domingo, 30 de junio de 2013

¡DOS AÑOS!

A cuantas personas han detenido aquí su mirada...

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!


Como decía al final de mi primera entrada, con mi tarea sigo.

Y es tiempo de celebrar, así que...


¡VA POR USTEDES!


Ustedes, son para mí mucho más que "el respetable" -hermosa expresión apenas ya utilizada, al menos por estos lares, desafortunadamente-. Ustedes, ya forman parte del tejido vital de mi existencia, no sólo me merecen gratitud y respeto, me inspiran cariño. Me ayudan a crecer. ¡Gracias!

No era la primera vez que me pasaba por la cabeza, pero el pasado sábado apareció y se detuvo más tiempo en una de esas pantallas que todos tenemos donde se exponen nuestros propios pensamientos, ideas, emociones, sentimientos... Como si de un cine se tratara, donde se proyectan constantemente "cosas" y, a veces, a la velocidad de la luz, o poco menos. Pero el sábado se quedó unos segundos más, la siguiente idea, la pequeña sorpresa, que les anuncié ayer, casi en el umbral del hoy. Es esta:

Haciendo click en la imagen se puede leer bien el texto.
Enlace para la página de "Conducir sin miedo" en Facebook, aquí.
Para terminar, una breve historia, este blog ha recibido ayer un regalo y es justo que aquí lo cuente. Mariela Parma, sin saberlo, sin intención, sin ese "no hubo intento" que Rubén Darío escribe en su precioso y para mí muy querido poema a Margarita Debayle, me ha hecho llegar un bonito presente desde el invierno austral, pueden verlo aquí¡Muchas gracias, Mariela!

Esteban

martes, 25 de junio de 2013

DÍAS DE RADIO (JUNIO 2013)

Hoy se cumplen 161 años del nacimiento de Antoni Gaudí, agradezco a Google que me lo haga saber porque desde que conocí, siendo niño, la Sagrada Familia de Barcelona nunca ha dejado de llenarme de admiración y asombro. Esta tarde he pasado expresamente a disfrutar con la contemplación y vista de la Casa Montero en Bilbao, creyendo que era obra del genial arquitecto, pero no, estaba equivocado (pueden verlo en los comentarios de esta entrada) y acabo de descubrirlo: La casa Montero de Bilbao es obra del arquitecto francés Jean Batiste Darroquy. Lamento el error y les ruego que me disculpen. En todo caso, la fachada es muy hermosa. Les dejo una foto.
Casa Montero, Bilbao. Arquitecto, Jean Batiste Darroquy
CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA (5-6-2013). Más denuncias por exceso de velocidad.
Se duplican las denuncias por exceso de velocidad con radares fijos en Euskadi. La Diputación afirma que la Supersur ha reducido los tiempos de transporte de todos los usuarios en 480.600 horas (¡increíble!). Distracciones al volante. Un oyente afirma que con el buen tiempo hay más radares móviles (seguramente tiene razón). Abogan por limitar la velocidad en poblado a 30 km/h, ¿cuándo se darán cuenta de que cuanto más juntos y lentos mayor es la probabilidad de accidente?

CHARLA (12-6-2013). Campaña contra el alcohol en el Reino Unido.
Impactante campaña sobre alcohol y conducción en el Reino Unido. La DGT y asociaciones de ciclistas utilizan un mismo estudio con resultados opuestos sobre la utilización del casco. Rotondas y turbo rotondas. En este último punto, olvidé comentar que si se tiene duda sobre la dirección a tomar antes de entrar en una turbo rotonda, lo más seguro es dejar la trayectoria que nos llevaría a la derecha y utilizar el carril que nos llevaría de frente, pues desde éste, también se podrá dar la vuelta si, finalmente, nos damos cuenta de que deberíamos haber tomado la primera salida.

CHARLA (19-6-2013). Sistema eCall.
A partir de octubre de 2015, estará en servicio en Europa el sistema automático de llamada a emergencias denominado “eCall”. Nueva campaña de concienciación del Gobierno Vasco. Ha pasado un mes y los nuevos accesos a Bilbao han sido utilizados por unos 80.000 vehículos menos. Algunos principios sobre adelantamientos.

CHARLA (26-6-2013). Multado un niño de 6 años.
La Guardia Civil multa a un niño de seis años por rebasar un STOP sin detenerse. El Juzgado de lo Penal Nº 1 de Orihuela, condena a dos años y medio de prisión al motorista que en 2007 arrolló el carrito de una niña de quince meses que falleció dos años después a consecuencia de la heridas que le causó el accidente, y a dos años de cárcel a la mujer que empujaba el carrito y cruzó la carretera sin mirar. El Departamento de Tráfico del Gobierno Vasco prevé menos vehículos de paso por Euskadi este verano. Según el Grupo Red Europea de Garantía de Vehículos, 1’3 millones de automóviles necesitarán asistencia en carretera durante la estación estival recién comenzada.

