domingo, 27 de mayo de 2012

CÓMO PARAR Y ALGUNAS PRECAUCIONES (2)

Conocí muy bien estas carreteras.
Foto tomada del sitio:
 www.absolutavila.com
La mayor parte de las ocasiones en que estuve a pie de carretera por situaciones de emergencia fue en el siglo pasado, y conocí una buena parte de las carreteras de España cuando todavía eran muy poco transitadas, apenas había policía, ni ambulancias, ni teléfonos. El teléfono móvil o celular -como dicen, al menos, en algunos países de América- es una herramienta utilísima en situaciones de emergencia, tanto, que cambia la forma de actuación; algunas veces, he podido hablar con el 112 antes de parar. Y todas las demás, la mayoría, antes de bajarme del coche. Es imprescindible avisar cuanto antes a los servicios de emergencia y, muy importante: estar orientado pues en no pocas ocasiones, cuando un operador pregunta a quien le ha llamado dónde está, éste, no lo sabe. Cuando viajamos, es importante estar más o menos orientado en todo momento; tipo y número de carretera, sentido de circulación, saber aproximadamente punto kilométrico o a la altura de dónde estamos... de acuerdo, muchos conductores llevan GPS, pero aún así, creo que no está de más refrescar, ampliar y vivir en directo nuestros conocimientos de geografía. Ayuda a estar con la mente más fuera del coche, a disfrutar más del viaje, a ser más conscientes, a estar conectados, como dice la actual o muy reciente campaña de Tráfico. Creo que es una fuente de potenciales problemas vivir ensimismados en el pequeñísimo universo de nuestro coche, por muy grande y excelente que sea.
Conviene estar muy alerta y en guardia ante la gran variedad de falsedades, prejuicios y estupideces que cuentan muchas personas con respecto a detenerse para ayudar a alguien. ¡Ojo! Porque alguna de esas personas puede decirnos lo mismo desde el asiento trasero de nuestro coche en el momento más crítico. Pero ni a mi conciencia ni a un juez les va servir como explicación de no haber parado cuando debí hacerlo. Una vez más, cuanto más trabajemos con nuestra imaginación en la búsqueda de la acción correcta más fácil será que la llevemos a cabo de forma automática y mucho más difícil que nadie nos influya negativamente.

Muy bien, mirando antes de cruzar. En Orduña, Vizcaya.
Autor de la foto: Carlos Cummins
Me consta que muchas personas tienen miedo a ser multadas cuando llegue la policía al lugar del accidente, pero no me consta que esté justificado y, creo, que ante una situación de emergencia, la policía ya tiene suficiente trabajo como para ocuparse en denunciar a alguien porque no lleve su chaleco puesto, por ejemplo. También hay cosas que están clara y expresamente prohibidas que, sin embargo, en una situación de emergencia puede ser imperativo hacerlas, por ejemplo:
Parar en una isleta; si no hay más remedio...
Parar en el lado izquierdo; si es claramente más seguro...
Circular por el arcén; ídem.
Circular marcha atrás en autopista o autovía; pues si no tuve más remedio que parar unas decenas de metros más allá del lugar del accidente, teniendo en cuenta que el tiempo es vital, iré hasta él por el arcén y marcha atrás.
Cruzar la calzada -especialmente en autopista y autovía-; pues si tuve que parar a la derecha y el coche accidentado está en la mediana con un conductor que, al menos, parece herido de gravedad... cruzo, por supuesto, con mucho cuidado.
Personalmente, he tenido que hacer todas y cada una de estas cosas en varias ocasiones; llegada la policía (generalmente, la Guardia Civil de Tráfico), nunca me dijeron una sola palabra por ello.
Si llevamos pasajeros y no es necesaria su ayuda, lo ideal es que esperen pacientemente fuera del coche y completamente fuera de la vía (calzada y arcén) y lo más lejos posible de ella. Si el terreno no lo permite, dentro del coche y, muy importante, con los cinturones puestos.

