viernes, 13 de mayo de 2016

MEGACAMIONES (y 3)

CRUZARSE CON UN MEGACAMIÓN 

Por cuanto ya han leído en la entrada anterior y este subtítulo, estoy seguro de que ya se han dado cuenta de que por más que uno decida no adelantar a camiones de este tipo -o de cualquier otro- en carreteras convencionales (salvo excepciones) no estamos exentos de peligro, por no decir que en realidad nos enfrentamos a uno mayor dado el factor sorpresa que incorpora. 

Antes de llegar a este punto y durante, un conductor que se precie debe de estar
preparado y en guardia recabando y procesando información rápidamente
sobre qué puede serle útil o qué un riesgo añadido.
En este caso, ese arcén se podría
utilizar pero sin que nos sorprenda el escalón que hace con la calzada ni las piedras
sueltas que hay en él; de ser necesario, yo entraría dando un toque fuerte y muy breve al freno.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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Lo que les voy a decir es algo que vengo haciendo desde hace muchos años, gracias a Dios y tocando madera, sin el más mínimo incidente; aunque no me haya librado de algunos buenos sustos, increíblemente bastante más probables ahora por las paradójicas decisiones que últimamente están tomando los máximos responsables de nuestra DGT, luego intentaré explicarme con esto.

Cuando observo que me cruzaré con un camión, siempre llevo en mente la posibilidad de que algún coche que circule detrás de él y al que no pude ver antes, salga a adelantarle en el momento más inoportuno para todos; y que además insista en su empeño por más que mi coche entre de lleno en el campo visual de su conductor y esté cerca. Cuanto más fácil sea el tramo de carretera por el que circule y más fluido el tráfico, más presente lo tengo. Entonces me preparo de este modo: 
  • Me aseguro de apoyar bien la espalda contra la parte superior del asiento, especialmente la parte inferior y lumbar.
  • Apoyo bien el pie izquierdo en el reposapiés.
  • Me aseguro de tener las manos perfectamente colocadas al volante y de que dos dedos estén: cerca de la palanca de luces uno (para hacer destellos o ráfagas) y cerca de la bocina el otro. Al mismo tiempo sujeto el volante con firmeza asegurándome también de tener los brazos sueltos. Si las palmas de las manos estaban sudadas me las seco antes y rápido en el pantalón, primero una y luego la otra.
  • Estiro el tronco y el cuello.
  • Levanto un poco la cabeza y la vista. 
  • Compruebo que tengo el cinturón bien colocado y bien pegado al cuerpo.
  • Si estaba hablando o escuchando a quien me acompañe, le aviso de que desconecto y normalmente también la radio. 
  • Cierro todas las ventanillas completamente, así me aseguro de que nada del exterior me pueda molestar. 
  • Me preparo para chocar, sí, precisamente porque quiero neutralizar ese posible riesgo, manteniendo la máxima alerta y capacidad de reacción para evitarlo. Mis pasajeros habituales también saben y son conscientes de que deben preparase y lo hacen. 
  • Al mismo tiempo, y sobre todo ya con todo listo, observo espacios, arcenes, posibles obstáculos (farolas, postes, cunetas, posibles apartaderos...), escudriño con el mayor detalle posible si podremos cruzarnos tres en paralelo, si puedo apartarme y hasta dónde, intento comprobar que el conductor del camión circula atento y bien. 
  • Miro si hay algún bache, agua, tierra, polvo, gravilla, etcétera que pueda interferir en lo que tenga que hacer.
  • Me aseguro de llevar una marcha adecuada que me permita una aceleración viva si la necesito. 
  • Hago “bailar” el pie derecho del acelerador al freno (una o dos veces) asegurándome de que en el primer movimiento queda perfectamente colocado para frenar a fondo. Si alguien me sigue demasiado cerca, o lejos pero circulando más rápido que yo, también toco muy levemente el pedal del freno justo, para que se enciendan las tres luces de “pare” y que esos conductores puedan estar algo sobre aviso.
  • Bajo algo la velocidad, para tener más margen y ajusto algo más a la derecha en previsión de las turbulencias que genera el camión en la masa de aire.
  • Por supuesto, también compruebo si hay peatones o ciclistas en el arcén, caso en el que bajo mucho más la velocidad al tiempo que procuro no coincidir en el mismo punto con el camión y ellos.
Quizá lo dicho se entienda mejor si les digo que soy de esas pocas personas que
cuando van en avión, permanecemos muy atentas a las indicaciones de seguridad
de la azafata a pesar de que me las sepa de memoria.
Fuente: www.abaco.com.es
Hago todo esto, por exagerado que pueda parecer, porque tengo en mente desde hace muchos años que puede ser necesario, que lo ha sido muchas veces y que es la única forma de asegurar al máximo que nada malo nos pase ni a otros ni a mí. Desde luego cuanto he dicho ya es un acto reflejo, un hábito muy arraigado que quien no me conozca ni lo percibe salvo cuando dejo de hablarle, apago la radio o subo las ventanillas. 