Sobre la multa del niño, pueden ver aquí y aquí la noticia que publica el diario El Correo y una breve (pero muy significativa entrevista) de la televisión vasca (EITB), respectivamente. En la emisora hablé en base a lo leído en el periódico, el vídeo acabo de verlo ahora. Ambas noticias reflejan hechos sustancialmente diferentes, que, naturalmente, conducen a conclusiones muy distintas; por ejemplo: en la televisión se puede leer perfectamente la denuncia formulada; el padre no iba en bicicleta, sino andando al lado de su hijo que sí iba en bici (lo que, en principio, hace la situación menos peligrosa y más fácil de controlar); en la denuncia no se hace ninguna referencia a la velocidad... En mi opinión, visto el vídeo, la versión del padre me parece mucho más verosímil. Como él mismo dice "el agente en concreto"... a lo que yo añado (no él): se extralimitó en sus funciones; no como si fuese un hecho, claro, pues no estaba allí, pero me parece una deducción muy razonable. ¿Y a ustedes?

Esteban

jueves, 20 de junio de 2013

¿EN BICI Y POR CIUDAD CON EL CASCO?


Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta 
—no fue por estos campos el bíblico jardín—; 
son tierras para el águila, un trozo de planeta 
por donde cruza errante la sombra de Caín.

Nunca está de más deleitarse y aprender con la obra del gran poeta Antonio Machado. Seguramente, imagino, se preguntarán qué tienen que ver estos versos con ese título. Verán.

Hace ya unas semanas, todos los medios de comunicación se hicieron eco del propósito de la DGT (Dirección General de Tráfico) de imponer la obligación del uso del casco para circular en bicicleta por las vías urbanas. Actualmente, y en tanto no se apruebe la medida -lo que dudo bastante-, solamente es obligatorio el uso del casco en esos vehículos por las vías interurbanas.

Les presento mi bicicleta.
INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.

Hasta ahora, desde que la DGT anunció su intención han aparecido regularmente en prensa, radio y televisión referencias a este asunto, y va para largo, pues la discusión está servida y el enfrentamiento, como es habitual por estos pagos, también. De la mano de las mencionadas noticias han llegado, para mi sorpresa, un buen número de estudios procedentes de diversos lugares del mundo que, convenientemente manipulados y tergiversados, hacen que cada uno de ellos tanto sirva a tirios como a troyanos; esto sí que no me sorprende. Desgraciadamente. Porque me parece una verdadera desgracia que la sociedad española utilice cualquier excusa para polarizarse y enfrentarse, levantar barricadas y empezar la pelea; cómo nos gusta, Dios mío. Casco sí o casco no, es lo de menos. Parece que sufrimos un estigma, una condena que nos empuja a la lucha fratricida, pues creo que la principal raíz de esta discusión está en ella. De ahí los versos de mi admirado Machado.

Todos los vehículos de dos ruedas, por definición, tienen un equilibrio inestable. Esto no admite discusión, es física. Luego, todos los usuarios de estos vehículos -obviamente- deberían llevar casco, en todas las vías y siempre; esto tampoco admite discusión. Otra cosa, es si resulta conveniente hacer obligatorio su uso para todos y siempre. Pienso que no, dado el hecho de que omitir el uso del casco cuando se circula en bicicleta, hace imposible causar daño a terceros. Claro, que este razonamiento es igualmente válido para las vías interurbanas y los usuarios de ciclomotores y motos. Incluso con respecto al uso del cinturón de seguridad cuando sólo va el conductor en el coche (vieja discusión).

Aún cuando, efectivamente, si viajo solo en coche y por no utilizar el cinturón me hago daño; o en un vehículo de dos ruedas, y por no llevar casco sufro lesiones, se me puede argumentar, y con razón, que sí causo un perjuicio a la sociedad: utilizo recursos de la misma para que me atiendan y curen, y en términos económicos pueden suponer muy poco o muchísimo dinero. También sucede, que en el caso de bicis, ciclomotores y algunas motos sus conductores pueden ser menores de edad, lo que sin duda añade problemas jurídicos. Pero no es mi intención entrar en ninguno de estos dos aspectos, solamente los apunto porque son ciertos y están ahí.

Lo del casco para las bicicletas no es nada nuevo.
Este datará, aproximadamente, de 1960.
Fuente: www.forocoches.com
Lo que llama poderosamente mi atención son las falacias que “argumentan” la aparente mayoría que se muestra contraria a la utilización del casco en bici y en poblado, negando las evidentes ventajas de su utilización. Es perfectamente admisible, por ejemplo: No estoy de acuerdo con que me obliguen. Bien. Pero, por favor, que no me digan que si te atropella un coche el casco no te sirve para nada. Tal afirmación, en sí misma, es falsa. Habrá accidentes en los que sea igual ir con o sin casco, pero sin duda alguna, habrá otros en los que el casco será determinante para evitar una lesión grave o la muerte. 

También se ha dicho reiteradamente, que obligar a utilizar el casco supondría que mucha personas dejen de utilizar la bicicleta; que quienes aún no la usan no se animarán a hacerlo, que las ventas de bicicletas bajarán más que significativamente, que así no llegaremos nunca a una “movilidad sostenible”... Estas dos palabras parecen un mantra, mira que lo he intentado, pero a mí no me dan esa aparente y visible satisfacción que a tantos les genera sólo el hecho de pronunciarlas. Lo de que se vendan menos bicicletas por esto del casco, me parece poco verosímil, y desde luego, no deseo ningún mal a sus fabricantes, pero la DGT no tiene entre sus competencias y obligaciones cuidarles; además, los supuestos perjuicios, muy probablemente los eviten modificando su estrategia de marketing. Y si alguien no se anima a andar en bici (o deja de hacerlo) porque sea obligatorio ponerse el casco, sin duda, es que está muy justo de ánimo para esa tarea. 

