡Saludos!
Sí, creo que es la guía definitiva para ir en bici por la ciudad. Mucha gente no va en bici por miedo. Obviamente a nadie se le escapa que ir con casco y respetar las señales no es suficiente para asegurar la integridad como ciclista, así que dan por hecho de que eso de la bici es sólo para jóvenes, atletas y gente con muchísimos reflejos.
ResponderEliminarOtra cosa que nunca he entendido es por qué no abren una página web sencilla donde los usuarios habituales de una vía podamos expresar los problemas que detectamos (y que desde un despacho es obvio que no se detectan), antes de que ocurran desgracias. En el campo de los medicamentos, esto existe, es la denominada 'tarjeta amarilla', que permite a cualquier ciudadano notificar cualquier sospecha de reacción adversa de un fármaco. Por ejemplo:
https://administracionelectronica.navarra.es/GN.FarmacoVigilancia.Web/Pantallas/mtoTipoNotificacion.aspx
En cambio, no existe, sorprendentemente, nada parecido en el campo del tránsito. Hoy mismo he intentado enviar un e-mail sobre un punto que me parece (desde que han colocado una valla que impide ver nada que no tengas prácticamente encima) un peligro, pero parece que los únicos trámites sobre tránsito que puedo hacer es pagar o recurrir multas.
Saludos!
Me gustó mucho esa guía, Elisa, y te agradezco mucho el enlace que me enviaste. Por cierto, en el que me envías ahora me sale una advertencia de seguridad, pero he encontrado este otro:
Eliminarhttp://www.navarra.es/home_es/Temas/Portal+de+la+Salud/Profesionales/Documentacion+y+publicaciones/Publicaciones+tematicas/Medicamento/BIF/Sistema+de+notificacion+espontanea.htm
Parece que es lo mismo y abre sin problemas; no sabía nada de esto, es muy interesante, gràcies, lo divulgaré en esta semana.
En cuanto a poder comunicar a los ayuntamientos anomalías que vemos en la calle, tengo entendido que muchos sí tienen cauces para ello, otra cosa es el caso que nos hagan. Tiene que haber algo en Barcelona, no sé... o igual en las ciudades grandes se diluyen más estas “nimiedades”. En todo caso, sí debería haber alguna forma sencilla de poder canalizar las quejas y personas que las atiendan, desde luego.
Los periódicos locales también suelen hacerse eco de estas sugerencias, los del grupo Vocento (en Barcelona no hay ninguno) cuentan con un apartado específico en el que también se pueden aportar fotos, cosa que en las clásicas “Cartas al Director” no cabe. En una de estas me contestó al día siguiente, también en el periódico, el concejal de tráfico de Bilbao; con una sinceridad asombrosa, me gustó mucho el detalle y su diligencia, diré su nombre: don Ibon Areso Mendiguren. Lo bueno hay que decirlo. Y en Portugalete manifesté en el periódico y con carteles “in situ” (firmados y citando la autoescuela en la que trabajaba) el riesgo de atropello en un punto en el que era necesario un semáforo, y, para mi sorpresa, lo pusieron en pocas semanas. Es una bobada, pero me hace mucha ilusión tener “mi” semáforo, francamente. Lo que no encuentro es el enlace del diario, si doy con él lo dejo por aquí. Te deseo mucha suerte, porque sin duda harían muy bien en tener en cuenta lo que digas.
¡Saludos!
Hola Esteban: ¡ha de hacer ciertamente ilusión tener un semáforo!!!
EliminarMe gustaría mucho ver el enlace del diario. Saludos!
En cuanto dé con él te lo hago saber y lo pongo también por aquí.
EliminarGrácies, saludos!!!
Hay un cosa tan sencilla como es: ESTAR EN LO QUE ESTAMOS y así evitaríamos muchos accidentes.
ResponderEliminarEn mi última entrada cito un grave problema de nuestros días, cuando vamos conduciendo y la gente no está pendiente de la carretera por estar obsesionados con el utensilio omnipresente de nuestros días.
El otro día casi me atropellan porque la chica que conducía iba escribiendo mensaje por el móvil en vez de fijarse en la carretera. Creo que se han producido varios accidentes por este motivo y veo una difícil solución.
Siempre es mejor prevenir que curar, aunque en nuestro días medidas preventivas, como es el caso, brillan por su ausencia.
