Vivo sin televisión -se puede, doy fe- desde mediados de los ochenta, pero a veces la veo algo en casa de otras personas, en estos días he podido ver varias veces un anuncio de Toyota en el que el pasajero de un coche formula la siguiente pregunta a su conductor: “¿Alguna vez te has preguntado qué hay debajo del capó de este coche?” “¡Pues deberías!” Dispara mi mente de inmediato, porque tal como está planteado el anuncio, antes de que el conductor conteste ya sabemos que su respuesta será “no”. Y, efectivamente, la respuesta de quien va al volante es un inquietante “no”.
Pueden ver aquí el anuncio.
Estar en el lugar de ese pasajero me resultaría angustioso, sinceramente, y pienso resistirme a hacer esa pregunta siempre que alguien me lleve, creo que prefiero no saberlo, porque difícilmente alguien que nunca ha mirado el compartimento que alberga el motor de su coche puede ser un buen conductor. Habrá casos, supongo, porque la diversidad humana y sus contradicciones parecen infinitas. Pero qué poca confianza inspira esa negativa. ¿Se imaginan que respondiese a igual cuestión, negativa y tan lacónicamente -como se ve en el anuncio-, el piloto del avión que les lleva rumbo a América en mitad del Atlántico, por ejemplo? O, por poner otro ejemplo, ¿el conductor del autobús que lleva a sus hijos al colegio? Pues eso.
Desde luego el anunciante quiere dar una imagen de fiabilidad absoluta, y creo que lo consigue. Pero no es real, y con esto no pretendo poner en duda la calidad del producto, que podrá ser todo lo excepcional que se quiera, pero alguna vez falla. Ni siempre ni a todos, pero por muy bien que se hagan las máquinas a veces se averían; después de todo, no dejan de ser objetos construidos por humanos y una de las características de nuestra especie es que nos equivocamos. Todos, sin excepción.
Tapón para añadir aceite a la izquierda, varilla a la derecha con tapón amarillo. |
Hablando de Toyota, automáticamente llega a mi mente el famoso incidente que sufrió Carlos Sainz en Lloret de Mar al tomar la salida en un tramo del Rallye de Cataluña, cuando al iniciarlo se encontró con que el coche no arrancaba. Según leí, pasar una horas nocturnas al lado del mar en una noche -previsiblemente húmeda- provocó que la electrónica fallase. Curiosamente, su coche fue el único que no había sido cubierto por una funda en ese tiempo de reposo. Y se jugaban mucho, se había invertido mucho tiempo, esfuerzo, trabajo y dinero. Pero no arrancó. No me resisto a recordar que Carlos Sainz, hasta ahora, ha sido el único piloto español que ha ganado el Campeonato del Mundo de Rallyes (dos veces, y bien que se mereció más); es un piloto que siempre admiré, y me molesta bastante la generalizada mofa que se suele hacer de él por estos lares, dándose una vez más la circunstancia de que es más reconocido y respetado fuera de nuestras fronteras que aquí.
Comprobaciones básicas.
Por más fiable que sea el coche que manejamos -sea nuestro o no- hay que abrir el capó, comprobar los niveles y observar regularmente uno mismo. Además, en época de frío, no es raro que un gato se refugie en él en busca de calor, aunque se guarde el coche en un garaje. Aquí pueden ver un caso sobre esto.
Acostumbrarse a realizar comprobaciones rutinarias en la máquina, previene averías y nos ayuda a ser conductores más conscientes y mejores. Estoy convencido; ya saben, una cosa lleva a la otra... Lo que se debe mirar es:
- Nivel de aceite.
- Nivel de líquido refrigerante.
- Nivel de agua en el depósito del limpiaparabrisas.
- Líquido de frenos.
- Líquido de la dirección asistida, si la hay y lo tiene.
- Bornes de batería, si están limpios, y nivel de agua si es que se puede ver (algunas van selladas). Si hay que añadir, sólo agua y destilada.
- Comprobar tensión de correas, si está a la vista y se puede, y observar posibles síntomas de desgaste en ellas.