Al fondo La Mesa, en el macizo de Ubiña (Asturias)
¡Montañas de mi juventud primera!
Autor de la foto: Carlos Cummins
Si cuando vamos conduciendo, especialmente en carretera abierta, notamos alguna vibración o ruido anómalo, temperatura del líquido refrigerante por encima de lo normal, testigos encendidos... debemos parar en cuanto sea posible hacerlo con seguridad, sin ninguna duda. Pero la situación no exige tanta inmediatez como en el caso de un accidente y por lo tanto se puede elegir el lugar más adecuado para hacerlo con más facilidad y sin correr ningún riesgo. Como siempre, cuanto más difícil sea una situación, más importante es mantener la calma y el sosiego, actuar muy diligentemente, sí, pero sin precipitación. Cuando me sucede algo de esto, pongo las luces de emergencia nada más tomar la decisión de parar y disminuyo la velocidad suavemente y poco procurando que el motor gire más relajadamente (a menos revoluciones), pero que ande con fuerza suficiente hasta que localizo el sitio para la detención. A partir de ahí, es cuestión de aplicar lo que uno sepa sobre su coche, si puede. Si nada se sabe -desafortunadamente es lo más habitual-, al menos, se puede observar si hay una rueda pinchada, si pierde algún líquido, si sale humo... se puede leer el libro de instrucciones, nos dirá qué significa y qué hacer si hay algún testigo encendido. Muchas veces, habrá que llamar al servicio de asistencia en viaje, a algún familiar o amigo que nos pueda ayudar. Entre tanto y desde el principio protegernos y avisar para que nadie tropiece con nosotros.

Curiosa y hermosa foto.
Tomada del sitio: www.foconauto.com


Siempre que un vehículo esté detenido ocupando totalmente o en parte un carril de la calzada, incluso si está completamente recogido dentro de un ancho arcén, supone riesgo para todos y solo señalizándolo adecuadamente se puede disminuir, pero nunca eliminar. Es muy importante acostumbrarse a señalizar, separarse y disminuir velocidad antes y mientras le rebasamos si no tenemos que detenernos y aunque esté dentro del arcén. Muchos policías de tráfico han perdido y pierden su vida en estas circunstancias, conviene no olvidarlo. También hay que tener en cuenta que cualquiera o todas las personas que están directamente afectadas por una situación de accidente (aunque estén ilesas) o de simple avería, es posible que sufran una especie de trastorno temporal más o menos acusado en su conducta que les lleve a actuar de forma totalmente ilógica y peligrosa, para si mismas y para los demás. Cuidado. 

Foto tomada en Internet,
no recuerdo el sitio.
Desgraciadamente y aunque no es nuevo, es posible que algunas personas finjan un accidente o ser policías con el fin de atracar al primero que pare. No me gusta pensar mal, he parado siempre que me ha coincidido, he hecho autostop y he llevado a personas que lo hacían muchas veces... Gracias a Dios, nunca me pasó nada malo por ello, pero estoy en el mundo, sé que pasan estas cosas y conozco personas a las que les han sucedido. Además, dado el deterioro que sufre la sociedad española en muchos sentidos, en buena lógica, cabe esperar que se incrementen estos sucesos. Por ello, si vemos o intuimos algo raro que no nos cuadra, podemos parar a una cierta distancia y llamar al 112, mantener cerradas puertas y ventanillas, utilizar luz larga, mantener la corta para que no vean dentro de nuestro vehículo, asegurarnos que no hay objetos que nos impidan una salida fácil -sin maniobras- hacia adelante o hacia atrás... Lamentablemente, ante una trampa bien preparada, es casi imposible evitar caer en ella. Deseo que a nadie le suceda, espero que nunca les ocurra y que no merme su sentido de la solidaridad. Recuerden que cualquier día, en cualquier momento, podemos ser nosotros quienes necesitemos que alguien se detenga. ¡Valor y suerte!
Esteban


P. S.: Hablando del rey de Roma... Al día siguiente de publicar esta entrada encontré dos noticias en la prensa que vienen como anillo al dedo para la última parte de la misma. Los titulares son los siguientes, pinchando en ellos pueden abrir las noticias:





CÓMO PARAR Y ALGUNAS PRECAUCIONES (1)

Contestar a la cuestión que plantea Elisa en uno de sus comentarios bien merece una entrada -gracias-, pues no había caído en ello. Y es difícil.
Casi nadie tiene entrenamiento suficiente en la ejecución de estas maniobras, ni en la autoescuela ni fuera de ella. Cualquier inmovilización del vehículo por causas ajenas a la voluntad del conductor (circunstancias del tráfico, cumplimiento de normas o señales, averías, pinchazos, ayudar a alguien...) se denomina detención, no se considera maniobra y no tiene límite de tiempo. No obstante, aquí no me atendré al significado puramente legal de esas palabras.

