domingo, 29 de noviembre de 2015

YA TENGO EL CARNET. ¿QUÉ COCHE COMPRO? (y 3)

ACOMPAÑANTES PARA CONDUCIR

Que alguna persona de entre nuestros parientes o amigos nos acompañe en nuestras primeras horas al volante cuando tenemos recién estrenado nuestro carnet de conducir es, salvo muy raras excepciones (alguna conocí, pero muy pocas), una fuente de problemas. Hasta el punto, que no en pocos casos tendrá como resultado plantar la semilla de la amaxofobia y dejar de conducir temporal, e incluso definitivamente. Sin olvidar que a esa semilla le hace hueco uno mismo.

Bien, pero sí armado de conocimiento y consciencia de las limitaciones.
Quien estrena su permiso para manejar un automóvil se supone que tiene un conocimiento de las normas que regulan su uso y del modo en que funciona y debe utilizarse, muy fresco. Lo que permite evaluar fácilmente el nivel de nuestros conductores cercanos como tales, de ahí ya se pueden extraer conclusiones muy fiables sobre si conviene o no dejarse acompañar por ellos. Repito: salvo muy raras excepciones será una fuente de problemas. Evítenla. 

Conducir exige una seria responsabilidad, consecuencia lógica de la expresión de libertad que supone. Obviarla por engañarse uno mismo creando la ilusión de que que el acompañante “experto” la compartirá o asumirá totalmente es entrar de cabeza en un espejismo.

Como ya escribí sobre este aspecto en otras ocasiones, les invito a que lo lean aquí,  sólo añadiré el lema de un escuadrón de caza que se me antoja muy apropiado para este aspecto: “Solo, desarmado y sin miedo”. Lo vi este verano con motivo de la exhibición aérea de Gijón. Para el caso que nos ocupa me permitiría completarlo así: Armado con el conocimiento de lo aprendido y consciente de mi limitación, lo que me llevará a planificar un entrenamiento con el fin de ser un conductor seguro y responsable

ACOMPAÑANTES PARA VISITAR TIENDAS DE COCHES

Quizás para esto resulta todavía más tentador dejarnos acompañar por parientes y amigos, pero lamento decirles que -generalmente- también serán más un estorbo que una verdadera ayuda. E igual que propuse antes, también podemos hacerles un examen sin que se enteren, por no herir su orgullo, ¿cuántas veces les hemos oído hablar de coches con criterio y conocimiento de causa? ¿Cuántos coches han comprado y por qué? Ellos, tan expertos, que llevan toda una vida conduciendo (aunque no pasen de 10.000 km al año y siempre por los mismos caminos), ¿qué saben realmente del coche que tienen actualmente? Si se piensa un poco y se recuerdan conversaciones pasadas es fácil responder estas preguntas, y en base a ello actuar. 

Es necesario sopesar bien adquirir un coche. pero eso ni impide emplear
ilusión, entusiasmo, decisión y alegría.
Fuente: www.tunap.es
Una vez más apelo a la responsabilidad personal, individual e intransferible de cada cual: “ellos”, no van a pagar nuestro coche, ni sus averías, ni su seguro. Ni, lo que es peor, sufrir los inconvenientes de una mala decisión cada vez que nos ponemos al volante, y que seguramente no podremos enmendar hasta pasado un buen número de años.

Terminaba la entrada anterior haciendo referencia a las mentiras, ¿se han fijado en que la mayoría de la gente habla maravillas de su coche hasta que deja de tenerlo? En cuanto lo sustituyen, su discurso es totalmente contrario y su ya antiguo coche ha pasado a convertirse en un pozo sin fondo de problemas y averías. Lo mismo pasa con muchos que han hecho la mili “no hice ni una guardia”; “ya, claro, las hacía el coronel por ti. Vamos, hombre”; lo mismo tengo oído a mujeres que habían dado a luz “no me dolió nada”, ¡ya! Y lo mismo pasa con casi todo, es curiosísimo. En la autoescuela: “15 clases y a la primera”; así que cuando vamos por la décima y a duras penas nos damos cuenta de haber aprendido algo, nos sentimos como idiotas o vemos al profesor como un mago del engaño. Con el coche: “me descontaron 3.000 € gracias a un amigo de un amigo de...” “Es que me dijo un fulano que conozco que este Corsa no es de los que hacen en Zaragoza, está hecho en Alemania, por eso gasta tan poco y anda tan bien”. Y así todo. Y hay quien se lo cree y hasta se ofende si haces un gesto de incredulidad. 

Fuente: akifrases.com
No sé por qué en este país existe un anhelo tan fuerte y extendido de hacerse pasar por un ser especialmente afortunado a la primera oportunidad que se presenta y ante cualquiera. A veces todas estas falacias no hacen daño a nadie, pero otras muchas sí, y demasiado, he visto a muchos alumnos con su autoestima por los suelos debido a tantos comentarios falsos que escuchaban una y otra vez de las personas que supone que más les aman. ¡Cuidado! Fíjense en los hechos, presten atención a los actos, olviden las palabras, tengan presente el viejo dicho: “obras son amores y no buenas razones. 

