jueves, 9 de mayo de 2013

UNA NOVEL EN UN CURSO DE CONDUCCIÓN SEGURA


Firma invitada.

Tengo muy presentes pasajes del Evangelio que no sólo recuerdo desde hace muchos años, también los hice míos y me acompañan siempre. Uno de ellos es aquel que dice: “Por sus obras les conoceréis”. Luego, sobre la firma invitada que hoy traigo aquí, apenas diré nada, haciendo click en su nombre tendrán cumplida información. 

Conozco más de un piloto "muy hombre" que no se atreve a volar este avión.
Pero la señora Ghislaine Facon, sí. Y lo hace muy bien. Pueden verlo aquí.
Además de ser todo un honor, me alegra especialmente que haya aceptado mi invitación y se lo agradezco enormemente. La autora del artículo es una mujer que, aunque legalmente no lo sea, se considera a sí misma como una conductora novata. En mi opinión no lo es porque, a pesar de los pocos años de vida de su permiso de conducir y del pequeño número de miles de kilómetros acumulados, su actitud -ya quisiéramos todos que la tuviesen la mayoría de los supuestos expertos conductores que ruedan por nuestras carreteras-, es la clave, supongo que para todo, y la de esta mujer es inmejorable.

La autora del artículo es una constante seguidora y comentarista de este blog, cosa que nunca le agradeceré lo bastante, y en él, relata su experiencia en el primer curso de conducción segura, perfeccionamiento, o como quieran llamarle. Curso, que deberían hacer cuantas personas conducen, por tan imprescindibles. Así que les recomiendo vivamente seguir su ejemplo y su blog, posiblemente, algún día, lo celebrarán. Con ustedes: Elisa Alòs.


UNA NOVEL EN UN CURSO DE CONDUCCIÓN SEGURA

Como tantos otros noveles hay un momento en que me planteé hacer un curso de conducción segura, pero dudaba de si me sería útil, o si era demasiado pronto.  No entendía claramente a qué público iban dirigidos y, claro está, no quería ni tirar el dinero en un curso donde no aprendiera por tener un nive demasiado bajo, ni dejar de vivir esta experiencia que me parecía muy interesante y útil.

Finalmente me decidí a hacer el curso. Y de hecho, tras hacerlo,  he pensado en que sería muy interesante hacer varios cursos de conducción en lugares diferentes. Me gustaría poder explicar mis experiencias de cara a que un novel de, pongamos 10.000 km, pueda aprovecharse de ellas para decidirse por un curso u otro según sus preferencias personales. No sé si la economía tirará para tanto, pero es algo que me gustaría hacer.

Fuente: Fast Parcmotor
Mi primera experiencia fue el mes pasado en Fast Parcmotor (Castellolí, Barcelona). Mi valoración global es que me alegra haber hecho el curso. Creo que el simple hecho de haber practicado frenadas con esquiva sin ABS justifica el haber asistido. Os explico brevemente el contenido del curso y mis comentarios al respecto:

Comenzamos con una breve explicación de cómo sentarnos al volante y del impacto de la postura, no solo en la comodidad de la conducción sino también en cómo se pueden agravar las lesiones en caso de accidente de no sentarnos correctamente, lo que nos explicaron de manera muy pedagógica y clara. De todas maneras hubo un punto en el que discrepo de lo que dijeron, y es sobre el tema de ir sentados ‘bajos’, cosa que recomendaban, pero en este tema me convencen mucho más las razones que expone el maestro Arturo de Andrés (ver por ejemplo: aquí), quien aboga por no ir demasiado bajo por implicar esto una pérdida importante de visibilidad.

El segundo punto del día consistió en un simulador de vuelco, punto que sirvió para insistir en otra cuestión muy interesante: cómo colocarnos bien el cinturón. Es importante no sólo abrocharlo, sino tensarlo bien, pues si no,  en caso de vuelco o cualquier tipo de accidente no hará bien su papel. Y sobre todo: en caso de vuelco, tengamos la suficiente sangre fría para no reaccionar desabrochándonos rápidamente el cinturón, pues entonces el peso de nuestro cuerpo caería directamente sobre nuestro cuello, con las graves lesiones que esto podría conllevar.

