En el segundo punto de la entrada anterior decía lo siguiente:
“La posibilidad de retirar el permiso de conducir por sufrir dependencia de alcohol y demás drogas -entre otras cosas- existe y está reglamentada desde hace muchos años.”
|
Esta foto es de una campaña de la DGT, ¡y me gusta! Es muy real. Fuente: www.diariomotor.com |
Bien, pues además de por cometer determinadas infracciones o delitos que conllevan una suspensión temporal del permiso de conducir, también se puede revocar provisional o definitivamente por:
- Pérdida de aptitudes físicas.
- Pérdida de aptitudes psíquicas.
- Pérdida de la destreza necesaria para conducir.
- Pérdida de los conocimientos básicos de normas y señales de circulación.
Cuando obtenemos un permiso de conducir por primera vez, antes de acudir a ningún examen, tenemos que pasar por un centro médico y psicotécnico reconocido por Tráfico donde realizamos las pruebas estipuladas para comprobar que podremos hacer esa tarea.
En contra de la extendida opinión de que estos centros no sirven para nada, y dejando al margen que siempre habrá personas que hagan mal su trabajo, como todos sabemos; en general, creo que funcionan bastante bien. Su actividad está regulada por Boletín Oficial y, desde luego, ellos no hacen las normas. También me consta y sé, que el número de certificados calificados con “no apto” es bastante mayor del que normalmente se piensa. Y hablando de pensar, un detalle: ¿Se han fijado que cuando pasamos por estos centros tenemos que responder a una batería de preguntas sobre nuestra salud y posibles dependencias que luego firmamos y se queda archivada? Ese documento actúa como una declaración jurada, mentir en él, en según qué circunstancias, podría traernos inesperadas y graves consecuencias. ¡Ojo!
|
A esta prueba no se le suele dar importancia porque el margen de error permitido es amplio, pero es muy significativa. Fuente: www.centromedicocr.org |
Cuando ya tenemos el permiso de conducir, hay que prorrogar su vigencia cada 10 años (para el permiso B e inferiores y hasta los sesenta y cinco años). Para hacer esta renovación, volvemos a pasar por un centro de reconocimiento. Un inciso: Muchos conductores creen que pueden seguir conduciendo después de caducar la vigencia de su permiso, y NO. Conducir pasada la fecha límite de su vigencia es exactamente igual que conducir sin permiso. Puede ser considerado delito y acarrearnos problemas importantes y nada deseables.
|
Nos quejamos del precio, pero instalar y mantener estos centros no es nada barato. Fuente: Centro de Reconocimiento Médico Psicotécnico Sagunto
Esta información les puede ser muy útil: "Renovar Carnet de Conducir". |
A lo largo de esos diez años, o los que fuesen, pueden ocurrirnos miles de cosas que temporal o definitivamente nos impidan conducir. Dios no lo quiera, pero si suceden, en principio, lo normal es que uno no conduzca hasta que se cure y en paz. Cuando las causas que nos pueden impedir conducir temporalmente son físicas, normalmente, es fácil darse cuenta de nuestras limitaciones y evitar hacerlo hasta que nos pongamos bien. Pero tampoco es nada extraño que si una persona se rompe el brazo izquierdo y lo tiene escayolado unas semanas, crea que pueda conducir (tengo más cuidado, me lo pongo un poco más fácil y listo), pues NO, en esas condiciones NO se debe conducir por pérdida de aptitudes físicas, y si lo hacemos nos arriesgamos a ser denunciados con consecuencias más importantes de lo que parecen.
La pérdida de aptitudes psíquicas para conducir es un tema bastante más peliagudo. Muchas veces es difícil reconocerlas, diagnosticarlas y tratarlas. Aquí también aparecen problemas con el alcohol, otras drogas y medicamentos totalmente incompatibles con la tarea de conducir. Aparece un clarísimo efecto de vasos comunicantes entre mente, cuerpo y adiciones; se puede estar años enfermo bajo una apariencia normal. Es un asunto muy difícil y complejo que afecta a todos los aspectos de la vida de una persona.
|
Lo que aprendí de Química y Biología fue suficiente, entre otras cosas, para cogerle miedo a las drogas. Y no lo pienso superar. Fuente: www.canariasenmoto.com |
Además de los centros médicos ya mencionados en los que se pueden detectar (más de lo que parece) causas que nos impidan conducir por razones físicas o psíquicas, está la Policía.