Vengo observado de un tiempo acá en unas cuantas personas, que una vez que tienen el carnet dejan pasar el tiempo sin decidirse a andar nada con un coche, y hablo de personas que podrían comprar un coche nuevo de los que menos cuestan, pero no se deciden. Me lo han comentado y no me extraña, en buena parte, porque si uno no se siente muy atraído por los automóviles y tampoco lo necesitan realmente, si, además dudan de su posible evolución como conductores o creen que esta les supondrá mucho esfuerzo (esto último creo que es el meollo de la cuestión), pues claro, pensar que luego a lo mejor no se quiere el coche, que venderlo supone perder una cantidad de dinero considerable y tenerlo sin usarlo carece de sentido... Podrían ir a uno usado, pero también temen que al menor precio inicial haya que sumar enseguida más dinero en posibles reparaciones.

En estos casos, como para probar, podría ser una buena solución disponer de un coche con “renting”. Últimamente, han aparecido empresas que ofrecen un coche nuevo con seguro a todo riesgo y posibilidad de cambiar de modelo, con mantenimiento incluido sin tener que pagar más que por lavarlo y el combustible a cambio de una cantidad fija al mes bastante razonable. Para los casos mencionados en el párrafo anterior, considero que podría ser una buena solución; se puede conducir y entrenar con un coche durante unos tres meses, por ejemplo, y luego valorar con mucho más conocimiento de causa si realmente nos interesa comprar uno nuevo, usado, seguir de ese modo más tiempo o volver a estar como antes. Lo que no sé es si esto también lo ofrecen a conductores noveles, intentaré informarme de este detalle a lo largo de esta semana, y dejaré aquí la respuesta que me den. 

No, ya me he informado, a un conductor novel no se le permite utilizar un coche por "renting", ni "leasing", ni alquilarlo. Todas las empresas a las que he preguntado exigen 23 años cumplidos y 3 años de antigüedad en el permiso de conducir. Para imponer esta condición se basan en estadísticas de partes de accidentes de las compañías de seguros. Sin embargo, no es nada raro que una persona obtenga el carnet y se pase 3 años o más sin conducir, caso, en el que estaría -en principio- con una cierta desventaja respecto a cuando salió de la autoescuela, claro que también se puede eliminar ese problema volviendo a esta y dando unas clases de reciclaje, lo que en buena lógica sería una excelente y pequeña inversión que se hace mucho menos de lo que sería necesario, argumentando para ello que supone un precio elevado cuando en realidad y normalmente es bastante asequible (sólo evitar romper un espejo exterior, generalmente, lo compensa), en lo que yo he podido comprobar, la mayoría de las veces no se vuelve a la autoescuela aunque uno lo sienta necesario por aquello del "qué dirán". Luego se actúa de forma fatalista y se justifica uno mismo con su "mala suerte", para lo malo; y con su "pericia" para lo bueno. Así nos va.
Conviene valorar seriamente estas opciones, en algunos casos,
serán más convenientes y rentables que comprar.
Fuente: www.emprendedores.es
Una última cosa, hay quienes me dicen que un coche con cambio automático supone un sobreprecio que no están dispuestos a asumir o que no pueden. Bien, una solución intermedia puede ser volver a la autoescuela (la que ya conocen u otra) y dar unas clases para aprender a utilizar bien y con seguridad el cambio manual. Su mal uso lleva a muchas situaciones de peligro y genera accidentes, he conocido a muy pocas personas que no fuesen conductores profesionales de hecho o de derecho que realmente trabajen bien con el cambio manual. Es imprescindible manejarlo bien, es un factor de seguridad básico y el cambio automático -sin duda y aunque nunca se diga- un indudable e importante sistema de seguridad activa

martes, 24 de noviembre de 2015

YA TENGO EL CARNET. ¿QUÉ COCHE COMPRO? (2)

CONCESIONARIOS Y VENDEDORES DE COCHES

Me pondré a modo de vacuna una cita de Churchill que creo que conviene tener presente siempre que generalizamos, se trata de la respuesta que en una ocasión dio a un periodista cuando este le preguntó qué opinaba de los franceses, “no sé, no los conozco a todos”. Naturalmente, yo tampoco conozco a todos los vendedores de coches de España pero he tratado a lo largo de mi vida con unos cuantos y en distintas poblaciones. Hablaré, pues, de lo que he vivido. Seguro que también muchos de ustedes tienen experiencia con este asunto, aunque espero que sea de alguna utilidad -sobre todo- para quienes empiezan su vida como conductores y deciden pasar por algún concesionario en busca de un coche nuevo o usado. 

Nunca olvidemos que un coche es para mucho tiempo, vamos dentro
y se vive y siente desde su interior.
Fuente: www.abc.es
Haré un inciso. Un coche usado se puede comprar también a un particular, se suele pensar que de esta forma y entre coches más o menos comparables, este costará menos que en una tienda. Sin embargo es muy habitual que quien venda un coche usado por su cuenta lo sobrevalore, le parezca muy baja -si no insultante- la tasación del concesionario donde piensa comprar el nuevo y suba el precio más que aquel sin ofrecer ninguna garantía. Una tienda de coches -nuevos o no- debe ofrecer al menos un año de garantía, por ley, y la cumplen. Luego, en general, sólo a quien tenga una experiencia considerable con coches y como conductor le puede resultar interesante comprar a un particular, a no ser que quien lo venda sea una persona cercana de plena confianza, y aún así, conviene conocer más o menos la vida de ese coche, pues no es raro que la persona que lo vende -por más honesta que sea- ignore cosas importantes sobre su propio automóvil. 