Después del simulador vino una explicación de cómo usar el volante, seguida de un ejercicio práctico (un pequeño y sencillo slalom). El ejercicio tenía como finalidad evitar ir cruzando innecesariamente los brazos, de manera que se tenga mucha más precisión en el movimiento. La técnica que nos explicaron consistía en comenzar moviendo el volante a pequeños giros, al estilo de lo que hacían nuestros abuelos antes de la dirección asistida, e ir practicando hasta conseguir fluidez. La verdad es que la técnica resultaba muy interesante y de llegar a ejecutarla bien debe ser realmente precisa, pero creo que es difícil  practicarla, hasta conseguir la fluidez necesaria, fuera de un circuito cerrado. Si queréis podéis encontrar esta técnica en el vídeo siguiente (minuto 4:20), está en catalán pero creo que se entiende bien.



Tras el ejercicio del manejo del volante vinieron las frenadas sin ABS, con ABS y las frenadas con esquiva. La frenada sin ABS y con esquiva fue  el ejercicio que más me gustó.  Para mi gusto,  sobraron frenadas de ‘experimentar el bloqueo’ (frenadas donde entendí que había que frenar hasta el final, con lo cual simplemente experimentabas la pérdida de dirección y ya está) y faltaron más ejercicios para aprender a controlar y evitar dicho bloqueo en situaciones más diversas.

Después de comer nos dejaron un rato ‘sueltos’ en el circuito pidiéndonos que fuéramos más rápido de lo habitual para observarnos. Después de esto nos explicaron, tomando como ejemplo la primera curva, la importancia de frenar antes de llegar a la curva y cómo dejar de hacerlo gradualmente. Desde luego que la diferencia entre el resultado del ejercicio ‘espontáneo’ y el segundo fue abismal. De todas maneras yo he de decir que entendí muy bien cómo tomar la primera curva, pero luego se me acumulaba la faena en las otras, especialmente en las enlazadas, y hubiera necesitado una información más detallada sobre los diferentes tipos de curvas. Fue esto una tremenda lástima, pues creo que es precisamente en  un circuito donde se puede aprender más rápidamente a tomar correctamente los diferentes tipos  de curvas que nos podemos encontrar en nuestras carreteras. Así, de cara a conductores noveles, yo incluiría un módulo de ‘curvas’, donde no se tratara de correr, sino de conseguir la base y soltura suficientes para circular correctamente en las circunstancias habituales.

Después de este ejercicio vinieron los contravolantes. Se trataba de entrar en la curva y de que el compañero tirara del freno de mano en mitad de la curva. Nuevamente entendí qué hacer en la primera curva, pero luego la faena se extra-acumuló: ya no era sólo tomar curvas enlazadas, sino corregir contravolante en ellas. Creo que los instructores se dieron cuenta de mi ‘sobrecarga’ e intentaron ayudarme yendo en el coche conmigo, pero cualquier profesor sabe que es muy difícil improvisar explicaciones rápidas y eficientes, entre otras cosas porque, para enseñar algo, hace falta convencer profundamente al alumno de que eso es lo correcto y esto es muy difícil en circunstancias rápidas e improvisadas. A pesar de la buena voluntad y profundos conocimientos de mis instructores yo no entendí nada, pues me llegaba información, muy rápida, que contradecía lo que siempre me han enseñado sobre las curvas (o al menos a mí eso me parecía). Concretamente entendí –y ya no sé si me lo explicaron así o yo lo entendí así- que no teníamos que acabar de soltar el freno hasta bien dentro de la curva, lo cual no veo nunca hacer en carretera a nadie (excepto, obviamente, en algunas curvas muy puntuales, como por ejemplo, en bajada y en 180º ).  O sea y resumiendo, salí de este ejercicio final profundamente liada y colapsada.

Contravolante en firme deslizante.
Fuente: www2.diariomotor.com
Teniendo en cuenta que existía la opción de hacer sólo las 4 horas de la mañana, creo que esto sería, teniendo en cuenta mi nivel, lo que haría. De cara a hacer curvas, he de decir que, en mi caso particular, me ha resultado más eficaz escoger un tramo de carretera revirada e ir allá con un buen profesor de autoescuela un par de horas. Eso, desde luego, depende de cada uno, de su nivel y de muchos otros factores. Pero en mi caso ha sido así.

Me alegra mucho haber podido compartir mi experiencia en este blog. Muchas gracias desde aquí a mis instructores por su gran atención. ¡Muchas gracias, Esteban! Estoy a vuestra disposición para cualquier pregunta que me queráis hacer. 

18 comentarios:

  1. Hola, Elisa:

    Agradezco mucho tu artículo contando cómo has vivido tu primera participación en un curso de conducción segura en circuito, pues puede ser útil (y así lo espero), sin ninguna duda, a muchas personas.