Este sí es mi casco.
Otra cosa que no me sorprende, pero que me resulta de una irresponsabilidad escandalosa, es la oposición ostentosa y pública de muchos ediles y alcaldes en contra del propósito de la DGT, a la que se suman partidos políticos, asociaciones de ciclistas, etcétera. ¿No se dan cuenta estos concejales, de que si en su municipio se produjese un accidente en el que un ciclista resultase gravemente herido o muerto (en última instancia por no llevar casco) incurrirían en una grave responsabilidad moral, sin duda, cuando no también civil y penal? Otra pregunta: ¿Tantos como parecen estar en contra del uso del casco para andar por poblado en bici, permitirían que sus hijos no lo utilizasen? 

En los últimos años, muchos ayuntamientos de España, han dispuesto de un servicio de alquiler de bicicletas y de distintos lugares de aparcamiento para las mismas por un precio muy asequible e incluso gratis, con el fin de que cualquier persona pueda tomar una aquí y dejarla allá, para fomentar su uso. Personalmente no me gusta la medida, es una de tantas cosas, en la que me viene muy rápido a la cabeza esa famosa frase que tantas veces hemos oído en las películas estadounidenses: “No con mi dinero.” Pero bueno, qué se va hacer, tampoco será tanto ni tan grave. Lo cierto es que pocas personas son usuarias de ese servicio (al menos en Bilbao y Gijón, que es donde más lo conozco), no he buscado datos al respecto en ninguno de estos ayuntamientos, pero salgo y ando por la calle y pasan días enteros sin ver una sola bicicleta municipal circulando. Yo no las he utilizado nunca (si quiero andar en bici uso la mía, sé cómo está), tampoco veo en absoluto que esa idea sea una pieza clave para “la movilidad sostenible”; por más que algunos se empeñen, la mayoría de los habitantes de una población no utilizará la bicicleta como medio de transporte nunca, ni aunque se la regalen (muchos la venderían, seguramente); y, en general, salvo excepciones, claro, no veo en la bicicleta una alternativa real de transporte -eso que la utilicé mucho con este fin siendo chaval-; ni aunque prohiban el uso del automóvil privado, siempre que se mantenga un transporte público suficientemente eficaz, claro está.

Carril bici en Durango, Vizcaya.
Me gusta. Bien delimitado, dentro de una acera muy grande, arbolado y con hierba.
Claro, que no hay muchos sitios donde se puedan hacer carriles así.
Pensando en esta entrada, me he dado cuenta, de que el casco se utiliza en muchas otras actividades de forma muy generalizada y, sin que yo sepa, nada ni nadie obligue a ello; por ejemplo: bici de montaña en montaña (no es vía urbana ni interurbana), cuando se monta a caballo, escalando, esquiando, haciendo snowboard, en espeleología, parapente, ala delta, paracaidismo (en estos tres últimos casos hasta puede parecer ridículo), rugby americano, hockey, frontón... Y seguro que hay más.

Personalmente, yo no obligaría a utilizar el casco a los ciclistas en vías urbanas, pero sí haría una campaña permanente de las ventajas de su utilización, sobre todo en las escuelas, a los niños. Y no creo que fuese muy difícil convencerles, todos los ciclistas profesionales los llevan; además, ¿acaso no usan rodilleras y protectores para las espinillas cuando juegan al fútbol? Pues lo mismo.

Ya en clases de teórica comentaba a mis alumnos que utilizar la bici de forma regular ayudaba a aprender mejor y más fácilmente a conducir un coche (a mí me ayudó, y mucho), y solía preguntar si había alguno que la utilizase bastante. Pocas veces contestaba alguno de modo afirmativo, siempre hombres -excepto en dos ocasiones-, y siempre (y a todos), su experiencia previa con la bicicleta les resultó positiva en la autoescuela. Pero también siempre, les decía a quienes carecían de esa práctica, que no era plan de ponerse a andar en bici sólo con el fin de conseguir aprender a conducir en algo menos de tiempo y, por tanto, de un modo algo más económico. Demasiado riesgo y demasiado tarde, pues ya estaban en la autoescuela.

Avda. de la Constitución (Gijón)
Otro carril bici bien protegido.
También me gusta.
Parece olvidarse con frecuencia que el uso de la bici, per se, implica riesgo: el equilibrio es inestable y se puede circular en ellas muchas veces con relativa facilidad entre unos 20 y 50 km/h; que incluso con la bici parada uno puede caerse. También se olvida, que andar en bici en vía pública conlleva obligaciones que generalmente se omiten demasiado. Naturalmente, que alguien incumpla sus obligaciones no le priva de sus derechos ni del escrupuloso respeto que siempre debe merecernos su integridad física. Una obligación que tenemos todos, siempre, es cuidarnos. Salta a la vista en cuanto se sale a la calle y se llevan los ojos abiertos, que no pocos ciclistas y peatones actúan como si fuesen inmortales e inmunes a cualquier daño. 