Hasta ahora yo nunca he comprado coches nuevos para uso personal. Para trabajar sí, pues para destinarlo a escuela de conductores y someterlo a una labor intensa y dura creo que es imprescindible que sea nuevo, así que en esto tengo una cierta experiencia, ampliada haciendo de acompañante con alumnos y amigos y a la que debo sumar el tiempo que trabajé haciendo y supervisando encuestas -dos o tres años- y, entre otros estudios de mercado, hice trabajo de campo en concesionarios de distintas provincias y poblaciones del norte; simulando en algunos de ellos, y yendo en pareja para la ocasión, ser un matrimonio joven que compraba su primer coche nuevo. 

Antes de todo esto, también visité concesionarios con el único fin de mirar y ver coches que de otro modo difícilmente podría conocer, en este caso siempre informo de mi intención, no quiero que nadie se engañe, y nunca me han puesto ninguna pega, claro que tampoco pruebo los coches. Así legué a visitar un concesionario de Ferrari en una pequeña ciudad de Inglaterra e incluso me dejaron hacer fotos, por cierto, en él he visto el taller más limpio que hasta ahora conocí en mi vida, ni una gota de aceite en el suelo.

Por uno u otro motivo, desde Gijón hasta Irún entré en casi todas las tiendas de coches nuevos  de las respectivas capitales de provincia y de todas sus poblaciones importantes, más Pamplona, Tudela, Tafalla, Logroño, Vitoria, Burgos... Madrid y algún otro sitio que seguramente me estaré dejando ahora en el tintero.

Puede ser muy tentador y cómodo, pero cuidado.
Incluso para quien tenga una buena experiencia con coches y su manejo
siempre es una apuesta, que no tiene mayor problema, siempre que se asuma el riesgo.
Fuente: www.elcorreo.com
Bien, pues sintiéndolo mucho a lo largo de todos estos años sólo me he encontrado con dos personas que verdaderamente entendiesen de automóviles y, como creo que lo bueno debe decirse, aunque no recuerdo nombres y les he perdido la pista si diré los lugares por orden cronológico. Un hombre de Vitoria y una mujer de Bilbao. En Vitoria fue en un concesionario de Citroën que me parece que aún existe, estaba o está en la salida de esta ciudad hacia Pamplona, compré un coche usado del que me enamoré a primera vista y que me dejó un inmejorable recuerdo, un GSA Club Break azul (mi color preferido) por fuera y por dentro; sólo tenía 7 meses y 17.000 km, estaba como nuevo y le estoy muy agradecido a las personas que me atendieron allí, fue allá por 1981, más o menos. Este concesionario, tenía por entonces algo muy destacable que nunca he visto en ningún otro: un pequeño circuito, tipo a los clásicos de Estados Unidos pero a una escala muy inferior y con las dos curvas de los extremos mucho menos peraltadas, pero con una característica muy interesante: distintos tipos de pavimento, incluido un tramo con adoquines. Por supuesto, lo probé en él y en carretera. 

A la mujer de Bilbao la conocí en un concesionario de Opel que hace años que no existe y que estaba en la Gran Vía, muy cerca del Sagrado Corazón y de la Jefatura Provincial de Tráfico. Esta señora es la persona más entendida en coches que he visto jamás en una tienda, era un gusto hablar con ella, estuve a punto de comprarle mi primer coche nuevo para la autoescuela, un Corsa (único modelo de esta marca en España por entonces, 1985). Pero habían comenzado a salir coches de ese tipo con motores diésel más pequeños, suaves y con mejor rendimiento que los anteriormente conocidos en turismos, y siempre mucho más económicos de uso para grandes kilometrajes, tenía bastantes dudas sobre su fiabilidad, pero al final me decanté por uno de ellos (Citroën Visa) y no me arrepentí.

El resto de los vendedores que he conocido sabían y saben muy poco de coches, incluidos los de la marca que venden. Podrán ser más o menos simpáticos y amables pero no deja de sorprenderme esa ignorancia, es algo que no entiendo a pesar de que alguno de ellos se cuenta entre mis amigos, si bien es cierto que ya ninguno se dedica a esa labor. Recuerdo que uno de estos que siempre se dedicó a ser comercial en diversas empresas, me decía que yo soy muy ingenuo y, entre otras, tenía una máxima inquietante: “La gente está deseando que la engañen, Esteban, no te quepa duda”. Puedo observar que en muchos casos es cierto, pero aún así...

Un alto porcentaje de los vendedores de coches que he conocido y conozco hacen gala de una actitud bastante prepotente rayando en la chulería, parecen mirar a su posible cliente por encima del hombro y le hablan como si lo hicieran ex cátedra -cosa que ya no hace ni el Papa, por cierto-, y no se inmutan ni a sabiendas de que están tratando con personas a las que se les supone un buen conocimiento sobre automóviles, como pueden ser taxistas, repartidores, comerciales, profesores de autoescuela, etcétera. Les da lo mismo. Este trato empeora -aunque creo que no mucho- con mujeres, jóvenes y noveles, de modo que cuando se dan las tres condiciones hay que ponerse muy en guardia. Por lo que me han dicho algunos amigos y conocidos extranjeros (sobre todo ingleses) en sus países ocurre exactamente lo mismo, por lo que deduzco que vender coches imprime misteriosamente un negativo carácter universalmente extendido. 

