jueves, 25 de agosto de 2016

¿POR QUÉ SÓLO IMPORTAN LOS MUERTOS EN CARRETERA?

Uno hojea un periódico, atiende distraídamente las noticias de la radio o de la televisión, y raro es el día en que no percibe un suceso en el que hablan de algún accidente de tráfico, o siniestro vial, si lo prefieren. En los medios de comunicación locales esto se ve o se oye casi a diario, en los de ámbito nacional los fines de semana y los lunes invariablemente. No falla. Y así llevamos... ni sé los años, muchísimos. Demasiados. 

Qué poco imaginaba yo que iba a agradecer (y mucho) haber vivido
 sin televisión hasta los 15 años.
Fuente: www.abc.es

¿Es que en España sólo se puede morir por un atropello, un choque o una salida de la vía? Pues no estaría mal, nada mal; relativamente, claro. Porque, tal como nos hacen parecer que ocurre, quien no salga de casa o lo haga contadas las veces, prácticamente sería inmortal. ¿A qué viene ese incesante desgranar de accidentes, heridos y muertos como si de un parte de guerra se tratase? Así que tantos hablen de la “pacificación” del tráfico. A mí me recuerda la famosa tortura denominada “la gota china”, en este caso útil para romper la resistencia al miedo y abrir una puerta con acceso al subconsciente que alimente el temor a conducir como quien bien cuida de una planta.

Una vez que el miedo a conducir eche raíces, poco a poco y sutilmente nos hará conducir con menos soltura, cometeremos más errores pero a duras penas nos daremos cuenta, creeremos que los demás cada vez conducen peor y que aumentan en número cada vez que salimos a la carretera, y así, nuestro miedo a conducir crecerá alimentándose él solo de nuestros propios sustos e inquietudes. Sustos, que generalmente no son para tanto e inquietudes que difícilmente tienen una justificación razonable; pero hacen mella y nos vuelven más vulnerables a ser denunciados, nos convertimos en un ciervo que sabe que está en un coto de caza. Coto es, en lo que los sucesivos gobiernos han convertido la red de carreteras -sobre todo desde Pere Navarro acá-, con la diferencia de que los ciervos del asfalto aplauden a sus cazadores. ¡Bien! A muchos conductores sólo les falta gritar con alegría: ¡Vivan las cadenas! 

Muchas personas aplauden severas medidas represivas en las carreteras y una presión policial en constante aumento porque, entre otras cosas, la DGT siempre ha sostenido y mantiene, la falacia de que la mayoría de los conductores no infringen ni crean riesgos y sólo un mínimo porcentaje que conducen como salvajes son lo que provocan las tragedias del asfalto. Naturalmente, casi todo el mundo se identifica con el primer grupo, sin querer darse cuenta de que todos somos infractores, y por tanto, todos somos susceptibles de ser denunciados. 

Un agente de tráfico que trate directamente con un infractor a pie de carretera puede discriminar y, conscientemente o no, lo hará la mayoría de las veces, incluso atender razones; pero una máquina no, nunca. Y nos han llenado los caminos de ellas. De ahí, que de unos años acá tantos conductores que tan buen concepto tenían de sí mismos se encontraran con algunas multas que nunca antes habían recibido, así como algunos puntos menos en el saldo de su carnet. ¡Quién les iba a decir que eso de los puntos también iría con ellos! 


Eso nos pasa por hipócritas y cínicos, por negarnos a ver la viga en nuestro ojo y criticar la paja en el ajeno, por tomar la piedra prestos sin reparar en nuestra propia conducta, por negar la evidencia de que todos los que hacemos alguna actividad afectada por una normativa (todas) alguna vez la obviamos

No sé de ningún país en el que todos los medios de comunicación hablen sistemáticamente de los accidentes de tráfico. Ni tampoco de que exista una relación tan sumamente fluida como aquí entre el máximo organismo en el control de las carreteras y los medios; una clara relación de amor y odio, dicho sea de paso. Así mismo, es impresentable que se cuestione la política de seguridad vial porque el número de fallecidos en accidentes en un determinado periodo de tiempo, comparados estadísticamente con el equivalente del año anterior, sea mayor; salvo que la diferencia fuese muy considerable. Ni, desde luego, bendecir lo contrario. Mientras que no se investiguen las causas de los accidentes que aumente o no el número de víctimas puede ser algo perfectamente casual, bastaría, por ejemplo, con que hubiese o no un autobús implicado para inclinar la balanza a uno u otro lado. La DGT y los medios se utilizan, manipulan y atacan mutuamente, tan pronto son enemigos como amigos. Así no se pude dirigir una institución con tanta responsabilidad, es imposible llevar un rumbo bien definido si siempre se está buscando el viento favorable y se cambia según role este

