CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI
CHARLA DEL DÍA 17-9-2014.
Un hombre es detenido dos veces por conducir sin carnet en el plazo de una hora. Espectacular incremento en las ventas de coches de lujo. Por fin, llega el coche que vuela. La bicicleta eléctrica gana una carrera en Bilbao entre todos los medios de transporte posibles. Accidentes en horario laboral. Un coche de la Policía Local pasa un semáforo en rojo y arrolla a un motorista. Una línea continua se convierte en discontinua tres horas más tarde.
El coche que vuela. Me encanta la idea, pero también creo que tiene insalvables inconvenientes. Por si fuera poco, la UE ha tomado una decisión al respecto que me parece totalmente escandalosa. Me gustaría extenderme sobre este asunto, así que con su permiso, lo haré en la próxima entrada. Lo prometo.
Accidentes en horario laboral. ¿Aumentan o destacan más? Tal vez las dos cosas. Lo que es seguro es lo segundo, porque al menos en términos relativos han tenido que aumentar dado que el coche, para usos que no sean muy imperativos, se ha dejado de utilizar muchísimo y esta tendencia persiste a pesar de todas las milongas que nos cuenta el Gobierno sobre “reactivación de la actividad económica”, ¿ustedes lo notan? Pues eso.
Destaco un dato de la propia DGT cuyo enlace pueden ver aquí: De los accidentes ocurridos en horario laboral en 2012, un 72’5% lo fueron in itinere (en la ida o vuelta del trabajo a casa); el 23’2% en misión (durante la jornada laboral), los conductores de este último grupo, en general y de hecho, bien se pueden considerar conductores profesionales que, generalmente, harán muchos más kilómetros que los del primer grupo, y sin embargo, sufren muchos menos accidentes a pesar de su mayor exposición, lo que me parece muy significativo y algo sobre lo que pienso que vale la pena reflexionar y tomar nota.
Me gusta la frase empleada en la campaña: “No es necesario estar en la carretera para provocar un accidente.” Es cierto. Procuremos tenerla en cuenta. Nos puede evitar sufrir un profundo dolor de por vida.
Hace años que lo vengo observando, cuando aumentan de forma notable las ventas de este tipo de coches, mala señal para la mayoría. Fuente: www.diseno-art.com |
Un coche de la Policía Local pasa un semáforo en rojo y arrolla a un motorista. Es imposible formarse un criterio cierto sobre estos sucesos porque, claro, siempre es todo “supuestamente”, pero parece que la policía no iba en servicio urgente, y si leen la noticia cuyo enlace vuelvo a repetir aquí, seguramente sentirán que huele bastante mal, al menos a mí me pasa.
Siempre es difícil esto de los semáforos porque cambian de color cada “x” segundos y al final es la palabra de una parte contra la otra, salvo que haya cámaras que hayan grabado la infracción de alguna de ellas, testigos... Por otra parte todos podemos observar con demasiada frecuencia las infracciones que comete la policía con sus vehículos. Me llama la atención que en la noticia no se mencione si se le practicó prueba de alcohol y otras drogas al conductor del coche, deberían habérselas hecho; ni que dada, precisamente, su condición de policía no se hubiese aplicado ninguna medida cautelar. También es muy curioso que los policías hubiesen sufrido “lesiones muy leves”, ¿acaso iban sin cinturón? Parece que sí.
Las noticas sobre accidentes de tráfico no me gustan nada por muchas razones, aunque siempre les he prestado atención porque siempre se puede aprender algo de ellas. Una de las cosas que detesto de estas informaciones es constatar la gran cantidad de injusticias que se dan a la hora de aplicar la Ley de Tráfico y el Código Penal. Algunas personas responsables de accidentes acaban en prisión (y sin accidentes de por medio también) y otras muchas en circunstancias y consecuencias similares, no. ¿En qué quedamos?
CHARLA DEL DÍA 24-9-2014.
Un oyente deja un interesante mensaje en Facebook sobre límites de velocidad y carnet por puntos. Otro paso más (muy desafortunado) sobre la inducción del miedo a conducir por parte de la administración, nos llega desde Cataluña remitido en primicia por Elisa Alòs (gràcies). Tráfico detecta en una semana a 377 menores que viajaban sin la silla de protección. Se presenta un prototipo de turismo que consume 1 litro de combustible por cada 100 km recorridos. Un oyente me pide opinión sobre los límites de velocidad bajos en ciudad. Tratamientos de quimioterapia y otros supuestos que impiden prorrogar el permiso de conducir. Se trabaja en un nuevo radar que detecte si un conductor utiliza el móvil. Utilización de las cáscaras de arroz en la fabricación de neumáticos.
Interesante mensaje sobre límites de velocidad y carnet por puntos. Cuenta un oyente, conductor profesional de hecho, habitual comentarista en Oye Radio Basauri y en la página de Facebook de la emisora, que hay un tramo recto en la carretera entre Durango y Berriz con límite en 50 km/h en el que se puede ir perfectamente a 70 y donde se esconde un coche de policía camuflado dotado de radar con cierta frecuencia. Lo cuenta indignado y comparto su malestar; ciertamente, los salteadores de caminos modernos son la propia Policía.
