¿Mienten, engañan, dicen medias verdades, son poco rigurosos, inexactos? No sé qué pensarán ustedes, pero yo creo que sí. Tampoco sé si son muchas veces o pocas, pero demasiadas sin duda. Todos podemos comprobarlo, todos sabemos bastante sobre ciertos temas y cuando en prensa, radio o televisión hablan de ellos es fácil comprobar si lo hacen con suficiente rigor. Lamentablemente, y en general, la falta de precisión con la que nos hacen llegar las noticias es alarmante.
A la velocidad siempre se le puede echar la culpa de todo, si ningún vehículo se mueve no hay accidentes. Fuente: andreachavarriadotcom.wordpress.com |
Y alarma y enfado fue lo primero que me produjo el titular que pueden ver aquí. La noticia la vi en el blog de la Asociación de Examinadores de Tráfico (ASEXTRA), escribí un comentario en él y me ha parecido conveniente trasladarlo a este espacio. Ya saben que no me gusta copiar y pegar, pero siendo todo de mi cosecha... ¿Por qué no? En el comentario hago alusión a otra noticia vista en el mismo blog que pueden ver aquí, y aquel, lo tienen a continuación íntegro y en cursiva.
No veo nada en el desarrollo de la noticia que explique el titular, salvo lo relativo a vías urbanas, lo que no es ninguna novedad. La noticia me parece sumamente alarmante, demagógica, imprecisa y con unas cuantas falsedades que flaco favor hacen a la seguridad vial por la que aboga. Por ejemplo, cuando dice:
“Se trata de conseguir que la velocidad sea considerada socialmente incompatible con la seguridad vial a semejanza del alcohol o no utilizar el cinturón o el casco.”
Empezando por el final, desde luego no utilizar cinturón o casco, según proceda, es una estupidez; aunque no llevar casco sólo puede suponer daño para uno mismo, de igual modo que si en un coche viaja sólo el conductor y sin cinturón. Pero comparar la velocidad (nada dice de exceso o no) con la ingesta de alcohol es una falacia. Además, se puede tomar alcohol y conducir. Y aunque se hablase de exceso de velocidad, nada tiene que ver con el exceso de alcohol.
Superar las velocidades máximas permitidas, en sí mismo, no tiene porqué suponer ningún riesgo para nadie, y pueden ser perfectamente adecuadas. Lo contrario, circular dentro de los límites a velocidad inadecuada, siempre es peligroso. Siempre. Con un riesgo potencial de accidente muy elevado. Y, qué curioso: nadie controla esto nunca, salvo algunas veces, a toro pasado, después de producirse un accidente. Muy curioso.
Por otra parte, estamos hartos de conocer denuncias por excesos de velocidad que superan los 200 km/h sin que pase absolutamente nada. Aquí mismo, en el post anterior hay un ejemplo de ello, y en la misma noticia se cuenta que un hombre ha fallecido tras sufrir un accidente con un quad, y dudo mucho que hubiese ningún exceso de velocidad en ese caso.
Centrar la política de tráfico (me niego a decir “seguridad vial”, pues no es cierto) en una represión sistemática y dura de los excesos de velocidad, justificándola con regulares campañas de publicidad que alimentan el miedo, hace que la mayoría de los conductores, no todos, pero sí la mayor parte, se dividan en dos grandes grupos: El más numeroso de estos lo componen conductores temerosos que antes se dejarán embestir por un camión que superar un límite (entre otras cosas porque al camión ni lo verán), no sabrán llevar el coche recto por lo negro, frenarán en plena curva e in extremis, superarán límites específicos (los más importantes), etcétera. Los conductores del otro grupo sólo evitan las multas, no tienen miedo, pero se aburren soberanamente, así que procuran entretenerse con los distintos sistemas de conectividad que tienen sus coches, sus smartphones, sus apps... Caramelos que ofrecen los fabricantes como puro recurso de marketing sin que papá Estado diga ni pío. Otra cosa muy curiosa. Con este panorama, ¿cómo no van a salirse tantos de la vía?
