Cuidado con esta frase: “Cada vez hay menos fallecidos en las carreteras, pero aunque hubiera uno sólo, ya serían demasiados.” La he oído muchas veces, es demagógica y falsa. Todos los seres vivos tenemos la mala costumbre de morirnos, en la carretera, fuera de ella, en casa... En cualquier parte.
Cuando supe de esta pseudoencuesta (¿de verdad preocupa a tantas personas?) me sentí muy indignado y me vino de inmediato a la cabeza lo que hacían los emperadores romanos en el circo preguntando a los espectadores si ordenaban matar o no al gladiador vencido. Bien, pues ni hace más de dos mil años ni ahora; eso no se pregunta. ¿Qué hubiese hecho la DGT si el 95% de las respuestas hubiesen sido afirmativas, por ejemplo, proponer al Gobierno una reforma de la Constitución para luego aprobar una norma en ese sentido? ¿Es que no tienen otra cosa mejor que hacer que apelar y alentar a nuestros bajos instintos?
Hay cosas que están por encima de sentimientos, deseos e intenciones de voto; cualquier pena, condena o sentencia “de por vida” es injusta en sí misma. La democracia no es eso. La DGT está dentro del organigrama del Ministerio del Interior y su titular (que no es santo de mi devoción, precisamente) en este caso tuvo buenos reflejos (menos mal) saliendo al paso de esta información enseguida y negando que tuviesen en mente la posibilidad de hacer vitalicio ningún castigo.
Al frente de la DGT está la señora María Seguí, del ministerio del Interior el señor Jorge Fernández, por favor, tengan una comunicación más fluida en privado porque airear públicamente las discrepancias de los padres de la patria, pedagógicamente, es nefasto.
No es la primera vez, que en los últimos años y con gobiernos de supuesto signo contrario se hacen esta especie de indagaciones. Hay muchas cosas que me escandalizan y alarman de España, este país de mis desvelos en el que llevo toda mi vida no deja de sorprenderme. Ya hace un tiempo, cobró fuerza un concepto que hasta se llegó a mencionar en algunas sentencias judiciales y que me asusta mucho: la "alarma social", últimamente parece abandonado pero yo creo que más bien se mutó en otras formas o expresiones pues cada vez se oye más “asesino en potencia” (¿acaso no somos todos?), se habla de la exigencia de arrepentimiento y petición de perdón a personas acusadas de ciertos delitos... Pero, ¿qué perdón ni qué arrepentimiento? Eso puede estar bien a nivel puramente personal, pero a nivel jurídico debería ser irrelevante.
Esta va por ti, Àlex. Fuente: www.savuarfuar.com |
También me resulta muy llamativo que cuando ciertos criminales han cumplido condena y quedan en libertad se levante una ola de escándalo en los medios exigiendo otras medidas para privarles de su derecho. ¡Han cumplido condena! Legalmente han pagado su deuda con la sociedad. Por muy abominables que sean los crímenes cometidos, en España, afortunadamente, no existe la pena de muerte ni la cadena perpetua; cosas ambas, que por cierto, han demostrado su ineficacia hasta la saciedad.
Pero el poder jurídico no sólo no es independiente respecto al poder ejecutivo, en demasiados casos, sino que tampoco lo es con respecto al llamado cuarto poder: la prensa, los medios. Y estos, crean negativos estados de opinión en la gente alimentando nuestros bajos instintos, generando una involución social y humana que me da auténtico miedo. Me temo que es eso lo que se pretende, invadiéndonos de pánico siempre seremos mucho más fáciles de engañar y manipular. Mas un gobierno que se precie, que trabaje la política como el noble arte que debería ser, buscaría la evolución humana de la sociedad aun a riesgo de ver diluido su poder como consecuencia de la misma.
Fuente: blogs.motociclismo.com |
Volviendo al tráfico, fenómeno no ajeno a lo dicho -lo inunda todo-, es casi unánime pensar que si una persona conduce ebria, tiene un accidente y muere otra a consecuencia del mismo, deberían meterlo en una celda y tirar la llave. Pero no nos damos cuenta, por ejemplo, de que ese stop en el que nunca nos detenemos, un día, viene una moto que no vimos y matamos al motorista. Eso que íbamos sobrios, frescos, como siempre, con la única intención de llegar a tiempo al trabajo. Ese respetable padre de familia que un fin de semana, camino “del pueblo”, se pone a adelantar sin visibilidad suficiente y estando en el sentido contrario aparece un autobús con 50 pasajeros a bordo, hace que el chófer pierda el control y se cae por un barranco... Puede provocar una auténtica catástrofe. Pero el borracho es un asesino y estos últimos no. El primero debió prever que si conduce bebido puede provocar un accidente y evitar hacerlo; ¿y los otros dos? ¿Acaso no debieron tener en cuenta que podían causar la tragedia que crearon? La embriaguez de soberbia e ignorancia (dolosa, diría yo) puede ser tan mala o peor que la de alcohol, con el agravante de que no hay control preventivo que la detecte.