    Como bien sabes, en “Conducir sin miedo” recomiendo vivamente acudir a este tipo cursos, pueden marcar la diferencia entre sufrir un accidente o no, y no exagero. Conviene tener esta idea en mente cuando consultamos los precios. Es imprescindible sentirse y saberse capaz de hacer bien una frenada de emergencia en seco y en mojado con y sin ABS, esto, como mínimo, debería ser un ejercicio de examen para el permiso de conducir.

    También sabes, que estoy totalmente convencido de la vital importancia que tiene estar mentalizado para llevar a cabo una acción concreta. Creo que esto no lo pueden sustituir los cursos, salvo que se hagan muchos, y aún así lo dudo. Es más, creo (sé) que se puede llevar a cabo una acción correcta si uno se graba en su mente la secuencia detallada y ordenada de la misma a base de imaginarla e imaginarse en la situación una y otra vez. Pero no cabe duda, de que lo ideal es combinar eso con la práctica. La mente y el ánimo deben sentirse objetivamente capaces, pero el cuerpo debe sentir la sensación en los poros de la piel, por dentro y por fuera. No es nada raro, por ejemplo, que una frenada verdaderamente fuerte a 80 km/h provoque un ligero y momentáneo mareo con o sin idéntico dolor de cabeza.

    Termino, e insisto: las prácticas de las que nos hablas, Elisa, las considero (son) imprescindibles; la mentalización, absolutamente imprescindible.

    Moltes gràcies!!! ¡¡¡Saludos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Esteban:

      No exageras. De hecho siento que haber frenado sin ABS me convirtió en mejor conductora. ¿Por qué? Pues no lo sé, pero lo siento así. Quizás porque sentir el coche 'al límite' te hace entenderlo mejor y formar un mejor tándem con él.
      Y lo de la preparación mental es un plus muy importante. De hecho ¡Esa fue, básicamente, la diferencia entre la primera curva y las demás! La primera la había visionado, preparado, etc. Las otras 'vinieron'... y el resultado fue muy diferente.

      Muchas gracias por permitirme participar en este blog que siempre he admirado!

      Elisa.

      Eliminar
    2. Gracias a ti, Elisa. Y muchas gracias por la opinión que te merece el blog, sé que eres franca y sincera.

      Ese tándem del que hablas es muy importante, sí, y estos cursos permiten afianzarlo y profundizar en él. Y lo consiguen, aunque sea de un modo inconsciente, como reflejas en ese "no lo sé" como respuesta a tu propia pregunta. En realidad, la compenetración entre hombre y máquina es algo muy viejo, por lo menos, desde que el hombre monta a caballo y navega. Me irrita mucho esa asociación tan reiterada que hacen la publicidad y el cine de asociar el habitáculo de un coche con una prolongación del salón de nuestra casa. ¡Es tan falsa!

      Las curvas enlazadas se trabajan igual que si estuviesen aisladas, en general, se disminuye la velocidad antes de girar, si es necesario cambiar a una marcha inferior (o más), también se hace antes de girar (al mismo tiempo, o no, que se frena), se coloca el coche en la curva, y en cuanto está asentado se vuelve a acelerar. Dependiendo de unos cuantos factores: radio de la curva, velocidad, visibilidad, seco o mojado... esta forma de actuar puede modificarse algo, solapar una acción con otra, etc. Si, casi nada más salir de una curva tenemos otra encima, el único problema es que tendremos bastante más trabajo y la coordinación de volante, pedales y palanca exige más rapidez y precisión. Claro que esa exigencia la decidimos nosotros, es importante tener esto en cuenta.

      En las curvas conviene desterrar la idea de que "dentro no se puede frenar", por supuesto que se puede. Si no bajé la velocidad lo bastante antes, tendré que hacerlo dentro, con tal de no dar una patada al freno movido por el pánico no pasará nada (y a veces ni por esas, pero eso hay que probarlo en circuito); si dentro de una curva, noto claramente que con la marcha que llevo engranada el motor no puede recuperar velocidad, tendré que bajar a una marcha inferior, aunque sea a primera. Siempre hay que tener en cuenta conducir con la máxima suavidad posible, pero a veces, no es posible, generalmente por errores anteriores.

