viernes, 30 de octubre de 2015

DÍAS DE RADIO, SEPTIEMBRE 2015 (1)

CHARLAS CON JOSÉ ÁNGEL EN OYE RADIO BASAURI

CHARLA DEL DÍA 2-9-2015. 


  • Nueve fallecidos este verano en las carreteras vascas. 
  • Valencia estrena límite de 30 km/h. 
  • 212 fallecidos en las carreteras españolas en julio y agosto
  • El alcoholímetro será obligatorio en los autobuses franceses.
  • Coches eléctricos e híbridos vendidos en agosto. 
  • Un oyente pregunta sobre el funcionamiento de los híbridos. 
  • Una oyente pregunta sobre comprar coche, ¿gasolina o diésel? 
  • Comentario de Mejías en Facebook. 
Esto no es Valencia sino Bilbao. Llevamos ya unos cuantos años con estas restricciones
en media Gran Vía y en algunas otras calles. Curiosamente, he observado muchas veces
que cuando las tiendas están cerradas los vehículos que más rápido circulan (aparentemente
por encima del límite indicado) son autobuses urbanos y coches de policía.
Fuente: Google Maps.
En Valencia se limita la velocidad a 30 km/h en el centro de la ciudad. Esta moda se expande amenazando invadir Europa progresivamente. Para mí es una imposición gratuita basada en falsos argumentos que, básicamente, son los siguientes:
  • Más seguridad.
  • Menos contaminación atmosférica.
  • Menos contaminación acústica.
  • Menos consumo de combustible.
  • Potenciar el uso del transporte público y de la bicicleta.
  • “Pacificar el tráfico”.

Seguridad. Es evidente, desde que los humanos pisamos la Tierra -esto no es ninguna novedad-, que si se produce un choque, un atropello, una caída (caso de ir andando), en la mayoría de los casos, las consecuencias serán más graves cuanto mayor sea la velocidad a la que se produzcan esos accidentes. También sabemos, que circular a una velocidad inferior a la que exigen circunstancias, calzada, vehículo y conductor hacen que este se distraiga más provocando mayor número de accidentes. 

El cerebro no puede parar, y si conducimos a una velocidad que le requiere muy poca atención, la pondrá en otra cosa y aumentará su tiempo de reacción de forma muy notable. Muchas autoridades y “expertos” parecen dar por hecho que somos estúpidos, que vamos conduciendo a la velocidad que sea, aparece algo en nuestro camino y próximo y chocamos con ello tal como vamos. En este supuesto, en principio, cuanto menor sea la velocidad del impacto mejor (menos malo, sería más preciso); pero en realidad, ante esa velocidad sólo hay una velocidad segura: cero, cualquier cifra que supere esta sería muy peligrosa. 

Toda persona que conduzca cualquier vehículo debe tener pleno dominio sobre su velocidad y trayectoria siempre. Y conocer sus limitaciones. Entre tanto no se den las tres condiciones debería abstenerse de conducir hasta una bicicleta. 

Personalmente, si andando me equivoco y entro en la calzada cuando no debo, prefiero mil veces vérmelas con un conductor atento que sepa lo que hace y dónde está el freno y cómo usarlo que circule a 60 km/h que con otro que maneja muy cómodo a 30 km/h; mis posibilidades de supervivencia serán mucho mayores con el primero por dos razones:
  1. Es muy probable que logre evitar atropellarme.
  2. Si me atropella, seguro que lo hace a una velocidad inferior que quien va a 30. 
Por otra parte, en las zonas céntricas y alrededores de la mayoría de las poblaciones la velocidad, de hecho, rara vez supera los 30 km/h y pocas veces se alcanza esta. Tampoco he visto nunca respetar el límite de 20 km/h que hay en las calles residenciales desde hace años ni el derecho de paso del peatón en cualquier punto de las mismas, salvo a coches de autoescuela.

Menos consumo y contaminación atmosférica y acústica. No existe ninguna garantía de que sólo por mantenerse como máximo a 30 km/h consumo, polución y ruido disminuyan, es más, lo más probable es que aumenten al llevar el motor girando a más revoluciones. Sobre los tres factores mencionados actúan bastantes más aparte de la velocidad.

Potenciar el uso del transporte público y de la bicicleta. Una vez, más da toda la impresión de que nos consideran tontos. En poblaciones de hasta, aproximadamente, los 300.000 habitantes, normalmente, es más fácil y cómodo moverse andando que en cualquier vehículo, por lo menos siempre que no tengan muchas pendientes ni que sean fuertes. En el resto, no creo que haya muchas personas que utilicen el coche sin necesidad, más o menos justificada (es incómodo y caro), el resto ya utiliza el transporte público, pero este, también adolece muchas veces de ser caro, y no pocas de mantener frecuencias y horarios insuficientes.

El uso de la bicicleta es otro tema, se ha mejorado mucho en construir carriles específicos pero todavía queda mucho por hacer en este sentido, por otra parte, no acabo de ver en la bicicleta un medio de transporte claramente viable de forma generalizada. Puede ser muy adecuado para estudiantes, jubilados y prejubilados, para algunos parados... pero para personas adultas con responsabilidades familiares y laborales no es fácil, otra cosa es utilizarla por diversión o deporte. Así mismo, es un medio muy dependiente de orografía y clima, aunque la bici eléctrica es una buena ayuda en el primer caso, pero bastante caro, y que se encuentra con una seria competencia en las motos. 

“Pacificar el tráfico”. Sobre este difuso concepto, absolutamente falso, por cierto y a Dios gracias, creo que cuanto menos hable será mejor. En lo que yo puedo observar, es una inyección de vanidad para los políticos locales que parecen encantados de conocerse cada vez que lo expresan.