Imagínense que una patrulla de Tráfico a pie de carretera observa que un servidor conduce haciendo eses, con variaciones bruscas y sin motivo de velocidad... Vamos, aparentemente borracho. Me paran, me hacen las pruebas de alcohol y de otras drogas y no hay ni rastro de ninguna de esas sustancias en mi cuerpo. Seguramente, entonces, me preguntarán qué me pasa, si estoy enfermo... Imagínense, que mi comportamiento con los agentes es normal y correcto, quizá incluso no me denuncien si no hay un motivo claro para ello, pero independientemente de que lo hagan o no, sí pueden hacer un informe sobre cómo me han visto conducir, el resultado de las pruebas y enviarlo a la Jefatura Provincial de Tráfico.
|
Policía Foral en Navarra y Miñones en Álava, una curiosa historia. Fuente: www.noticiasdenavarra.com |
Lo más probable, es que esa Jefatura Provincial tenga en cuenta el informe y me envíen una carta citándome para una entrevista o para que pase por un centro médico y psicotécnico con el fin de averiguar qué me ocurre y si tienen que retirarme el permiso de conducir. El centro médico, es muy posible que no disponga de medios para poder diagnosticar qué me sucede, entonces me deriva al especialista que corresponda y voy al que yo elija con un escrito del médico del centro para él. Cuando ese especialista me examine, emite un informe, acudo con él al centro médico y en base a su contenido éste remite otro a Tráfico en el que debe constar si puedo o no conducir; durante cuánto tiempo, si procede aplicarme alguna restricción, etcétera. Tráfico actuará en consecuencia, y de momento, fin del asunto. Si mi patología tiene cura, una vez que acredite esta circunstancia volveré a tener el permiso y podré conducir.
Los examinadores de Tráfico también pueden redactar un informe si, en el transcurso de un examen, observan en algún alumno un comportamiento que lo justifique.
En este asunto hay un actor muy olvidado, que no por carecer de autoridad es menos importante: La autoescuela. Al menos, cuando una persona está en ella con el fin de obtener un permiso de conducir. Creo que lo he dicho por aquí en alguna ocasión: la autoescuela debe filtrar. No entre alumno y Tráfico, sino entre ella y el alumno. Para mí un alumno siempre ha sido y es, ante todo, eso: un alumno. Después, y a bastante distancia, es un cliente. Pero incluso aquellos colegas que se jactan de considerar solamente como clientes a quienes acuden a su autoescuela para lograr el carnet, deberían tener un profundo respeto por el tiempo, esfuerzo, ilusión y dinero que dichas personas invierten en su empeño. Y no basta con decir “yo no engaño a nadie, se engañan ellos solos”, como he oído tantas veces; no, intenta impedir que se engañen, muéstrales la realidad, y si no quieren verla, no tomes su dinero e invítales a irse.
|
Un delirio sobre ruedas y abrimos la puerta a la fatalidad. Fuente: www.autopista.es |
Cuando en clases de teórica (o de coche) observaba ciertos detalles en algunos alumnos, hablaba con ellos a solas en varias ocasiones, con sus padres (si me daban su permiso) y, generalmente, la intuición se confirmaba. Les explicaba lo que sabía y, normalmente, ellos mismos se daban cuenta de que no podía ser. Dependiendo de que su problema tuviese solución o no, se dejaba la autoescuela temporal o definitivamente. Nunca conté con el apoyo de ningún compañero en estos asuntos, me decían “que yo no era nadie”, y es verdad. Pero hay casos que se hacen evidentes hasta para el más elemental sentido común y no puedo cerrar los ojos ante lo que veo. Además, de acuerdo en que “no soy nadie”, pero no me siento a la derecha sabiendo de antemano que corro un riesgo que no puedo controlar. El objetivo número uno en un coche de autoescuela es que al alumno no le pase nada malo, ni a terceras personas, por supuesto. Y la verdadera seguridad no radica en el doble mando, sino en la capacidad que yo tenga para adelantarme a la acción del alumno.
