sábado, 30 de abril de 2016

MEGACAMIONES (1)

Ahora, y desde hace unas pocas semanas, circulan por las carreteras de España unos nuevos vehículos que se han dado en llamar “megacamiones”. Superan en 20.000 kg la masa máxima autorizada de los automóviles más grandes destinados al transporte de mercancías que por el momento nos podíamos encontrar (40.000 kg) y también su longitud, siendo hasta ahora la máxima de 16’50 m (trailer, el más habitual) y en menos casos de 18’75 m y de 20’55 m (aquí). Estos colosos de 60.000 kg establecen nueva marca de longitud: 25’25 m. Un nuevo riesgo añadido en nuestras carreteras que sólo beneficia a algunas grandes empresas reduciendo considerablemente sus gastos y su plantilla de conductores. 

Es inaceptable la falta de pudor, honestidad y vergüenza del gobierno 
legislando en favor de determinadas empresas a sabiendas de introducir 
un nuevo factor de riesgo en las carreteras. Nos gobiernan marionetas, 
podemos cambiar los muñecos pero nunca a quienes mueven los hilos.
Fuente: www.lavozdegalicia.es
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Hay quien piensa que no existe ningún peligro añadido porque siempre hemos visto camiones inmensos llevando cargas especiales, pero no es lo mismo. Los transportes especiales eran y son algo excepcional, los conocemos desde hace muchos años, sí se reconocen como un peligro, pero se compensa y controla con una normativa muy específica que regula su circulación en días, horas y lugares (entre otras cosas); siempre van convenientemente señalizados, muchas veces con un coche piloto delante o detrás e incluso escoltados por la Policía en ocasiones, y siempre, a una velocidad claramente inferior a la del resto de los camiones. Pero estos monstruos de 60.000 kg y 25’25 m de largo tienen una velocidad máxima permitida igual que el resto de los camiones y no se consideran un transporte especial. 

Es verdad que para los megacamiones se han establecido normas específicas (aquí, y prueba con vídeo aquí) que, básicamente, limitan su uso a autopistas, autovías (ambas las carreteras más seguras), carreteras convencionales con doble calzada (ojo, pueden tener cruces a nivel) y resto de carreteras convencionales pero limitando su recorrido en ellas a que sea estrictamente imperativo hasta llegar al lugar de carga y descarga. Tampoco podrán entrar en vías urbanas, lo que de hecho sería físicamente imposible en la mayoría de los casos. 

Lo más probable es que veamos rara vez un megacamión, razón de más para que nos esforcemos en tenerlo en mente y tengamos preparados una forma de actuar, protocolos propios o como quieran llamarlo, para que, si nos encontramos con alguno, podamos eliminar la amenaza y el peligro que suponen. 

Sí se verán, al menos con relativa frecuencia, en los alrededores de ciudades grandes, pasos fronterizos, puertos importantes, localidades con una situación geográfica muy estratégica para el transporte (Burgos, Vitoria y Zaragoza, por ejemplo), otras en las que estén ubicadas fábricas importantes... La idea fundamental es que estos vehículos puedan llevar una gran cantidad de mercancías desde una fábrica a un centro de distribución situado en un polígono o zona industrial. 
Fuente: www.nexotrans.com
¿Cómo adelantar a un megacamión? Me he encontrado con esta pregunta como titular de una noticia que pueden ver aquí y cuya contestación suponía que estaría más ampliada aquí. Siempre me acerco esperanzado -inocente de mí- a las respuestas que me encuentro en las noticias de este tipo, pero una vez más me defraudaron, sobre todo, claro, la de Formaster, empresa dedicada a la formación de conductores a la que se le supone buen prestigio y que trabaja mucho con instituciones públicas. En fin. 

Contestaré a la pregunta en base a lo que he vivido -que en la carretera ha sido mucho y en ella seguiré mientras Dios me dé salud suficiente- y en base a lo que tengo en mente hacer cuando me encuentre con algún megacamión. Quienes siguen mi trabajo ya saben que estoy plenamente convencido de que es fundamental tener preparadas las respuestas a los posibles problemas con que nos podemos encontrar en la carretera, y para ello no hay nada mejor que ponerse en situación utilizando nuestra imaginación como un simulador. Esto, aunque no lo parezca y como dije antes, es más importante cuanto menos probable sea encontrarnos con un determinado problema. Así pues, imaginemos.