Una oyente pregunta sobre comprar coche, ¿gasolina o diésel? Respecto a esta cuestión tengo pensado escribir una entrada el próximo mes. Puedo adelantarles, no obstante, que, en general, mejor gasolina; el diésel sólo interesa si se hacen muchos kilómetros al año (algo por encima de los 20.000 como mínimo), y conviene pensarlo seriamente así y todo, pues el escándalo de Volkswagen -entre otras cosas- es toda una declaración de guerra a los motores diésel. También conviene valorar seriamente la compra de un híbrido, y en algunos casos hasta la de un eléctrico.

CHARLA DEL DÍA 9-9-2015.
 
  • Accidente en un rally en La Coruña. 
  • Atropello mortal a dos ciclistas en Lérida. 
  • Tres jóvenes mueren en un accidente en Azpeitia. 
  • La Ertzaintza achaca accidentes a velocidad y distracciones. 
  • Una aplicación que permite rellenar partes de accidentes con el teléfono móvil. 
  • Una oyente sugiere poner vallas en los rallys como en San Fermín. 
  • Otro oyente se pregunta si nuestras carreteras son también las más caras del mundo. En referencia crítica (cosa que comparto) a la campaña de la DGT que titula diferentes vídeos de un minuto como "La canción más cara del mundo". O las gafas, o lo que sea que nos distraiga. Pero me niego a poner enlace a ellos porque los considero demasiado dramáticos e inductores del miedo.
  • Visto en Twitter: “¿Es posible conducir un BMW con un canuto en la boca? Acabo de verlo en Rontegi”. 
  • En referencia al blog: coches sin ruido y anuncio del Ministerio de Industria invitándonos, paradójicamente, a gastarnos un dineral para ahorrar más combustible. 
Todos los conductores deberíamos tener grabado a fuego ese dato en nuestras mentes.
Como mínimo. Y ante la más mínima duda, que sobre.
Atropello mortal a dos ciclistas en Lérida. Confieso que en caliente y ante el conocimiento de ciertos horrores a mí también me asalta el deseo de que a ciertas personas las metan en una celda y se tire la llave. Luego, en frío, me cuesta mucho pensar así, aunque hay casos tan desgraciados y terribles que... En este accidente me inclino a pensar que su autor sí debería estar en prisión preventiva, ha provocado la muerte de dos personas y huye. Se le imputan seis delitos graves, hay dos personas inocentes muertas y que su señoría no decrete ni fianza, francamente, me parece un escándalo. Suceden muchas cosas malas, pero aún son pocas para las que podrían pasar. Afortunadamente. ¿Cómo dejar de ser optimista, a pesar de todo? 

Esteban

P. D.: Ya ven que llevo un retraso considerable con los días de radio, lo siento mucho y les ruego que me disculpen, por favor. Lo cierto es que me resultan muy laboriosos (mea culpa, sin duda), me llevan mucho tiempo y este lo tengo muy limitado. Pero mi intención es recuperarlos poco a poco, en ese afán estoy y seguiré. ¡Gracias!


lunes, 26 de octubre de 2015

HUELGA DE EXAMINADORES (y 2)

Para más comodidad y evitar que tengan que volver a la entrada anterior, repito a continuación los cuatro puntos en los que los examinadores de la DGT basan su reclamación a esta:
  1. Adecuación de complemento salarial.
  2. Evitar notificar el resultado de las pruebas prácticas en el momento de terminar las mismas.
  3. Seguir ejerciendo la función que tienen sin que esta se privatice.
  4. Reducir el número de pruebas por examinador y día con el fin de que estás sean de más calidad.

Fuente: www.granadadigital.es
Punto 1. Nada que objetar. Supone de hecho un aumento de sueldo que doy por supuesto que será necesario y justo dado que los funcionarios del Estado son los que menos cobran, con diferencia. Curiosamente, el primer movimiento que ha hecho la DGT respecto a este conflicto ha sido en referencia a este punto, lo cual me parece muy significativo y no puedo evitar que se me pase por la cabeza que igual creen que así los examinadores se olvidan de los otros tres y aquí paz y después gloria. Vamos, un intento de comprarlos por un puñado de euros.  

Punto 2. Los examinadores sostienen que dejando de dar las calificaciones in situ desaparecerán o se reducirán mucho los episodios violentos que sufren en alarmante y considerable aumento por parte de algunos alumnos y familiares de estos (también hubo algunos casos con profesores) cuando se les notifica que han suspendido. Dudo mucho de la eficacia de esta medida (luego hablaré más sobre ello), pero tampoco cuesta nada probar. Claro, que si yo soy un desalmado, por más que sepa que el resultado lo recibiré en la tarde de ese día o en el siguiente, también sé, que el examinador ya me ha calificado, luego podría exigirle igualmente que me lo diga de inmediato porque no quiero esperar, y si se niega puedo intentar forzar su respuesta igualmente, con lo que puede que hasta me encuentre con dos motivos para justificar mi agresividad. Por no hablar de los casos evidentes en los que alguien se salta un semáforo en rojo o un STOP, sube el coche a la acera intentando estacionar, el profesor ha tenido que intervenir en el doble mando, etcétera. ¿Cómo decirle en estos casos que luego se le dará el resultado?