También tengo en cuenta que los objetos personales (teléfono, llaves, botella de agua...) estén en su sitio y no se muevan si tengo que hacer una frenada fuerte y esquivar. Creo que no olvido nada. Lo importante es imaginar qué puede suceder y pensar cómo lo podemos evitar, nos grabamos la secuencia o secuencias y las vemos cuantas veces sea necesario. Antes de lo que parece, serán una serie de gestos perfectamente coordinados que realizaremos automáticamente y nos salvarán la vida en algunas ocasiones. Sin duda. 

Decía antes que la DGT ha tomado decisiones recientemente que harán más probable que algunos conductores se pongan a adelantar cuando no deben hacerlo, luego las precauciones que menciono serán todavía más importantes ahora y en un próximo futuro. Me refiero a aumentar significativamente las zonas con prohibición de adelantar (pueden ver aquí la noticia). Esto es algo que se viene haciendo desde hace unos cuantos años, resultando cada vez más difícil encontrar tramos con doble sentido en los que poder realizar un adelantamiento. 

La medida es simplista, absurda y contraproducente. Resulta muy irritante que en tramos en los que nunca había estado prohibido adelantar lo esté ahora, siguiendo este razonamiento prohíbase utilizar los automóviles y así no habrá accidentes con ellos, obviamente. 

Por muy explícita que sea la prohibición de adelantar, es posible que alguien
decida hacer la maniobra, más en lugares semejantes a este.
Aquí no pisaría la hierba salvo que sea la única opción para evitar un choque.
Fuente: pl.forwallpaper.com
Esto no es ninguna solución, es una estupidez supina. ¿Se imaginan el justificado cabreo que puede suponer verse circulando por una carretera sin apenas tráfico, con buena visibilidad, sin problemas... y que si nos encontramos con un camión viejo y cargado o un tractor tengamos que ir detrás de él hasta donde vaya porque la línea que siempre fue discontinua ahora ya no lo es? ¿Y el peligro que supone para los motoristas que en las líneas centrales se pongan bandas sonoras? Esto no evitará los adelantamientos en lugares prohibidos, los aumentará. No serán pocos los conductores que agoten su paciencia o ni se den cuenta de la prohibición por el evidente contraste que se percibe con la realidad que se está viendo

Las normas y las señales deben obedecer a razones puramente técnicas, los conductores lo percibiremos así de forma natural y de igual modo cumpliremos con ellas de buen grado. Están llenando las carreteras de trampas y engaños que no hacen más que distraer nuestra atención de lo que verdaderamente importa, ¡eso provoca accidentes! Si quieren evitar estos sólo hay una medida eficaz y lógica: investigar sus causas, para empezar, no sólo la responsabilidad civil o penal de los conductores. No me extenderé más con este asunto por ahora, lamentablemente tendré que volver a él no tardando mucho. 

CALZADAS CON UN SOLO SENTIDO Y DOS O MÁS CARRILES

Adelantar a un megacamión con sentido único es más fácil y seguro, desde luego, pero, por favor eviten confiarse. Hay mucha diferencia de unas autopistas a otras, conozco tramos en los que, desde luego, no haría esa maniobra por más que disponga de dos carriles. Un tramo muy delicado para adelantar a cualquier camión y más a un autobús, es el de la AP-8 entre Bilbao y la frontera con Francia, por ejemplo. Sin embargo es muy bueno el que va desde Bilbao a Zaragoza, con muchos tramos con tres carriles, cuya presencia inspira mucha más confianza, pero tengan por seguro que también aumentarán las veces que alguien sale a adelantar al camión que va por el carril de la derecha, estando al lado se asusta y de pronto se pasa al tercer carril o va entre el segundo y el tercero; vamos, cortando el paso, quizá justo en el momento en el que otro vehículo se disponía a adelantarle al camión y a él.