      Otra cosa importante en las curvas enlazadas, que siempre practicaba en las clases: Cuando en la primera se comete un error, cada décima de segundo que tardemos en corregirlo, multiplicará ese mismo error en la siguiente. La tendencia, curiosamente, es a inhibirse, NO hacer nada y pensar (?) que se arreglará solo. No pocas veces este error es la raíz de accidentes por salida de la vía e invasión del sentido contrario. No pocas veces, algunos alumnos, me contestaban a gritos (por el pánico que sentían): "¡PERO EN UNA CURVA NO SE PUEDE FRENAR!". Y les contestas bien agarrado pero con calma: "Freeeenaaaa suuuaaaaave". Y si no funcionaba: "¡Frena, da igual, como sea, FRENAAAA!" Esto tampoco funcionaba siempre, pero estaba el doble mando (¡bendito sea!) así que a él y mano izquierda al volante, sales de la curva a bandazos, normalmente en el carril (o casi, casi) y en más de 30 años lo peor que nos pasó fue andar un poco por la cuneta (de nuestra derecha); una vez con las dos ruedas de ese lado, la otra sólo con la delantera derecha; en el primer caso el coche intacto, en el segundo rueda reventada. Nada más, gracias a Dios.

      Es buena idea intentar pasar una serie de curvas lo más rápido posible en circuito. Los karts también son una buena escuela, la sensación de velocidad y cómo se hace sentir la máquina son bastante más notables que en un coche, y se puede disfrutar en familia. Cuestan un dinero, sí, y no pueden sustituir un curso como el que has hecho, pero de cuando en cuando, una vez al año... En fin.

      ¡Saludos!



      Eliminar
    3. Muchas gracias por esta detallada explicación!

      A mí me enseñaron que en las curvas 'sí se puede frenar', y desde luego es lo que he hecho (suavemente) si alguna vez no me he sentido cómoda al entrar.

      Está muy bien hacer curvas a más velocidad de la normal, pero desde luego que yo hubiera necesitado 10 horas (o muchas más). La velocidad, el contravolante, las enlazadas... todo junto fue demasiado para mí...

      Saludos!

      Eliminar
    4. De nada, Elisa.

      Pues, tal como dices, quizá haya sido un día demasiado intenso para una primera vez. Pero bueno, lo importante es que el balance haya sido positivo y sobre eso parece que no hay ninguna duda. Me alegro mucho por ello.

      ¡Saludos!


      Eliminar
    5. Creo que sí fue demasiado para una primera vez, y un detalle que quizás es muy personal, pero es que después de comer... a la hora del bajón... pues demasiado para una novel como yo.
      Saludos!

      Eliminar
  2. Hola, Esteban.

    A mí me gustaría hacer un curso de esos porque lo que se aprende en una autoescuela no tiene nada que ver.
    ¡Qué envidia!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son cosas muy diferentes, desde luego, y a la vez muy complementarias. Lo que yo haría sería (si yo diseñara el examen de conducir) una primera parte de mecánica, una segunda de circuito y la tercera de circulación. Pero bueno, se diseñó al revés.

      Vale mucho la pena asistir, te lo recomiendo.

      Saludos!

      Eliminar
  3. Amigo mío: Eso de renovarse o morir, es el comienzo de mucho. Así que podemos empezar para seguir siendo útil a uno mismo y a la sociedad.
    Un abraciño,
    Rosa María Milleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente, amiga Rosa, la vida es cambio y movimiento (entre otras cosas). Y que importante es ese “ser útil a uno mismo y a la sociedad” que, en general y desafortunadamente tan mal se interpreta, el primero; y el segundo, a muchos -y esto ya es una desgracia colectiva- les suena a chino. Pero también esto cambiará, espero.

      Un abraciño.

      Eliminar
  4. Hola Esteban! Maravillosa nota nos has traído de la no menos maravillosa destreza de Elisa. Yo sí tendría miedo, y es uno de los pocos, jajajajaja Y ni hablar de la señora que es piloto de tan pequeña avioneta. En la vida todo es riesgo, asumirlo nos impulsa a mejorar y a aprender.

    Un gran abrazo, querido amigo, y mil gracias por tu siempre cercanía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quién lo diría, Liliana, yo juraría que tienes un valor excepcional y admirable.
      Las gracias no se merecen, amiga.

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar

  5. Para Towanda:

    ¡Ay, Towanda, Towanda...! Con lo que yo te aprecio y metiéndote con las autoescuelas... Es broma, eh (excepto lo del aprecio). Pero ahora en serio, has dicho “se aprende”, eso es bueno, y aunque no lo parezca, entre autoescuela y circuito hay más semejanzas de las que parecen, y seguro que estamos totalmente de acuerdo en que son cosas complementarias. También es cierto, “que en todas partes cuecen habas” y, a algunos profesores -y alumnos- no hay por dónde los coger.