- Presión y estado de neumáticos.
- Comprobar luces.
- Y, al menos de cuando en cuando, comprobar consumos de combustible.
Depósito de líquido refrigerante o bote de expansión. Debe tenerse muy en cuenta el significado de esos dibujos, en la próxima entrada explicaré con detalle los motivos. |
Estas observaciones, normalmente, si se anda todos los días con el coche y bastante, una vez por semana; si se utiliza poco, por lo menos una vez al mes. Y siempre, antes de un viaje largo. Aceite, líquido refrigerante y presión de neumáticos siempre en frío; lo ideal es hacer estas comprobaciones por la mañana, antes de arrancar, después de que el coche haya pasado la noche en reposo y en terreno horizontal.
Parece mucho, pero en realidad lleva poco tiempo, a nada que nos esforcemos creamos un hábito y luego hasta nos sentimos raros y a disgusto si algún día nos dejamos llevar por la pereza. Ah, y procuren hacerlo sin prisa (son muy malas consejeras), asegúrense también de que todos los tapones que hayamos abierto están en su sitio, bien cerrados y la varilla del aceite bien metida antes de bajar el capó. Por cierto, algunos motores actuales ya no llevan varilla para comprobar el nivel de aceite, concretamente algún modelo de BMW, imagino que habrá más, lo que considero un despropósito de tiranía y subestima inaceptable.
A todo esto, y aunque no se trate de una operación básica de revisión, por supuesto, es necesario añadir el saber y entrenarse en cambiar una rueda pinchada por la de repuesto. Algunos coches no la llevan, pero sí tienen algún dispositivo que, teóricamente, la sustituye. No me gustan estas alternativas ni las ruedas de emergencia, prefiero rueda de repuesto de la misma medida que las otras; cuando el coche viene así, en algunos modelos se puede pedir rueda de repuesto en opción, opción que se paga a parte, lo que me sienta muy mal, pero si el coche nos gusta mucho o por todo lo demás lo consideramos ideal, yo pagaría, no sin antes intentar negociar ese aspecto en el concesionario o visitar otros porque me parece un abuso, francamente. En todo caso, si por lo que sea carecemos de rueda de repuesto convencional, naturalmente, habrá que saber perfectamente cómo funciona y cómo se utiliza el sistema que nos ofrecen a cambio.
En este lado del bote de comprobación del líquido de frenos pueden verse las marcas de máximo y mínimo. A poco uso que tenga el coche, será necesario pasar un trapo para poder verlas. |
Discúlpenme si insisto, pero saber cambiar una rueda lo considero imprescindible, por más que muchos vendedores de coches nos digan en el concesionario lo contrario, algunas veces se pincha alguna rueda, cosa más probable cuanto más desgastado esté su dibujo, aunque todavía permanezca algo por encima del mínimo legal, ya saben, el famoso 1’6 mm. También influye, y en la posibilidad de reventón (cuidado), el número de veces y la violencia con la que tropecemos contra los bordillos de las aceras al estacionar e iniciar la marcha, lo que puede causar daños poco o nada visibles en la estructura del neumático provocando un buen susto en alguna ocasión.
Siempre está situado enfrente del conductor y arriba. Se puede ver el símbolo de freno, el mismo que vemos en el salpicadero indicando que está puesto el freno de mano o de estacionamiento. |
Respecto a este asunto, no me resisto a contar, que muchas veces el vendedor de turno esboza una irónica e insolente sonrisa al tiempo que afirma que las ruedas ya no pinchan cuando uno está interesándose por un coche y quiere ver dónde va la rueda de repuesto y cómo es, si la tiene. Es una actitud que me resulta incomprensible, y, contrariamente a lo que se suele pensar, los vendedores que la adoptan no discriminan por sexo, edad... No, nos tratan a todos por igual; un servidor lo ha vivido en unas cuantas ocasiones, a pesar de que el vendedor sabía perfectamente a qué me dedicaba y, hombre, aunque no tanto como quisiera, se presume que algo sabré de coches, digo yo. En cualquier caso, todas las personas se merecen un respeto y una información veraz.