Totalmente de acuerdo, Manuel. Ando muy retrasado por razones imperativas y todavía no he visto tu entrada, pero lo haré en cuanto pueda.
EliminarCuando voy andando procuro establecer contacto visual con el conductor que se aproxime antes de cruzar la calzada y durante, intentando percibir si me ha visto o no, a veces ves que te ven y notas claramente que bajan la velocidad para detenerse, pero mientras hacen eso, algunos ya echan mano del móvil para aprovechar y nos pueden dar un susto. Algún día habría que valorar cuántos accidentes de todo tipo está causando el mal uso de estos aparatos, son como una nueva droga.
Un abrazo.
Me ocurre como a ti amigo esteban, me cuesta hacerme eco del "día de...", pues todos los días deberíamos tener presentes a las personas y a los hechos.
ResponderEliminarEvidentemente debemos ir muy atentos al volante, sin nada que nos distraiga y en perfectas condiciones.
Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
Pues sí, es como dice Manuel en el comentario anterior: “ESTAR EN LO QUE ESTAMOS”. Esa es la clave, y para todo. En realidad nada nuevo, pues ya está escrito en el Eclesiastés, dejo enlace al final. Sé que tú no lo necesitas, amigo, pero puede que alguien lo descubra por aquí y le venga bien; desafortunadamente a muchos jóvenes se les ha arrebatado un conocimiento religioso que, independientemente de fe y liturgias, nos enriquece como personas, nos ayuda en el camino de esta vida, nos aleja del ser animal, ayuda a crecer y dilata nuestra cultura. Un grave error que pagaremos muy caro.
EliminarQue tengas una buena semana. Un abrazo.
P. D.: Hay un tiempo para todo: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Eclesiast%C3%A9s+3&version=NVI
Las personas que manejan deben ir atentas y cuidar su vida propia y la de los demas.
ResponderEliminarAsí es, Boris. No es tan complicado, cuidando de uno mismo se cuida automáticamente de los demás.
EliminarUn abrazo, amigo.
¡Hola Esteban!
ResponderEliminarEstá muy bien esta entrada, dedicada al día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico. Aunque todas las que nos entregas son importantes.
Este 1 y 2 , me parece muy interesantes y como a seguir lo vas explicando.
Dos objetos intentan ocupar el mismo lugar del espacio (colisión o atropello).
El vehículo se sale de la vía.
No sé lo que va a pasar con los coches sin conductor totalmente automáticos que están saliendo a pruebas en carretera. Igual ya no se necesitará ni carnet... Y si me toco la lo-quería... Igual puedo tener uno, si no muero antes!...
Me gustaría que en una de tus entradas, nos hablaras un poco sobre estos. Y dogo yo, cada vez habrá menos puestos de trabajo, todo lo harán las maquinas.
Un abrazo, Estaban.
Estimada Marina, ¡no te mueras nunca! Ya, ya sé que todos tenemos que pasar por ello, pero las personas como tú... ¡sois tan necesarias! Perdona (también por el retraso, por favor), pero se me pasó por la cabeza lo dicho de inmediato y con fuerza, no podía dejarlo en ella.
EliminarDas en el clavo con lo que dices al final “habrá menos puestos de trabajo”. Muchos menos, diría yo, y sin embargo son muchas las personas que parecen entusiasmadas con “las nuevas tecnologías”, para algunas es como si fueran un Dios. Hay gente que alquila su casa a forasteros, su coche, seguramente pronto cualquiera podrá hacer de taxista... Y todo el mundo lo ve bien, como es más barato, dicen... ¿Y las empresas que antes prestaban esos servicios? ¿Y sus trabajadores? Pues lo que tú dices: a la calle. Da miedo cómo está cambiando la mentalidad.
En cuanto a los coches sin conductor... no sé qué pasará, claro. Yo no acabo de verlo, y desde luego no me gustaría nada, porque no me fío en absoluto, y para ir de los nervios mucho más pendiente de lo que hay que ir ahora, prefiero el tren, por lo menos hasta puedo pasear. Por otra parte, en principio, ¿para qué se querría carnet? Por si falla, dirán algunos, pero si apenas tienes práctica, ¿qué más da? Sí me gustaría escribir un día sobre esto, tomo nota de tu sugerencia y te la agradezco, pero te adelanto mi mayor esperanza: a quien menos le gustará esto de que el coche vaya solo será al gobierno, imagínate lo que perderían de ingresar en multas.
Un abrazo.