Carretera convencional con sólo dos carriles y uno por sentido. No adelanto. Excepcionalmente, si las circunstancias son muy buenas, sobre todo en cuanto a visibilidad y tráfico, igual sí. Tendría muy en cuenta si conozco bien la ruta o no y la probabilidad que intuyo o sé de encontrarme con un radar (ojo con helicópteros, y no, no voy mirando al cielo pero hay que valorar esta posibilidad). Aunque suene raro, o mejor dicho muy políticamente incorrecto, tengo en cuenta la posibilidad del radar al hacer un adelantamiento, porque aunque se permite adelantar rebasando en 20 km/h el límite genérico, un adelantamiento debe hacerse rápido y desde luego en plena faena un servidor no está para mirar el velocímetro ni un instante; de modo que es probable que exceda la velocidad máxima permitida, luego una de dos: o me abstengo de adelantar o me arriesgo con la denuncia, lo que nunca haré será un adelantamiento lento porque es muy peligroso, en cualquier vía, máxime con doble sentido de circulación.


Haría más excepciones si además de tener buena visibilidad el tramo es en subida porque la diferencia de velocidad entre el megacamión y la mía me resulta muy favorable; aún así el adelantamiento debe ser ágil pues hay que tener en cuenta que un posible vehículo que venga en sentido contrario es fácil que se mueva más rápido que nosotros (él baja) y también lo tiene más difícil para disminuir la velocidad si fuese necesario. 

Aún haría más excepciones, si además de estar en subida hay un carril para vehículos lentos y el camión se sitúa en él. 

En todo caso, siempre me gusta estar razonablemente seguro de que si adelanto perderé enseguida de vista al adelantado. Este es un detalle muy importante que ninguna norma dice pero sí el sentido común: no adelanto para ponerme delante de alguien sino para dejarle atrás porque mi ritmo de marcha es más alto que el suyo. Esta debe ser la principal razón para empezar a plantearse un adelantamiento, y darnos cuenta de ello (si la visibilidad lo permite) bastante antes de llegar a su altura, estar detrás de él y haber disminuido la velocidad. 

Cualquier maniobra, con más razón un adelantamiento, especialmente con sólo dos carriles y doble sentido, debe ser estudiada y planteada con antelación, y entre las observaciones previas intentar ver si delante de un vehículo grande circula un coche lento de modo que el camión vaya muy próximo a él y cuando creamos que estamos a punto de acabar la maniobra nos encontremos con la sorpresa de tener que adelantar a un automóvil más. 

Fuente: www.farodevigo.es
Vuelvo al principio de este apartado: con sólo dos carriles y doble sentido, como norma general que yo mismo me impongo, me abstendré de adelantar a un megacamión salvo que se dé alguna de las excepciones que ya comenté. Si no se dan, mantendré una distancia de seguridad más amplia de la que sería estrictamente necesario para evitar chocar con él si se ve obligado a realizar una frenada de emergencia, por dos razones:
  1. Asegurar un espacio suficiente entre el camión y yo que pueda ser utilizado por un tercer vehículo que quiera o necesite adelantar de uno en uno. Esta es una norma que se ignora mucho y es perfectamente lógica, está escrita en la Ley de Tráfico. 
  2. Puede darse una situación crítica o de emergencia que yo no vea por delante del camión obligando a este a realizar una maniobra muy brusca para evitar llevarse a alguien por delante pero que le haga perder totalmente el control del vehículo en el intento y sufrir un accidente “inexplicable” (estos casos se dan más de lo que parece); como las dimensiones, masa, inercias y la energía que puede ser liberada son enormes, es muy difícil prever qué ocurrirá y cómo poder evitar una colisión con él, parte de su carga, etcétera. Luego sólo podré estar seguro de no verme implicado en el accidente manteniendo una buena distancia de seguridad, que a su vez, me proporcionará margen para utilizar parte de ese espacio y evitar que me embista quien me siga. 

Por otra parte, en el peor de los casos tampoco habrá que andar demasiado tiempo detrás de un megacamión, y caso de que me incomode mucho pues siempre puede ser un buen momento para aprovechar a repostar, tomar un café, ir al baño, estirar las piernas, disfrutar del aire y la luz del lugar, etcétera. 