En realidad, todo esto no es tan complicado. Estoy seguro de que todos ustedes saben perfectamente a qué personas no dejarían su coche jamás, ni con quien irían nunca como pasajeros, ¿verdad? Otra cosa es decidirlo por norma y para todo el mundo de forma ecuánime y justa.
|
Desgraciadamente, el chiste se basa en una increíble pero cierta realidad. Hay cosas que no entenderé nunca. Fuente: oncoblog-bulbul.blogspot.com |
La posibilidad de que sean los médicos quienes decidan quién puede conducir o no, me parece inviable; al menos a corto plazo, y a medio... habría que trabajarlo muy bien. Hay casos muy claros, pero son muchísimos los que podrían ser dudosos y el criterio se dispersaría mucho. Además, que un médico diga al paciente que no puede conducir... Se les iba a atragantar a la mayoría, muchas veces sería la gota que colme el vaso, generaría mucha tensión, episodios de violencia... La mayoría de los médicos ya soportan fortísimas presiones. No lo veo.
Tal como apuntaba al principio y siguiendo con lo dicho, se puede proponer la revocación de un permiso de conducir a una persona cuando se acredite que ha perdido la destreza o conocimientos necesarios para hacerlo. En ese caso, siempre tendrá la posibilidad de volver a aprender lo necesario y pasar de nuevo un examen teórico o práctico -según proceda- para volver a conducir.
Es cuando menos llamativo -por decirlo suavemente- que un alto cargo de Tráfico hable como si no supiera de estas cosas. También lo es, tal como se dice en la noticia (pueden verla aquí), que la Fiscalía de Seguridad Vial haya “impulsado” un protocolo en 2010 para que los médicos detecten personas que “han perdido sus habilidades o aptitudes psicofísicas por una enfermedad o por la toma de algún medicamento” y que hasta la actual Directora General de Tráfico, la señora María Seguí, admita que es muy poco conocido. Señora Seguí, lo que es verdaderamente lamentable es que usted no conozca el procedimiento “de toda la vida” que existe para detectar esas situaciones. El protocolo de la Fiscalía mencionada, huelga. No sirve para nada.
Este país está hipertrofiado de leyes, reglamentos y normas que se dictan según sucesos y cómo los aireen los medios de comunicación. ¿Por qué no se comprueba antes si ya hay medidas para según qué cosas? ¿Por qué no utilizar lo que tenemos de forma sistemática y bien, con profesionalidad, antes de sacarse de la manga nuevas normas que son una fuente de conflictos por los derechos que vulneran, entre otras cosas?
|
Este tipo de adiciones ya está dando muchos problemas. ¿Se imaginan a quienes ahora tienen 12 años dentro de 6 y conduciendo? Se les hará muy, muy difícil prescindir del teléfono, más bien PC en miniatura. Fuente: www.larioja.com |
Y puestos a preguntar, ¿para qué sirve la Fiscalía de Seguridad Vial? ¿Acaso no hay un fiscal en cada juzgado? No hará ni tres semanas escuché casualmente una entrevista que le hacían por la radio al señor que detenta el mencionado cargo, hablaba con la misma falta de criterio y frivolidad con que lo puede hacer cualquiera en la barra de un bar y entre amigos, cosa que se puede permitir perfectamente ese “cualquiera”, dicho sea sin ánimo peyorativo alguno, por supuesto. Pero un Fiscal de Seguridad Vial, NO. La falta de consistencia de sus argumentos, el recurso a tópicos y palabras vacías que nada dicen ni transmiten, la falta de seriedad, de responsabilidad, de respeto al sufrido contribuyente que mantiene su cargo, daban ganas de... Bueno, lo dejaré ahí, pero revolvía el estómago, ya saben.
Esteban