Cuando estos camiones tan grandes hacen maniobras hay que ser muy cautos
con los márgenes
que mantenemos con ellos, además muchas veces
resulta difícil entender la maniobra y prever sus movimientos.
También hay que mantener más distancias con vientos laterales fuertes.
Fuente: www.laverdad.es
Otra advertencia. Desde hace unos diez años vengo observando algo que me tiene perplejo y que sólo muy excepcionalmente había visto alguna vez el resto de mi vida: 
  • La sorprendente lentitud con la que muchos coches adelantan a camiones y autobuses, y las muchas veces que los conductores de vehículos pesados se ven obligados a adelantar a turismos. En esto también influye bastantes veces el extendido uso de limitadores/reguladores de velocidad. 
  • Las trayectorias con rumbo de colisión que llevan muchos coches cuando adelantan, como si quisieran hacerlo sin cambiar de carril. He tenido que desplazarme más a la derecha en varias ocasiones evitando in extremis que chocásemos lado con lado y en todos esos casos, quien conducía esos coches haciéndome vivir una escena de película, ni se inmutó, pasando sin introducir la más mínima variación en su trayectoria ni en su velocidad. 
También es necesario ser conscientes de que son muchos los conductores que tienen poca o nula experiencia realizando adelantamientos en doble sentido, lo que sin duda se deja notar en autopistas y autovías. 

En autopista, sin duda y con diferencia la carretera más segura, la circulación de estos camiones tan grandes añade un factor de riesgo nada despreciable que debe ser muy tenido en cuenta. Las velocidades medias y mínimas son más altas y constantes, la atención de muchos conductores menor, la posibilidad de que algún coche realice algún movimiento absurdo cerca de algún vehículo grande y de que este pierda el control por esta causa aumenta cuanto mayor sea su tamaño, peso y más puntos de articulación tenga entre sus unidades, ¿o debería decir vagones? 

Fuente: truck-driver-worldwide.page.tl
Hablando de vagones, sé que en Australia se utilizan desde hace décadas “trenes de carretera”, lo que me parece bastante razonable y lógico en un país enorme con una zona central prácticamente deshabitada, y lo mismo pienso para otras zonas del mundo con características similares; pero en Europa occidental no lo veo, y en España menos, que para más inri quitando las dos mesetas, el valle del Ebro y poco más, es todo montaña. A esto hay que sumar, que en la mayor parte de los países de este lugar del mundo, sino en todos, existe una buena red de líneas de ferrocarril, ¿no es pues una cuestión de lógica elemental que la mayor parte del transporte de mercancías se realice por ella?

22 comentarios:

  1. Y la pregunta del millón: ¿Cómo se incorpora esto a una autopista??? Saludos!

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    1. Buena pregunta, Elisa. Y me temo que no me gano el millón, lástima, pero creo que será por poco.

      Supongo, que normalmente habrá poco diferencia en la ejecución de esta maniobra con respecto a un trailer normal; que pocas veces será sustancial, y en estos casos, irán claramente más lentos. De modo que cuando esto ocurra, o bien aumentamos la velocidad para asegurarnos el espacio delante de él cuando todavía esté en el comienzo del carril de aceleración, o bien nos preparamos a cambiar de carril en cuanto lo veamos.

      Lo que más me preocupa no es lo que haga el conductor del camión sino las decisiones que tomen tantos conductores de turismos que circulan “a piñón fijo” y que sólo se dan cuenta de lo que pasa cuando están encima, se asustan y empiezan a hacer cosas raras, ilógicas e imprevisibles. Hay que evitar la montonera (como se dice en el argot ciclista), bien pasando antes de que se forme, bien bajando velocidad progresivamente para mantener buena distancia con ella.
      Como bien sabes, en ciudades grandes y alrededores siempre hay un importante tráfico de paso, conductores que circulan asustados de por sí sólo por el hecho de estar en o muy cerca de Barcelona, si encima se encuentran con uno de estos camiones por primera vez y de los que quizá ni oyeron hablar, pues... más riesgo añadido, pero en fin, lo dicho Elisa, ya sabes.