No me extrañaría que quien no me conoce piense que me excedo de prudente o que tengo poca experiencia adelantando a camiones, o, lo que para mí sería peor: que quiero ser “políticamente correcto”, cuando dicha corrección siempre me ha parecido un farsa en la que no quiero participar. Lo que sí quiero es vivir, que me respeten enfermedades y lesiones (como dicen los futbolistas) y, por supuesto, no hacer daño a nadie. Ya que mencioné el fútbol, este por su propia naturaleza es un deporte de contacto y de choque; piensen que la carretera debe ser todo lo contrario; hasta en las carreras de coches el primer objetivo es acabar evitando averías y accidentes. Precisamente, porque tengo mucha experiencia adelantando a camiones digo lo que digo. 

Tengan en cuenta que comencé a conducir en 1972, cuando en España apenas había autopistas y menos aún por el norte, donde siempre he vivido. La red de autopistas y autovías que tenemos ahora comenzaron a estar operativas -salvo muy pocas excepciones- en 1992, así pues, básicamente, he conducido por carreteras convencionales durante unos 30 años y he adelantado a miles de camiones en todo tipo de circunstancias (no exagero) y con todo tipo de vehículos, hasta en bicicleta alguna que otra vez bajando un puerto.

Fuente: www.pinterest.com
Ahora hay muchas personas que han empezado a conducir alrededor del año 2000 o más acá y apenas se han encontrado con la necesidad de adelantar en doble sentido a camiones; también hay bastantes conductores de mi quinta que han conducido muy poco y apenas tienen experiencia realizando esta importante maniobra. Así pues, si algunos de ustedes están en estas circunstancias:
  • Con sentido único piensen bien en hacer el adelantamiento.
  • Con doble sentido pónganse en guardia antes de cruzarse con un megacamión, hablaré de esto en la próxima entrada, pero les anticipo que es posible que un coche que circule detrás de aquel y al que no ven decida salir a adelantarle. 
  • Con doble sentido y sólo dos carriles desistan de adelantar a los más grandes. 
Les invito a que se hagan una pregunta que yo me he formulado muchas veces y cuyo planteamiento, por sí solo, estoy convencido de que me ha salvado la vida algunas veces. Esta es la cuestión: ¿Ante una determinada y posible situación que pueda tener alguna consecuencia indeseable puedo hacer algo por evitar esta con toda seguridad? 

Naturalmente todos nos podemos equivocar, pero si pensamos, imaginamos, trabajamos, nos esforzamos, observamos, nos anticipamos... si estamos a lo que hay que estar sentados tras el volante, no me crean, comprueben ustedes mismos que un buen número de errores y accidentes se hacen imposibles.

martes, 26 de abril de 2016

PREMIOS 20BLOGS X EDICIÓN

¡MIS FELICITACIONES Y ENHORABUENA A TODOS LOS GANADORES!

Esta escrito que “muchos son los llamados y pocos los elegidos”, mas el numeroso grupo de los primeros no sólo sirve para dar relevancia a los segundos, algo también ganan. Ya lo dije otras veces: en este concurso, siempre ganamos algo todos. Como mínimo, nos hacemos un poco más visibles; si bien es cierto que podemos caer rápidamente en el olvido de algunos nuevos lectores, también lo es que nunca sabemos quién ni cuándo ni dónde repare un día en nuestros afanes y nos haga llegar una agradable sorpresa. 

Marián García, farmacéutica y doctora en Nutrición, 
autora del blog Boticaria García.
Premio Mejor Blog X Edición Premios 20Blogs
Así pues -y la expuesta no es la única razón, la mejor la dejaré para el final-, animo encarecidamente a quien cultive un blog a que lo inscriba en la Blogoteca del diario 20Minutos y participe, edición tras edición, en esta fiesta de bitácoras que son los Premios 20Blogs. Y miren ustedes por dónde, esto se lo dice uno que no es ni ha sido nunca amigo de fiestas, precisamente. Pero tampoco hay regla sin excepción, ya saben. 