Tampoco dicen nada, quienes protestan contra el uso del casco en ciudad para andar en bici, de que eximan de esa obligación a quienes utilizan ciclomotores y motos, después de todo, la velocidad máxima permitida para todos ellos es casi igual: 45 km/h para ciclos y ciclomotores, 50 km/h para motos. Por otra parte, se está hablando de vías urbanas, ¿Alguien sabe de algún caso en que un policía municipal denuncie a un ciclista por: circular por la acera, pasar un semáforo en rojo, no ceder a peatones, no detenerse en un STOP... por ejemplo? Yo no he conocido ninguno, jamás, y dudo muchísimo que se pongan a denunciar ahora por ir sin casco, si se diese algún caso sería puramente anecdótico. Existe una norma, verdaderamente escandalosa, que permite a los ciclistas, a partir de los 14 años, circular por autovía si (como siempre) no hay señal expresa que lo prohiba. Nunca supe que ninguna asociación de ciclistas, municipios, partidos políticos... protestasen contra esa manifiesta invitación a morir en la carretera.

Un aparcamiento de bicicletas del Ayuntamiento de Bilbao.
Fuente: www.deia.com
Creo que conozco más o menos bien paisaje y paisanaje de esta España nuestra “a veces madre y siempre madrastra” como dijo Blas de Otero, otro querido poeta. Y, en base a eso, creo que detrás de esa postura de renegar del uso del casco y otras (de las que seguramente hablaré otro día), en el fondo, está la idea de que a alguien se le ocurre un día que mejor va en bicicleta a... dónde sea, seguramente cuatro días de verano; y enseguida cae en la cuenta de que... ¿por dónde? Por la acera mal, por la calzada le da miedo... Entonces llega a la conclusión de que le hagan caminos para él; cuando ve que no es suficiente, que los coches vayan más despacio (cuanto más juntos y lentos, más riesgo de accidente); así que cualquier día, o el próximo verano, querrá que le quiten los coches. 

Vivimos en una sociedad, que infantiliza y protege (aparentemente), que tiende a anular hasta el instinto de supervivencia (lo logra no pocas veces), y si hay alguien más bajo que el resto, como leí una vez en un libro de Jorge Bucay, se le cortan las piernas a los demás hasta que estemos todos a la misma altura. Si no lo han hecho ya y se animan a pensar un poco en esto se darán cuenta de que ésta es la raíz de muchas normas y la razón central de muchos discursos de protesta.

Esteban

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sábado, 8 de junio de 2013

VÍDEOS DE ROTONDAS... ¡Y TURBO ROTONDAS!

Hace dos meses y dos días, el 6 de abril, publicaba una entrada con el título: “Glorietas y rotondas o la tiranía del mediocre” (pueden verla aquí). Como complemento de la misma, grabé unos vídeos que espero acabar de editar y publicar entre hoy y mañana*

De momento van dos, si no me equivoco son los más largos, pero los controles de vídeo nos permiten -si queremos- reducir o eliminar el tiempo de espera en los semáforos y de alguna que otra detención más. Creo, con toda franqueza, que pueden ser útiles a bastantes personas, entre las que se pueden encontrar algunas que en un futuro inmediato, o actualmente, estén en alguna autoescuela con la intención de obtener su permiso de conducir. Especialmente para estas últimas, va esta advertencia: algunas de las trayectorias que se ven, NO se permiten en un examen práctico. Otras sí. Sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, creo que es muy recomendable que quien esté aprendiendo a conducir las estudie. Si surgen dudas, siempre pueden preguntar a su profesor/a y, por supuesto, yo también estoy dispuesto a contestar con mucho gusto. Para muchas personas que ya tienen carnet y conducen desde hace años, también les será útil. Y, a todas, les sugiero que combinen los vídeos con la lectura de la entrada que mencioné antes (pueden verla aquí), y sus comentarios.

Plaza Campuzano, en Bilbao. Y no, NO es peatonal.
Pero engaña y confunde a todos: peatones y conductores. Pueden verlo aquí.
Fuente: www.proyectosbilbao.com
También quiero dejar constancia de seis puntos que son fundamentales:

1. Pasar bien y con seguridad una glorieta o rotonda, exige esfuerzo, trabajo y entrenamiento. Para quienes estén aprendiendo a conducir (y no sólo a ellos), Google Maps es una herramienta muy útil, que bien utilizada, ahorra clases y dinero.

2. Cuando estamos en el umbral de entrada de una rotonda, las trayectorias en curva que llevan los vehículos que están dentro y a los que debemos ceder el paso, crean la ilusión de parecer que están más lejos y que circulan más lentos de lo que realmente están y van; esa ilusión es tanto más falsa cuanto más a la derecha (o al exterior) circulen dichos vehículos, también resultan algo más difíciles de ver. Tanto el vehículo que está dentro, como el que va a entrar están en trayectoria de giro.

3. Es imperativo preparar con antelación la entrada en la rotonda, tener en mente la trayectoria completa que haremos en ella (antes de llegar), y un “plan B”, por si no se puede. Ser conscientes, además, de que una vez dentro, manteniendo la posición podemos hacer giros completos hasta tener clara la salida o el cambio de carril que precisemos.

4. En base al punto anterior, es fundamental, que antes de entrar, tengamos hecha toda la tarea en el coche; es decir: que esté en la marcha adecuada y con la velocidad correcta para asegurarnos respuesta inmediata al pisar el acelerador, y bien colocado. Improvisar dentro con éxito, sólo está al alcance de conductores expertos (y no siempre) y bien conocedores de la máquina que manejan. 

5. También es imperativo aprender a realizar cambios de carril en trayectorias curvas, utilizando los espejos y girando la cabeza (antes de ejecutar) para eliminar ángulos muertos. La mayoría de los problemas que se dan en las rotondas están causados por una deficiente observación.