Esto es un atraco en toda regla.
Fuente: www.lavozdegalicia.es
Luego están los grupos de presión. Los primeros formando parte de la propia estructura del Estado (comunidades autónomas, diputaciones y municipios, tan amigos ellos de ponerse zancadillas mutuamente), fabricantes de automóviles, de bicicletas, de vehículos eléctricos, empresas de transporte de mercancías y viajeros, ecologistas, asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico, clubs de automovilistas, patronal de escuelas de conductores (CNAE) y un largo etcétera. Y la DGT, dependiente del Ministerio del Interior y del gobierno de turno, intentando contentar a todos sin conseguirlo. Lógico. Es imposible llevar el timón con tantas manos en él

Así pues, la DGT siempre justifica errores y aciertos apelando a un sentimiento y a una fuerte emoción: el miedo. Y el miedo a la muerte se supone que nos afecta a todos. Por eso nos lo muestra y recuerda constantemente. Para reforzarlo, no dudan en utilizar expresiones como: “la sangría del asfalto”, “la tragedia de la carretera”, “el insoportable número de víctimas del tráfico”, “el inaceptable tributo del automóvil”, “violencia vial”, “terrorismo vial”, etcétera. Tampoco les tiembla el pulso a la hora de presentar campañas de publicidad que incluyen fotos y vídeos inequívocamente morbosos siempre que les parece. 

Entre tanto, se deja la formación de conductores bajo mínimos, se permite llevar a niños en moto a partir de siete años, que quien tenga su permiso temporalmente suspendido pueda conducir los días de labor si es que lo precisa para su trabajo, que se puedan llevar motos de hasta 125 cc teniendo tres años de antigüedad con el carnet de coche, por cierto, norma impulsada por Pere Navarro que incrementó las ventas de motos en más de un 600% y, francamente, no puedo evitar preguntarme si también en este caso habría comisiones de por medio. Otra consecuencia, y bien que eran previsibles ambas, fue el incremento de accidentes de estos vehículos en una proporción, no tan elevada, pero sí muy escandalosa. Podría seguir, pero considero que es suficiente. 

Esto sí da seguridad y confianza.
Un agente en cada borde de la carretera en labores de vigilancia.
Fuente: www.hispadiario.com
Inculcándonos el miedo se diluyen argumentos y razones, hacen casi imposible mantener discusiones civilizadas, y allanan el camino de la fe para que nos creamos a pies juntillas cuanto afirman o desmienten: tienes que creerme, lo que digo y hago es por tú seguridad, la de los tuyos y la de todos. No necesitan ya hacer estudios, investigar nada (ingenuo de mí); basta con decir muy enteros lo que quieran que muchos se lo creerían igual, el miedo obra milagros, con la inestimable ayuda de nuestro peculiar carácter patrio, que tan bien conocen y utilizan, y por el que somos capaces de traicionar a nuestra inteligencia sin despeinarnos con tal de oponernos a lo que piensen otros, da igual lo que digan. Ya saben, somos una sociedad muy amiga de polarizarse y de enfrentarse con cualquier excusa, no me basta con poder hacer lo que quiera, los demás han de hacer lo mismo que yo aunque en nada me perjudiquen que actúen de otro modo; un buen ejemplo de esto es la supuesta norma no escrita de utilizar siempre el carril de más a la derecha en una rotonda se vaya a donde se vaya. 

Nos inculcan el miedo para hacernos creer que la carretera y el automóvil son escenario y elemento, respectivamente, de esclavitud y muerte; cuando en realidad lo son de libertad y vida. Esto es lo que al poder le resulta insoportable que sintamos, este es su miedo. Pretende una suerte de castración conforme a la cual actuaremos en los demás ámbitos de la vida y así preservar sus intereses y estatus. Intentan que percibamos la sensación de que sólo se muere en la carretera. ¿Acaso existe alguna actividad humana en la que alguien no fallezca alguna vez? ¿Qué impresión tendríamos de los hospitales si cada semana nos contaran el número de personas que han muerto en ellos ocultando el número total de pacientes ingresados y curados? ¿Saben que en España el número de muertes por suicidio supera en algo más del doble al de accidentes de tráfico? ¿Han oído alguna vez que alguna administración pública dedique un sólo euro a la prevención de estos terribles sucesos nunca accidentales? ¿O a paliar algo, tan siquiera, el tremendo y largo suplicio que sufre quien llega a tomar tan terrible decisión? Yo tampoco. Nos engañan miserablemente, aquí y aquí dejo dos pruebas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, les sugiero que no se las pierdan porque son muy reveladoras. 
Unos datos muy reveladores del Instituto Nacional de Estadística.
Nos inyectan el veneno del miedo pero nos dan el antídoto, todo sea dicho, y es muy fácil (no sé para qué mantienen una ley de tráfico), como un mantra: 
  • Cinturón o casco, según proceda. 
  • Nada de alcohol u otras drogas.
  • Respeta los límites de velocidad. 
Dicho de forma castiza: Átate, no bebas y no corras. 