Podría seguir, como pueden ver este asunto me cabrea mucho; pero bueno, me he desahogado, y, ¿quién sabe? Igual ayuda a alguien a quitarse la venda.
Un saludo.
Por si alguna persona no ha abierto el enlace -falta de tiempo, a veces no funcionan o van lentos-, diré que el Código Penal contempla como delito (ahora, desde ya hace unos cuantos años, y no en un futuro) el hecho de rebasar la velocidad máxima permitida en 60 km/h, en vías urbanas, y en 80 km/h en vías interurbanas. Así, sin más, haya o no peligro, bastante probable si se circula a 111 km/h o más en poblado, y mucho menos probable en autopista si se circula a 201 km/h o más, siempre, claro, que el conductor sepa lo que hace y todas las demás condiciones sean favorables.
Hace unos días tuve noticia de un caso que me contó una persona (esta sí, rigurosa y seria) que cuenta con toda mi credibilidad. Me decía, que un compañero de trabajo conduce con el espejo exterior derecho plegado, al ofrecerse a ponérselo bien -dando por supuesto que se trataba de un despiste- su compañero le dijo que no porque él siempre conducía así y sólo utilizaba los espejos interior e izquierdo.
He puesto el punto y aparte porque me resultó impactante. Además, no pasa de 70 km/h ni en autopista. Esta velocidad es legal, la mínima obligatoria en autopistas y autovías es 60 km/h, salvo que existan señales o circunstancias que indiquen otra inferior, pero conducir a esa velocidad sin motivo que lo justifique entraña mucho riesgo y de forma constante. A 70 km/h, y menos, circulan muchos camiones en autopistas si van cargados y subiendo, pero es lógico, no sorprende, son mucho más grandes que un turismo y se les ve mucho mejor.
A mí también me costó creerlo, pero les puedo asegurar que estas cosas ocurren a muy baja velocidad. Fuente: www.diariomotor.com |
Bien, lo que les acabo de contar es un ejemplo, que se me hace muy llamativo por lo del espejo, sin embargo yo he visto bastantes veces a personas que conducen con los espejos recogidos, uno u otro, o los dos. Siempre que veo a alguien conducir así me mantengo más en guardia respecto a él, amplio los márgenes y lo pierdo en cuanto pueda. A donde quería llegar, es a que este tipo de conductores es mucho más habitual de lo que parece, ya cometan estos mismos errores u otros de semejante gravedad y peligro, generando un riesgo constante para sí mismos y para los demás. Mucho más que los grandes errores en un momento concreto, son los “pequeños” y variados malos hábitos continuados los que nos llevan al accidente. Y estos se alimentan en la falta de autodispciplina, exigencia, responsabilidad y respeto por uno mismo y el prójimo; a sabiendas de que se está realizando una actividad de riesgo en la que se involucra a personas inocentes. No hay derecho.
Esteban
Es que nos hemos creído que la conducción es una tarea sencilla que consiste en conocer los mandos, llevar un tanque 'seguro' , seguir las normas y tener reflejos. No hemos entendido que se trata de una tarea complicada que requiere anticipación, 'oficio', donde hace falta desarrollar 'olfato'... En fin.
ResponderEliminarAdemás es un campo en el que todo el mundo considera que es 'buenísimo' (y los demás malísimos), cuando lo que tendríamos que hacer es ser un poco más autocríticos y darnos cuenta cada día de todo aquello que hubiéramos podido hacer mejor (seguro que hay algo). Es la única manera de avanzar y quizás llegar a esa palabreja que tan poco me gusta pero que está tan de moda: 'excelencia'. Saludos!
Buen día, Elisa. Das en el clavo una vez más. Me sorprende tanto como me alegra la visión tan certera que tienes del fenómeno del tráfico, y más aún cuando pienso el poco tiempo que llevas inmersa en él y que tu trabajo no precisa del manejo de automóviles.