Los fabricantes se empeñan en comunicar las máquinas unas con otras
y nosotros en lo contrario. Con los buenos ratos que he vivido yo con mis queridos
pasajeros cruzando paisajes, luces, nubes, olores...
Fuente: esweb.me
Son muchos los vendedores que orientan sus consejos en base a estereotipos y prejuicios totalmente discordantes con la realidad, por ejemplo: cuando todavía el aire acondicionado no estaba disponible para muchos coches o era una opción injustificadamente cara y me interesaba por ella, siempre me decían que en Sevilla bueno, ¿pero en Bilbao? Pues había y hay bastantes días en los veranos de Bilbao en los que la temperatura supera los 30º C e incluso los 40, lo que supone unos 20º más en el interior del vehículo a pleno sol, ¡claro, que hubiese venido muy bien! Sobre todo cuando se pasan un montón de horas dentro en la época de más trabajo. 

También suelen afirmar categóricamente, que las ruedas ya no se pinchan cuando se pregunta si lleva una de repuesto normal; por supuesto que se pinchan; y hace tan sólo unos meses, cuando pregunté a un vendedor qué tipo de cambio automático llevaba un cierto coche con motor de gasolina, me contestó muy entero que ninguno, que por eso se le llama “automático” (omitiendo la palabra “cambio”), no me lo podía creer, es muy elemental para cualquier persona mínimamente relacionada con el automóvil que excepto los que sólo llevan motor eléctrico, todos necesitan cambio de marchas, aún me sorprendió más tratándose de un fabricante que lidera las ventas de coches híbridos y llevando estos siempre cambio automático. Otra triste anécdota: desaconsejar inequívocamente el ABS (cuando era opcional) a conductores noveles, precisamente los que más lo necesitan.

Volviendo al aire acondicionado, nunca suelen advertir que este elemento conectado en motores de baja potencia dejan a este con una capacidad peligrosamente mermada de respuesta, tengo un amigo que me lo explicó muy bien cuando hablando de su coche salió a relucir este problema, yo comenté que tendría que notar mucha pérdida de prestaciones, y él me respondió de inmediato de un modo muy gráfico “es como si le echas un ancla, lo tengo que quitar, salvo llaneando a velocidad sostenida y con poco peso.” 

¿Solución? Infórmense antes muy bien y compren ustedes, eviten que les vendan y precipitar la decisión con tentadoras y “únicas” ofertas que “jamás se repetirán”, cosa que nunca me he creído. Prueben siempre el coche, infórmense con revistas y en Internet, pero cuidado con los foros de usuarios, pongan en cuarentena los comentarios de los vendedores y también los de conocidos, amigos y parientes. Responsabilícense de su compra, es mucho más probable que sea óptima cuando se elimina la posibilidad de echar la culpa a otra persona, lo que podrá ser un pobre consuelo en el mejor de los casos, pero nunca es una solución a los problemas que vivirán durante años

Perfilen bien el tipo de coche en el que se sentirán a gusto dentro de los que pueden comprar y comprueben que cubre sus necesidades presentes y las probables en un futuro a medio plazo; a medida que vayan descartando modelos y cuando se queden con dos o tres candidatos, incluso cuatro, si tienen dudas aún después de probarlos en el concesionario, puede ser muy buena inversión alquilar uno o más algún fin de semana para conocerlos con mucho más detalle y calma, en este caso, da igual la carrocería, número de puertas y equipamiento, lo importante es que coincidan los modelos elegidos con el tipo de motor y cambio que más les gustarían. Conviene tomar papel y lápiz y calcular aproximadamente cuántos kilómetros harán al año con él, así mismo yo pediría en el concesionario que me desglosen el precio, suele incluir la matriculación que, normalmente, pueden hacerla ustedes mismos en la Jefatura de Tráfico de su provincia ahorrándose un dinero (ver aquí).

Este sí que es un buen invento sencillo y asequible cuando nadie puede ir
al lado del niño, a condición de que vaya bien sujeto, tal como parece.
Fuente: chollazosdeldia.com
Tampoco se dejen engañar pensando que si un determinado modelo se fabrica en un lejano país de Asia, por ejemplo, los recambios tardarán mucho en llegar, desde hace bastantes años todos los fabricantes han reducido sus stocks al mínimo, por casi todas las piezas nos hacen esperar más o menos lo mismo aunque se viva al lado de la fábrica, a este problema se suma el hecho de que a todos los modelos se les hacen ligeros cambios con mucha frecuencia y su vida comercial es mucho menor que antes; también en muchas ocasiones mantienen el nombre siendo coches muy distintos y lo contrario. 

Creo que ya sólo me queda decirles que es muy recomendable tomar papel y lápiz para calcular aproximadamente cuántos kilómetros harán al año (echen por alto), más en estos tiempos de tanta inestabilidad laboral que obliga a cambiar de ciudad a bastantes personas varias veces en pocos años. Y las opciones, si se deciden por alguna, que sea por algo que venga ya instalado de fábrica; en ocasiones hay opciones que se ponen en el concesionario pero, normalmente, no ofrecen la misma fiabilidad. Yo no cambio ni el aparato de radio que traiga el coche de serie. Tampoco utilicé nunca adornos en el salpicadero ni colgantes en el espejo interior, los monitores de televisión que tantos padres llevan para entretener a sus niños tampoco me gustan, me parecen un peligro adicional en caso de accidente o un frenazo muy fuerte, aparte de que considero bastante penoso desperdiciar ese tiempo de convivencia con los hijos durante un viaje.