6. En muchos coches modernos, “gracias” a la asfixia a que la electrónica somete a sus motores, no pocas veces, la primera velocidad es la marcha ideal para evitar que pase esto: Llego en segunda, estoy sobre 15-20 km/h, el pie en el freno, acaba de pasar un coche y veo un camión, con respecto al cual, parece razonable que puedo entrar acelerando con decisión (no en plan de carreras, pero con decisión); suelto el freno (el coche ya está casi entero dentro), piso el acelerador (no a fondo) con ganas, y... de forma tan sorprendente como preocupante, el coche no gana ni un miserable kilómetro por hora de velocidad. El software que gobierna el motor entiende que voy a contaminar mucho con la demanda de combustible que hago y no me da ni una gota. Ni aunque sea para salvarme la vida. ¡Ni una gota! He vivido estas situaciones un montón de veces, gracias a los demás (¡gracias!) nunca me pasó nada, pero que nadie se confíe, jugaba con ventaja a bordo de un coche de autoescuela perfecta y muy visiblemente señalizado. Habrá quien no se crea lo que acabo de contar, le invito a que lo pruebe, en cuanto pueda, en un lugar tranquilo en el que nadie corra ningún riesgo. Se dará cuenta de que una vez ocurrido ese perverso efecto, la única posibilidad de salir con bien es pasar a primera con mucha agilidad, y si hay espacio, orillarse un poco.
Esta es una vista de Google Maps del recorrido del primer vídeo (rotondas grandes y rápidas).
Comienzo la ruta donde puse la estrella (sentido Santander) y la termino en el rombo (sentido Bilbao).
La N-634 es una carretera convencional que en este tramo (y otros) dispone de dos calzadas con dos
carriles cada una. En este punto, más que nada, es una vía de servicio pues da acceso a pequeños
polígonos industriales y centros comerciales. Por lo demás, esta carretera es una ruta muy interesante
que une Francia y Portugal por España (Irún-Tuy) a través del Cantábrico. La autopista A-8, le sirve de
excelente complemento, al menos que yo sepa, en buena parte del recorrido. 

Rotondas grandes y rápidas (19' 18'').


Rotondas pequeñas y lentas (25' 10'').




Rotondas. Cuando el camino nos lleva (10' 44'').




TURBO ROTONDAS

Turbo rotondas de Grado, Asturias (19:46)


Este turbo rotonda NO está en Grado.
Pero me parece un esquema sencillo y claro,
Fuente: http://imageshack.us
El pueblo asturiano de Grado (por allí siempre se dice “Grao”) fue el primer lugar de España en donde se construyeron las denominadas “turbo rotondas” y entraron en funcionamiento en 2009. ¡Cómo pasa el tiempo! Lo cierto es que lo supe en su momento porque lo leí en la prensa pero, aunque no lo tenía olvidado, el dato se quedó en alguno de esos cajones de la memoria que casi nunca abrimos. Y tampoco es que Grado lo visite con frecuencia, de hecho, igual hace veinte años que no iba por allí. También di por supuesto, que en poco tiempo, se prodigarían por doquier. Pero incomprensiblemente no fue así.
Grado, Asturias.
Que conste que no lo digo como parte interesada, pero, la grafía debería ser más grande, es un error crónico en las señales de orientación en España; "ayuntamiento", debería estar en mayúsculas como en la otra señal, y 
también está demasiado alta, queda fuera del campo visual del conductor.

Hace unos días, se me ocurrió que podía pasar por Grado para ver y grabar esas turbo rotondas. Nada más entrar en la población -lo que es, no el centro, pero sí el casco urbano propiamente dicho- me encuentro con la primera turbo rotonda. Casi hasta decepciona, la idea es muy ingeniosa pero... diría que está expresada de un modo sencillo y nada ostentoso, tal como se supone que le corresponde, dado el lugar del que es originaria: Países Bajos.

Grado, Asturias.
Respecto a las bondades de las turbo rotondas, mantendré mi positiva opinión en cuarentena; me gustaría conocerlas en lugares con un paso de vehículos mucho más intenso. Y volver a Grado, repetir la experiencia y aprovechar para hablar con algún colega, policía municipal, taxista, repartidor, conductor de autobús... y también con alguna persona que conduzca poco. Desde luego, todos ellos ya tienen más que suficiente experiencia, a ver cuándo puedo pasarme un día entero por allí haciendo trabajo de campo.

Grado, Asturias.
Si el conductor del camión giró a la derecha por error,
la marca vial no le permite corregir.
Como dije, de esta primera visita a las turbo rotondas me traigo buena impresión. Son intuitivas y fáciles, te lleva el camino. Pero eso sí, es fundamental tener muy claro cuál es ese camino antes de entrar en ellas, pues no siempre -si uno se equivoca- se puede corregir dentro. Ya hace muchos años que no me importa perderme, pero no me gusta que me engañen por no señalizar bien, no cuidar las señales... Y no por el hecho en sí de sentirme burlado, sino porque eso mismo le puede ocurrir a otro conductor que tenga muy próximo y llevarle a seguir in extremis y por las bravas su camino, con lo que puedo verme en una situación crítica en absoluto deseable.

