¡Otra bendición! Conozco a Txema Castro desde hace unos cuantos años y casualmente llegó a sus oídos el pasado verano que había escrito Conducir sin miedo por lo que me hizo llegar el recado de que en septiembre le llamase. Así lo hice, y sin propósito concreto alguno, después de hablar por teléfono en varias ocasiones sin poder fijar cita para poder hacerlo personalmente, pero dándole en una de esas llamadas el nombre de mi sitio Web y de este blog, por fin, quedamos en vernos el día 21 del pasado mes de octubre en la emisora OYE RADIO de Basauri a las 10 de la mañana.
Llegué al lugar indicado con un libro debajo del brazo y la única intención, por mi parte, de charlar con Txema, darle el libro, esperar a que se lo leyera y citarnos nuevamente después, cuando él me avisara. Si en ese encuentro me decía que le había gustado, entonces, ya hablaríamos de las posibles acciones a llevar a cabo con él, si no, conversaríamos igual, con Txema siempre es agradable hacerlo. Siendo mi intención la dicha, mi sorpresa fue mayúscula cuando al poco de charlar ese viernes me dice Txema que ya puedo empezar. ¿Empezar qué? Repliqué yo. Pues a dar algunos consejos, indicaciones... cosas de coches y tráfico, un ratillo... ¿Por la radio?, ¿en directo? Sí, claro, bueno, si no quieres... Pero yo tenía pensado que empezaras hoy.
Ni que decir tiene, que yo albergaba, más bien me atenazaban serias y más que razonables dudas de que pudiera decir una sola frase audible, y no digamos ya mínimamente inteligente e interesante para alguien. Ese día, ni había tomado un café, tan siquiera y aunque las 10 de la mañana es una hora más que razonable para que cualquiera esté a pleno rendimiento, no suele ser mi caso -excepción hecha de conducir-, soy mucho más búho que alondra, biorritmos mandan. El caso es que pensé, que ya puestos... después de todo solo tenía que hablar algo de lo que llevo haciendo muchos años, además, como antes de la mencionada charla, Txema me había mostrado la emisora y presentado a sus (y ya, en parte, mis) compañeros Ainhoa y José Ángel, viendo también que éste último estaba echando un vistazo al libro y que por allí había a la vista fotocopias de mi Web y blog, le dije a José Ángel, que por favor, me ayudase, que él me preguntase lo que quisiera y yo le respondía. Y este fue el prolegómeno de mi primer día de radio.
Terminé nervioso, emocionado, contento y, pareciéndome increíble, José Ángel me dio un implícito apto y me propuso continuar los miércoles a las 12 del mediodía, hora del Ángelus, una hora hermosa, frontera, ni AM ni PM. Me gusta, y mucho más, esto de hablar por la radio, lo paso bien, me divierto, me río... ¡Engancha! José Ángel, con quien estoy en el estudio, es un espléndido actor que me presta una inestimable ayuda, un locutor cuya vocación se manifestó en su más tierna infancia, tan claramente, que, más que vocación es una marcada e inequívoca línea principal de su destino.
La frecuencia modulada tiene un alcance limitado y muy condicionado por accidentes geográficos que, en Vizcaya, afortunadamente, son muchos y preciosos, mas, a donde no llegan las ondas puede llegar -este también bendito- Internet, aunque, eso sí, en directo a eso de las 12:00 del mediodía de los miércoles, también ecuador de la semana.
Ainhoa, José Ángel, Txema... Eskerrik asko!
Esteban
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