En la próxima entrada les hablaré sobre los acompañantes, tanto en su papel de entrenadores cuando se empieza a conducir (brevemente) como en el de asesores cuando queremos comprar vehículo. Les adelanto una cosa: tengan cuidado, mucho. Y acabo con una frase que nos repetía a menudo uno de tantos buenos profesores que tuve la suerte de conocer: “Nada es lo que parece y todo el mundo miente”.


domingo, 15 de noviembre de 2015

DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO 2015

Desde 2005 y por resolución de Naciones Unidas se dedica cada tercer domingo de noviembre a la memoria de cuantas personas han sido y son víctimas de este tipo de accidentes, directa o indirectamente.

Es la primera vez que dedico una entrada a este día, quizá haya cometido un error por no haberlo hecho desde que existe este blog, y no es porque sea insensible a tantos dramas y tragedias que se derivan del tráfico, porque, entre otras cosas, tengo muy presente que puedo vivirlas en carne propia cualquier día y en cualquier momento, aunque vaya andando, y pongo de mi parte cuanto creo necesario para no sufrirlas y para que otros tampoco las padezcan. Después de todo, a ello he dedicado mi vida y tengo intención de seguir haciéndolo en lo que me queda de ella. 

Bien, llevo el cinturón, no he tomado ninguna droga, sé que en este tramo la
velocidad máxima permitida es de 90 km/h... Estoy haciendo cuanto me
dicen una y otra vez, sin embargo, si me limito a eso en la curva del fondo saldré recto.
Y si aparece alguien o lo saco de la carretera o chocaré de frente.
Conducir es mucho más que seguir simplistas consignas.
También es cierto y reconozco que cada vez me da más pereza hacerme eco del “día mundial...” de lo que sea. Todo es importante, desde luego, pero da la impresión de que cada día es un recordatorio de algo terrible de lo que nadie estamos libres, y tanta insistencia... no sé a ustedes, pero en mí ayuda a disipar atención y memoria. 

Por otra parte me resulta descorazonador lo que pude leer, escuchar y ver sobre este tema en los diversos medios de comunicación, algunos blogs supuestamente serios y entendidos e incluso en las referencias de no pocos de mis colegas en las redes sociales. Siempre se oye lo mismo: use el cinturón, los sistemas de seguridad para niños y el casco, por un lado; no tome alcohol ni ninguna otra droga, por otro; respete las normas y, cómo no, respete los límites de velocidad. Nunca oigo ni leo ni veo: ¡Vaya mucho más allá de estas simplistas indicaciones, evite limitarse a ellas porque correrá un serio peligro!

Nunca veo que nadie se cuestione si una persona tiene verdadero control sobre la velocidad hasta el límite indicado, o incluso menos. Nunca veo, con tantos que nos pintan el factor velocidad como algo sacado directamente del infierno, que nadie proponga limitarla a 50 km/h en vías interurbanas (todas) y a 25 km/h en las urbanas, por poner un ejemplo fácil de recordar que hasta permitiría ahorrar un dinero en señales, paneles y demás. Nunca veo que se publiquen y divulguen investigaciones serias sobre accidentes y la verdadera raíz de sus causas. Nunca veo que el gobierno se preocupe lo más mínimo porque las autorizaciones administrativas que expiden para conducir los diferentes vehículos sean a cambio de que los aspirantes a las mismas demuestren conocimientos y destrezas suficientes, más bien al contrario. Tampoco veo un control efectivo de las carreteras por parte de la policía más allá de los controles de velocidad y alcohol y otras drogas; hace décadas que no veo a un par de agentes de tráfico apostados a ambos lados de la carretera en un cambio de rasante sin visibilidad, por ejemplo.

Sí veo, en cambio, horrorosas imágenes y vídeos con el único fin de que nos dé miedo ponernos al volante. ¿Se imaginan fregar los cacharros después de que les hayan bombardeado el cerebro con millones de mensajes diciéndoles que si rompen un vaso se van a cortar las venas? Pues será mucho más probable que les ocurra, ¿verdad? El miedo hace más probable que suceda aquello que tememos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) -que desde el escándalo de la “gripe A” me ofrece muy poca credibilidad, por cierto- afirma que el 90 % de los accidentes de tráfico se producen en los países pobres, que tienen el 45 % del parque móvil mundial. Desgraciadamente, en estos países, la amenaza a la integridad física que puede suponer un accidente de tráfico es el menor de sus problemas; dudo mucho que si estuviese en su lugar me preocupase algo el cinturón de seguridad, cómo llevar a mis niños, etcétera. Medidas útiles para cuando ya se ha producido el accidente, ¿pero alguna idea de cómo evitarlo, por favor? 

Llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales, sólo queda "leer" con
suma atención la carretera y sus circunstancias, permanentemente, y actuar en consecuencia.
Les diré algo al respecto y acabo porque esta entrada ha de salir hoy. Es muy obvio y hasta puede parecer que les tomo el pelo, pero no, pueden creerme, es que estoy convencido de que muchas veces se nos escapa lo más evidente, mucho más en este tema, dada la nefasta, intensa y persistente propaganda fatalista con que martillean nuestras neuronas desde que nacemos. 