Esta no es forma de prevenir accidentes, ni conductas peligrosas... ¡Esto es un robo! Fuente: golinons.com |
También otro comentario interesante que hace el mencionado oyente, este relativo al permiso por puntos, opinando que, al menos, los conductores profesionales deberían tener un saldo mayor. Es cierto. Y recuerdo que sobre esto se habló en su momento, pero se dejó igual para todos. Ya dije por aquí alguna vez que el permiso por puntos no me gusta nada, no me gustó cuando se impuso en otros países de Europa y aquí menos. En España tan solo sirve para justificar un excelente negocio para unos pocos amigos de conveniencia que jamás se han sentado en el asiento derecho de un coche de autoescuela (o hace muchos años, muy poco, y muy pocos), ni en asiento trasero haciendo un examen, ni han conducido un camión, autobuses, taxis, etcétera. Otro dato, ¿saben que en muchos municipios no se aplica lo del permiso por puntos? Sólo por esta manifiesta injusticia debería abolirse.
Una primicia que nos llega desde Cataluña. La envía Elisa Alós, habitual comentarista de este blog (moltes gràcies!) y pueden verla aquí. Nos cuenta Elisa que este verano en los paneles que abundan por las autopistas comenzaron a aparecer mensajes de este tipo: “'vehículo detectado a 136 km/h”... Y añade “es horrible porque además todo el mundo frena/para según estas “amenazas”... No tenía ni idea de este tipo de mensajes, es la primera noticia que tengo, pero desde luego, estoy totalmente de acuerdo con Elisa, esas amenazas sólo procuran miedo, distracciones y riesgo que tarde o temprano acabarán generando algún accidente. Sólo es cuestión de tiempo. Y no hay derecho.
No hay derecho a que sean las propias instituciones de la administración las que nos induzcan al miedo. Y vienen haciéndolo desde hace muchos años, salvo contadas excepciones. Imagínense que me pongo a fregar los cacharros, por ejemplo, y entre tanto, antes y después, casi constantemente, no oigo más que amenazas. Pues difícilmente lograré acabar la faena sin romper un plato, ¿no creen?
Hay una idea que hace tiempo me ronda en la cabeza, es una sensación, y por supuesto no estoy seguro de la misma, pero me da, que el miedo que nos inducen los gobiernos -generalmente- es más difícil de controlar y erradicar que los temores personales.
¿Qué opino sobre los límites de velocidad bajos en ciudad? Otro oyente de la emisora me hace esta pregunta. Se refiere a la imposición que se pretende -y se logrará- sobre instaurar límites de 30 km/h en buena parte de casi todas las poblaciones. Pues, básicamente, me parece un brindis al sol, aunque se lleve a cabo (me temo que sí) porque en una nada despreciable parte de muchas de nuestras ciudades ya se hace puesto que las características de muchas vías urbanas y sus circunstancias no dan para más.
También pienso que, muy probablemente, tendrá negativas consecuencias, porque quienes conduzcan habitualmente por vías urbanas seguirán haciéndolo como hasta ahora, tampoco se puede mirar apenas al velocímetro y es muy fácil, por otra parte, exceder esa velocidad, aunque sea momentáneamente, en cuanto vía y circunstancias lo permitan. Además, no van a poner radares, o muy excepcionalmente y sólo en poblaciones relativamente grandes. Curiosamente, en ciudad es donde más útiles podrían resultar y donde menos se utilizan. Sería muy impopular, y más, cuanto más pequeña sea la población.
Pero habrá sin duda conductores poco entrenados y temerosos que pocas veces usan el coche en poblado que se lo creerán a pies juntillas e irán mucho más pendientes del velocímetro que de otra cosa y generando riesgo constantemente. Otros, aprovecharán a utilizar más el teléfono móvil, o a distraerse con cualquier otra cosa, confiados siempre en que, como van tan despacio... ¿Qué mal puede suceder? Cuando, evidentemente, en esas condiciones un atropello sería muy factible, a lo que pondrán su parte no pocos peatones y ciclistas relajándose más en su atención y cuidado porque estén convencidos de que gracias a la buena gestión del alcalde de su pueblo, ahora, como todos van más despacio, ellos estarán mucho más seguros. ¡Error!
Con bastante frecuencia, se sabe de accidentes muy aparatosos -en ocasiones también con fatales consecuencias- sucedidos en vías urbanas. Y son tan sólo la punta del iceberg. La secuencia de los mismos suele ser la siguiente:
- Voy muy despacio, me siento seguro. Como en el famoso anuncio: falsamente.
- Velocidad mínima, distracción máxima. No suele fallar.
- Algo sucede que me asusta mucho. Lógico. Lo raro sería lo contrario.
- Acelero a fondo, sin querer, pero acelero a fondo. Normal, no procesé nada, no he previsto nada...
- Luego piso inconscientemente el pedal que tengo bajo el pie derecho, que suele ser el acelerador.
- Llevo una marcha corta (2ª o incluso 1ª), luego la aceleración es brutal (con cualquier coche), y la pérdida de control total (con cualquier coche).
- A partir de ahí las consecuencias son puro azar.
Esto, lo sabe perfectamente cualquier profesor de autoescuela que se precie. Y algunos examinadores, no sé si muchos o pocos, porque sólo ven conducir a los alumnos en examen. Imagino, que algún buen policía de tráfico también lo sabrá; y muy pocas personas más. Cuídense conduciendo y andando, pero sin miedo.
Esteban