      Tu pregunta me ha hecho recordar la cantidad de peligrosas chapuzas que hay en los carriles de entrada y salida de autopistas, y el escaso número de conductores que (siendo la primera vez que pasan por ellas) se dan cuenta y actúan en consecuencia. Tiene mal arreglo este asunto, pero en algunos sitios deberían acometer las obras de inmediato.
      ¡Buen fin de semana, saludos!

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    2. Hola Esteban: ¿a qué chapuzas te refieres?
      Por aquí sí se incoporan camiones, y filas de camiones. Hay puntos donde el carril derecho no lo usa casi nunca nadie. Hacerlo te pone demasiado a merced de lo que hagan los demás.
      Saludos!

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    3. Hola Elisa:
      Me refiero a tantos carriles de entrada y salida que tienen curvas muy cerradas, en pendiente, con muy poco peralte y, en los de aceleración un trozo muy corto desde el que puedes comenzar a ver lo que hay en la autopista hasta llevarte de lleno al carril derecho. En estos casos, si me hace falta, yo prolongo la aceleración por el arcén, pero a veces ni lo hay.
      También he visto carriles de salida cortos, casi rectos, en bajada y acabando en ¡un “STOP”! Por supuesto, si tengo visibilidad lo convierto en un “ceda el paso”, y si no tengo más remedio que detenerme porque viene alguien lo hago metiendo más de medio coche en el arcén dejando un espacio amplio y claro con la esperanza de que si alguien llega por detrás se coloque en él y no me rompa el cuello. En estos lugares muchas veces también hay una rotonda con un muro curvado a la izquierda que es perfecto para que un coche que esté dentro y próximo por el carril derecho quede perfectamente oculto en él. Hay muchas trampas en las entradas y salidas de las autopistas que obligan a utilizar con mucha determinación acelerador, freno y cambio. Si las personas que deciden que se hagan esas cosas pensaran que ellas mismas, sus hijos, etcétera pueden caer en ellas, tal vez, digo yo, lo hiciesen de otro modo, no es tan difícil darse cuenta de que no son inmunes a las dolorosas consecuencias que puede tener su desidia y su avaricia, demonios.
      Por aquí también los hay, pero en Barcelona ha de haber muchos más puntos como los que mencionas al final, y la razón que das par no tocar el carril derecho en ellos y sus cercanías es perfectamente lógica.
      Bona nit!

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    4. Sí, me imaginaba que te referías a este tipo de carriles, diseñados desde la 'teoría' pero no desde la práctica diaria ni desde el sentido común. También hay que vigilar con desviar al coche hacia el arcén: por aquí siempre podemos tener una moto en ese lado. Saludos!

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    5. No sé cómo los diseñan, Elisa, porque hay cosas muy raras. A la altura de Baracaldo en la A-8, en recta y para la misma salida, en sentido Bilbao hay un carril de aceleración que es el mejor que yo recuerdo haber visto, sin embargo en sentido Santander ni se puede llamar carril de aceleración por tan corto y ciego que es; por si fuera poco, al lado está el mayor centro comercial de Vizcaya (con Ikea incluido), polígonos industriales, aparcamiento de camiones, alguna fábrica... en fin, muy emocionante la salida hacia Cantabria, paso con alumnos porque han de conocerla pero yo la evito siempre que puedo aunque dé un rodeo.
      Tienes razón en cuanto a la advertencia que haces sobre la motos, pero desde luego, si yo voy en una no se me ocurriría ocupar un espacio tan limitado entre guardarraíl y coche, menos aún cuando el conductor de este prestará su mayor atención hacia la izquierda; pero bueno, como hay gente “pa tó”...
      ¡Saludos!