Salvo fenómenos sumamente extraños e improbables, un accidente de tráfico sólo puede producirse por dos razones: 

  1. Dos objetos intentan ocupar el mismo lugar del espacio (colisión o atropello). 
  2. El vehículo se sale de la vía. 

Cuando vamos al volante de un automóvil, llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales, miramos hacia adelante y vemos lo que hay, el coche responde con inmediatez y nobleza a lo que nuestro cerebro ordene a manos y pies, este percibe lo que tenemos delante por la vista... luego, si vemos y actuamos en consecuencia difícilmente chocaremos o nos saldremos de la calzada. Muy difícilmente, ¿no? Y, si no hay visibilidad suficiente disminuimos la velocidad lo bastante para que, en el peor de los casos, el choque tenga mínimas consecuencias. 

Es necesario ir muy atentos al camino, observar lo que sucede en cada momento y ejecutar acciones de inmediato a cuantos problemas y soluciones tenemos pensados de antemano, y pensar en lo que razonablemente puede ocurrir diferente o nuevo para procesarlo y resolverlo rápido si se da el caso. 

Básicamente, conducir puede ser tan fácil o difícil como uno se lo proponga. Y he aquí la cuestión: proponérnoslo, decidir; evitar poner nuestra fe (por pura comodidad, generalmente) en las muchas mentiras que constantemente nos cuentan. ¡Buena ruta!

Esteban

jueves, 12 de noviembre de 2015

YA TENGO EL CARNET. ¿QUÉ COCHE COMPRO? (1)

De segunda mano, claro, porque lo rayaré, lo abollaré algo, igual rompo algún espejo... y diésel, ¿no? Porque gastan menos, salen más baratos...

Un coche viejo que siempre me gustó,
pero nada aconsejable para empezar a conducir.
Esto es lo que suelen pensar la mayoría de las personas cuando acaban de salir de la autoescuela, y en ir acompañados “los primeros días” por padres, novios, hermanos, amigos, maridos... que ya llevan un tiempo conduciendo. Les parece lo más natural y lógico del mundo, para darles seguridad (dicen), por si pasa algo (añaden), para evitar algún accidente, por pequeño y leve que sea, porque ven bastante probable que ocurra. Generalmente, curiosa coincidencia, tanto hombres como mujeres suelen preferir que su acompañante sea un hombre. 

Pues siento contradecir a tantos pero, normalmente, lo mejor es hacer justamente lo contrario de lo que mandan todos estos tópicos tan fuertemente arraigados: el coche de gasolina y nuevo, y solos. Esto es lo ideal. Luego, en la medida de las posibilidades de cada cual, la idea fundamental es acercarse a ese ideal al máximo. 

EL COCHE

Parto de la base, de que cuando una persona se dispone a trabajar con una máquina por primera vez, en principio, lo más eficaz, fácil y seguro es que lo haga con la mejor posible, entendida esta última condición en términos relativos, desde luego. Cuando adquiere suficiente experiencia y se desenvuelve bien en esa labor, podrá sentirse más o menos cómoda con una u otra, gustarle más o menos, pero es seguro que podrá manejar con seguridad y eficacia cualquiera. 

¿Por qué nuevo? 
  • Las posibilidades de sufrir averías, anomalías o irregularidades en su funcionamiento son ínfimas.
  • Hasta los más asequibles disponen de medidas de seguridad activa y pasiva que no siempre se encuentran todas en los coches de ocasión. 
  • Disponen de dos años de garantía (por ley), algunos fabricantes ofrecen más; los coches usados comprados en concesionario o tienda tienen un año (también hay quien ofrece dos) y si proceden de un particular ninguna. Quien vende un coche de segunda mano -profesional o particular-, por muy honesto que sea, bien puede ser que ignore posibles golpes, averías o desgastes prematuros de algunos de sus componentes debidos a un mal uso y que todavía no han dado ningún síntoma.
  • Se pueden asegurar a todo riesgo, lo que entre otras ventajas, supone que la compañía de seguros se hace cargo de los daños materiales propios imputables al conductor; los usados sólo si son bastante nuevos, en cuyo caso el precio también se acercará en igual proporción al de un coche recién salido de fábrica.

Mover esta palanca bien coordinada con dos pedales es algo que a casi todos
nos ha traído un tiempo por la calle de la amargura. Hace tiempo que, en general,
considero el cambio manual muy primitivo e impropio de nuestra época.
¿Por qué de gasolina? 
  • Cuestan algo menos que el mismo coche con un motor diésel equivalente. 
  • Precisan de algo menos de mantenimiento y estas operaciones son algo menos caras. 
  • Las averías y recambios también cuestan menos. 
  • Pesan menos. 
  • Alargan la vida de los elementos mecánicos relacionados con dirección, transmisión, suspensión, frenos y ruedas. 
  • En general, se puede afirmar que son menos delicados y más fiables, así como menos sensibles a errores de conducción o de mantenimiento. 

Esto último enlaza con un hecho muy difícil de probar pero que se da con mucha frecuencia y que afecta mucho más a hombres que a mujeres: errores de conducción aparte (bastante bien repartidos entre ambos sexos), la forma en que solemos empezar a conducir nosotros en nuestros años mozos provoca más averías, más graves y caras en los motores diésel que en los de gasolina. Entre dos coches idénticos con el mismo motor diésel, conducido uno por un hombre de 45 años y el otro por un joven de 25, por ejemplo, si ambos empezaron a conducir más o menos esos coches con 19 años, el de el joven tendrá un historial de percances mecánicos más largo y serio que el del conductor veterano, que probablemente no tenga ninguno. No es un hecho empírico, desde luego, pero sí algo que he podido constatar sistemáticamente hablando con antiguos alumnos. 

