domingo, 6 de marzo de 2016

ERRORES EN EL EXAMEN PRÁCTICO, EN ARAGÓN RADIO

El pasado jueves me llamaron de Aragón Radio desde Zaragoza invitándome a responder algunas preguntas sobre los errores más frecuentes en el examen práctico del carnet de conducir, al día siguiente, en su programa matinal Despierta Aragón.

Fuente: www.europapress.es
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

Esta emisora aragonesa, también tuvo la deferencia de llamarme en noviembre de 2014 para hacerme una entrevista sobre mi primer libro, Conducir sin miedo, y para hablar también sobre la amaxofobia. Siempre les estaré muy agradecido por haber reparado en mi trabajo, ya en dos ocasiones, nada menos. ¡Gracias, señoras y señores de Aragón Radio! 

El 2 de marzo, ABC publicó un reportaje sobre los errores más habituales que se dan en el examen práctico de circulación. Creo que es un asunto de indudable interés que nunca traté directamente aquí, así pues, resulta oportuno hacerlo ahora. La mayoría de las entradas que voy publicando, de forma más o menos directa o indirecta, pienso que son útiles para superar el mencionado examen y para prepararse para conducir bien en cualquier momento: antes, durante y después del paso por la autoescuela. 

Dejo AQUÍ el enlace de la emisión.
Comienza en el minuto 21:37 con un compañero de Murcia, sigue otro
compañero de Zaragoza y yo aparezco en el minuto 32:00 hasta el final, 39:28.
Me esfuerzo en procurar que quien lea este blog se anime a construir una sólida, buena y adecuada actitud tras el volante, antes de sentarse ante él y durante todo el tiempo que esté frente al mismo. La actitud previa nos llevará a decidir las acciones correctas, a ser vigilantes de las mismas para corregir los errores de ejecución o atención que cometemos, a ser más conscientes, responsables, libres, y, en mucho menos tiempo del que en un primer momento nos parece, desarrollar buenos hábitos que ya no se abandonarán nunca

En el mencionado reportaje del diario ABC (pueden verlo aquí), se ordenan como principales errores en el examen práctico los siguientes:
  1. Mala e insuficiente observación del entorno.
  2. Paso de glorietas o rotondas.
  3. Velocidad inadecuada (normalmente por defecto) en incorporaciones a otras vías. 
  4. Paradas y estacionamientos. 
Si entre un grupo de compañeros nos pusiéramos a debatir sobre esta cuestión concreta, estoy seguro de que podríamos pasar horas discutiendo y cada uno acabaríamos haciendo una lista diferente. Claro, que también podríamos recurrir a los expedientes de examen y tomar nota de los errores que más se repiten de mayor a menor frecuencia, lo que sería mucho más objetivo. Sin embargo, en mi opinión, la lista y el orden de fallos importan muy poco, lo fundamental es descubrir la raíz de los mismos. 

Una de las causas principales las cita el periódico y la aporta el señor Daniel Hernández, director de marketing en DonCar (imagino que también profesor) cuando, hablando de la fase teórica advierte: “normalmente la consideramos menos importante, cuando en realidad esa teórica nos va a servir para enfrentarnos mejor a la parte práctica.” Sin duda, esta afirmación es absolutamente cierta; claro que para ello es necesario dar clases teóricas de verdad sin limitarse a realizar test en grupo. Y que el alumno acuda a dichas clases, cosa que en la mayoría de los casos es harto difícil.

Comprobación de niveles o identificación de "periféricos" del motor
durante un examen práctico de circulación.
Fuente: www.lagacetadesalamanca.es
Ahí ya queda a la vista una de las principales raíces del problema: la actitud. Que el alumno quiera aprender. La mayoría ven la autoescuela como un engorroso e innecesario imperativo legal, también es cierto que la mayor parte de este numeroso grupo se acaban dando cuenta del error de concepto inicial (al que tanto ayudan los padres, cosa que me llega al alma), pero, prácticamente demasiado tarde, pues ya se han gastado un dinero, se han presentado a algún examen y no ven más salida que la huida hacia adelante. Casi todos logran obtener su permiso pero tras un proceso traumático y penoso, y aquí encontramos otra raíz importante que enlaza con la anterior: se acude al examen sin la preparación y el entrenamiento suficientes