Grado, Asturias.
En estas rotondas, creo que no se puede hablar de cambios de carril, propiamente dichos, pero sin ninguna duda, se producen cambios de trayectoria; un poco a semejanza de como se hacen los cambios de vías en el transporte ferroviario. Y, curiosamente, esos cambios de trayectoria, contravienen la tan traída y llevada “norma” de ir siempre por el carril derecho, pues, desde la entrada a la turbo rotonda, si uno quiere ir a la izquierda o hacer un cambio de sentido, el camino lo lleva hacia el centro geométrico de la misma y antes de la salida que corresponda, al extremo exterior. Vamos, lo que se hizo siempre.

Grado, Asturias.
Hay muchas huellas de neumáticos fuera de la calzada.
Y que sea tan fácil circular por esa especie de acera, sin duda,
tiene que estar hecho a propósito.
Otra cosa que me llama la atención de las turbo rotondas es que, su supuesta mayor seguridad se basa, fundamentalmente, en que todos los conductores respeten escrupulosamente las líneas continuas, aun cuando se hayan equivocado de rumbo. Mas, como todos sabemos, estas líneas no se rompen (ni rompen el coche) si algún vehículo las sobrepasa, luego, si todos los días podemos ver a cientos de conductores que cambian trayectorias cruzando líneas continuas, ¿qué garantías hay de que aquí no ocurra lo mismo? Este misterio no lo he descubierto, tengo que volver a Grado. Y el caso es que estuve observando unos cuantos minutos dos de las rotondas desde la acera -como peatón- y no vi a nadie cruzando por la línea continua. Me sorprendió. También me resultó chocante, que en el centro de estas glorietas se disponga de una especie de acera, sin bordillos, con una suave rampa que de hecho se la toma también como zona de circulación; tal como está construida invita a ello, desde luego, sin embargo está delimitada por una línea continua de borde de calzada, que no debería sobrepasarse. Curioso, unas rayas son como un muro y otras no. Otro misterio.

Grado, Asturias.
El otro extremo de la misma rotonda, se puede observar lo mismo.
Al hilo de lo dicho antes -contemplar la circulación de una rotonda desde la acera-, invito a quien le coincida, a que haga esta observación en Inglaterra. No sé ahora, pero todas las veces que observé cómo pasan los ingleses las rotondas (las convencionales), tanto cuando iba andando como conduciendo, nunca he visto un solo conflicto, y pasan muy ágiles. Seré muy pesado, pero en el fondo, creo que se trata de un problema de actitud y de ponerle ganas a la tarea con remango, sin escatimar esfuerzo y trabajo, más que otra cosa. Seguramente me repito, pero cada vez que veo a alguien en una rotonda con tres carriles girar 360º por el de más a la derecha como dando una triunfal vuelta al ruedo, lento, estorbando y confundiendo a todos, los que entran y los que salen... Me dan unas ganas de sacarlo a hombros, derecho a la ría... ¿Por qué conducen los que no saben ni quieren aprender? Otro misterio, y van tres. Señor Iker Jiménez, ¿está usted ahí?

Grado, Asturias.
Si permiten pisar "el piano", ¿por qué no pintan línea discontinua? 
De unos años acá -sólo de unos pocos años acá- en los exámenes, Tráfico exige lo de “la vuelta al ruedo”, sin embargo, conviene ser muy consciente, de que en el tiempo que se está en la autoescuela se juega con ventaja (luego NO) porque la identificación del coche como tal, además de ser obligatoria, muy visible y por todos conocida, es un factor básico de seguridad, que en sí mimo, evita muchos accidentes. En los exámenes, además, a parte de llevar (a veces) otro coche de la autoescuela detrás, puedo dar fe de los esfuerzos que hacen algunos examinadores desde el asiento trasero haciendo reiteradas señales y aspavientos al resto de conductores de que tengan especial cuidado y paciencia con nosotros. Obviamente, porque conocen el riesgo (muy elevado) ¡y van en el coche! Y todavía hay profesores que defienden la mencionada imposición de Tráfico en foros y blogs a capa y espada, ¡por favor! Una de dos: o de profesores sólo tienen el título, o su hipocresía raya niveles patológicos.

Grado, Asturias.
Ni el coche de la fotografía anterior, ni éste, necesitan pisar ahí.
Camiones y autobuses, sí. Es necesaria más autodisciplina y más
autoexigencia para conducir, es vital.

Ya para terminar, hay un par de cuestiones que también influyen en la mala percepción general que tenemos sobre las rotondas. Una, que en pocos años se hicieron muchísimas y más de la mitad sobran, siendo éstas una fuente de problemas; hay personas que entre su casa y el lugar de trabajo, en pocos kilómetros, en ida y vuelta pasan más de veinte rotondas, es un castigo, literalmente. Otra, existe una tendencia muy generalizada a sentir  y creer (más que a pensar) que todos los demás son los que lo hacen mal y, no es nada raro, que algunas personas se expresen más o menos así: yo voy bien, ¿por qué tengo que frenar, cuando es el otro el que lo está haciendo mal? Allá él, además, mira, si pasa algo la culpa no es mía... tengo seguro a “todo riesgo”... Cuánto daño ha hecho esta denominación, Dios mío. Y donde dije “frenar”, digo acelerar, o cambiar la trayectoria, o desistir de tomar “nuestra” salida, etcétera. Lo he visto, lo sé, me consta: hay personas -más de las que parece- que deciden tener un accidente antes de dar su brazo a torcer, o deciden corregir rebasado el punto de no retorno, al caso, es lo mismo. Por favor, si alguno de ustedes está en este grupo, abandónelo rápido, cuídese. Cuídense, por favor.

