Es verano, tiempo de descanso y vacaciones, es fácil andar distraído, bajar la guardia y perder concentración. Romper con la rutina de tantos meses seguidos de trabajo facilita que la mente se disperse sin tan siquiera darnos cuenta y nos hace vulnerables a errores y peligros que hasta podrían provocarnos la risa, caso de que alguien nos hable de no sé quién al que le ha sucedido algún tonto despiste. Pero nadie estamos libres de ellos, cuidado. Claro que si elevamos nuestro nivel de consciencia, lo llevamos en mente y nos mantenemos alerta, difícilmente nos pasará nada malo.
Es verano, e incluso aquí en el norte, es fácil que un coche expuesto al sol llegue a alcanzar temperaturas en torno a los 60º C (o bastantes más) en el aire de su interior. Además, en muchos coches modernos, especialmente de gama media-alta, prácticamente no entra nada de aire cuando permanecen cerrados, son muy estancos. ¡Cuidado!
En este caso el coche estaba bien estacionado, con las ventanillas abiertas, su conductor al lado y su esposa haciendo un recado. Esto es seguro. |
Podemos evitar fácilmente disgustos graves, daños irreparables e incluso auténticas tragedias, si desarrollamos el hábito de dejar siempre el coche sin ningún ser vivo a bordo mientras vamos “un momento ahí al lado” a hacer algún recado o gestión. Todos lo hemos hecho alguna vez, y todos hemos comprobado en alguna ocasión que “el momento” se cuenta por varias decenas de minutos, que donde antes había sombra esta ha desaparecido en poco tiempo, o que nos ocurre algún percance (una caída, por ejemplo) en el camino de ida o vuelta a ese lugar “ahí al lado”, o en el mismo. Así pues, en un coche estacionado al sol, ni flores.
Esteban
Entradas relacionadas: EN LA CANÍCULA ARDIENTE, VACACIONES DE VERANO.
Etiquetas: calor, sol, verano, vacaciones.