Por fácil que parezca... Sin miedo y siempre en guardia.
Foto tomada en Internet, no recuerdo el sitio.
En las autoescuelas no se practican las detenciones de emergencia -al menos, yo no sé de ninguna que lo haga ni lo haya hecho nunca-, añadiría bastante riesgo al que de por sí ya tiene el oficio, sin embargo, algún que otro alumno ha podido vivirlo en su paso por ellas. La mayoría de las clases prácticas tienen por escenario vías públicas abiertas al tráfico, de modo que, alguna que otra vez, damos o nos dan un golpe, sufrimos alguna avería, intentamos ayudar a alguien que lo necesita o participamos como testigos en algún accidente. En estos casos, a algunos alumnos les coincide estar en primera línea, pero creo que de poco les puede servir.
No haré mención a las normas que regulan las detenciones (uso de chaleco, triángulos...) porque deben observarse cuando estamos detenidos, no antes, pero contestaré con mucho gusto a quien me requiera sobre ello. La única norma establecida para antes de la detención es muy relativa, pues se refiere a hacerlo en el lado derecho, siempre que sea posible. Es lógico.

Nunca estamos solos.
Camino de La Felguerina, Asturias.
La inmensa mayoría de las veces paramos o estacionamos en vías urbanas y, lo más importante, llevamos en mente que vamos a hacerlo y dónde, al menos, aproximadamente. También, cuál sería el lugar ideal para ello, muchas veces, hasta tenemos otra alternativa en la cabeza (un parking), por otra parte, las velocidades media y mínima son muy bajas y las del resto de vehículos, similares. Aunque tuviésemos que hacer una detención por emergencia en poblado, es fácil de ejecutar porque la velocidad propia y ajena es muy baja. Además, en estas vías, todos estamos acostumbrados a ver fluir el tráfico por sus cauces de asfalto... como a trompicones.
En la vías interurbanas sucede, justamente, todo lo contrario. Y casi nadie contempla la posibilidad de detenerse a causa de una emergencia ajena, ni propia. Por tanto, muy pocas personas tienen la solución ahí, a mano, en un cajón del subconsciente listo para abrir. Intentaré poner en él lo que tengo en el mío, hace muchos años que me funciona y lo utilicé bastantes veces.

Tampoco en este camino.
Imaginemos que voy por una autopista a 120 km/h, veo algo raro, que no identifico, relativamente cerca (acostumbro a otear hasta donde me alcanza la vista, pero...), lo primero que hago es mirar atrás y si descarto riesgo inminente de alcance pongo el pie derecho encima del pedal del freno. Si veo que quien me sigue se percata y baja velocidad o me adelanta, freno hasta llegar a una velocidad en la que pueda saber qué pasa y decidir qué hago, también enciendo las luces de emergencia, éstas, las enciendo como primera acción si creo que quien me sigue puede darme un golpe al tiempo que me aproximo un poco más al borde derecho, o izquierdo, si estoy en el carril de ese lado. Con esto, normalmente, o frenan o adelantan; si tengo que utilizar arcén para más seguridad, lo uso sin ninguna duda.

Ni siquiera estacionado.
La situación más difícil la encontraríamos en una carretera convencional sin arcenes (límite genérico en 90 km/h), de noche y lloviendo. Si, aun en estas circunstancias circulo a 90 y veo algo extraño muy próximo -ya que la visibilidad es muy reducida-, quizá tenga que hacer una frenada intensa, pero muy difícilmente de emergencia. Básicamente, la forma de actuar sería la misma del caso anterior. En ambos, el objetivo número uno es que no pueda alcanzarnos quien nos siga y no chocar con alguno de los vehículos accidentados. No es imposible, que algún ocupante del vehículo o vehículos siniestrados esté en la calzada, tumbado o deambulando por ella, entonces, lo primero sería evitar atropellar a esa persona, claro.  Conviene darse cuenta de que a nosotros no nos ocurre nada, aunque quizá tengamos que parar para ayudar a alguien y prefiero hacerlo antes del lugar del accidente, si es posible; de lo contrario, después, si es más seguro. En carretera convencional, si puedo sacar mi coche completamente fuera de la vía, lo hago.