Y de un tiempo acá están en pleno afán de ampliarlo con otra trilogía: 
  • No lleves un coche que tenga más de 10 años (olvidando que aún estamos en crisis, y lo que resta).
  • No conduzcas si pasas de los 65 años (burda ironía en un país de viejos).
  • No vayas por carreteras secundarias (acaban de descubrir, oh sorpresa, que son más peligrosas que las autopistas, ¿Por qué creen, pues, que se inventaron estas? 
Con todo, lo malo no es que nos mientan y engañen ni que nos crean estúpidos, lo malo de verdad es que la salvación que nos ofrecen es falsa porque es insuficiente. Es necesario más, mucho más. Haré un breve análisis de las soluciones con las que la DGT se lava las manos: 
  • Cinturón o casco. Lo más importante no es que nos salven la vida después de tener un accidente (que lo es), lo más importante es evitar el accidente, hacer todo lo posible por ello y utilizar ambos elementos sólo por si sucede algún imponderable, del que, por muy poco probable que sea nadie estamos libres. Ni tampoco de cometer errores, claro.
  • Alcohol y demás drogas. Es obvio que debemos abstenernos, aunque trabajemos en una oficina, más si estamos cara al público y mucho más aún en un taller o en un andamio. Sin embargo, con qué naturalidad ve casi todo el mundo que tantos jóvenes se pasen el verano de fiesta en fiesta bebiendo como cosacos y sacando chispas a sus móviles. Les creamos las adiciones (o las permitimos) ¿y luego pretendemos que al volante se abstengan? Les estamos pidiendo poco menos que un imposible. 
  • Velocidad. El problema no es superar un determinado límite, el problema es no saber ni sentir cuándo una velocidad deja de ser segura aun dentro de los límites. 
  • Coches y conductores viejos. Los primeros pueden tener 20 años o más y cumplir perfectamente la función para la que fueron creados, ¿que en caso de accidente un modelo equivalente moderno nos protege más? Sí, pero la clave, como siempre, es evitar el accidente; además, dentro de los modelos en el mercado hay una gran dispersión en la protección que ofrecen, por no hablar de tantos modelos de lujo que se ven por la calle con las ruedas casi lisas. En cuanto a las personas, lo importante es tener salud suficiente y estar bien entrenado; ¿que se detecta que alguien ha perdido la salud o conduce mal? Pues habrá que invitarle a esperar a que se cure o a que vuelva a aprender lo necesario, tanto si tiene 20 como 90 años. 
  • Carreteras secundarias. Claro que son menos seguras que una autopista ¡menudo descubrimiento! Pero no tienen más misterio que observar lo que hay (o razonablemente puede haber) y actuar en consecuencia: más inversión de trabajo, concentración, atención y esfuerzo con velocidades medias y máximas necesariamente más bajas. Eso es todo. 
Termino dedicándoles un deseo: que el miedo no les haga conducir y vivir mal (va todo unido) ni les impida crecer. Evitemos que nos conviertan en temerosos esclavos y hacernos adictos a las drogas que nos dan para soportar una vida infrahumana. Así sea.

8 comentarios:

  1. Sinceramente, si esto de la conducción es tan terriblemente peligroso, pues se deja en manos de profesionales, como la aviación. Lo que no tiene sentido es que se deje en manos de prácticamente cualquiera y luego, como para compensar, se intente 'concienciar' a la gente del peligro que corren. Y que como única formación continua recomendada, pues tengamos lo de siempre: recordarnos de obedecer estrictamente todas las normas.
    En este contexto lo normal es que se extienda la amaxofobia como la pólvora. Porque no hace falta recorrer muchos km para darse cuenta de que conducir bien requiere ser capaz de mucho más. Uno/a tiene que coordinarse con su coche, con el medio y con los otros vehículos. Y difícilmente se va a ser un conductor seguro si no se es un buen conductor, por muchas normas que se respeten. Y ser un buen conductor, pues requiere ejercitarse y esforzarse, como todo en la vida.
    A mí la conducción me ha dado mucho. Como bien dices las cualidades que se tienen que entrenar para mejorar como conductores repercuten muy favorablemente en el resto de nuestra vida. Saludos!

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  2. Como siempre, gran entrada.

    Tratar de entender la estrategia de manipulación de la DGT y por qué determinados medios de comunicación se alinean con ella es algo que me supera; pero al menos intento ser consciente de que existe.