Luego es muy fácil y tentador dejarse arrastrar por todos los tópicos y poner nuestra fe en los nervios, la mala suerte y la maldad de los examinadores. Esta trilogía clásica para justificar los suspensos a veces no es suficiente, entonces aún quedan el profesor y la autoescuela como chivos expiatorios (cuando no son también raíces del problema, que de todo hay). Como ven hay un buen repertorio, bien aceptado socialmente, donde diluir la propia responsabilidad; amigos, compañeros, parientes, padres (otra vez) confirmarán y reforzarán el reparto de culpas hasta casi o sin casi sentirse uno libre de ellas. Pero cuidado, porque en el fondo, la persona en cuestión sabe muy bien que quienes corean sus excusas nunca le pagarán una clase, ni le harán recuperar el tiempo y el esfuerzo perdidos, ni las ilusiones rotas, ni mucho menos se harán cargo de lo que pueda pasar después de tener el carnet. 

Decida aprender, busque un buen profesor (cerca o lejos de su casa), dése cuenta de que lo más barato no es el precio de la clase ni una tentadora oferta sino una buena enseñanza por alguien que de verdad conozca su oficio, sea honesto y lo ame, como dijeron en Aragón Radio los dos compañeros que me precedieron el pasado viernes (el primero de Murcia y el segundo de Zaragoza), y les creo, sería muy raro que mintiesen expresándose de ese modo. 

Después, olvídese del examen y déjese llevar; comprobará que aprobar será una consecuencia lógica de su buen aprendizaje, y los dichosos nervios unos buenos aliados que le mantendrán despierto, vivo, ágil y con buena capacidad de respuesta. Tampoco olvide disfrutar del proceso, de su propio esfuerzo, de sus logros (por pequeños que parezcan) ni del frescor que da el sudor de su espalda cuando acaba la tarea. 


Durante el examen práctico es muy habitual cometer muchos errores porque simplemente estamos pensando en otra cosa: en qué pensará el examinador de nosotros. También es muy frecuente querer hacerlo mejor que nunca en lugar de limitarse a hacer uno lo que sabe, lo que se ha aprendido. Evite sacar nota, sólo se califica “apto” o “no apto”, tampoco le darán un carnet superior por muy bien que lo haga. 

En la maniobra de estacionamiento evite dejarse impresionar por la presencia de quien le examine, es cuando más intensamente se percibe, pero recuerde que la maniobra se hace a la mínima velocidad posible, es muy difícil equivocarse; ah, y esa persona no le va a engañar, ni es malvada ni perversa, es una mujer o un hombre semejante a cualquier otra u otro, igual que usted, sólo hace su trabajo; pero escuche bien sus indicaciones, y pregunte lo que sea necesario, y explíquese si procede cuando tenga oportunidad, un argumento razonado y lógico (a veces) puede cambiar una calificación. En fin, lea la carretera y actúe en consecuencia.

El cambio de marchas manual y la coordinación necesaria de pedales y palanca es una fuente recurrente de problemas, algo que lleva su tiempo manejar suficientemente bien. Es muy raro ver algún expediente de examen sin alguna anotación en referencia a esto, aunque sea como falta leve. Por eso, creo que es importante tener en cuenta y pensar seriamente en la posibilidad de utilizar un coche con cambio automático cuando se está en la autoescuela. Sin duda, se ahorran un número de clases más que significativas; y, sí, luego sólo se pueden conducir coches con este tipo de cambio, pero, ¿cuántas veces vamos a conducir un coche que no sea el nuestro? Además, se puede eliminar la restricción más adelante si se quiere, hay que pasar otro examen, pero para él, se supone que sólo tenemos que aprender el manejo del cambio manual porque todo lo demás ya lo sabemos y lo tenemos muy entrenado. También se da la circunstancia de que cada vez será más interesante valorar bien la compra de un coche híbrido e incluso eléctrico; los primeros siempre llevan cambio automático y los segundos ni eso, simplemente no precisan cambio de marchas de ningún tipo.