    Puesto que dices que te gustaría hacer un curso de estos, te diré, que el último que yo hice fue en el Jarama con el RACE, sería 2005 ó 2006, cuatro horas, un sábado por la mañana, no llegó a 100 € y estuvo muy, muy bien.

    Hace unos pocos días dijiste por aquí en un comentario que conducías todos los días por Madrid, y lo aprovecho para decir, que, en general, está muy extendida la idea de que si alguien conduce siempre o casi siempre por ciudad, no merece la pena hacer un curso de este tipo. Bien, pues aun en ese caso, sí que vale la pena. Sin duda alguna. Se puede perder el control de un coche incluso a muy baja velocidad; no siempre se circula muy lento en vías urbanas, a parte de que a veces se va a velocidades muy respetables, y 40-50 km/h son velocidades muy a tener en cuenta en muchas circunstancias. Por otra parte, en las vías urbanas, casi siempre tenemos muchos obstáculos y muy cerca, además de vehículos (muchos de dos ruedas) y peatones.

    ¡Ánimo, un abrazo!


    Para Elisa:

    Comparto ese esquema de programa, faltan normas y señales, pero seguro que estaban en el tintero. En realidad, quiero aprovechar tu comentario para recordar algo que cada vez se olvida más y es que, durante muchos años, hubo examen de maniobras en pista. Quitarlo, ha dado lugar a que muchas personas apenas tengan dominio del coche a baja velocidad y, aunque no tengo datos, a simple vista se aprecia que hay una relación directa entre esa decisión y el aumento de accidentes en vías urbanas. Basta con abrir los ojos cuando andamos por la calle para ver cuántas personas hacen cosas rarísimas en maniobras tan cotidianas como la de estacionar, o se quedan bloqueadas, o se convierte en misión imposible mover el coche marcha atrás un par de metros.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es raro. Para aprender, vale aquello de 'despacito y buena letra'. Lo de aprender a conducir 'directamente en la calle' es una aberración. Vaya, ¿a alguien se le ocurriría aprender a ir en bici en medio del tráfico? Para aprender hay que concentrarse en poco e ir ampliando, sin prisa y sin pausa.
      Saludos y gracias por tu tiempo!

      Eliminar
    2. Tienes razón, es una consecuencia perfectamente lógica. Por lo demás, totalmente de acuerdo; es tan importante ese "sin prisa y sin pausa".
      ¡De nada, Elisa!

      Bona nit!!!

      Eliminar
  6. Esteban me parece que la premisa con la que empiezas la entrada, "por sus obras los conoceréis" es perfecta para ti. Está claro que haces gala de una generosidad enorme al compartir tu espacio.
    Y es un gusto leer a tus invitados, en este caso a Elisa.
    A mi si que me da envidia, y no diré ni siquiera envidia sana, sino de la mala, de la de verdad. Tengo el carne de conducir desde hace años y no soy capaz de arrancar un coche, se dice pronto.
    Esteban también te agradezco el enlace que me dejaste acerca de la escritura, estabas en lo cierto, me encantó y parecía escrito pensando en mí.
    Además estoy mucho mejor de salud, pronto podré volver a la normalidad, si eso en mí es posible.
    Un beso grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por la estima que muestras con las palabras que me dedicas, aunque, francamente, creo que no soy digno de ellas. En serio. Tengo muchos defectos, y algunos pecados.

      Hablando de pecados, sin embargo, no creo que tú tengas envidia, ¿La de verdad? ¿Esa que forma parte de los siete pecados capitales? ¡No, no me lo creo! Por más que te honre la confesión que haces. Y me alegra que te haya gustado el artículo de Elisa. En cuanto al asunto de conducir, tampoco me creo que no sepas arrancar un coche (¿en qué quedamos, eres de Madrid o andaluza. “Sagerá”?). Bromas a parte, ese asunto tiene solución, si verdaderamente quieres. Pero lo más importante, es que el vehículo de tu cuerpo se vaya poniendo totalmente a punto y arranque pleno de vigor, dejando atrás todo mal. ¡Bravo por esa notable mejoría!

      Celebro que te haya gustado el vídeo, creo que está muy bien y además es muy simpático. Dejaré el enlace aquí: http://bloguionistas.wordpress.com/2013/05/06/escribe/

      Un beso y un fuerte abrazo lleno de ánimo.

      Eliminar
  7. Para Rosa María:

    Intentar ser útil a nosostros y a la sociedad en la que vivimos, es lo que hace realmente grande nuestra existencia. ¡Saludos y gracias por escribir tan bellas palabras!

    ResponderEliminar