Punto 3. Totalmente de acuerdo. Privatizar los exámenes de conducir no me gusta nada, ni parcial y temporalmente como (parece ser) bastantes profesores proponen. Estoy seguro de que sería una fuente de corrupción que, prácticamente, acabaría con los profesores honestos. Por otra parte, los profesores que quieran ser examinadores no tienen ninguna puerta cerrada, basta con reunir los requisitos para opositar y hacerlo; otra cosa es que ahora todas las administraciones públicas convoquen muy pocas plazas con el fin de reducir el gasto. Pero todo indica que algunos de mis colegas pretenden entrar por la puerta falsa saltándose la oposición, y no es lógico ni justo, como tampoco lo es que algunos empresarios pretendan hacer negocio logrando la supuesta concesión de los exámenes y duplicando el gasto para el Gobierno, porque claro, los examinadores actuales  seguirían haciendo otras funciones, no los pueden despedir por esta causa. Lo dicho, esto no me gusta nada, apesta a corrupción se mire por donde se mire. ¿Que los examinadores también pueden ser vulnerables a sobornos y presiones de todo tipo? Sí, desde luego, pero históricamente se han dado muy pocos casos y más de uno tuvo condena penal y perdió su empleo. Además tampoco es lógico, el riesgo para el funcionario es mucho más alto que el posible beneficio; por si fuera poco, aparte de los controles que tenga o pueda establecer la DGT, también podemos controlar los profesores. En Vizcaya lo hemos hecho en alguna ocasión al oír insistentes rumores de que no sé qué funcionario aprobaba mucho a los alumnos de no sé qué autoescuela, pues se siguieron esos exámenes con un coche sin distintivos y no se vieron indicios de ninguna cosa rara, afortunadamente. Trabajan en la calle y a la vista de todos. Ah, y en este punto yo iría más allá, si bien nada hace pensar hoy que sea necesario: que los exámenes de conducir sigan siendo competencia del Estado, porque en el supuesto de que lo hicieran las comunidades autónomas, sin duda -no nos engañemos-, aparecerían notables diferencias entre ellas y también sería mucho más probable que se generalizase la perversión de los mismos.

Punto 4. Reducir el número de exámenes (no la jornada de trabajo) dedicando más tiempo a cada uno, sin duda es una medida que beneficia la mayor calidad de los mismos. A pesar de que se examinarían menos alumnos por convocatoria me parece bien. Creo que debería revisarse seriamente hacer exámenes cada semana, me parece muy poco pedagógico, muchos alumnos acaban adoptando una actitud similar a la de un ludópata. Yo daría una oportunidad de examen cada mes, como mucho, y seguramente sería bastante mejor alargarlo más, conduciría a prepararse mejor para las pruebas. 

Fuente: www.ecobierzo.org
Sobre el problema de las agresiones físicas y verbales que están sufriendo de unos años acá los examinadores en el momento de notificar el resultado de las pruebas prácticas a los alumnos al finalizar estas, pienso que, en su raíz, la solución es compleja y a medio-largo plazo. Y de forma más o menos inmediata pasa necesariamente porque los profesores actúen como filtro y por imponer sanciones a los alumnos que reaccionen con violencia (independientemente de las penas que puedan corresponder si cometen delito) como no poder volver a examinarse hasta pasado un año o dos, por ejemplo, e imponer también alguna especie de terapia por personal adecuado con el fin de que esas personas no sólo dejen de ser una amenaza para los examinadores sino también para el resto de usuarios de la vía cuando tarde o temprano empiecen a conducir solos, y para la sociedad en general. 

Los profesores podemos hacer mucho por reducir hasta un porcentaje ínfimo estos episodios violentos que se vienen dando en los exámenes. Y debemos hacerlo, no sólo por los examinadores, también por la persona que agrede (¿acaso no es nuestro alumno y no debemos desear lo mejor para ella?), por nosotros mismos y por terceras personas. 

Salvo el caso, sumamente excepcional y del que nadie estamos totalmente libres, de que a una persona se le suelte la bestia que todos llevamos dentro de forma impredecible (quizá hasta para ella misma) y súbita, es imposible que un profesor no perciba comportamientos peligrosos con un alumno en las clases prácticas, incluso en las teóricas. Repito y subrayo: es imposible.

Detectada la tendencia violenta de un alumno es imperativo hablar con él y a solas muy seriamente, ofrecerle ayuda - en la medida de nuestras posibilidades- o informarnos e informarle de dónde puede encontrarla, y en tanto no se solucione ese problema suspender las clases. ¿Que el alumno rechaza de pleno todo intento de posible solución? Pues lo siento mucho pero yo dejo de trabajar con él, me pague o no. Esto se puede y se debe hacer, doy fe y tengo testigos. De los pocos casos que me encontré, algo más de la mitad se solucionaron, y se gana un amigo; en los otros dejé de darles clase, y para mi sorpresa, siempre pagaron lo que debían sin tan siquiera recordárselo, ellos mismos pidieron la cuenta, como diciendo... “toma, no quiero nada tuyo”. Alguno de estos, meses después volvió, me alegré de verles, comenzamos a trabajar como si nada y fueron excelentes alumnos. 

No me atrevo a objetar si un profesor no quiere ofrecer el tipo de ayuda a que me refería antes, puede haber circunstancias personales y laborales que se lo impidan o se lo pongan muy difícil, pero que deje de dar clase al alumno en cuestión y le explique por qué; y por supuesto, que ni se le ocurra llevarle a examen. Por el bien de todos. También hay profesores que van más allá y que llevan a examen a personas que no han dado ni una sola clase. Es decir, no les han visto conducir nunca, lo que me parece de una supina irresponsabilidad. Sin verle antes conducir yo no llevaría a examen ni a Fernando Alonso, los circuitos son una cosa y las carreteras otra; más peligrosas, por cierto. Y si de mí dependiese, al profesor que actúa de ese modo le suspendería temporalmente su autorización de ejercicio. Es muy grave. Una falta de respeto intolerable hacia el alumno, el examinador, terceras personas y él mismo.

Raíces de la violencia. Hay muchas, destacaré las dos que me resultan más obvias:

1.- La primera está inmersa en la sociedad y sería muy largo hablar de ella, a esta me refería antes cuando hablaba de soluciones complejas a medio o largo plazo. No obstante destacaré tres cosas que creo que la propician mucho: 

a) El abrumador número de imágenes violentas a las que están expuestos nuestros jóvenes desde que sus ojos son capaces de enfocar con nitidez con la evidente relación causa efecto entre utilizarla y lograr un deseo inmediato.

b) La pésima educación que muchos de ellos reciben de sus familias al no darles nunca un “no” por respuesta y tenerlos excesivamente protegidos.

c) Un sistema educativo que penaliza el esfuerzo y da aprobados generales por sistema devaluando estudios y títulos muy a pesar del deseo de muchos profesores que básicamente han perdido su razón de ser y a los que nadie hace caso: ni padres ni alumnos ni administraciones públicas. Así se llega a una juventud lastrada con el típico comportamiento del hijo malcriado de un nuevo rico que extiende un comportamiento infantil hasta bien entrada la edad adulta y con tendencia clara a llegar así hasta la tumba. Un desastre para cualquier sociedad que genera un efecto bastante parecido al de una guerra: perder toda una generación.