En el aire, toreando un sueño... y en pocos minutos... "¡Velero libre!
Es una sensación indescriptible.
Si pienso en Aragón, inevitable e inmediatamente me vienen imágenes
relacionadas con esto. Y una canción: Canto a la libertad, de Labordeta;
yo no lo veré, quizá alguno de ustedes, nuestros hijos, algún día...
Porque habrá un día, ¡porque ha de ser!
Fuente: www.aeroclubnimbus.aero
 
En mi opinión, el cambio automático debería ser considerado un importante y eficaz elemento de seguridad activa; no hay más que ver el alto porcentaje de conductores que utilizan mal el cambio manual y los problemas que les causan. Además, ya en la segunda década del siglo XXI, eso de soltar un pedal, pisar otro, mover palanca... ¿no creen que ya es algo un tanto obsoleto? 

10 comentarios:

  1. Requisitos básicos mencionados para presentarse a cualquier examen:
    Actitud y preparación adecuada.

    Lo que sucede en nuestros días que mucha gente va a los exámenes con la ley del mínimo esfuerzo, supongo que en el tema de la conducción sucede algo parecido.

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    1. Así es, Manuel. En general. Porque hay honrosas excepciones, desde luego. Lo que no deja de asombrarme es la actitud de muchos padres ante una actividad que pone en juego vidas y haciendas, ajenas y ¡propias! Esto lo llevo muy mal, francamente, y he podido constatar en no pocos casos que los chavales se mostraban avergonzados del comportamiento de sus progenitores al tiempo que mostraban más responsabilidad que ellos. Imagino que te sonará lo que te digo, desafortunadamente, porque estas actitudes parecen una epidemia muy bien repartida.
      Yo, básicamente, fundo mi esperanza en que, tarde o temprano, funcione bien la resiliencia, novedosa palabra para mí, pero que en realidad define un concepto tan antiguo como la propia humanidad.
      Un abrazo.


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    2. Me suena muchísimo esta argumentación.
      Los progenitores podían hacer bastante más a la hora de educar a sus hijos.
      En líneas generales existe poco esfuerzo a la hora de realizar las tareas, además del poco respeto que hay hoy en día en cualquier ámbito de nuestra sociedad.
      Sigo alucinando como niños, desde muy pequeños, están acostumbrados a hacer lo que les viene en gana y los papaítos al lado consintiendo todo. Yo he visto chavales saltando en la silla de un bar, tirando cosas a las mesas de al lado, faltando el respeto a cualquiera en cualquier lugar y el papá o la mamá riéndole la gracia. Como para encauzar esta actitud que se ha mencionado en el artículo. No se puede generalizar , ya que como se suele decir hay de todo en la viña del Señor y hay progenitores que sí se preocupan debidamente.
      Luego nos llevaremos las manos a la cabeza cuando hay menores que hacen barbaridades que vemos continuamente en los telediarios porque nadie les puso normas.

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    3. Yo también he visto y veo esas cosas, Manuel. Desde luego que hay excepciones, pero hay casos... Hace poco me enteré de una señora que trabaja empleada en una pastelería y se gasta casi 40.000 € en comprarle un Mercedes a “su niño” (?). Hace más tiempo, un chaval atropella y mata a dos peatones, llega a casa y su madre coge el coche y se va al cuartel de la Guardia Civil acusándose ella del atropello, pero algo no les cuadró a los guardias en su declaración y enseguida descubrieron la verdad procesando al hijo.
      No me gusta hacer hincapié en las cosas malas, pero tampoco podemos cerrar los ojos y a veces creo que conviene comentar algunas. Muchos padres protegen en exceso a sus hijos y están creando una generación (o dos ya) sobre la que pesan unas consecuencias que no distan mucho de las que genera una guerra: perderlas.
      En fin, esperemos que vaya cambiando la tendencia.
      Un abrazo.