    Puesto que en España sólo nos matamos porque corremos, porque nos distraemos o porque vamos borrachos o drogados; seguramente estemos a un paso de lograr lo que ningún otro país ha logrado jamás.

    Nunca hay accidentes durante los adelantamientos, guardamos la distancia de seguridad, siempre respetamos la prioridad de paso, usamos el alumbrado y el carril adecuado, jamas se nos ocurre hacer cambios de sentido anti-reglamentarios y ¡faltaría más! las carreteras están en perfecto estado de firme, señalización e iluminación.

    ¡Acabáramos! Con estas premisas y unos pocos radares más, podremos conseguir las ansiadas cero muertes en la carretera.

    Ironías aparte, estoy seguro que en algún sitio hay estadísticas fiables sobre las causas de accidente. En la web de la DGT las había pero, francamente, desconozco si aún están publicadas y, sobre todo, si son de fiar. Eran unas hojas excel y eran bastante esclarecedoras a pesar de todo porque dejaban bastante claro que eran las autopistas (donde más se corre) el lugar donde menos muertes ocurrían.

    Ésto nos llevaría a tener que realizar una investigación rigurosa de las auténticas causas de accidente y mucho me temo que los resultados pondrían en cuestión tanto los supuestos éxitos de la DGT como su actual política intimidatoria.

    Hasta entonces tendremos que aguantar una DGT que dice velar por nuestra seguridad y no mueve un dedo para hacer corregir los puntos negros a la administración que corresponda. Sea Fomento, Dirección general de carreteras u otra cualquiera, que tanto da.

    Y siento mucho decirlo; una ATGC que ha tirado por el sumidero su prestigio y su credibilidad. Porque hay que recordar que los agentes encargados de la vigilancia del tráfico tienen la obligación de denunciar las infracciones que observen; pero no salir con la predisposición de formular cuantas más denuncias mejor en detrimento de otras funciones. Sobre todo cuando en muchos casos, sólo ellos han visto la supuesta infracción que denuncian.

    Un saludo.

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  3. Grande Esteban....
    como decía Galeano.... "el poder come miedo"....

    (mil gracias por tu respuesta... me fui de vacaciones y al volver el golf había"volado"... de momento sigo con mi ibiza... a la espera de encontrar una nueva opción que me convenza)
    un saludo cordial
    Mai

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  4. Aquí en Chile, apreciado tocayo, están en boga los conductores de "reemplazo", contratados principalmente por quienes para poder beber sin culpa, prefieren que su auto lo conduzca otra persona al regreso, contratada para el efecto. Como esos conductores de "reemplazo" han ocasionado también accidentes fatales, hay quienes proponen que sería más simple una concientización de los jóvenes para que no beban tanto, en vista que al hacerlo muchas veces-se dice- "no saben ni quienes son ni para donde van".¡¡¡

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  5. Aqui no Brasil tem muito acidente com motorista jovens. Ontem teve um acidente perto de mina casa de dois jovens que estava em alta velocidade, foi fatal. Muitos condutores não se conscientizas que o carro é que nem uma arma. Pode matar a qualquer momento. A educação no trânsito é o importante. Precisava ter mais campanhas de conscientizações.
    Uma boa semana!
    Um excelente mês de setembro cheio de coisas boas

    Blog da Smareis

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  6. Solo importan los muertos en carretera porque por cada muerto es alguien con el que no van a poder recaudar mas.

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  7. ¡Hola Esteban!!!

    Nos dejas un excelente texto como siempre con gran maestría y sensibilidad en todo el contenido.
    Estoy de acuerdo en todo lo que expones, mas en esto de cuando salen esas fotos morbosas que no dudan en poner, tanto que sean de tráfico como de cualquier otras desgracias tanto de guerras como de desastres naturales, merece lógico que lo pusieran una vez y ya! Pero no, los pone una y otra y otra y otra, lo que haga falta con tal que haya morbo, cosa que a mí me hace daño, ya procuro cambiar de canal y listo.

    Estaban, creo que en todo está la política, también en el gremio de tu profesión.
    Bueno, y esto que he leído en esa dirección que dejaste me deja de piedra esto eso que canta…


    Las
    enfermedades del sistema
    circulatorio se mantuvieron como la
    principal causa de muerte.

    Si fuera esto la principal causa de muerte… Estos no miran o no quieren mirar, cuales son las principales causas de muerte.
    Un abrazo. Estaban. Y feliz semana.

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  8. Qué buena pregunta: ¿por qué se mata la gente?, es increíble cuántas personas pierden la vida por accidentes en automóviles y por más consejos que den, la cifra no disminuye mucho porque a los conductores les gusta la velocidad, la adrenalina y en general somos poco prudentes.
    Te dejo un saludo y feliz semana, amigo.
    Abrazos.

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