Los motores diésel utilizan un combustible que en España tiene un precio algo inferior a la gasolina porque se grava con menos impuestos, cosa que siempre se ha hecho así hasta ahora pero que puede cambiar en cualquier momento, y el consumo es menor; de modo que si se hacen muchos miles de kilómetros al año con ellos se amortiza el mayor gasto de mantenimiento y compra, pero han de hacerse, en números redondos y aproximadamente, del orden de 25.000 km/año o más. 

Esta avería la tuve tres veces y en el mismo coche: EGR obstruida con
exceso de carbonilla. Dos me coincidió en garantía, la otra no, se saldó con unos 300 €.
Fuente: www.actualidadmotor.com
Por otra parte, parece que los motores diésel ya han sido condenados a desaparecer, al menos en los turismos, el escándalo de Volkswagen -que aún nos dará sorpresas- creo que es una prueba de ello. Naturalmente, esto último no es más que una opinión muy personal, en realidad no sé lo que nos deparará el futuro ni a corto plazo, no obstante pienso que la industria del automóvil está ante una gran encrucijada en la que han aparecido nuevos actores como Tesla, Google y Apple, empresas muy poderosas con obtienen beneficios anuales superiores a los presupuestos de muchos países en el mismo periodo. Todo parece indicar que hay una clara y fuerte apuesta por los motores híbridos y eléctricos, quizá también por la pila de combustible y la electrificación de las carreteras, más o menos a semejanza de las vías de ferrocarril. 

Hablando de automóviles eléctricos e híbridos, también serían una opción a tener presente, sobre todo los segundos; para los primeros, hoy por hoy, hay que tener muy bien definido el uso que se haría de ellos.

Potencia. En números redondos, en torno a los 100 cv, unos 80 cv como mínimo. Frecuentemente nos aconsejan potencias inferiores, a veces hasta es muy tentador, “total, para una chica”, “total, para un novato”, “para andar por aquí y alrededores”... Son frases muy recurrentes, pero lo cierto es que, normalmente y en menos de un año, esa persona experimente muy contrariada que el coche no sólo se le queda corto de prestaciones en muchas circunstancias sino que también eso es un peligro y del que nunca se habla.

Cambio automático. Si se puede adquirir un coche nuevo (y según presupuestos incluso usado), es muy recomendable valorar seriamente que este tenga cambio automático, hasta el punto de que es preferible comprar un coche de un segmento inferior con tal de disponer de él y así compensar el sobreprecio que normalmente conlleva el cambio automático. ¿Por qué lo recomiendo, y muy vivamente? Porque es un factor de seguridad activa muy notable, en primer lugar; y en segundo porque tampoco es nada extraño que el incremento de precio que supone quede amortizado por las averías que se evitan. 

Imaginen que el coche plateado tiene un "Stop" y caló el motor al salir.
Imaginen que el otro conductor no puede detenerse ni esquivar.
Fuente: www.coches.net
El cambio de marchas convencional o manual es una fuente de problemas no sólo en nuestros primeros días como conductores, si no durante semanas, meses e incluso años; conozco conductores veteranos que siguen teniendo errores de principiante con la selección de las marchas, el uso combinado de pedales y palanca y las decisiones que toman en su utilización. Errores, que no pocas veces, son una de las causas de bastantes accidentes. 

Imagínese saliendo de un “Stop” o Ceda el paso” en el que ha tenido que detenerse, ve que se aproxima un automóvil por la calzada que tiene preferencia, pero considera que “le da tiempo” a cruzar esa vía o a ponerse delante de él sin molestarle; cree que ya tiene seleccionada la primera velocidad -pero en realidad está en tercera-, intenta salir de la detención y cala el motor. 

Puede que el coche no se mueva prácticamente nada y hasta le haya hecho un favor al impedirle salir, pero también es posible que pegase un fuerte y brusco tirón hacia adelante previo a la parada del motor quedándose detenido en la trayectoria del vehículo que circula con preferencia, y cuyo conductor, confiado en su detención (le vio quieto), no aminorase la velocidad o muy poco o la incrementase después de hacerlo confiado en que le vio detenido en los instantes previos; es muy posible que ya no pueda frenar lo suficiente ni esquivarle... habrá generado, pues, un grave accidente cuyas consecuencias serán cuestión de diversos azares, ¿verdad? Bien, esto es sólo un ejemplo, muy típico, puede haber muchos más. El cambio automático no puede evitar una decisión equivocada, pero elimina de un plumazo los fallos de ejecución.

Los coches híbridos siempre llevan cambio automático.
¡Esto es otra cosa!
Fuente: www.km77.com
Para no alargarme demasiado creo que basta con que recuerde los errores que ha tenido con el cambio de marchas cuando estuvo en la autoescuela y se pregunte si realmente están superados; en los expedientes de examen se ven casi siempre anotaciones de faltas relacionadas con el cambio de marchas (es muy excepcional lo contrario), incluso cuando el resultado es de “apto”. Por otra parte, yo no conozco a nadie, ni a una sola persona, que haya pasado del cambio manual al automático y quiera volver al primero. 