Porque me niego a reprimir las ganas de decirlo, por si sirve de algo, a modo de sugerencia, por si acaso... quiero dejar constancia de que pienso que todos los ganadores de cada una de las categorías, además del diploma y el trofeo, deberían recibir también un premio en metálico sin menoscabo de reducir la cuantía que hasta ahora tiene el premio al mejor blog. Algo que compense, al menos en parte, el viaje a Madrid para quienes residen fuera de esa ciudad, por ejemplo, y que sirva de pequeño estímulo a la motivación de todos. 

Este blog quedó en séptimo lugar en su grupo. ¡Gracias!
Y el ganador en Motor este año ha sido Juan A Oliveira
autor del blog Va de barcos. ¡Enhorabuena!
También me tomaré la libertad de intentar hacer llegar a quien corresponda, que la fecha de la gala en la que se hace pública la identidad de los ganadores sea anunciada claramente con más antelación. 

Parece razonable que estos premios no sean motivo para abrir un telediario con ellos o ser portada en un periódico de distribución nacional, pero que los medios de comunicación convencionales no hagan ni una sola mención de ellos no lo alcanzo a entender. 

Fuente: Internet
Escribir es un acto de libertad y de responsabilidad, pero el miedo puede limitar la primera y eludir la segunda. En mi caso, sólo hacer uso de esa libertad me compensa de la soledad que hay que buscar para hacerlo y del tiempo y esfuerzo que requiere. Nos repetía con frecuencia y rotundamente un magnífico profesor que tuve, que escribir era el peor oficio del mundo “porque estás solo, completamente solo cuando lo ejerces”, decía. Pero acercarse a los abismos de uno mismo y sentir su vértigo... no sé, es una paradoja porque no lo acierto a explicar, y por modesto que sea mi talento y lo poco que me cunda, creo que escribiría igual a sabiendas de que nadie me leyese, así que llegado a saber de una sola persona en el mundo que emplea unos cuantos minutos de su vida en prestarme atención, ya no es que tenga un mágico premio, tengo el mejor. ¡Gracias! 

¡Muchas gracias por su interés, paciencia y votos! 



sábado, 23 de abril de 2016

SANT JORDI 2016

Tengo especial querencia por esta época del año en que los días se alargan y las margaritas brotan como por arte de magia en cualquier porción de tierra que tenga una brizna de hierba, y hasta sin ella, pues también he visto algunas de estas flores en medio del asfalto subrayando el milagro y la fuerza de la vida. 


La primavera es la estación que más me gusta, con tantas flores diminutas y humildes cambiando el color de los prados, su aspecto y perspectiva; estirándose hacia el sol totalmente entregadas a su luz y calor, encogiéndose en la noche cerrando sus pétalos y guardando su acariciado sueño, quizá de ser estrellas, tal vez mañana. 

Se hacen ver sin mirarlas y llenan ojos y almas de alegría, prodigan su generosidad y nos enseñan que son realidades preciosas y tangibles nacidas de la larga esperanza que sin desmayo ni consuelo albergó la hierba en las noches más largas, oscuras y frías. Prueban, explican, exponen y muestran que la realidad es hija de la esperanza y el sueño. 

Nunca hay dos días iguales, pero tampoco nunca se diferencian tanto uno del siguiente como en primavera; cada jornada es un muestrario metereológico que ahuyenta la rutina y estimula nuestra capacidad de alerta por la vida haciendo que nos estiremos, como las margaritas, haciéndonos mecer por los cambiantes vientos, abriendo de par en par los corazones para llenarlos de su esencia que luego iremos desparramando sin miedo a la muerte porque sabemos que siempre habrá otro resplandor que, de un modo u otro, nos llene de vida.


 

Dejo también aquí enlace para la primavera de Vivaldi.

Son los prados de este tiempo como un papel que se llena de letras en forma de pequeñas flores blancas y amarillas. Es frecuente que también el cielo se llene de pequeñas nubes en forma de coliflor tras cada frente frío, mimetizándose con la tierra para siempre poder leer su mensaje. 