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  2. Es muy cierto lo de los coches híbridos y eléctricos. Pero la realidad es que hay muy pocas autoescuelas que permitan sacarse el carnet sólo para automáticos. Aquí en Barcelona la demanda de este tipo de autoescuelas viene básicamente de extranjeros (USA por ejemplo) que en su país de origen llevaban automático. Aquí se prefiere manual, a lo que, en la conducción diaria, no le veo ventaja.Saludos!!

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    1. Tienes razón, Elisa. Hay muy pocas autoescuelas que dispongan de un coche automático, salvo para enseñar a personas con alguna discapacidad. Es algo que también me sorprende, porque bastantes escuelas se podrían permitir tener un coche de este tipo, y si lo utilizasen poco para trabajar siempre puede venir bien para uso personal; eso también les permitiría hacer algunas demostraciones a los alumnos al tiempo que marcan una clara diferencia con la competencia.

      Hoy por hoy, yo sólo encuentro dos razones para elegir el cambio manual: 1) Personas muy aficionadas al automóvil con un buen nivel como conductores que saben sacar jugo de verdad a un cambio manual (una minoría). 2) Personas que apenas utilizan el coche en ciudad; en carretera, como bien sabes, ahora hay muy poca necesidad de utilizar el cambio.
      Se me ocurren otras dos posibilidades, por motivos económicos (muy relativa) o porque el coche que nos gusta no tiene versión de cambio automático, todavía más excepcional.
      En el caso de que el dinero condicione mucho, o simplemente a uno le moleste demasiado gastar unos 2.000-3.000 euros en un extra, personalmente, preferiría un Ibiza con DSG a un León con manual, por ejemplo. Pero se ve que la mayoría prefieren apurar el presupuesto para alcanzar el más grande que “haiga”.

      Hay cosas muy raras con esto de los coches, como la imperiosa necesidad de los padres primerizos por comprar un monovolúmen o un SUV, he conocido muchas parejas que dejan un compacto en buen estado en cuanto tienen un hijo y te dan un montón de peregrinas razones (sin pedírselas, y algunas bastante ingeniosas, la verdad). “Cosas veredes”...
      ¡Saludos!


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    2. Supongo que lo del monovolumen/SUV tiene mucho de apariencias. Has visto los Kei car japoneses?
      Saludos!

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    3. Pues no sé muy bien qué pensar, Elisa, porque los que compran esos coches con la excusa del niño (aunque sea uno) parecen muy convencidos de la “necesidad” de espacio y cuando les cuento cómo se viajaba en los 60, 70 y 80 se te quedan mirando como si fueras un marciano, y lo que es peor, da la impresión de que no te creen.
      Un joven con el que tengo buena amistad, conductor profesional y su mujer también, dejó un precioso Audi A3 (1.8, 5 válvulas, 150 cv, una joya de motor) por un Citroën Picasso 1ª generación, básico, diésel y hasta sin turbo; cuando me lo dijo no me lo podía creer.
      Sí, conozco esos pequeños coches japoneses; algunos me encantan.
      ¡Saludos!

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  3. Excelente entrada!!! Muy buena la nota!!! Reconocer la mecánica, la práctica de manejo, la actitud!! Predisposición! La coordinación... y por supuesto como planteas: "disfrutar del proceso, de su propio esfuerzo, de sus logros (por pequeños que parezcan) ni del frescor que da el sudor de su espalda cuando acaba la tarea". Dejas un mensaje claro y positivo! Me encantó leerte!!!!! cariñossss

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    1. ¡Muchas gracias, Mariela, me alegro!
      ¿Sabes que se me está ocurriendo? Pienso que tu aliento y tus ánimos funcionan de un modo muy semejante e inverso a los huracanes: nacen en África, toman rumbo noroeste, se van cargando por el Atlántico y mueren por la zona del Caribe. Claro que en tu caso, derrochando una espléndida y útil energía que agradezco enormemente.
      Tienes que ser una maestra excepcionalmente buena. Seguro que tus niños lo aprecian, espero que también lo hagan sus padres.
      ¡Un abrazo!

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