Esteban
(*) La entrada ya está completa.

domingo, 2 de junio de 2013

NUEVOS ACCESOS A BILBAO (y 2)

La historia del cierre de la puerta principal de la villa de Bilbao creo que transciende bastante más allá de ser un acontecimiento puramente local por tan singular e insólito, y, por ambas razones, me parece digno merecedor de serios estudios desde, al menos, tres aspectos: sociológico, económico y político. A parte, claro está, del más evidente: la entrada y salida de automóviles de la villa y la circulación de los mismos por ella.

Para enfocar bien la historia, pienso que resulta imprescindible tener muy en cuenta estos datos: 
  • Número de habitantes: 351.629 (2012)
  • Densidad de población: 8.650,16 hab./km²
  • Superficie del municipio: 40,65 km²

Desde luego, no pretendo hacer ninguno de los estudios que considero muy interesantes y que menciono en el primer párrafo, sino sólo unos breves apuntes sobre unos hechos que me parecen incuestionables y que llaman poderosamente mi atención.

Viernes, 17 de mayo de 2013
La nueva salida de Bilbao.
Cuando algunos vecinos de la avenida Sabino Arana empezaron a protestar por las molestias ocasionadas a causa del la contaminación atmosférica y acústica que generaba el tráfico que pasaba por delante de sus casas y, un tiempo después el Ayuntamiento de Bilbao, haciéndose eco de sus demandas, hizo público su propósito de darles solución derribando el viaducto existente y construyendo nuevos caminos de entrada y salida de la ciudad por su lado sur-oeste (el más utilizado) desde (y hacia) la autopista A-8, francamente, no me lo creí. Pensé que sería una promesa más, de tantas que los políticos incumplen. Hasta que empezaron las obras de los nuevos accesos a Bilbao, ahora en funcionamiento.

Y no me lo creía, fundamentalmente, por dos razones: la obra, forzosamente sería muy cara. Y el número de personas beneficiadas por ella muy pequeño. Bilbao no es Vitoria (llana), la capital vizcaína, salvo en su zona centro y proximidades, está llena de montes y la cruza un río; cualquier infraestructura viaria que se quiera hacer en ella ha de costar muchísimo dinero. También está completamente urbanizada, por lo que, evidentemente, el problema de tráfico que se solucione en una zona afectará a otra. Tal como está sucediendo, algo perfectamente previsible.

Viernes, 17 de mayo de 2013
Entrada a Bilbao por el nuevo acceso. Al fondo, Escuela de Ingenieros.
Por otra parte, por muy loable que sea que un gobierno local cumpla su promesa, es más importante que actúe con criterios de economía y eficacia, y resulta de una obviedad hasta insultante, que en este caso no se ha hecho. ¿No hubiese sido suficiente con poner esa especie de túnel de la nueva entrada y salida sobre el viaducto existente? Y dije insultante porque, entre otras cosas, con la ejecución de esta obra el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Vizcaya han abierto la caja de Pandora, pues hay unos cuantos lugares más en Bilbao y en la provincia en los que sus vecinos soportan tantas o más molestias por la misma causa y son mucho más numerosos. El primero de estos lugares que se me viene a la cabeza, inevitablemente, es el barrio de Recalde. ¿Qué harán Ayuntamiento y Diputación si sus vecinos se ponen en “pie de guerra”? En buena lógica, tienen el mismo derecho que los de Sabino Arana, son notablemente más numerosos y, a igual acción, deberían obtener idéntico resultado.

Desde que los vecinos de Sabino Arana comenzaron su protesta, he seguido con interés las noticias que transmitían los medios de comunicación locales sobre la misma, mas confieso que no he leído ni oído todo al respecto; no obstante, y a pesar de seguirlas mucho más asiduamente en los últimos meses, me resulta muy llamativo lo poco que se ha publicado sobre el número de decibelios que soportaban los vecinos en sus casas ni sobre los niveles de gases tóxicos que les llegaban del tránsito de automóviles. Es algo perfecta y fácilmente cuantificable, y cuando menos, muy curioso que esa información no se hubiese publicado reiteradamente en la prensa. Es extraño que no se aireen datos objetivos, que serían básicos, para justificar tan importantísimo gasto. 

Viernes, 17 de mayo de 2013
Recién cerrado el viaducto de Sabino Arana.
Contrariamente a lo expuesto, sí he tenido noticia a través de los medios -reiteradamente- de un buen número de razones subjetivas para avalar los nuevos accesos, algunos ejemplos: No podemos dormir, el estrés nos pone enfermos, el ruido es insoportable, la contaminación nos está matando... No tengo un solo dato para negar estas afirmaciones, pero debería haberlos para sostenerlas. Y sí, no tiene nada que ver, pero en estos días no he podido evitar que viniese a mi memoria la larga y bastante silenciosa lucha que han llevado a cabo en Vizcaya muchos trabajadores afectados por el uso del amianto en la industria y que les ha producido graves enfermedades y muerte, en no pocos casos.

Lo dicho en el penúltimo párrafo, también se puede aplicar a las protestas de los nuevos vecinos que se sienten perjudicados por los nuevos accesos a Bilbao. Que yo sepa, prácticamente hasta última hora, no se han tenido noticias de ellas. A toro pasado, es muy difícil -cuando no imposible- solucionar problemas. 