Nos escriben poesía, prosa, música, nos cuentan historias en todas las formas y lenguas posibles, y creo que nos dicen siempre que la muerte no existe, a no ser que, paradójicamente, por llenarnos de egoísmo y miedos, dejemos de dar la vida.
Esteban

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lunes, 18 de abril de 2016

EL COCHE FANTÁSTICO

El título de esta entrada es el que se dio en España a una famosa serie de televisión creada en Estados Unidos y que fue muy popular aquí en la década de los ochenta. Como seguramente ya habrán imaginado, voy a hablar de lo que se da en llamar el coche autónomo o sin conductor, o Self-Driving Cars, lo cual no es la primera vez que hago ni será la última, tal es el bombardeo de noticias que nos llegan sobre este asunto y que amenaza con perseverar e incrementarse hasta que, quizá dentro de un lustro, aproximadamente, según dicen muchos (cada vez más), exista un abanico de modelos de automóviles lo suficientemente amplio y asequible que puedan moverse sin intervención humana alguna a imagen y semejanza del protagonista de las citadas películas y que respondía al nombre de Kitt

Fuente: forocoches.com
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Claro que en este caso nada indica que la realidad supere a la ficción, ni que la iguale tan siquiera, pues el coche de la mencionada serie iba equipado con una computadora que hacía las veces de un magnífico conductor y leal compañero de fatigas, casi un amigo, pletórico de recursos ante todo tipo de dificultades, virtudes estas últimas, de las que ninguna máquina podrá gozar jamás. Espero. 

El coche fantástico me inspiraba mucha simpatía, era atractivo y contaba con un carácter notablemente deportivo que lo hacía muy seductor, todo lo contrario del anodino carácter de los coches que nos muestra Google que parecen escapados de una futurista pista de autos de choque, extraños fuera de su hábitat cual torero al otro lado del telón de acero como canta Sabina. 

Nunca deja de sorprenderme que desde hace ya unos cuantos años se hable de teléfonos inteligentes, coches inteligentes y un largo etcétera, atribuyendo esta potencia del alma (S. Agustín) a tantos objetos cotidianos que obviamente carecen de ella. De cuantas definiciones he conocido sobre la inteligencia, la que más me gusta, la que llegó directa y con fuerza como un pequeño rayo a mi modesto entendimiento nada más leerla fue la que hizo Leibniz: “La inteligencia es un proceso evolutivo de consciencia”. 

Hablando del supuesto entendimiento de los mal llamados “coches inteligentes”, llega desde mi memoria (otra potencia del alma) una imagen que vi muchas veces en el cine durante mi infancia en las películas de vaqueros o westerns y que sin duda recordarán, es aquella en la que se ve a un grupo de vaqueros o cowboys salir del saloon notablemente ebrios, acercarse con serias dificultades en su andar a los caballos, soltarles las riendas, subirse a su lomo a duras penas y sin necesidad de decir nada dejarse llevar por ese noble animal hasta sus casas. ¡Esto sí que es conducción autónoma de verdad! Y un claro ejemplo de cómo la inteligencia artificial de la que tanto se enorgullecen muchos es ampliamente superada por el cerebro de un modesto caballo. 

Un precioso ejemplar de mustang.
Sin duda la historia de la humanidad sería muy diferente sin la ayuda del caballo,
pero me alegro mucho que el automóvil lo haya sustituido.
Fuente: www.razas-caballos.com
No negaré, que si en un próximo futuro existen coches que puedan llevarnos de un lugar a otro sin más intervención por nuestra parte que hacerles la correspondiente indicación y se demuestra que su probabilidad de accidente es igual o inferior a la del ferrocarril, yo mismo estaría encantado de disponer de uno, siempre que también fuese posible conducirlo como un coche convencional en cualquier momento y que utilizar un modo u otro dependiese siempre, de inmediato y exclusivamente de mi voluntad (tercera potencia del alma), asumiendo la responsabilidad de su manejo cuando lo conduzca yo -como actualmente- y el fabricante del automóvil en cuestión cuando deje de hacerlo. 

De ese modo mi coche ideal, sin ninguna duda, pasaría a ser una autocaravana ligera. ¿Se imaginan poder viajar tranquilamente tumbados en una litera viendo pasar las nubes tras un techo de cristal? ¿O tener que hacer una gestión en una ciudad, que el coche nos deje a la puerta y que luego él solo circule hasta donde pudiese estacionar para acudir a recogernos al acabar? Para mí serían ventajas sumamente tentadoras; pero hay más, y mucho más importantes: la innegable utilidad que aportaría a todas las personas que por razones de salud y edad ya no pueden conducir. Lo malo es que no veo ninguna prueba todavía de que el nuevo coche fantástico sea al menos tan seguro como un tren.

