Dicen que cuando perdemos la función de alguno de nuestros sentidos los demás se agudizan. Excepto el sentido común, por lo que parece. En nuestras ciudades, en lenta progresión, cada vez tenemos más ocasiones de encontrarnos con coches que no hacen ningún ruido, me refiero (como sin duda ya suponen) a los que llevan motor eléctrico y a los híbridos que suman al propulsor de los primeros un motor de gasolina o diésel, motores convencionales estos pero ya bastante silencios de por sí (sobre todo los de gasolina, mayoritarios en este caso) y en cortos trayectos hasta totalmente, porque ni funcionan, ya que es sólo el motor eléctrico el que impulsa el coche.
Fuente: www,elmundo.es |
Pero los seres humanos seguimos aferrados a viejas costumbres y cruzando de oído, bueno, quizá usted no, pero yo mismo aún me sorprendo alguna vez acercándome hasta el borde de la calzada sin haber mirado todavía; hasta en mitad de la calle hay casos en los que, si antes no oigo, no miro.
Quizá no tengamos ningún pariente o amigo, ningún familiar, compañero o vecino que tenga un coche eléctrico y eso nos induce a olvidarnos de su existencia, pero poco a poco cada vez se ven más. La mayoría de los que yo veo son de instituciones o empresas públicas, aún no conozco a nadie que tenga un vehículo así para uso estrictamente particular, pero habrá algún caso. Con los híbridos sí que ya hay conductores que los usan sin motivo de trabajo, conozco algunos, incluida una exalumna; y muchos taxistas.
Hace ya unos años que vengo avisando a parientes y amigos, sobre todo a los mayores, de que nunca ha sido tan importante como ahora hacer lo que todos sabemos antes de cruzar la calle: mirar bien antes y durante. Aunque lo hagamos por un paso de peatones o con un semáforo en verde. ¡Miremos! Es acostumbrarse, enseguida se crea el hábito, pero hay que hacer el esfuerzo, que además viene con una clara y muy buena recompensa: reducir el riesgo de atropello muy notablemente.
Son muchos los peatones que arriesgan demasiado. Fuente: www.lne.es |
También es importante tener en cuenta el silencio con el que se mueven muchos coches cuando pasamos entre dos que están estacionados en línea y cuando andamos en paralelo con los que están en batería, especialmente en los aparcamientos de los centros comerciales.
Naturalmente, a los conductores de los mencionados vehículos se les añade un trabajo extra en forma de mayor atención y cuidado que, normalmente asumirán y realizarán bien, entre otras cosas porque, hoy por hoy, la mayoría de dichos conductores son profesionales. Pero humanos, no lo olvidemos, y por muy bien que conduzcan y más empeño que pongan en la faena, son tan incapaces de hacer milagros como nosotros. Un coche necesita de unos metros para detenerse y más veces de las que parece, un atropello sólo puede evitarlo el peatón.
Un pésimo tramo de carril bici en El Muelle (Gijón), peligroso en sí mismo y por
la gran afluencia de peatones y vehículos que transitan por él.
La señal (que está al lado) es casi invisible para todos por lo alta que está.
Peatón, que para más inri, va frecuentemente utilizando auriculares, más veces aún el teléfono, otras son ancianos, muchas veces con niños a su cargo, una mezcla explosiva. Seguramente ya se habrán dado cuenta de lo muy vulnerables que somos -en todos los sentidos- cuando usamos los teléfonos andando por la calle. Debemos tener mucho cuidado y esforzarnos en agudizar al máximo ese sentido común del que tan carentes solemos ver casi siempre a los demás.
Debí de haber escrito antes sobre este asunto, mea culpa, porque lo conozco desde hace muchos años ya que en muchas naves industriales se utilizan hace tiempo máquinas que se mueven con motores eléctricos y hasta he conducido alguna. En fin, nunca es tarde. Espero.