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  2. Amigo profesor,tus consejos pueden llegar a salvar más de una vida
    Saludos desde Andalucia

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    1. Muchas gracias, Juan. Pues, ojalá; la verdad es que con el paso del tiempo y sin buscarlo siquiera, de vez en cuando compruebas que algunas semillas germinan, esa es la mayor satisfacción que uno puede recibir, y aún cabe pensar que algunas más habrán florecido aunque nunca lo llegue a saber.
      Un abrazo, amigo.

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  3. Comparto el pensamiento de Juan Fuentes, desde un "poco" más lejos que Andalucía. Son consejos, Esteban, plenamente asimilables en Chile, pese a que nuestra red de ferrocarriles no es tan amplia como la de España.

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    1. Muchas gracias, estimado tocayo. Pues sí, es una ventaja que aprecio mucho en mi oficio: que la forma en que se debe llevar un automóvil y las normas que regulan su uso son prácticamente universales.
      La red de ferrocarriles en España creo que es bastante buena, sin embargo se utiliza poco para llevar mercancías y, curiosamente, funciona bien para el AVE y llevar viajeros a 200 y 300 km/h... todo un lujo que no nos podemos permitir pero que a casi todo el mundo le encanta, luego la deuda externa es el equivalente al PIB, cómo no. En fin.
      Un abrazo.

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  4. Interesantes consejos los que hoy nos das, gracias, son para considerar y tener en cuenta.
    Un fuerte abrazo

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    1. Gracias a ti, amigo. Pues sí, conviene considerarlo porque en el cruce con otros vehículos es fácil tender a no darle mayor importancia actuando de un modo como bastante inocente y confiado, cuando en realidad se pueden dar situaciones muy críticas que, generalmente, se resuelven bien estando preparados.
      Un abrazo.

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  5. Emocional es para mi tu texto
    Tan bien escrito
    Un accidente de camion marcó mi vida para siempre.
    Muy buen escrito
    Escrito d
    esde el alma de alguin
    que ve la vida
    desde la carrtera de su viaje
    abrazo

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    1. ¡Gracias Mucha!
      Tengo muy presente ese terrible accidente desde que lo contaste, nunca he conocido de cerca un caso igual. Me inspiras admiración y respeto por partida doble: por vos misma en primer lugar, claro; y por haber sobrevivido con tanta entereza a esa prueba tan dura que te puso la vida, el destino, Dios o el diablo, o yo qué sé quién... Y no sólo has sobrevivido (que ya es mucho), es que además has vivido y vives en el mejor y más amplio sentido de la palabra. Me quito el sombrero, ¡chapó!
      Un abrazo, amiga.

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  6. Bueno, yo también me he fijado en la desaparición de muchos tramos donde antes (toda la vida) se podía adelantar y ahora no.

    Me lo tomo con resignación y aún cuando internamente seguiré pensando que ahí se puede adelantar, esta prohibición es de la que cumplo siempre a rajatabla. Y por convencimiento, no por miedo a las multas.

    Quiero pensar, si bien tengo mis dudas, que algún ingeniero de caminos y no un politicastro, considera que las condiciones del tráfico han cambiado tanto en intensidad como en las características de los vehículos en circulación, haciendo que lo que antes esta permitido ahora pase a ser desaconsejable.

    Aunque la escena de un vehículo lento rodando en caravana seguido de una hilera de turismos impacientes esperando con ansiedad el momento de lanzarse a adelantar sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, me parece harto preocupante.

    Lo triste de ésto es que las únicas soluciones que pasen por la cabeza de nuestros gobernantes sean las prohibiciones ¿Por qué no construir algún carril adicional en esto tramos para permitir sobrepasar a vehículos más lentos?

    Un saludo.

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    1. Muchas gracias por su atención y su comentario, con el que estoy prácticamente en total sintonía.

      Para mí también han sido siempre sagradas las prohibiciones de adelantamiento y tengo la firme intención de seguir considerándolas así por más que cada vez se añadan más tramos a ellas sin fundamento alguno.