Depósito de comprobación de líquido para la dirección asistida o servodirección. Algunos coches ya no llevan asistencia hidráulica, parece que tiende a desaparecer. |
Algunos seguros incluyen el cambio de rueda en el de asistencia en viaje. Es un detalle que se agradece, pero prefiero cambiarla yo, estar a pie de carretera esperando la asistencia supone un riego añadido en cada minuto que pase, se producen bastantes accidentes por colisión de alguien que va circulando contra otro que está detenido. Y, sí, podemos pinchar en una carretera perdida de noche y lloviendo a mares, circunstancias en las que nada convendría ignorar lo que debemos hacer. En este caso, vendría muy bien un impermeable de plástico o un capa de las que se usan para ir al monte, cuestan muy poco dinero, tienen un peso insignificante, apenas si ocupan espacio y nos pueden librar de calarnos hasta los huesos. Y una linterna.
Anímense a abrir el capó, ya hace tiempo que pregunto a los alumnos si, por lo menos, no tienen curiosidad por saber si realmente hay un motor dentro, si es el que hemos pagado... No se encontrarán con un monstruo y el coche no es un electrodoméstico, ¡vamos en él!
Esteban
Hola Esteban: Me ha encantado este post! Yo también estoy a favor de que uno sea capaz de vigilar el estado y el mantenimiento de su máquina, y en contra de que cada vez lo pongan 'más difícil'. La idea creciente de que el mantenimiento de un coche es algo 'del taller' es algo tan absurdo como pensar que el cuidado de nuestra salud es cosa 'del hospital'. Y fíjate que aquí se hace el camino al revés: cada vez hay más aparatos que permiten que nos controlemos la tensión, el azúcar, etc. en casa, mientras que con el coche cada vez se impide más este cuidado personal. No sabía lo de algunas marcas con la varilla de aceite. Supongo que lo habrán cambiado por uno de esos sensores que se estropean cuando hay un fallo eléctrico.
ResponderEliminarDicho esto he de decir que no he cambiado una rueda en mi vida, por lo que deduzco que no sería capaz de hacerlo en ruta. Tengo ilusión de ir a la autoescuela un día a ver si puedo practicar. También creo que un buen servicio de las autoescuelas sería un curso de mecánica básica. Pero claro, tal y como está el estado de opinión no sé, sinceramente, si habría alumnos. Saludos y gracias por este magnífico post.
Moltes gràcies, Elisa! Además siempre tengo que agradecerte que redondees mis entradas con tus acertadas observaciones; esa analogía que has expuesto entre coches-talleres y personas-hospitales es perfecta y muy gráfica.
EliminarLo de cambiar la rueda... ejem, ejem... Vale, sé que estás muy ocupada, pero cuando tengas un hueco... procura demorarlo lo menos posible, nunca se sabe. Aunque estoy seguro de que si te vieses obligada a hacerlo lo harías sin problemas, quizá tardes más, te angusties un poco... ¡pero lo harías! Supongo que has visto el vídeo de mi amigo, te será útil; ya sabes, si se ve con atención se queda en la cabeza y luego sólo es sacarlo. No obstante, por supuesto que nada tengo que objetar si prefieres pasar por la autoescuela si así te vas a sentir más segura.
Hace ya unos cuantos años en Vizcaya sí había autoescuelas que daban cursos de mecánica básica y práctica, y seguro que en otras muchas provincias; si mal no recuerdo, o eran gratis o a un precio casi simbólico. Yo los he dado a nivel teórico, sí utilizaba piezas de desguace, diapositivas... No tuve ocasión de darlos prácticos, y me hubiese gustado mucho, porque, claro, no es plan de practicar en el coche con el que trabajas, utilizar el de un alumno para varias personas tampoco... Lo ideal sería disponer de un coche que no se use para dar clases y tener un lugar apropiado donde hacerlo, tampoco es cuestión de practicar en la calle, y siempre me han faltado ambas cosas. Hoy día, bueno desde ya hace unos años, hay dos problemas para hacer esto:
1. Lo que tú acertadamente mencionas: la actitud. Muy pocas personas están dispuestas a asistir a este tipo de cursos, ni siquiera gratis. Personalmente, siempre me ofrecí a todos los alumnos a enseñarles a cambiar una rueda, al menos cuando ya tuviesen el carnet y en su coche, por supuesto sin cobrar; hubo alguno que otro (muy pocos) con los que llegué a quedar algún sábado, la mayoría no aparecieron, se disculparon después, pero no fueron, con los otros sí lo hice, pero no sé si llegarían a 3 o 4. Y así hasta ahora. Bueno, algunos sí me vieron hacerlo a mí porque dando clases prácticas había pinchado, también cambiar algunas lámparas, esa es mi experiencia.