Sobre los coches eléctricos también he leído hace tiempo que si algunos modelos vendrían dotados de sistemas que generan un ruido artificial con el fin de paliar estos problemas. Supongo que habrá alguno en el mercado, quizá hasta lo hagan obligatorio las mentes que dicen que gobiernan, pero desde luego no deja de parecerme una lamentable paradoja eliminar una clara y beneficiosa ventaja. Porque una cosa es utilizar la bocina para advertir de un posible y concreto riesgo y otra hacerlo a discreción por un simplón decreto. Y porque seamos tan necios de seguir cruzando de oído, todo hay que decirlo.
La foto de la izquierda contrasta con la anterior por lo bien hecho que está el carril,
y también es en Gijón. Por cierto, que tengan un día como indica la marquesina.
La foto de la derecha, más que un carril bici, muestra una autopista para bicicletas,
ese tramo está a la altura de Gallarta, pueblo natal de Dolores Ibárruri (La Pasionaria).
Fuente de esta foto: www.bizkaia.net
Hay otros vehículos con larga historia que tampoco hacen ruido: las bicicletas. Y es demasiado habitual ver a peatones cruzando sus exclusivos carriles e incluso andando por ellos despreocupadamente, lo que detesto casi tanto como encontrarme con ciclistas por la acera; claro que, cuando el carril para bicis sólo está pintado en la acera, pedir a nuestros mayores que se den cuenta del peligro de andar por él o cruzarlo sin mirar, me parece que es demasiado pedir. Pero les conviene hacerlo, por la cuenta que les trae.
Me consta que en algunas ciudades se está incrementando mucho el uso de la bicicleta, y creo que irá a más. Elisa Alòs, puntual comentarista de este blog (moltes gràcies, Elisa!) y a la que muchos de ustedes ya conocen, me lo confirmaba hace poco con respecto a Barcelona; hace unos días, vi en las noticias que en esa misma cuidad, entre otras, también aumenta mucho el número de varios inventos movidos por motores eléctricos: patinetes y demás, en muchos casos de alquiler y utilizados por turistas, a los que generalmente y en principio, se les presupone poco cuidado. Y no quiero olvidarme de las bicis eléctricas a las que auguro una franca expansión (otra cosa es lo que dure), y las motos, que todavía no he visto ninguna por la calle pero también parece que tendrán éxito.
Bici de montaña con motor eléctrico, me tienta muchísimo. Las descubría hace poco, y algunas alcanzan los 45 km/h ¡Una maravilla! Fuente: www.mx.all.biz |
En fin, comencé sin pretenderlo invitándoles a dar un paseo andando y ahora ya estamos conduciendo. Cómo pueden ver, esos recorridos urbanos tan conocidos se están tornando cada vez más emocionantes, de modo que tendremos que aumentar notablemente nuestra atención, concentración, esfuerzo, vigilancia y ganas de conducir bien circulando por ciudad. Es el único modo que conozco de mantener el peligro a raya.
Por cierto, sin duda se habrán dado cuenta de las analogías que hay entre bicis y coches eléctricos ¿sabían que es obligatorio que las primeras lleven timbre? Y lo confieso: no llevo timbre en la bici; desde que creía que ya no era niño y que eso ya era sólo cosa de críos, o de mujeres, otra confesión. Pero lo he echado de menos en bastantes ocasiones, porque cuando voy por un conocido carril bici denominado por estos lares como bidegorri (camino rojo), andar a gritos con los peatones para avisarles me da no sé qué... y siempre resulta incómodo. He de hacerme con un timbre.
Esteban
P. S.: Les invito a que disfruten de esta preciosa canción del gran Atahualpa Yupanqui, me parece que viene bien al hilo del tema y me llegó desde el recuerdo al leer el comentario de RECOMENZAR. Se la dejo aquí.
Etiquetas: coche eléctrico, peatones, cruzar la calle, atropellos, coches híbridos, bici, bici eléctrica, carril bici.