EliminarEfectivamente, debemos analizar cada viaje y cada recorrido que hacemos con el coche, durante y después, buscar los errores, sus causas y el modo de corregirlos. Como bien dices, es la única manera de avanzar. Y cuando no identifiquemos errores (pocas veces ocurre), pensar qué podemos hacer mejor. Sin convertir todo esto en una obsesión, claro, sólo en un hábito. Te puedo asegurar, que cuando repasas un viaje (durante y después) sin descubrir ninguna equivocación, se siente muchísima satisfacción. Subimos a lo más alto del “cajón” de una “carrera” imaginaria contra nosotros mismos, contra nuestra imperfecta humanidad y sus contradicciones, contra la insoportable levedad del ser. No sé si viene a cuento esta última frase, sólo intuyo que sí; en realidad, el título de esa famosa novela nunca estuve seguro de haberlo entendido bien, y eso que la leí y vi la película pero, no me siento seguro. Aunque eso sí, me encanta, es tan redonda, tan de sentencia con mayúsculas y a la vez tan abierta...
Tampoco me gusta la palabra “excelencia”, me lleva irremediablemente a pensar en ciertos hombres con un inmenso poder económico, político o militar, o en los tres aspectos, que lo utilizan para someter a muchos de forma injusta y cruel.
¡Saludos y felicidades, buena conductora!
Hola Esteban. Muchas gracias por tus ánimos. La conducción es una tarea interesante, teniendo familia resulta casi necesaria, y hacerla bien me parece muy importante y gratificante. Y eso exige trabajo, al menos para los que no hemos nacido enseñados ni hemos sido agraciados con eso de la ciencia infusa.
EliminarPor eso no acabo de entender muy bien que las autoescuelas no funcionen como 'escuelas de conducción' con diferentes niveles, al estilo de tantas otras escuelas: de música, de artes marciales, etc. En fin, supongo que para que funcionara tendrían que sacar una impresionante campaña de márketing que cambiara muchos esquemas mentales actuales. De hecho he de decir que en muy pocos círculos puedo hablar de eso de 'querer mejorar en la conducción'. No se percibe como algo normal. La reacción habitual es que la gente sospeche que si quieres conducir mejor es porque te sientes especialmente torpe, o 'amaxofóbica'. O aún peor: pensando que, dado que eres una mujer, lo más probable es que seas las dos cosas a la vez. En fin. mejor callar y esperar que las cosas cambien, aunque no veo por ahora ninguna señal de que desde las administraciones nos animen a nada más que no sea el buenismo típico de siempre.
Saludos!
No se merecen las gracias, Elisa. Te lo has ganado a pulso, además, aunque lo he pensado muchas veces creo que nunca te lo he dicho, pero hoy no se me escapa: Empezar a conducir sola en Barcelona y alrededores, desde luego, tiene doble mérito (por lo menos), no tiene nada que ver con haberlo hecho en Soria, por ejemplo. Y no creo que nadie llegue a este mundo sabiendo cosas pero, ¿quién sabe? El otro día hablando con una experta profesora, mencioné lo de los dones, ella me dijo que no creía en eso, que lo que solemos denominar así no es más que motivación, que es lógico que si algunas personas (entre las que me cuento) desde niños se imaginan conduciendo, de jóvenes aprenderán con mucha más facilidad y lo harán mejor. Quizá tengas razón pero me resisto a perder la magia del don, le dije. En fin.