Claro que no se debe conducir bajo la influencia de drogas (alcohol incluido), pero tampoco cuando se están tomando ciertos medicamentos, o tenemos disgustos muy graves, o hemos dormido muy poco, estamos muy cansados, tenemos sueño, llevamos las ruedas lisas, los amortiguadores ya no sirven para nada pero ni lo sabemos, ni nos preocupa, ni nos importa; tampoco debemos hablar por teléfono, ni enviar mensajes, ni hablar demasiado animadamente con nuestros pasajeros quitando la vista de la carretera cada dos por tres... Sin embargo, todos sabemos, porque lo sabemos, que estas y otras muchas cosas más, terminan generando accidentes y causando víctimas mortales. Y sabemos, que muy frecuentemente. Pero esto no nos alarma, ¡vaya por Dios! El otro es un asesino, yo, he tenido un accidente... mala suerte... Con todo lo que llevo conduciendo... Sí, efectivamente, con tanto como has conducido mal de continuo... ¿mala suerte? Ha sido más que buena: Un milagro.
Fuente: revista.dgt.es |
Conviene tener muy presente que justicia y venganza no sólo son conceptos distintos, sino diametralmente opuestos. Que la Ley del Talión (ya saben, la del ojo por ojo y diente por diente) fue abolida hace unos 2.000 años. Que no es tan cierto, ni mucho menos, que políticos y famosos estén al margen de la ley, varios personajes de ambos grupos ya han pasado por la cárcel y entrarán más, pero no entiendo porqué tantas personas se niegan a ver esta realidad. Que antes de reclamar más delitos y mayores penas conviene pensarlo un poco, nadie estamos libres -aun poniendo empeño en conducir bien y hacerlo- de cometer un error de trágicas consecuencias. Tomamos decisiones en fracciones de segundo y sin exceder ningún límite de velocidad podemos causar y sufrir daño.
En este afán de hacer que el Código Penal contemple más hechos del tráfico como delitos y endurecer las penas han puesto mucho empeño, demasiado, las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico.
Personalmente, en ocasiones, claro que me he expresado, he sentido y siento que, a ese, le quitaría el carnet para siempre, y el coche, y... Pero es una válvula de escape verbal, que aligera tensión y rabia, y me parece sana. Hasta ahora no ha pasado de ahí y espero seguir así, porque si hay algo que debemos tener cerrado con siete llaves y tirarlas bien lejos, es a la bestia que todos llevamos dentro, y evitar alimentarla, no sea que tome fuerzas y salga. ¡Esto sí que lo veo bien de por vida!
Esteban
P. D.:
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Siempre me gustan tus entradas Esteban, pero hoy me has maravillado, porque tu entrada, además de práctica lleva consigo sentimiento, pues los derechos de las personas son eso... sentimiento. Gracias amigo. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarTus palabras ya son un premio, amigo. Y gordo. ¡Muchas gracias!
EliminarSe va acabando el domingo, pero espero que hayas disfrutado de tu merecido descanso y te deseo una feliz semana con un abrazo fuerte.
Muy chulo el circo Playmobil!
ResponderEliminarTocas muchos temas muy delicados, pero centrándonos en el tráfico hay una cosa que es cierta: ponemos más el énfasis en buscar culpables y castigos que en auto-mejorarnos como conductores y en mejorar la convivencia con los demás, actitudes que son las realmente eficaces.
Salvo los profesionales creo que todos tenemos que aprender mucho y mucho. Hace tiempo pensaba que conducir cada día me daría 'experiencia'. Ahora que hago 50Km al día veo que esta experiencia es muy limitada: ¡es el mismo trayecto siempre! Nada que ver con un comercial que se recorre medio país al día.
Saludos!
Me alegro que te haya gustado el circo, en cuanto lo vi...
EliminarSobre culpables y castigos, estoy de acuerdo; y la actitud correcta es la que mencionas, pues nada podemos hacer por cambiar la de los demás pero sí podemos cambiar la nuestra, y, a veces, seguro que alguien toma nota y copia algo.
La cuenta de kilómetros es importante y significativa, generalmente (no siempre), pero la actitud lo es mucho más y la tuya es inmejorable. Aunque se repita mucho un recorrido, siempre aparecen circunstancias nuevas en él, y si vamos atentos, también podemos descubrir margen de mejora en la rutina. Por cierto, a los profesionales, también nos queda por aprender, es un grave error creer que uno lo sabe todo, más cuando están en riesgo vidas propias y ajenas. Además, en esta vida, nunca se acaba de saber todo sobre ninguna cosa, ¿verdad?