2. Desde finales de los 90 acá los coches se han ido complicando bastante: motores más grandes en espacios más pequeños, más equipamiento como dirección asistida, turbo, intercooler, aire acondicionado... además los fabricantes a veces ponen muy difícil hacer algunas operaciones sencillas, por ejemplo, cambiar un simple filtro de aceite en algunos modelos requiere una herramienta que sólo tienen ellos y hacerlo de otro modo, se complica mucho cuando no se convierte en una chapuza. Bueno, hemos llegado al extremo, de que algunas lámparas en no pocos modelos sólo se pueden cambiar en un taller, porque hay que acceder por debajo del coche, o desmontar no sé cuantas piezas, a veces la defensa delantera por completo... Por eso ya no es obligatorio ni llevar luces de repuesto, lo que lleva al absurdo de que si se funden dos luces de cruce de noche nos quedamos tirados en espera de la asistencia en carretera, que en algunos modelos, ni podrán cambiarlas “in situ”. Ya ves qué gracia, por dos bombillas. No obstante, conviene llevar siempre un juego de repuesto, al menos, si aparece alguien que sepa cómo cambiarlas las tiene. Los faros de xenón, muy buenos y aconsejables, si fallan, necesariamente han de cambiarse en un taller porque se sustituye la óptica entera. Yo los tuve en un coche y hasta casi los 300.000 km que hice con él no me fallaron nunca, también considero que tuve suerte, porque se puede tropezar con algo, romperse y se fastidió.
En los coches de los setenta sí que se podía trabajar a gusto, cabía la mano por todas partes, ahora ni eso, podemos comprobar niveles y, con suerte, muy poco más.
¡Saludos!
Gracias, Esteban. He visto muchos vídeos de cómo cambiar una rueda...pero yo no he usado nunca un gato y no quiero ni imaginarme qué podría pasar. La primera vez que cambié una luz me sabía la teoría... y me quedé con el juego de luces en las manos sin poder abrirlo. Afortunadamente di con un taller donde me enseñaron a hacerlo. Igual sería la solución con el tema de la rueda (en la autoescuela es muy complicado por todo lo que dices). En fin, ya sabes que tengo algunas asignaturas pendientes! Saludos!
EliminarDe nada, Elisa, no se merecen.
EliminarPara el cambio de rueda, las bombillas son otra cosa, entre taller y autoescuela yo elegiría la segunda; es diferente, y lleva más tiempo. Y aunque son ciertos los problemas de los que hablé y que sin duda afectan a muchas autoescuelas a la hora de plantearse clases de mecánica básica y práctica, esos inconvenientes no se dan para el cambio de rueda, a lo sumo basta con ir a un lugar tranquilo y seguro que bien puede estar bastante próximo, y con una hora, incluyendo el recorrido de ida y vuelta, si es que resulta necesario, en principio me parece más que suficiente. Seguro que lo tienes en mente así, pero lo diré igualmente: el cambio de rueda hazlo en tu coche.
También se me ocurre, que le puedes sugerir a mi colega que te prestas a que haga unas fotos o un vídeo de esa clase, a él le puede interesar para luego ponerlas en las redes sociales (seguro que tiene éxito), siempre que a ti no te importe aparecer como modelo, aunque también puede ser muy útil el reportaje sin necesidad de que salga en él tu rostro, si no lo deseas; sólo es cuestión de pensar un poco cómo hacerlo porque en realidad conque salgan las manos y los pies es suficiente.