Fuente: www.semaforo.mx
2.- La segunda es responsabilidad de muchos profesores de autoescuela a los que he visto sistemáticamente a lo largo de los años inducir directa o indirectamente al alumno falta de respeto hacia los examinadores. A veces comienza en el aula de teórica y se incrementa en las prácticas. El profesor quiere evitar ser objeto del posible enfado del alumno ante una calificación negativa y de un modo preventivo y prejuicioso se quita de en medio adulando miserablemente la actuación de aquel utilizando expresiones como: has tenido mala suerte, ese examinador es... (imaginen los insultos más graves en los puntos suspensivos), tú conduces muy bien, has hecho un examen perfecto, así cobran más tasas, el gobierno ya no sabe qué hacer para arañar dinero; no te preocupes, en la próxima apruebas seguro, etcétera. El alumno, más o menos se lo cree, después de todo, muy probablemente es lo que oye en su casa y entre sus amigos, si ahora se lo dice alguien que trata cada semana con “los de Tráfico”... será verdad. Si a una persona se le bombardea con mensajes de que el resultado del examen será arbitrario, cuando haya suspendido varias veces con el perjuicio que le supone y el desprestigio que conlleva en su círculo de familiares y amigos, reaccionar con violencia ante su frustración es una consecuencia que no carece de cierta lógica, ¿verdad? No sé cómo lo verán ustedes pero, para mí, la actitud del profesor es determinante. Y esto lo hacen mucho demasiados profesores, seguramente muchos de ustedes lo sepan. 

Un profesor debe evitar ese comportamiento tan ruin donde esconde su incompetencia o su desgana; un profesor debe evitar hasta el más mínimo mal gesto cuando esperando en la cita de examen ve que se acerca hacia él un examinador que no le gusta. Y tratarlos a todos igual, y hacer valer su buen oficio y ganas de ejercerlo sin intentar distraer al funcionario en torpes intentos de conversación durante el desarrollo de la prueba. Si así lo hace, hasta se acabará ganando el respeto de los malos examinadores (que también los hay) e inducirá sin esfuerzo y automáticamente una mejor forma de hacer su tarea tanto al alumno como al funcionario. Tiene que creer en la labor que hace y poner mucho empeño en realizarla mejor día a día, uno mismo debe respetarse y trabajar duro por ser digno, honesto e íntegro. El buen ejemplo enseña por sí mismo.

Esteban

NOTA: Hoy se reúnen en Madrid examinadores y DGT como pueden ver aquí. Cuando sepa algo sobre el resultado de las negociaciones añadiré el enlace en esta nota. 

Todavía no es oficial, pero la noticia es buena, acabo de verla en la página de Facebook de ASEXTRA, son las 20:43 del 28-10-2015. Cuando vea la nota oficial también dejaré constancia aquí.

Aunque no hay desconvocatoria oficial, ASEXTRA aconseja a los examinadores volver al trabajo a partir de mañana
Posted by Asextra on martes, 27 de octubre de 2015


FIN DE LA HUELGA DE EXAMINADORES

Desconvocada huelga de examinadores. Resumen prensahttp://asextra.blogspot.com.es/2015/10/desconvocada-huelga-de-examinadores.html
Posted by Asextra on jueves, 29 de octubre de 2015
Dejo más información aquí y aquí.




Entradas relacionadas: "APRENDIENDO A CONDUCIR"APRENDER A CONDUCIR, APUNTES DE UN IDEAL (y 3)ASÍ APRENDÍA A CONDUCIR (y 10)

sábado, 24 de octubre de 2015

HUELGA DE EXAMINADORES (1)

He querido escribir antes sobre la huelga que los funcionarios examinadores, dependientes de la Dirección General de Tráfico (DGT), mantienen en toda España actualmente. Por causas de fuerza mayor no he podido hacerlo antes ni tampoco mantenerme bien informado ni al día de los acontecimientos que se van sucediendo, y que en mi opinión, nunca deberían haberse producido pues la DGT (enmarcada en el Ministerio del Interior) sabe de sus problemas y legítimas inquietudes desde hace años.

Todo el mundo me dice que no.
Seguramente tendrán razón, pero... yo creo que hay que mojarse.
Disfruten las fotos de Víctor Suárez, son muy buenas. Les gustarán.
Naturalmente, respeto el derecho a la huelga de cualquier trabajador independientemente de que sus motivos me gusten poco, mucho o nada. Incluso aunque me perjudiquen, por supuesto, pues conviene tener muy presente que nuestra cada vez más deteriorada calidad de vida social tiene, al menos, una buena parte de su origen en conocidas huelgas del pasado. Y hay que ser agradecidos.

