sábado, 23 de abril de 2016

SANT JORDI 2016

Tengo especial querencia por esta época del año en que los días se alargan y las margaritas brotan como por arte de magia en cualquier porción de tierra que tenga una brizna de hierba, y hasta sin ella, pues también he visto algunas de estas flores en medio del asfalto subrayando el milagro y la fuerza de la vida. 


La primavera es la estación que más me gusta, con tantas flores diminutas y humildes cambiando el color de los prados, su aspecto y perspectiva; estirándose hacia el sol totalmente entregadas a su luz y calor, encogiéndose en la noche cerrando sus pétalos y guardando su acariciado sueño, quizá de ser estrellas, tal vez mañana. 

Se hacen ver sin mirarlas y llenan ojos y almas de alegría, prodigan su generosidad y nos enseñan que son realidades preciosas y tangibles nacidas de la larga esperanza que sin desmayo ni consuelo albergó la hierba en las noches más largas, oscuras y frías. Prueban, explican, exponen y muestran que la realidad es hija de la esperanza y el sueño. 

Nunca hay dos días iguales, pero tampoco nunca se diferencian tanto uno del siguiente como en primavera; cada jornada es un muestrario metereológico que ahuyenta la rutina y estimula nuestra capacidad de alerta por la vida haciendo que nos estiremos, como las margaritas, haciéndonos mecer por los cambiantes vientos, abriendo de par en par los corazones para llenarlos de su esencia que luego iremos desparramando sin miedo a la muerte porque sabemos que siempre habrá otro resplandor que, de un modo u otro, nos llene de vida.


 

Dejo también aquí enlace para la primavera de Vivaldi.

Son los prados de este tiempo como un papel que se llena de letras en forma de pequeñas flores blancas y amarillas. Es frecuente que también el cielo se llene de pequeñas nubes en forma de coliflor tras cada frente frío, mimetizándose con la tierra para siempre poder leer su mensaje. 

Nos escriben poesía, prosa, música, nos cuentan historias en todas las formas y lenguas posibles, y creo que nos dicen siempre que la muerte no existe, a no ser que, paradójicamente, por llenarnos de egoísmo y miedos, dejemos de dar la vida.
Esteban

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6 comentarios:

  1. Estimado Esteban: me encanta saber que desde tu tierra recuerdas siempre nuestra fiesta de Sant Jordi. Creo que es la festividad catalana más bonita, y la que mejor expresa nuestra manera de ser. Un saludo desde Barcelona!

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    1. Cómo no, estimada Elisa. La descubrimos por casualidad allá por 1988 en Figueres, habíamos oído hablar de ella antes pero... nos sorprendió, no lo esperábamos ni habíamos pensado en ello, y nos gustó mucho, lo pasamos muy bien, hablamos con algunas personas de allí, nos trataron muy bien, fueron muy agradables, participamos de la fiesta (cosa rara en mí) y, no sé, es de estas cosas que te llegan directas con una facilidad impresionante y que se atesora como un buen recuerdo para siempre.
      Me alegra mucho saber lo que me cuentas de que es una fiesta muy representativa y significativa, la verdad es que siempre me he encontrado muy a gusto en Cataluña, y no lo digo por halagarte, bien lo sabes, es la verdad, por más que a algunos les pene.
      Saludos i bona nit!!!

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  2. "Bonita primavera"
    Si no fuera por las alergias.

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    1. Pues es verdad, no me acordaba. Y ya que lo mencionas, ojo con los medicamentos que se toman para ellas, que yo sepa, la mayoría (por no decir todos) dan sueño, y al volante...
      Un abrazo.

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  3. ¡Ay, Esteban!!!

    Que pre preciosidad de entrada, que bonito escribes, amigo. Es como un homenaje a la linda primavera que florece por las cuatro esquinas, tiene magia tiene un especial encanto, igual que tus letras,iba leyendo y escuchando a Vivalde que me atrapa por unos instantes.
    Tanto las margaritas como otras flores bellas de todos los colores que brotan a los lados del sendero donde camino a diario, de verdad que son una maravilla, celebro que te guste la primavera, porque para mí también es la estación más hermosa del año.

    Sabes, Esteban. Son todas tus letras una prosa poética de ensueño y realidades, me gustan todas, mas me llenan de paz y esperanza, esas penúltimas y las que finalizan esta exquisita entrada donde hablas de la muerte; y perdona que te las copie así acabo antes...

    Abriendo de par en par los corazones para llenarlos de su esencia que luego iremos desparramando sin miedo a la muerte porque sabemos que siempre habrá otro resplandor que, de un modo u otro, nos llene de vida. Eres un amor amigo.

    Nos escriben poesía, prosa, música, nos cuentan historias en todas las formas y lenguas posibles, y creo que nos dicen siempre que la muerte no existe, a no ser que, paradójica= mente, por llenarnos de egoísmo y miedos, dejemos de dar la vida.

    Ya no me quedan palabras para expresar tanta verdad y belleza salida de tu corazón grande y de tu pluma. Lo que si te dejo es un aplauso prolongado, mi felicitación, mi gratitud y mi estima siempre.

    Un abrazo inmenso. y ten una feliz semana.



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    1. ¡Ay, Marina!

      Que me pongo rojo como un tomate, y hasta las orejas, que con el tamaño que tienen... Me alegra mucho que te haya gustado lo que escribí sobre la primavera y que compartamos el gusto por esta maravillosa estación, a pesar de las alergias, como bien nos recuerda Manuel. Es como un milagro. Me encanta mirar las margaritas, se ven tan vivas, reaccionan tan bien y tan rápido a la oscuridad y a la luz... Para mí no hay mejor espectáculo que el que ofrece la naturaleza. Es que no hay paisaje feo, es igual dónde vayamos, todos son preciosos. Y esta es una de las cosas que más disfruto conduciendo porque hasta puedes parar en cuanto encuentres un sitio seguro y contemplar tranquilamente las maravillas que tenemos ahí mismo.
      Un millón de gracias por tus palabras, amiga. Ya empezó mayo, te deseo que lo disfrutes alegre y feliz.
      Un abrazo.

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