¿Asignaturas pendientes? Y quién no, Elisa, yo tengo un montón; incluso como conductor, y no, no peco de falsa modestia, te lo aseguro.
Bona nit!
Tienes mucha razón, y en lo del vídeo no había pensado pero puede estar muy bien. Gracias de nuevo!
Eliminar¡De nada!
EliminarQue entrada mas interesante Esteban.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu excelente labor; ciertamente nos son muy útiles.
Que tengas buena semana amigo.
Un abrazo.
Ramón
Muchas gracias, Ramón. Me alegro.
EliminarYa casi me adelanto un poco y te deseo buen fin de semana.
Un abrazo, amigo.
Hola Esteban!!!
ResponderEliminarSolo paso a saludarte y darte la buena noches. Pasaré a leerte con calma en otro momento. Va de seguros..... Como se me cierran las persianas, me voy a la piltra. Besos y gracias.
Muchas gracias, Marina. Eres muy amable.
EliminarA mí sí que se me han cerrado, que ni me di cuenta de poner tu comentario anoche, usted perdone. Y curiosamente, estuve muy enfrascado (para nada, al final) intentando dejar un comentario en El Faro de Vigo.
Pero bueno, hasta puedo desearte buenas noches, aquí ya lo es.
Un abrazo.
¡Hola Esteban!!!
ResponderEliminarDe nuevo ando por aquí a leer tu entrada y que gusto ver lo bien que nos explicas todo lo relacionado con los coches, sus cuidados, sus pros y sus contras y las habilidades que todo conductor debe tener a la hora de cualquier pequeña avería, como cambiar una ruda.... O las facilidades que debería haber para aprender a hacerlo sin que cause un gran esfuerzo, aunque sin esfuerzo no hay nada! El que algo quiere algo le cuesta.
Y aunque yo no conduzca, siento inmensa curiosidad por saber algo de todo... en el gran capo abierto donde existen infinidad cosas de las que algo se aprende, si uno le pone interés. Y tú te expresas muy bien- muy claro- que no resulta difícil aprender algo también.
Aunque solo sea para aconsejar a mi chófer... si se produce un contratiempo. Seguro que diría... que sabrá usted señora? ja ja.
Bien, pues es un inmenso placer pasar a leerte.
Te dejo mi gratitud y mi estima siempre.
Un abrazo y se muy muy feliz.
¡Muchas gracias, Marina!
EliminarNunca te agradeceré lo bastante los ánimos y la alegría que me das.
Ahora, tú sí eres conductora: andas en bici.
Tampoco sería la primera vez que un chófer recibe un buen y acertado consejo de alguno de sus pasajeros, además, en esta función, con o sin carnet, todos podemos ser útiles dando ánimos, quitando hierro al asunto cuando se da alguna circunstancia desagradable con otro conductor, proporcionando una conversación amena que sin distraer ayude a permanecer atentos, seleccionando emisoras o música, pelando un caramelo, advirtiendo de algo que el conductor no pudo ver... Hay mil pequeños detalles que podemos tener con quien nos conduce que hacen mucho más cómodo, agradable y seguro el viaje. Después de todo, ir en coche es como la vida misma, cada cual tiene su papel, pero todos podemos hacer un pequeño extra e ir algo más allá para que la representación de la obra resulte más liviana, y bajado el telón, vaciados de nosotros mismos por el esfuerzo realizado nos llenemos de luminosa alegría y libertad.
Buena noche. Un abrazo.
P: D.: Ah, esa "inmensa curiosidad por saber algo de todo", creo que es el auténtico elixir de la eterna juventud. ¡Eres afortunada, amiga!
La publicidad engañosa lamentablemente esta presente en todo.
ResponderEliminar¡Ay!... Amigo y tocayo, Boris, lo siento, pero discrepo. Ha de haber gente honesta en las agencias de publicidad y en las grandes empresas, ¿no crees? Alguien tiene que haber, me niego a creer lo contrario.
EliminarUn abrazo.