Aprovecho para decir que, en mi opinión, el ataque y asedio que sufre lo que se denomina como “estado del bienestar” no sólo tiene como enemigos un capitalismo agresivo o un sistema de gobierno basado en una socialdemocracia que en realidad es una tiranía que, ella sí, se mantiene muy por encima de sus posibilidades endeudando constante y progresivamente las naciones hasta la asfixia económica y la dependencia total del capitalismo al que supuestamente se enfrenta; entre otros, cuenta con un aliado que crece sin cesar en importancia y fuerza: nosotros mismos. Que abrazamos con entusiasmo recibir bienes y servicios “gratis” -hasta el punto de creernos con un ineludible derecho a ello- y la tendencia low cost, cuando hay que pagar por algo. Hay muchos ejemplos, sólo citaré uno que me ha llamado poderosamente la atención desde sus inicios hará unas dos décadas: los pasajes de avión baratos. Caló primero en los jóvenes y luego en todos los demás sin pensar nunca cómo demonios puede costar menos hacer un viaje en avión a casi cualquier lugar de Europa que recorrer 500 km en coche, sin importar el grave perjuicio creado en condiciones de trabajo, sueldos y formación de las tripulaciones, personal de tierra y seguridad aérea en general. Ojalá me equivoque por completo, pero los conceptos que encierran las palabras “gratis” y “bajo precio” nos traerán a corto plazo una sociedad esclavista y esclavizada en el que aquel famoso grito de “vivan las cadenas” será sustituido por “mira qué poco me ha costado esto”. 

Tras el paréntesis del párrafo anterior vuelvo al objeto de esta entrada pero haciendo primero otro más directamente relacionado con ella. En esta España nuestra que siempre ha sido más madrastra que madre con sus hijos (como tan acertadamente dijo Blas de Otero), los trabajadores por cuenta ajena se dividen en dos grandes grupos: funcionarios de cualquier administración pública y empleados de cualquier empresa privada, hay un tercer grupo a caballo de los dos anteriores que son los trabajadores de empresas públicas y semipúblicas, pero creo que ahora no vienen al caso porque no hacen oposiciones.



Canción e imágenes para nunca olvidar de dónde venimos.
Muchos que ahora son abuelos y bisabuelos eran niños entonces. Imaginen.
Cuánto se parece a la realidad actual, ¿verdad?
Dejo también enlace aquí.

Los funcionarios, en general, tienen mala fama, son objeto de burla e infinidad de chistes maliciosos, y de envidia. Se dice de ellos que son vagos, prepotentes, que se creen libres de cualquier consecuencia negativa que pueda sobrevenir por sus errores o falta de interés en la tarea que tienen asignada, que no les pueden despedir, que si ganan mucho para lo que hacen, que si sólo cuentan con el mérito de haber pasado un examen medianamente bien en su día después de estudiar un poco y un largo etcétera de tabúes y tópicos que, en lo que yo he podido conocer en muchos años, generalmente, son falsos.  Ellos, a su vez, se supone que creen que en la empresa privada se gana mucho más dinero y que también envidian a ese grupo por ello. La conocida máxima romana de “divide y vencerás” en España se simplifica mucho: nos dividimos nosotros solos, en todos los aspectos. Nos encanta, y enfrentarnos y pelearnos. No hace ni un siglo dos pueblos vecinos asturianos se declararon la guerra mutuamente, de forma espontánea, hasta hicieron cañones y tuvo que venir el Ejército a imponer paz. Hace poco leí que en el mundo hay veintipico puertas del infierno, dos en España, inmediatamente pensé: ¿sólo? 

Es cierto, que en la época de la dictadura, muchos funcionarios hacían gala de un intolerable despotismo en el trato con la gente y que a veces daban hasta miedo, supongo que sería un mecanismo de defensa ante sus superiores y ante un pueblo que consideraban (y en una significativa parte lo era) analfabeto y bruto. Pero también es verdad que en aquella época había un refrán de plena actualidad que siempre se nos recordaba a los jóvenes cuando con entusiasmo manifestábamos dedicarnos a ciertas labores a sabiendas de que estaban mal remuneradas, “vas a pasar más hambre que un maestro”. Cosa que era una tristísima realidad y que en muchas ocasiones remediaba en parte la gente del pueblo donde tuviese escuela el maestro en cuestión regalándole comestibles que cultivaban ellos mismos. 

Afortunadamente las cosas han cambiado mucho y a mejor, también en el aspecto económico, sobre todo para los funcionarios de comunidades autónomas, ayuntamientos y diputaciones; pero bastante menos para los del Estado, grupo en el que están los examinadores de tráfico y, que por lo general e injustamente, además soportan una antipatía mayoritaria, ya saben: “aprobé el examen”, “me suspendieron”... Así pues, las personas que han organizado y convocado esta huelga y sus seguidores tienen un mérito añadido en su esfuerzo por darla a conocer dada la creciente presencia que están logrado en los medios de comunicación. 

Soy consciente de que posiblemente esta huelga sea el detonante que obligue a cerrar algunas autoescuelas o a despedir a algunos profesores, y lo siento en el alma, pero será eso, una causa coyuntural cuyas raíces son otras, que estaban larvadas y que cobran vida ahora, pero que sólo era una cuestión de tiempo que lo hicieran. A todas las demás escuelas y a sus alumnos les causa un innegable perjuicio que ha dado lugar a que en las redes sociales se encuentren algunos airados y lamentables comentarios de algunos de mis colegas hacia los examinadores, contestados en el mismo tono por algunos de estos. Me niego a entrar en estas discusiones estériles y desagradables que, en el mejor de los casos, suponen una total pérdida de tiempo.



Una canción premonitoria. Dejo también enlace aquí.

El paro en cualquier sector laboral siempre supone perjuicios para otros, de lo contrario no tiene razón de ser. La huelga siempre es una medida de presión extraordinaria, un derecho incuestionable que debe ser ejercido con máxima responsabilidad y muy seriamente. Y los examinadores lo están haciendo así, este paro se veía venir antes de que lo anunciasen, cosa que hicieron con antelación más que suficiente, tampoco es una huelga salvaje, los paros, a excepción del pasado miércoles, han sido parciales (tres horas cada día), y, por supuesto, los examinadores en absoluto son responsables de la dura situación por la que están pasando desde hace unos cuantos años autoescuelas y profesores, ni de nuestra proverbial y muy desconsoladora falta de unión.