Luego, resumiendo: 
  • Unos 80 vecinos, quizá 100... Pongamos 10.000 (he visto publicadas todas estas cifras). Protestan por los inconvenientes que el viaducto les causa, con una perseverancia digna de elogio, eso sí. Pero que en el mejor de los casos, suponen un 2,84 % de la población de Bilbao.
  • Las autoridades locales deciden gastar 215 millones de euros en solucionárselos. En plena crisis. 
  • Las personas que resultan perjudicadas con la “solución”, hacen oír su protesta cuando aquella es irreversible.

No me negarán que es curioso, muy curioso. Digno de figurar en portada en el “Celtiberia Show" de Luis Carandell

Fuente: www.todocoleccion.net
Y ya está anunciado el siguiente espectáculo: Hacer subterránea la actual estación de autobuses de Bilbao (Termibús), en el mismo lugar que ocupa ahora pero unos cuantos metros bajo tierra. ¿Por qué? Pues todavía no he oído ni una sola razón (de verdad) que justifique tamaña inversión. Seguiré atento. Desde luego, nunca dejará de sorprenderme que se cambien cosas que funcionan razonablemente bien. Es increíble. En lo que a mí respecta, preferiría que muchos políticos ganen un buen sueldo por no hacer nada. Muchas, muchas veces, conseguiríamos ahorrar muchísimo dinero con esa medida.

He tenido la suerte de visitar en varias ocasiones Madrid y Barcelona, pernoctando en ellas en distintos lugares y barrios unas pocas noches consecutivas, como mucho, y siempre me llamó la atención que, en todos esos lugares, incluso en las horas en las que casi todo el mundo se entrega al descanso, se pudiera escuchar siempre una especie de murmullo o “runrun” que, generalmente, salvo en lugares muy concretos y de un modo excepcional, ni en Gijón ni en Bilbao, se oye. Supongo que es la suma de millones de motores que nunca paran: frigoríficos, máquinas de todo tipo, aires acondicionados, ruedas girando sobre el asfalto, canalizaciones de agua, de ventilación en los túneles del metro, el metro... ¡El metro! 

Una vez llegué a Madrid solo, temprano, en el expreso que viajaba de noche desde Gijón y para continuar de igual modo hasta Sevilla. Pasé el día deambulando por Madrid, aprovechándolo, pero andando. Recuerdo que entré en un bar de la Puerta del Sol a tomar algo, estaba sentado en la barra tranquilamente, cuando de pronto, sentí un estruendo que me pareció el inicio de un terremoto, vibraron vidrios y cucharillas, hacían el efecto de diminutos toques de campana; bajé del taburete, me puse en guardia, las manos en la barra, los dos pies bien apoyados en el suelo. Notaba las vibraciones en las cuatro extremidades, al otro lado de la barra había un espejo grande y caí en la cuenta de que en él se veía a la gente que estaba en el bar continuar tranquilamente tomando sus bebidas y atentos a sus conversaciones, como si nada. Seré un perfecto paleto, pero estuve a punto de avisar a gritos a todos de que había un terremoto, justo antes, se me encendió la bombilla: ¿será el metro? Es la Puerta del Sol, confluyen varias líneas de metro, un punto neurálgico... Efectivamente, era el metro; y afortunadamente me di cuenta antes de hacer un ridículo que me hubiese llevado a sus profundidades huyendo de la vergüenza. 

Hospital de Cruces, en el barrio baracaldés del mismo nombre. Muy próximo a Bilbao.
Cuando llegué a Bilbao a vivir, me alojé en una pensión de Las Siete Calles (casco viejo) donde estuve unos meses. Aquella pensión, era como un pequeño hotel de lujo de principios del pasado siglo, entrar en ella era como hacer un viaje en el tiempo, estaban a su cargo una encantadora pareja de hermanos -casi ancianos- de los que guardo excelente recuerdo pues eran amables, cercanos, sencillos, elegantes, muy profesionales, muy dignos. Me gustaron mucho. En fin, el caso es que algún que otro día que entre semana podía echar la siesta, resultaba realmente molesto una especie de murmullo fuerte y constante que se percibía aun con la ventana cerrada. ¡Era la gente! La calle era peatonal, y a ciertas horas, había muchas personas transitando por ella. Nunca había vivido algo así, y eso que normalmente, si me dejo, puedo dormir casi en cualquier parte, haya luz o ruido. 

Vista aérea de Bilbao. Excepto la parte llana, que se aprecia muy bien en la foto,
el resto es todo monte. Fuente: www.phpositivo.com
Cuento esto, porque parece que se olvida bastante que vivir en una ciudad tiene sus ventajas, naturalmente, pero también algunos inconvenientes. Está muy bien intentar reducir estos al máximo, pero es imprescindible calibrar bien a qué precio y a cuántos beneficia. Por otra parte, en el centro de muchas de esas quejas, casi como si se tratase de un objeto demoníaco, está el automóvil. Curiosamente, la mayoría de quienes se quejan, lo tienen y lo usan; incluso quienes no lo utilicen directamente, indirectamente sí que se sirven de él. Se puede afirmar que en una ciudad, sin el automóvil, hasta se pasaría hambre. Muchos discursos se fundamentan en el absurdo de que se compren coches y no se utilicen. Muchas decisiones políticas en satisfacer los deseos de una minoría. No lo entiendo.

Esteban