La carretera no es un camino de rosas, pero todos
podemos hacer algo para que sea más humana, solidaria y amable.
Foto tomada en Internet, no recuerdo el sitio.
Lamento que se me haga imposible detallar la gran variedad de casos que pueden darse, pero lo dicho, fundamentalmente, sirve para la mayoría de ellos, en otros, será necesario improvisar algo o introducir alguna variación. Las pautas más importantes son protegerse de quien nos siga y no tropezar con ninguno de los ya accidentados. Según voy desgranando estas cosas, más convencido me siento de la importancia de trabajar con nuestra imaginación, de mentalizarse a parar, señalizar para proteger y pedir socorro ante la más mínima duda de que alguien pueda necesitar ayuda. Recuerdo alguna ocasión en la que llegué a hacer un cambio de sentido para volver a pasar por el lugar en el que, tal vez, había pasado algo, fueron pocas veces y en ninguna de ellas había pasado nada, pero no me sentía tranquilo continuando el viaje. He hecho (y hago) muchos kilómetros, he parado siempre que lo creí necesario, en unas cuantas ocasiones en noche cerrada, en invierno, lloviendo, con frío; en todo tipo de carreteras, con tráfico y en la mayor de las soledades. Hasta ahora -toco madera- nunca me pasó nada malo por ello, más que ser testigo directo de la tragedia, algunas veces, y ya es bastante.

Esteban

martes, 22 de mayo de 2012

HÁGASE UN FAVOR, ¡PARE!

En lo que llevamos de este mes de mayo, ha habido cuatro accidentes de tráfico en Vizcaya entre bici y coche, resultando: en el primer accidente, ciclista herido; en el segundo, ciclista herido y conductor de turismo que se da a la fuga; en el tercero, ciclista muerto; en el cuarto, ciclista gravemente herido y conductor de turismo que también se da a la fuga. 

Podemos imaginar que es nuestra
conciencia y cumplir su orden.

Negar el auxilio a cualquier persona que lo pueda precisar, en cualquier circunstancia, salvo que suponga riesgo para la integridad física propia o de terceros, es un delito. En esta entrada, quiero hablar del elevado riesgo que corremos todos de convertirnos en delincuentes por un hecho semejante al mencionado a pesar de lo que nos escandaliza. El pasado miércoles, José Ángel y yo hablamos en la radio de ello, pero creo que el asunto es lo bastante importante como para extenderme más en él de lo que permite el tiempo de la radio.

Siempre que nos disponemos a realizar un recorrido en coche, sin importar lo corto o largo que sea, tenemos en mente la ruta por la que iremos y, por supuesto, sabemos de dónde salimos y a donde vamos. Tenemos un mapa del camino, por el que andaremos con más o menos precisión, en nuestra cabeza y del que seremos más o menos conscientes en función de lo conocido que nos resulte el territorio por el que nos moveremos y la frecuencia con la que hacemos el desplazamiento; también nos daremos un tiempo estimado para hacerlo y, casi siempre y casi todos, somos perfectamente conscientes de que quizá tardemos algo más en hacer el recorrido que pretendemos debido a incidencias  en el tráfico que nos son my conocidas: atascos y encontrarnos con demasiados semáforos en rojo, fundamentalmente.