      El único matiz con el que discrepo parcialmente de cuanto dice, es el relativo a los motivos que generan esas nuevas prohibiciones en tramos en los que “toda la vida” se pudo adelantar. No lo puedo probar, pero en mi fuero interno tengo pleno convencimiento de que ningún ingeniero de caminos ha tomado o aconsejado esa decisión, es puramente política, lo que en esta España nuestra -que cada vez duele más- por desgracia, es sinónimo de arbitrariedad, capricho, sinsentido... o simple golpe de autoridad mal entendida: porque sencillamente pueden hacerlo; es decir, tiranía en estado puro, sin que nada les importe a los responsables las peligrosas consecuencias que certeramente menciona, esa impaciencia creada artificialmente en tantos conductores que se ven obligados a circular anormalmente lentos detrás de la primera máquina agrícola con la que se topen en su camino, haciendo que nada bueno florezca en tantas personas burladas al volante. Es como meter presión en una olla exprés sin válvula de descarga: acabará explotando con toda seguridad.

      Además de rabia, a mí también me da tristeza comprobar que a nuestros gobernantes tan sólo se les ocurra prohibir u obligar como supuesta solución a tantos problemas. Esa actitud, para con un tema sobre el que todos tenemos bastante conocimiento (incluso personas que ni siquiera tienen carnet), se quiera o no, crea una inquietante y peligrosa duda: ¿qué harán con respecto a tantas cosas de las que apenas o nada sabemos?

      También me hago la pregunta que formula al final de su comentario; ese carril adicional sí sería una solución en no pocos lugares.
      Buenas noches. Un saludo.

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  7. ¡Hola Esteban!

    Nos dejas una magistral lección, que sirve tanto para conductores como para peatones que transitamos por la vida: y qué solo un maestro como tú puede saber explicarlo así de bien. Mil gracias por tu buen hacer.

    Perdona que no pase con más frecuencia, es que ando un poquito delicada de salud y, estoy de descanso, voy poco a poco visitándoos.

    Te dejo un abrazo y toda mi estima.
    Se muy muy feliz.

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    1. ¡Hola Marina!
      Muchas gracias por tu atención, tu estima y, sobre todo por tu esfuerzo, estando “un poquito delicada de salud”. Espero y deseo que sea literalmente así, que pronto estés recuperada y que disfrutes plenamente de esta estación que tanto nos gusta.

      Por favor, no me pidas perdón, tú nunca, estimada amiga. Auséntate cuanto necesites o quieras, no cambiará nada las buenas sensaciones que me haces llegar, siempre alegres, cariñosas y frescas; el viento dominante aquí se encarga de ello sólo unas horas después de pasar por tu casa.

      Cuídate mucho, dedícate a ti y si en algo te puedo ser útil, no dudes en hacérmelo saber porque haré con gusto cuanto esté en mi mano.
      Felices sueños y un fuerte abrazo.

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  8. Es un gran consejo Esteban, porque es cierto que a veces pegado a la trasera del camión va algún coche y no se ve. Muchas gracias amigo.

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    1. Así es Pepe, y es bastante más habitual de lo que parece que después de llevar un rato detrás del camión, de repente, sin pensar, sin mirar, sin ningún cuidado, como si de pronto se hartase de ir detrás del camión, el conductor del coche gire y salga. Es algo que he visto y veo muchas veces, en ocasiones hasta llevando detrás un coche de policía y estando claramente prohibido adelantar. Parece increíble pero ocurre.
      Un fuerte abrazo, amigo.

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  9. Sos genial Lo que decis
    como lo decis
    La magia de las palabras para explicar
    tan claramente momentos de la vida
    de un ser humano detrás del volante
    Y es tan crucial y cierto
    La vida en un accidente de este tipo
    Y es algo que me paso a mi
    Gracias por tu sabiduria

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    1. ¡Gracias a vos, Mucha!
      Sí, tienes razón, son momentos de vida detrás de un volante en los que, sin darnos cuenta, sin intención alguna y sin malicia podemos atentar contra ella en la persona de otros y en la propia. Por eso creo que la clave está en pensar constantemente en identificar riesgos sin llegar a la obsesión para dar con las soluciones que los eviten. Como para todo en la vida, nunca hay garantía plena, pero nos acercaremos mucho a esta si lo intentamos con perseverancia.
      Nunca olvidaré ese accidente del que me hablas, lo que le da aun mucho más mérito a que me leas. ¡Gracias!
      Un fuerte abrazo, amiga.

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