Muchos empresarios de escuelas de conductores están agrupados en asociaciones que sólo velan por los intereses económicos de los miembros de sus juntas directivas y, prácticamente, todo lo demás son acciones encaminadas a parecer que hacen algo por el sector con el fin de asegurarse su apoyo para seguir presentes y repartir algunas migajas. Me resulta increíble que la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) siga existiendo y detente tanto poder.

Por otra parte, las asociaciones de profesores de autoescuela están muy poco cohesionadas, carecen de fuerza, frecuentemente proponen cosas que en mi opinión están fuera de la realidad y en ocasiones se dejan manipular conscientemente por los empresarios (esto no es una opinión, lo vi con mis ojos y actué en contra, solo, sin ningún apoyo, es el día de hoy que hasta me cuesta creerlo, y fue en este siglo). Lo que fue en el anterior, y aprovecho para decirlo, es que fui socio fundador de la segunda asociación de autoescuelas que hubo en España, la pusimos en marcha siete compañeros y creíamos que éramos los primeros, pero no, la primera se había creado pocos meses atrás en Barcelona, nos pusimos en contacto con ellos y les pedimos permiso para copiar los estatutos, nos lo dieron (gracias), hicimos algunos pequeños cambios y creamos la segunda asociación de profesores de España, fue un tiempo intenso y feliz en el que aprendí cosas  importantes que no olvidaré nunca. Pero esto es otra historia.

¿Qué quieren los examinadores? Pues cuatro cosas, literalmente. Son las siguientes:
  1. Adecuación de complemento salarial.
  2. Evitar notificar el resultado de las pruebas prácticas en el momento de terminar las mismas.
  3. Seguir ejerciendo la función que tienen sin que esta se privatice.
  4. Reducir el número de pruebas por examinador y día con el fin de que estas sean de más calidad.
Captura de pantalla del blog de ASEXTRA
(Asociación de Examinadores de Tráfico)
Pueden ver aquí la entrada completa.
  • ¿Cuándo se convoca oficialmente la huelga? El 18 de julio de este año.
  • ¿Para cuándo se anunció su comienzo? Para el pasado 14 de septiembre, durante tres horas cada día y con carácter indefinido.
  • ¿Qué hizo la DGT durante esos casi dos meses para evitarlo? Nada.
  • ¿Qué hicieron autoescuelas y profesores para presionar a la DGT a que negociase con los examinadores de inmediato ante lo que se les venía encima? Nada, que yo sepa, pues no puedo afirmar esto de forma categórica; en todo caso, si algo hicieron, fue poco e insuficiente sin ninguna duda. ¿De qué nos quejamos, pues?

Regularmente, se ponen en contacto conmigo por teléfono o por correo electrónico alumnos de autoescuelas de diversas partes de España, ninguno de ellos había sido advertido por sus profesores sobre los paros previstos. Estoy seguro de que muchos de mis colegas informaron puntualmente a sus alumnos, pero también de que el porcentaje de quienes no lo hicieron es vergonzosamente significativo cuando menos.

Por su parte, la Directora General de Tráfico (señora María Seguí) y cuantos funcionarios fuesen precisos, deberían, llegado el caso, posponer sus vacaciones en agosto con el fin de buscar soluciones al conflicto que tenían planteado y buscar soluciones sin descanso desde su mismo inicio. Prestan un servicio al ciudadano que se cobra vía tasas, no lo olvidemos, luego incumplir su parte es una falta de responsabilidad y de respeto inadmisibles.

Naturalmente, tengo mi opinión sobre los cuatro puntos que plantean los examinadores, con algunos coincido totalmente y con otros no tanto, en la próxima entrada expresaré mis discrepancias. Pero por supuesto, y tal como dije desde el principio, respeto su derecho; y apoyo sus paros, que sin duda han de sentirlos como plenamente justificados ya que nunca han hecho nada igual. Diré más: me dan envidia. Si los profesores tuviésemos esa firme determinación en unificar criterios, definir objetivos, unirnos y encaminarnos hacia ellos, otro gallo nos cantara. 

Esteban

P. D.: Para quien quiera informarse sobre el desarrollo de la huelga, creo que lo mejor es consultar el blog de la asociación de examinadores (ASEXTRA) aquí. Lo más fiable siempre es acudir a las fuentes. 

Entradas relacionadas: "APRENDIENDO A CONDUCIR", APRENDER A CONDUCIR, APUNTES DE UN IDEAL (y 3), ASÍ APRENDÍA A CONDUCIR (y 10)


jueves, 15 de octubre de 2015

¿ES JUSTO QUE CONDUCIR SIN CARNET SEA DELITO?

No. En mi opinión, generalmente, conducir sin carnet es injusto que sea considerado un delito, y otras infracciones que también son calificadas como tal tampoco me parecen justas, mas ya habrá tiempo de hablar de ellas, hoy me centraré en la que hago alusión en el título, tal como anuncié tres entradas más atrás.

Dios no lo quiera, pero cualquiera de nosotros podríamos estar así en alguna ocasión.
Creo que conviene pensarlo, darse cuenta, porque así no seremos tan duros con los demás.
Fuente: www.telemundo.com

INFO CURSOS Y LIBROS: AQUÍ AQUÍ.
Considerar delito la actuación de una persona es un asunto muy serio que debe ser muy bien sopesado, por más que sea improbable la entrada en prisión y por mucho que la mayoría de los jueces se resistan cuanto puedan a ejecutar esa orden. Genera antecedentes penales -con la última reforma del Código Penal sólo entre delitos del mismo tipo- que, aunque tengan un plazo de vigencia limitado, siempre puede haber circunstancias muy particulares en las que el legislador no había pensado y hacer que alguien acabe en la cárcel sin que ningún juez pueda remediarlo.  

En este país existen muchas asociaciones y organizaciones no gubernamentales de muy diverso tipo, demasiadas, a mi modo de ver; y nada tengo que objetar, en principio, a que quienes comparten afinidades unan sus esfuerzos, pero pienso que deberían financiarse con recursos propios o donaciones voluntarias de particulares, nunca con dinero público. Lo mismo pienso con respecto a los partidos políticos, sindicatos, clubs de fútbol, etcétera.