En trenes, aviones y barcos sería mucho más fácil establecer sistemas de manejo libres de la intervención humana, de hecho, en los dos últimos medios de transporte se utiliza desde hace décadas piloto automático, sin embargo, en todos ellos siempre hay personas responsables de su gobierno. 

Sólo falta que ponga "0-3 años". Lo siento, no me puedo resistir, parece
tan de juguete de niños pequeños, muy pequeños... Y, en realidad,
¿quién sabe lo que esconden las mentes que lo impulsan, verdad?
Fuente: www.zonamovilidad.es
En el caso de los aviones, cuyo ejemplo siempre se saca a relucir, van siempre dos o tres pilotos al cargo de sus mandos, hay centros de control aéreo repartidos por todo el mundo que vigilan permanentemente su navegación y, sin embargo, todavía nadie se ha atrevido a prescindir de ellos. ¿Por qué, si su funcionamiento está influido por muchas menos variables de las que pueden afectar a un automóvil? ¿Para qué tanta inversión en formar, entrenar y supervisar periódicamente a pilotos y controladores, y no sólo en lo relativo a sus tareas específicas sino también en su estado de salud física y mental?

Claro que existen los drones, me dirán, y es cierto. Aviones no tripulados utilizados sobre todo en la aviación militar desde hace unos cuantos años y con fines bélicos desgraciadamente. En la aviación comercial, que era a la que me refería en el párrafo anterior aún no se utilizan, a Dios gracias, sin duda porque al menos por ahora, nadie es capaz de garantizar el nivel de seguridad actual. 

Entonces, si siempre se nos ha dicho por activa y por pasiva que el transporte aéreo es el más seguro y en él no se han sustituido pilotos por máquinas ¿por qué en tierra, donde se reconoce un riesgo mucho mayor, hay tanto empeño en que las máquinas sustituyan a los conductores? Además, las máquinas conducirían solas los automóviles -los drones son manejados por personas desde tierra-, y tampoco se prevé nada parecido al control aéreo. 

He leído hace unos meses en la prensa, en una pequeña noticia, que algunos altos cargos del Pentágono y del Departamento de Defensa de Estados Unidos han propuesto a la Casa Blanca dejar de utilizar drones por los muchos problemas y peligros que causan. Imagino, que desafortunadamente, estas personas estarán en minoría porque nada parece indicar que se cese en la utilización de los aviones no tripulados, más bien al contrario, se incrementará su uso a pesar de todo y de los muchos incidentes en que se han visto involucrados poniendo en peligro en ocasiones a aeronaves civiles y a ciudadanos en tierra. Les dejo dos enlaces al respecto aquí y aquí.

¡Bravo por el águila! Pero ojalá no resulte herido.
Fuente: www.lavanguardia.com
Y otra llamativa noticia que invita a la reflexión (aquí), como bien saben, los drones se han puesto de moda para ser utilizados como juguetes y también, cómo no, con fines delictivos. Con el fin de evitar los riesgos que esto supone, en algunos países ya se han entrenado águilas para interceptar en vuelo a estos drones, ¿una vez más el pequeño cerebro de una preciosa ave supera la “inteligencia” de una máquina que tanto deslumbra a muchos junto con el uso de una técnica de caza que se remonta a tiempos anteriores a Cristo? Pues, no sé ustedes, imagino que también, ¡yo me alegro mucho! 

Esteban

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Entradas relacionadas: DÍAS DE RADIO, NOVIEMBRE 2014. Al final de esta entrada recojo una interesante e inquietante pregunta que formula un señor de Barcelona; y que también guarda relación con la noticia que pueden ver aquí. Hay más menciones a los coches autónomos repartidas por el blog, pero creo que si les interesa mucho es mejor y más cómodo utilizar el buscador para llegar a ellas porque, salvo la presente, no hay ninguna específica y si dejo un montón de enlaces puede resultar tedioso abrirlos para leer sólo un poco sobre este asunto.