EliminarTienes razón sobre los diferentes niveles con relación a las autoescuelas, yo lo he intentado muchas veces sin conseguir un sólo alumno para las diferentes propuestas que les hice, y eso que afinaba el precio al máximo, pero claro, algo hay que pagar y muy pocas personas están dispuestas a hacerlo una vez tienen el carnet; sin embargo, sí sé que algunos alumnos (muy pocos) hicieron cursos de perfeccionamiento en circuito, cosa que yo no podía ni puedo ofrecer, pero que me parece muy bien. La reacción de la gente cuando dices que quieres aprender más sobre conducción, es la que cuentas, sí, salvo muy raras excepciones; si te sirve de consuelo, también me ha pasado a mí cuando he comentado que iba a hacer algún curso de conducción, incluso ente mis colegas, me miraban raro, casi parecían sospechar como que me había dado algún mal que había mermado mi capacidad para conducir, en serio, para mí fue una reacción muy curiosa y sorprendente; además, de hecho, en los cursos que hice los instructores me confirmaron que era el primer profesor de autoescuela que habían tenido hasta entonces. Ahora, esa actitud con respecto al carnet de conducir también la observé cuando hice el curso de vuelo en mis compañeros, aquí me llamó más la atención, y se daba una enorme diferencia entre cómo pensaban antes (todo prudencia) de obtener título y licencia y después (todo audacia), y eso que la edad media rondaba los 40 años como poco. Escribiré sobre esto un día.
No es mala idea la campaña de marketing, creo que CENAE podría hacerla, y el Gobierno por supuesto. Lo que no sé es si daría resultado, pero en todo caso no creo que les interese a ninguno ni ahora ni nunca, es más fácil meter miedo y poner multas. Una pena.
¡Saludos!
Bueno, un buen gobierno tiene que interesarse por el bien de la comunidad. Si no, ¿qué hacen?
EliminarSobre lo de los dones natos, pues fíjate que llevo muchos años en el mundo de la investigación y he visto muchas personas diferentes a lo largo de estos años. No dudo que haya gente más dotada que otra para hacer los 'niveles iniciales', pero quien llega realmente lejos (entendiendo por llegar lejos a hacer una investigación interesante) siempre tiene dos características: disciplina y pasión, que a la larga pasan claramente por encima de estas habilidades iniciales.
Una lástima que no exista este tipo de aprendizaje en autoescuelas. En fin. Espero el relato sobre el curso de vuelo! Saludos!
Estoy de acuerdo con el fin del buen gobierno, pero, en este país creo que llevamos siglos sin saber lo que es eso, salvo excepciones. Entiendo tu pregunta como puramente retórica, mas no puedo resistirme a contestar sin utilizar la famosa frase de Bécquer: “¿Y tú me lo preguntas?” Con mis palabras, y muy, muy resumidamente: No hay gobiernos en España, sólo un montón de teatrillos de marionetas.
EliminarComparto totalmente lo que dices sobre los dones, y es cierto, he pensado en lo que dices y creo que yo también lo he visto en algunos alumnos. Sin disciplina y pasión los “dones” se diluyen.
Cierto lo que dices sobre las autoescuelas, pero bueno, cabe la posibilidad de pedir un aprendizaje “a la carta”; la clave es dar con el profesor adecuado, porque estoy comprobando con mucha tristeza que no es tarea fácil.
Tengo ganas de contar cosas sobre el curso de vuelo y lo que tiene en común con la autoescuela, además, durante muchos años, y como una excepción a lo dicho en el primer párrafo, funcionaron escuelas de vuelo con una forma de trabajar que me parece ideal, tanto para aprender a volar como a conducir. Pero tardaré un poco, aún no tengo ni fechas para esas entradas.
¡Saludos!
Por supuesto que mi frase sobre los gobiernos era retórica. Tengo ganas de que expliques lo de la escuela de vuelo. Por supuesto que debe tener una forma de trabajar envidiable, entre otras cosas porque el 'carnet de piloto' no es una cosa que todo el mundo quiera obtener de manera masiva.
EliminarUna vez un piloto profesional me explicó alguna cosa de su época de aprendizaje y... a ellos sí les enseñan a revisar el aparato, entre otras cosas.
Saludos!