Algunas de estas asociaciones son, de hecho, auténticos grupos de presión que acaban imponiendo sus criterios en los poderes legislativo y ejecutivo después de emprender regularmente campañas con sus tesis a través de los diversos medios de comunicación, y tanto estos como aquellas establecen frecuentemente un fluido canal de comunicación con los poderes mencionados. Este trasiego de ideas circula en doble sentido, sin resultar extraño que el poder ejecutivo aproveche este puente para justificar la imposición de medidas represivas al amparo de un peligroso, vago e injusto concepto denominado “alarma social”. 

Queda muy bien eso de “invitar a la participación ciudadana en la política municipal”, por ejemplo, pero salvo excepciones, lo que veo en esa idea es una auténtica trampa, un escudo con el que justificar cobardemente las pésimas gestiones que tantas veces hacen nuestros ediles. Quien esté al mando que lo ejerza asumiendo plenamente la responsabilidad de sus decisiones. Y para tantas cuestiones sobre las que no tendrá conocimiento ni formación suficiente que se asesore con los diversos expertos que, normalmente, se encuentran en las plantillas de funcionarios de las distintas administraciones. 

Hay que educar al hombre para que trascienda sus limitaciones y sus miserias tanto
como sea posible, sólo así podremos vaciar las cárceles y destruirlas. Algún día.
Fuente: www.actualidadevangelica.es
Las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico (quizá no todas, pero sí muchas) influyeron notablemente en la inclusión automática de algunos hechos del tráfico en el Código Penal, entre otros, el de conducir sin carnet. Independientemente de su causa, creo que siento un profundo y solidario respeto por el dolor ajeno, lo cual, por supuesto, no considero nada excepcional sino algo consustancial a la naturaleza humana. Pero no puedo sentir respeto cuando se utiliza el dolor como argumento, lo siento; y mucho menos aún cuando esto lo hacen los políticos.

Hará una década o poco más, aproximadamente, bastantes asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico comenzaron a tener presencia en los medios de comunicación exigiendo regularmente penas y sanciones duras contra conductores sin carnet al resultar responsables algunos de ellos de accidentes graves. Emplearon entonces, y siguen haciéndolo a veces, expresiones como “violencia vial”, “crímenes viales”, “terrorismo vial”... palabras y conceptos muy alarmantes y, afortunadamente, totalmente fuera de la realidad pero muy inquietantes para quienes conocen poco o nada la carretera, generando temor y desconfianza. Hasta andando, si se hace con miedo y se genera temor a que alguien nos empuje resultará más fácil que uno se caiga.

Es verdad que muy de cuando en cuando, se da el caso de alguna persona que utiliza el coche a modo de arma con el fin de asesinar a otra, mas se trata de casos muy concretos y excepcionales que nada tienen que ver con la seguridad vial ni con hechos del tráfico y, que por supuesto, contempla el Código Penal desde siempre. Y qué decir del “terrorismo vial”... es un despropósito absoluto y contraproducente que desacredita a quien lo emplea y su discurso por ser tan falso, afortunadamente, en casi todo el mundo; aunque desde hace uno o dos años se están dando casos de atentados que consisten en atropellar a personas indiscriminadamente en Israel, esta misma semana ha habido uno, pero que yo sepa no se han dado más casos y, lamentablemente, sucede en un lugar del mundo muy excepcional y en un país que vive en permanente estado de guerra. 

Les invito a que observen esta foto y la siguiente, las circunstancias y el riesgo son
muy diferentes pero la infracción es la misma. Si nos preguntan si alguna vez
hicimos esto, la mayoría dirán que no, quizá hasta molestos.
¿Y en el parking de un centro comercial tampoco?
Pues también es vía pública, también es la misma infracción.
Fuente: ciudadanosenred.com.mx
También es cierto que algunas personas, con o sin permiso, conducen a veces de un modo tan temerario que bien podría considerarse un acto homicida y suicida al mismo tiempo, pero no lo hacen con la intención de atentar contra la integridad física de alguien en concreto, lo que naturalmente no justifica su acción, pero sí la de una posible patrulla de policía que lo observe, lo denuncie, impida seguir conduciendo a esa persona y presente las pruebas oportunas a un juez para que este decida si ese conductor ha cometido o no un delito y aplique la pena correspondiente o lo remita a la administración competente para imponer una sanción administrativa. Esto, se ha hecho siempre, y me parece lógico; pero que sólo por conducir sin carnet se considere automáticamente como delito no.

Las asociaciones de víctimas de accidentes, la mayoría de los medios de comunicación, no pocos políticos y muchos altos cargos de la administración manifiestan regularmente que hay que sacar de la carretera a todos los conductores con comportamientos antisociales, violentos y manifiestamente peligrosos, dando por hecho -curiosamente-, que son una minoría causantes de la mayor parte de los accidentes graves, olvidando que son muchos los conductores que, seguramente “sin querer”, llevan a cabo acciones muy peligrosas que generan muchos más accidentes también muy graves. No sé ustedes, pero personalmente, en la carretera y fuera de ella, prefiero vérmelas con una persona mala que con una que sea idiota. La primera actuará siempre con una cierta lógica que, conociendo el medio, me permita percibir a tiempo el peligro y evitarlo; la segunda no, me puede sorprender y el riesgo que genere resulta más difícil de eludir.