En la próxima entrada les hablaré del paso por el concesionario y de mi experiencia con sus vendedores, también sobre esos acompañantes que tantas personas quieren llevar a su lado en sus primeros días y cuya actitud, generalmente, hace que muy pronto se arrepientan. Acabo esta, aconsejándoles que cuando piensen en comprar un coche -sea como sea- lo hagan con calma y sin ninguna prisa, pruébenlo, recuerden siempre que un automóvil no es un electrodoméstico, asumimos una importante responsabilidad, lo pagamos con nuestro dinero, tenemos mayoría de edad, nos acompañará durante bastantes años, debe gustarnos -sea viejo o no-, será en buena parte prolongación de nuestra casa y nuestro cuerpo, ¡vamos dentro! Y si nos equivocamos en la compra, normalmente, tendremos que seguir con él por mucho tiempo. 

martes, 3 de noviembre de 2015

DÍAS DE RADIO, SEPTIEMBRE 2015 (y 2)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 16-9-2015. 


  • Huelga de examinadores de Tráfico. 
  • Siete personalidades al volante, artículo de A. de A. en su blog “Curvas enlazadas”, comentarios muy interesantes de Elisa Alòs (1, 13, 15 y 19) y otros, el mío está al final (por ahora) y hace el número 46. 
  • ¿Cuántas vidas salvan las buenas carreteras
  • Conduce 19 horas sin descanso
  • Colocar a un niño de espaldas al sentido de la marcha aumenta la seguridad un 500 % en caso de accidente. 
Huelga de examinadores de Tráfico. No deja de llamarme la atención por más que lo sepa, que cuando el ejercicio del derecho de unos perjudica a otros, muchos de estos dejan de reconocerlo como tal. He conocido huelgas muy salvajes por muy diversos motivos en época democrática, por supuesto, y he visto cómo el miedo cerraba casi todas las bocas. Poderosos caballeros son don Dinero y don Miedo. Aprovecho a dejarles aquí estos versos de mi admirado Quevedo, siempre tan actuales, desgraciadamente.

Es evidente, y siempre lo ha sido, que estas carreteras
son bastante menos seguras que una autopista.
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

¿Cuántas vidas salvan las buenas carreteras? Nuestras autoridades de tráfico y muy diversos “expertos”  llevan unos dos años repitiéndonos hasta la saciedad que las carreteras convencionales son mucho más peligrosas que las autopistas y autovías, ¿quieren descubrirnos América cinco siglos después? Esto se sabe desde antes de la II Guerra Mundial, si ahora justifican medidas represivas por esta obviedad, también deberían depurar responsabilidades por no haberlo hecho mucho antes, digo yo.

Colocar a un niño de espaldas al sentido de la marcha aumenta la seguridad un 500 % en caso de accidente. ¡Un 500 por ciento! ¿Y ahora se dan cuenta? Pues una de dos: o mienten como bellacos o deberían responder penalmente muchas personas implicadas en el asunto.

CHARLA DEL DÍA 23-9-2015. 



  • Bilbao quiere que los vehículos sostenibles aparquen gratis
  • Comentario de una oyente. 
  • El Día sin Coches. 
  • Un oyente pregunta sobre el escándalo de Volkswagen (dejo enlaces de interesantes artículos sobre este asunto al final). 
  • Nuestros coches se hacen mayores: más de 8 millones tienen más de 15 años. 
  • Algunos conductores chinos tras atropellar a una persona, vuelven a hacerlo con intención de matarla. 
Bilbao quiere que los vehículos sostenibles aparquen gratis. ¿Y no sería mucho mejor que diesen esas facilidades a quien tiene un coche que no vale nada (literalmente) y sin embargo le resulta imprescindible para desarrollar un precario trabajo que a duras penas le permite sobrevivir? ¿Cuándo nuestros gobernantes, de todos los niveles y de todos los lugares, demostrarán tener un escrupuloso respeto por el dinero ajeno?

Para evitar un accidente, casi da igual que el coche sea viejo o nuevo.
Lo importante es saber lo que llevamos entre manos, en qué condiciones está
y actuar en consecuencia.
Coches viejos. Resulta que ahora son culpables de no sé cuántos accidentes, ¿y que garantías ofrecen coches nuevos con ruedas en mal estado, por ejemplo? Porque hay muchos. Por otra parte, siempre nos dicen que si el cinturón de seguridad, las sillitas de los niños y muchas cosas más salvan muchísimas vidas, olvidando siempre que lo que de verdad salva es evitar chocar o salirse de la vía

Atropellos en China. Sobre lo que dicen que pasa en China... me faltan palabras y me sobra ira. Pero me niego a creer que sea una práctica generalizada.

CHARLA DEL DÍA 30-9-2015. 



Portada de mi nuevo libro. Disponible aquí.
El Gobierno Vasco ofrece cursos de seguridad vial para profesores. Dos cosas me llaman mucho la atención sobre esta noticia:
  1. El bajo número de profesores que han hecho el curso el año pasado (sólo 170).
  2. Que el Gobierno Vasco no haya encomendado esta tarea a profesores de autoescuela.
Enlaces de artículos sobre el escándalo de Volkswagen que me han gustado y recomiendo, seguro que hay muchos más, y habrá, pero es imposible leerlo todo. Haciendo clic sobre el título de cada uno podrán leerlos: 

Escándalo VW: recapitulando


Esteban

¿Le ha sido útil? ¿Le ha gustado? Puede votar este blog aquí. ¡Gracias!

INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.