Jo, Elisa, lo siento, pero me temo que pasará un tiempo hasta que hable de la escuela de vuelo. Aunque a lo mejor no es tanto como me parece ahora. No sé, porque igual un día veo que viene al hilo de otra cosa y sale. El caso es que durante unas décadas hubo unas escuelas de vuelo a vela (aviones sin motor) que funcionaban de un modo que me parecía ideal, para eso, y para aprender a conducir, aunque con este fin no funcionaron nunca. Y encima era baratísimo, casi todo el gasto lo financiaba el Estado. Pero han desaparecido todas, lamentablemente. Bueno, estables sólo había dos, en Ocaña y en Huesca, en verano había otra en la sierra de Madrid. En Huesca hicieron aeropuerto (fantasma, a ver qué pinta un aeropuerto en Huesca) y adiós escuela. La de Ocaña aún funciona, pertenece a la sección de aviación deportiva de Aeana, pero el alumno corre con todos los gastos. Y si, entre otras cosas te enseñan a revisar el avión, es fundamental.
EliminarUna de las cosas que más me llamó la atención fue la actitud de los alumnos, de mis compañeros, sobre todo en cuanto pasaban el examen. La edad media rondaba los 40 años (quizá algo más) y se supone que a eso de volar no vas contaminado por la familia ni la sociedad, nadie te dice que es muy fácil, etc. Al contrario: cómo se te ocurre, te vas a matar... Así que deduzco que se engañaban ellos solos, no eran todos, pero sí la mayoría. Y desde luego, tanto el manual como los instructores no te animaban a hacer locuras, precisamente. También pienso, que cuando se está allá arriba, escuchando el viento, tú solo... la sensación de libertad es tan, tan intensa, la desconexión con todo lo demás tan fuerte, que es fácil sentirse superior, no por soberbia (creo) sino por tan privilegiado como te sientes, y es fácil sobrevalorar las propias capacidades. Los instructores nos insistían hasta la saciedad en respetar siempre los protocolos de seguridad, y la disciplina es fundamental, para con uno mismo y con respecto a quien hace de jefe de pista (que viene a ser como un controlador pero a vista y con la radio). Me lo pasaba tan bien, Elisa, que hasta cuando el instructor me echaba la bronca recién aterrizados (con razón, sin nada que objetar) no se me borraba la sonrisa y sus palabras no tenían ningún efecto, hasta que me daba cuenta de mi grosería, hacía un paréntesis y procuraba tranquilizarle, le decía, tienes razón pero no te preocupes yo aprendo lento, pero aprendo muy bien, te estoy muy agradecido pero, francamente, ¡me da igual! me lo paso muy bien, no sufras que aprenderé, es que me distraigo con el placer del vuelo, es un milagro. Y enseguida nos entendimos perfectamente.
Bueno, mira por donde, así a lo tonto... no es un mal adelanto, ¿verdad?
Bona nit!!!
Desde luego, gracias por este interesantísimo adelanto!!
EliminarQué menos, Elisa. Tienes mucha paciencia con este "pisapedales" que te deberá gratitud siempre, y con mucho gusto, porque también es un privilegio. Además, todo sea dicho, me va la marcha, bien lo sabes.
Eliminar¡Saludos!
Paciencia??? Yo me lo he pasado muy bien en este blog, he aprendido muchísimo y lo he recomendado a quien me quiera oír. Tuve mucha suerte de encontrar este sitio. ¡Saludos!
EliminarMOLTES GRÀCIES, Elisa!!!
EliminarY vaya que si tienes paciencia, te hago esperar mucho; y eso no es lo más importante que tengo que agradecerte, claro.
Me alegra mucho que lo pases bien por esta, tu casa.
Saludos i bona nit!!!
... Sólo faltaría... tener clases gratuitas de conducción online y encima 'dar prisas'...
EliminarPues sí, me lo paso bien en este blog y cuando hago recorridos 'habituales' no se hacen aburridos porque aparte de ir de 'A' a 'B', pues voy practicando lo leído... Saludos!