También conviene evitar ser prisionero de nuestros prejuicios.
El automóvil nos permite una libertad de movimientos como ninguna otra máquina hasta ahora. Podemos tenerlo muy cerca de donde estemos y mientras no haya mar de por medio sin puentes ni túneles el mundo está a nuestro alcance. ¡De ahí su magia! Podemos modificar horas, rutas y destinos en cualquier momento. Barcos, coches y aviones permiten cumplir un sueño atávico del ser humano: libertad e independencia para moverse. Cómo no enamorarme de estos vehículos, muy especialmente, de los dos últimos.
La libertad, conlleva responsabilidad; moverse implica un riesgo, incluso andando. Manejar cualquier máquina exige conocimiento y práctica. Desde hace ya unos cuantos años acá, las carreteras han mejorado tanto que hacen muy fácil el transitar por ellas; los automóviles, son máquinas muy fiables que muy pocas veces se averían; el fenómeno del tráfico, está plenamente integrado en nuestras vidas; prácticamente, todos los seguros incluyen asistencia en viaje y casi todo el mundo conduce con un teléfono móvil a mano. Casi nadie piensa en algo más que lo mencionado dos párrafos más arriba, casi nadie piensa siquiera que se puede pinchar un neumático en cualquier momento, hasta el punto, de que muchas personas reconocen no saber cómo cambiar una rueda. Casi todo el mundo piensa (¿piensa?) que los accidentes son cosa de otros... Casi todo el mundo, es un delincuente en potencia porque, muy probablemente, continúe su camino aunque alguien que se encuentra en él precise de su ayuda.

Sí, da miedo parar. Pero es fácil vencerlo si nos imaginamos como víctimas.
Foto tomada del sitio: www.taringa.net/posts/paranormal
Si vamos andando por la calle y vemos a una persona tirada en el suelo de una acera, aunque en un primer momento sigamos nuestro paso, miremos de reojo, pensemos -rápidamente- que es un mendigo que está “tan a gusto”, que hay más gente, que, si nos detenemos, retrasaremos nuestras tareas, citas... igual, ni las podemos hacer, que en cualquier momento pasará la policía y ya se encargarán ellos, que etcétera, etcétera. Pero si nos surge un instante de duda cuestionando nuestra actitud, volveremos la cabeza y veremos a la persona aún tendida muy cerca, seguramente, entonces, haremos algo por ella. Si vamos conduciendo, y la duda nos hace mirar atrás por el retrovisor, ya no vemos nada, o muy mal, pequeño, lejano, inexistente. Si la conciencia nos interroga un poco, le diremos que era cualquier objeto no identificado que se ha caído de un camión, o un perro o animal salvaje muerto, una ilusión óptica... Y en cada segundo nos alejamos decenas de metros de la persona que puede necesitar de nuestra ayuda; y puede ser vital para ella. Pero... ¡que no había nada, hombre!
Parece que la energía cinética del vehículo induce inercia en nuestro cerebro y atrofia nuestros sentidos. Personalmente, si acto seguido de hacer un viaje largo me meto en la cama, al cerrar los ojos, sigo conduciendo y cuando me duermo, también en sueños; me ha pasado muchas veces, sobre todo, cuando la última parte del viaje conlleva algunas horas nocturnas, y más, cuanto más difícil me haya resultado el mismo. ¡Se hace difícil parar!

Moverse, actuar, es vida; la muerte
la quietud absoluta.
Se hace difícil parar, y más si es de noche y en carretera abierta y no conocemos la ruta ni el destino. Se hace difícil parar,  por evitar contemplar la posibilidad de sufrir, causar o ser testigos de un accidente antes y mientras conducimos en nuestra imaginación. Sí pensamos en parar para repostar o tomar un café, pero pocas veces, muy pocas y muy pocas personas, piensan en algo más. Es imprescindible que imaginemos, sentados en el sofá de nuestra casa, por ejemplo, y muchas veces, que vamos conduciendo y vemos que alguien está tirado en la carretera porque ha sufrido un accidente, también cuando vamos conduciendo. También si alguien choca con nosotros o nosotros con otro. Si revienta o pincha una rueda, si se enciende alguna luz roja en el salpicadero, si la temperatura del agua (o líquido refrigerante) alcanza valores superiores a los normales... Es imprescindible imaginarnos todas esas situaciones, “vernos” en ellas con los ojos de nuestra imaginación y ejecutando las decisiones adecuadas a las mismas inmediatamente después. ¡Parar! Ante la más mínima duda de si sería necesario hacerlo. De este modo, y creo que sólo de este modo, estaremos seguros de evitar darnos a la fuga en situaciones de ese tipo. La imaginación es un espléndido simulador y utilizarlo es gratis. 
Voto porque no, pero, en realidad, es muy fácil pensar que podemos ser nosotros, cualquier día, quienes podemos necesitar de ayuda. En realidad, resulta fácil hacernos el favor al que aludo en el título, ¿no les parece?
Esteban