Por otra parte, yo procuro volver una y otra vez a las fuentes y a lo básico, diría que repaso con frecuencia los cimientos de lo que hasta ahora aprendí, y cuando me descubro una especie de voz interior que parece burlarse de mí, me reafirmo pensando que, si en otras ocasiones me he librado de milagro de los abultados errores que cometí... No sé, quizá el destino, el karma, o lo que sea me la intenta jugar (o cobrar, una supuesta deuda) en circunstancias totalmente contrarias; temo que no me explique bien, pero el caso es que esto me ayuda a no bajar la guardia nunca, o casi nunca.
¡Saludos!
Sí, claro que me gustó el circo. Y a Àlex también. Creo que intentó enviar un mensaje, no sé si llegó bien.
EliminarSólo los buenos conductores experimentados reconoceis que siempre hay que estar atento y no dudais a reconocer los errores cometidos y lo que falta por aprender. Vaya, lo contrario que el conductor mediocre, cuya actitud es siempre suponer que es el mejor conductor del mundo y que si hay problemas es porque los demás lo hacen mal. Saludos!
No me llegó el mensaje, pero que no se preocupe. Un abrazo para ellos.
EliminarLo que comentas... desafortunadamente es muy habitual en muchas cosas. Yo tuve la suerte de tener algunos profesores que eran muy buenos; respecto a esto, recuerdo especialmente a uno que nos repetía muchas veces que si no éramos humildes no aprenderíamos nada; no siempre lo consigo, pero lo intento, aunque sólo sea por calmar un poco la sed de curiosidad.
¡Saludos!
Cierto, muy cierto. La soberbia, la prepotencia, son los grandes frenos de la ciencia, y el gran motor de ésta es el trabajo, la humildad y la curiosidad. Saludos!
Eliminar¡Bien dicho! Así es. ¡Saludos!
EliminarGran entrada, es increíble como la has llevado, los conductores deben ser mas responsables, hay que mejorar desde uno mismo al momento de conducir.
ResponderEliminar¡Exacto, Boris! Esa es la idea. Que desde luego, no es mía; ya lo dice el Evangelio cuando nos indica que prestemos atención a la viga que tenemos en nuestro ojo y no a la paja que tiene el vecino en el suyo. Además, como le decía a Elisa, seguro que, por lo menos, alguna vez, cuando el otro vea que nos quitamos la viga, él se animará a sacarse la paja.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, amigo. Me da mucho ánimo.
Un fuerte abrazo.
me hace sonreir tus comentarios la paja en el ojo ajeno
ResponderEliminarcomo siempre interesante tu texto
¡Gracias, MuCha!
EliminarHe tenido una educación religiosa... bastante profunda, diría yo. Hasta participé con entusiasmo de monaguillo unos meses, aunque me resultó frustrante e injusto que el cura se vistiese para la ceremonia y nosotros no, con pantalón corto y un jersey... Pero creo que hay muchas cosas buenas y útiles para todos en la religión.
Un abrazo.
Hola, Esteban.
ResponderEliminarPienso como tú en que esa frasecita " Cada vez hay menos fallecidos en las carreteras, pero aunque hubiera uno sólo, ya serían demasiados", es falsa y la DGT debería medir un poco más sus palabras porque es un órgano público y la veracidad debier primar ante cualquiera otra de sus intenciones.
Por supuesto no alcohol, no drogas, no móvil, cuando te pongas al volante de un coche.
Besos, y suerte en los premios y en todo.
Exactamente, Towanda, esa frase es pura demagogia; y es una lástima, porque me consta y sé que la DGT tiene en su plantilla a personas muy preparadas y que conocen bien la carretera, es una pena que solapen su labor por intereses puramente políticos que parten de la premisa de que somos idiotas.
EliminarComparto tu trilogía de negaciones.
Muchas gracias por tu deseo, sabes que es recíproco. Un poco de buena suerte siempre nos hace falta, y tú te la estás ganando a pulso.
Un abrazo.
!Hola Esteban!
ResponderEliminarMe parecen muy interesantes tus comentarios en el blog, pues pienso que estás realizando una gran labor social.
Por supuesto que todo que sea evitar el más mínimo accidente, sea bienvenido pues eso será en beneficio de todos.
Una de las claves está en la previsión y en mentalizarnos, a la hora de coger cualquier vehículo.
Buenos saludos, a ver si nos vemos en algún otro evento.
¡Muchas gracias, Juan Carlos!
EliminarEfectivamente, yo estoy convencido de que mentalizarnos bien es un pilar fundamental para nuestra seguridad y la de todos. Y como bien dices, "a la hora de coger cualquier vehículo", aunque sea una bicicleta.
Seguro que no tardaremos mucho en vernos, será un placer.
¡Buen fin de semana y saludos!