Eso es lo que siempre he intentado, que otras personas aprendan al tiempo que lo pasan bien para que lo hagan con gusto, sin angustia ni miedo. Qué ancho voy a dormir.
EliminarGràcies y bona nit!!!
Gracias a tí, saludos!
EliminarLos excesos como lo define la RAE, es cuando nos sobrepasamos de ciertas medidas o reglas. Por eso todo exceso es un signo de peligro y ello merece un estudio para llegar a la cordialidad de la medida más lógica.
ResponderEliminarComo siempre mi querido amigo Esteban te ruego no te canses de impartir educación vial.
Un abraciño grande.
Rosa María Milleiro
Es cierto lo que dices respecto a los límites, Rosa María. Pero pienso que los límites deben estar justificados por razones y no por arbitrariedades políticas. Los límites de velocidad genéricos, al menos en autopista y autovía, en mi opinión no están justificados. Un conductor que se precie debe conocer sus límites, igual que un montañero debe saber cuándo renunciar a hacer una cumbre; 10 m, o menos, pueden suponer la diferencia entre vivir o morir, más todas las posibilidades intermedias y el dispositivo de rescate que ha de ponerse en marcha en todo caso con riesgo para la vida de otras personas, por muy profesionales que sean.
EliminarAdemás, en la carretera, muchos conductores tienen un límite personal inferior al legal y si superan el primero se pondrán en grave riesgo de accidente sin rebasar el segundo, entonces, ¿qué seguridad garantizan?
En tanto Dios me dé salud, no creo que me canse nunca, querida amiga. ¡Gracias!
Un abraciño grande.
querido Esteban
ResponderEliminarte leo y me maravillas
el detalle que pones en tus entradas. tu blog es tan tuyo como lo es el mio en mi
Los blogs son parte de nosotros y nuestras vidas.
Tus comentarios son únicos
tu pluma de poeta es intensa como intensos son los momentos que vivimos
un abrazo poeta
Muchas gracias, querida amiga, por los vientos tan estimulantes que me haces llegar con tus palabras.
EliminarMis talentos son tan limitados como modestos, desde luego, y bien que lo siento. Pero las entradas las trabajo lo mejor que sé y puedo, y me doy; quizá esto sea lo más importante y la clave de todo. Vos también te expandes generosamente en tu blog y pones una deshinibida pasión en él, todo esto lo hace auténtico y, quien más quien menos, lo percibe y aprecia. La libertad seduce mucho, pero también conlleva el riesgo de suscitar envidias.
Pondré empeño en intentar merecer el título de poeta que me regalas, no sé cuando, pero lo haré. ¡Gracias por el adelanto!
Un abrazo.
el transito es Miami es tremendo y si bien cada uno mantiene su carril la mayoria maneja escribiendo. texteando o hablando en el telefono
ResponderEliminarte diria que son el 70% de los conductores por lo tanto los accidentes estan a la orden del dia
Es tremendo lo que me cuentas de Miami, MuCha. Y en absoluto lo dudo, que conste. Imagino que en Florida no está prohibido utilizar el teléfono y conducir, pero, para mí es tan elemental que son tareas incompatibles... ¿Cómo se atreven? Aquí el porcentaje es mucho menor, pero creo que va en aumento y tiene mala solución.
EliminarUn abrazo.
eres un tipo increible
ResponderEliminarse lo ve de lamanera que escribes y comentas
Muchas gracias, pain. ¡Muchas gracias!
EliminarPienso que escribir, sobre lo que sea, es un acto de libertad. Intento ejercerla al máximo y evitar traicionarme. Espero no perder nunca este rumbo.
¡Saludos!
Hola Esteban:
ResponderEliminarEnhorabuena, una entrada que invita a la reflexión.
Saludos.
Muchas gracias, Juan. Siempre hace ilusión tu visita.
EliminarSaludos.