¡No teman!
Pues aunque no hay garantía absoluta, sí puedo asegurarles (toco madera)
que en algo más de 3 millones de kilómetros recorridos nunca me he visto en estas.
¡A Dios gracias!
Fuente: www.lacronicadelpajarito.es
Ese “sin querer” lo escribí entre comillas porque es algo que he oído miles y miles de veces a mis alumnos, y les creo, que conste, pero no es suficiente, y aunque nadie estamos libres de cometer errores, yo suelo replicarles que bien, pero que insistan y pongan más empeño, que se esfuercen al máximo en hacer las cosas bien “queriendo” pues así lograrán reducir los errores al mínimo. Con el coche en marcha y brevemente esta ha sido y es mi respuesta: “Prueba a hacerlo bien adrede y verás cómo deja de pasarte eso”. 

Suele sorprender que en las carreras de coches haya tan pocos accidentes, se tiende a pensar que quienes participan en ellas tienen unas cualidades innatas para conducir, dejando esto al margen, y ente otros factores, hay uno que se tiende a olvidar a pesar de su importancia: la actitud mental de los pilotos. Saben que forman un grupo bastante homogéneo, conocen el circuito, a sus rivales, sus máquinas y las propias; todos tienen el mismo objetivo y saben que para pisar cualquiera de los tres escalones del podio lo primero es llegar a la meta sin romper el coche, ni por avería ni por accidente, por lo que se cuidarán muy mucho de arriesgar más de lo estrictamente necesario

No sé cómo será en otros países, pero en España, generalmente, cuando aparecen noticias que anuncian o piden castigos severos para los distintos delitos, la mayoría de las personas las reciben con agrado, parece que así, muchos se sentirán más seguros, suponen que ellos nunca se sentirán objeto de los mismos. Imagino, que muy pocos se verán atracando un banco, por ejemplo, pero en materia de tráfico, basta con cometer un error en una fracción de segundo para que cualquiera de nosotros se convierta en autor de un delito. 

Calificando delitos automáticamente desaparece la esencia de la justicia.
Fuente: www.noticiasdel6.com
Esa percepción tan extendida de que sólo los otros serán castigados duramente siempre me ha llamado la atención, y preocupado, hasta sentir un cierto miedo incluso; y lo he podido observar, para mi sorpresa, hasta en conductores profesionales. “Eso es para los que van como locos, para los que tanto corren, para los que se drogan... no para mí, que nunca paso de 120, siempre pongo el cinturón y nunca bebo si voy a conducir”. Luego, el mismo que afirma que respeta los límites de velocidad circula a 80 km/h en una avenida despejada de poblado si un día tiene prisa; se pasa los límites inferiores a 120, a 120; sigue igual o poco menos cuando se encuentra un banco de niebla densa; después de una cena con amigos bebe vino, se toma un txupito de licor de hierbas “para ayudar a la digestión”, una copa para animar la tertulia de sobremesa... y naturalmente vuelve a casa conduciendo su coche, “si total... está ahí al lado... ¡podría ir hasta con los ojos cerrados!” Un fin de semana cualquiera se anima a “enseñar” a conducir a su hijo, otro día se da cuenta de que lleva dos semanas con el carnet caducado... ¿Cuántos delitos ha cometido ya? Los dos últimos lo son y el de alcohol muy probablemente. ¿Seguirá aplaudiendo ahora medidas duras contra esos pocos “locos” que tantos accidentes provocan? Pues por lo que he visto hasta ahora es muy probable que sí, pero ese supuesto conductor se sentirá víctima de una injusticia y del sistema. En cierto modo tiene razón: le han engañado. Pero esto me recuerda mucho el timo de la estampita y similares: el engañado es cómplice de la mentira que su avaricia le ha hecho creer; en el caso que nos ocupa, quien incita al engaño es el complejo de inferioridad y la envidia.

Hoy también quiero llamarles la atención sobre un par de detalles que me parecen importantes: el hecho de no tener carnet, temporalmente o no y por la razón que sea, no significa, por sí mismo, que una persona no sepa conducir. Pero el hecho de tener carnet en vigor, por sí mismo, y desde un punto de vista estrictamente legal, sí da por descontado que su titular sabe conducir; sea novel o no. Una razón más, por si hubiera pocas, para perfeccionarnos constantemente en la tarea de manejar un automóvil, ¿no les parece? 

Está vigente, conviene tenerlo en cuenta.
Haciendo clic sobre la foto se puede leer bien.
Termino con una confesión que creo que es evidente: desde luego que algunas veces me apetecería llevar yo mismo a alguien hasta le celda de una cárcel, pero eso no me impide reconocer que, en según qué circunstancias y ante ciertos posibles errores de los que no estoy absolutamente libre por más que lo intente, también otra persona puede sentir lo mismo respecto a mí, y seguramente habré generado esos sentimientos alguna vez, y otros que prefiero no imaginar. Por mi parte, cuando han salido, creo que son una suave expresión de la bestia que todos llevamos dentro y, afortunadamente, no han pasado de ser una válvula de escape que libera presión sin hacer daño a nadie. Creo que está bien y que hasta es saludable. 

Haciendo clic sobre la foto se puede leer bien.
Fuente: www.policiacanaria.com
Desde una perspectiva social, con respecto al tráfico, y en general, creo que no debe haber “delitos automáticos”, son una fuente de injusticias; que la policía haga su trabajo, que presente a los jueces hechos, datos, pruebas y circunstancias y que sus señorías valoren. En España, el poder judicial está siendo amordazado, utilizado y presionado en su independencia y razón de ser casi constantemente por parte de los otros dos poderes del Estado. Hasta en materia de tráfico. ¡Es una vergüenza!
Esteban


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P. S.: Escribo esta nota el 10 de diciembre de 2015 después de haberme encontrado ayer con una buena y grata noticia: la Audiencia Provincial de Toledo considera infracción administrativa y no delito la conducción de un vehículo sin tener permiso para ello. No obstante, tengan muy presente que este es un caso muy concreto y en absoluto significa que en todos los demás se actúe de igual modo. Es un paso importante hacia adelante, y justo, en mi opinión. Pero cuidado, mucho cuidado, y ante la duda consulten con un abogado. Les dejo el enlace aquí.

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