domingo, 13 de mayo de 2012

AVISO, DISCULPAS Y EXPLICACIÓN





Arcoíris en Deva, Gijón (Asturias)
Desde la semana del 23 de abril hasta ahora y, probablemente, durante unos cuantos días más, debido a razones personales pero de fuerza mayor, me ha sido prácticamente imposible atender este blog. Las causas que han provocado mi desatención en este sitio avanzan por camino de buena y feliz solución mas la ruta por la que lo hacen no es precisamente una autopista sino más bien una carretera de montaña que provoca una velocidad media muy baja por muy bueno que sea el rumbo, pero, ¿quién sabe? Quizá cuando menos lo espere me encuentre en un cruce un camino mucho mejor.




Universidad Laboral de Gijón (Asturias)
A cuantas personas me honran con su visita, les presento mis disculpas. Les aseguro que estoy deseando seguir echando carbón a la caldera de la locomotora, lo haré en cuanto pueda y creo que será pronto. Muchísimas gracias por su amabilidad, atención y paciencia. 
Esteban

jueves, 10 de mayo de 2012

DÍAS DE RADIO (MAYO 2012)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

28ª CHARLA (2-5-2012). Un oyente pregunta dónde comprar el libro. MULTACAR, coche de policía para detectar coches robados. Drástica disminución del gasto en el mantenimiento de señales.

El miércoles 9, se jugaba la final de la Europa League en Bucarest entre el Atlético de Madrid y el Athletic Club. Este importante partido de fútbol obligó a hacer un programa especial, luego, José Ángel y yo no pudimos charlar sobre carretera y tráfico. 

29ª CHARLA (16-5-2012). Una oyente hace una pregunta sobre ciclistas, y me equivoco. Mentalizarse para poder hacer una detención por emergencia. Recordatorio de algunas normas para ciclistas.

Me equivoqué durante la emisión (dos veces). Corrijo ambos errores escribiendo en Facebook, en el muro de OYE RADIO IBAIZABAL NERVIÓN (16-5-2012 a las 15:55) la respuesta correcta a las preguntas que me hicieron, primero Marta y luego José Ángel, es la siguiente:


Lo siento, pero esta vez el DGT Men ha fallado. Perdón y corrijo: “Circular en grupo, pero no en pelotón:
Se permite a los conductores de bicicleta circular sin mantener la separación entre ellos,... Podrán circular en columna de a dos como máximo, siempre lo más a la derecha posible de la vía y colocándose de uno en uno en tramos de poca visibilidad.” También obliga la norma a que circulen por el arcén siempre que sea practicable. Así pues, esos ciclistas que os habéis encontrado iban mal. También me equivoqué con el límite de velocidad que tienen los ciclistas con carácter genérico, dije 40, pero es 45 km/h. Mea culpa. La radio en directo y mi facilidad para despistarme (mucho más esto último) hará que me equivoque muchas veces, pero esta herramienta me permite rectificar y así lo haré siempre que sea necesario. Como veis, hay de todo en todas partes, así que kontuz y paciencia. Muchas gracias por escucharme. Saludos. Ah, y perdón por no haber contestado antes, pero es que no había visto la pregunta.
30ª CHARLA (23-5-2012). Menos permisos de conducir. Cataluña se niega a pagar peajes. Patrulla camuflada de la Policía Municipal de Getxo. Campaña de Tráfico del Gobierno Vasco.
 
31ª CHARLA (30-5-2012). Trabajan en un motor para ahorrar un 50 % de gasolina. Volvo ensaya coche sin conductor en Barcelona. 100.000 positivos en tests de alcoholemia. Balance de accidentes. Comentario al post "HÁGASE UN FAVOR, ¡PARE!".