sábado, 23 de noviembre de 2013

SUEÑO Y SUSTOS (y 2)

Ahora entraré en un terreno muy pantanoso y les ruego que lean esto con mucho cuidado, hay que cogerlo con pinzas. A ver si me explico. Aún siendo de día, habiendo dormido y descansado muy bien, estando muy frescos, el sueño puede aparecer por lo monótono que nos resulta conducir sin rebasar la velocidad máxima permitida. Así, como suena. Naturalmente, esto dependerá mucho del nivel que tenga cada conductor.

Fuente: colchonesblog.es
Un ejemplo muy claro: Hoy por hoy, en España, los límites de velocidad son los mismos para un conductor novel que para uno experto. Una persona que ha obtenido el resultado de “apto” en un examen de circulación hoy mismo, legalmente, puede ir a 120 km/h en una autopista; y quien lleva un millón de kilómetros a sus espaldas también. Pero sus procesos mentales son muy diferentes. El primero, salvo excepciones, en el mejor de los casos sólo podrá llegar a 120 con seguridad en condiciones y terreno muy favorables y como punta de velocidad, no sostenida. El experto, sobre buen terreno y con tráfico fluido, a 120 km/h (como velocidad de crucero) se aburrirá como una ostra, y el aburrimiento le llevará inevitablemente al sueño, o a distraerse, cuando no a ambas cosas. El cerebro de este conductor no encuentra estímulos para mantener una atención elevada en una tarea que le resulta coser y cantar. Al conductor novel le sobran. La solución para el primero es aumentar el ritmo (por lo menos en algunos tramos), para el segundo bajarlo. ¡Pero el límite es de 120 km/h para ambos! Dándose la paradoja, de que el primero, sin correr ningún riesgo propio ni ajeno, tenga una alta probabilidad de ser multado; y el segundo, asumiendo mucho más riesgo, no.

No hace falta ser niño para quedarse dormido de forma inverosímil.
Fuente: es.paperblog.com
Esta es la principal razón por la que no estoy de acuerdo con los límites genéricos de velocidad, al menos en autopistas y autovías. Puede que alguien piense que si no hubiese límites yo iría a 200 km/h en un viaje de Bilbao a Zaragoza, por ejemplo, pues NO, cansa mucho, no quiero llegar a Zaragoza y tener que buscar una cama inmediatamente.

Y dudo mucho, que un conductor novel con muy pocos miles de kilómetros recorridos vaya a 120 aunque la ley se lo permita. En este sentido, con doble mando, he hecho varios experimentos y, sin excepción, todos los alumnos levantaban el pie y buscaban su ritmo natural automáticamente. Lo hacen hasta los niños andando en bicicleta. 

Por razones políticas, más que otra cosa, y en tanto no se mejore el aprendizaje de la conducción, parece irremediable establecer unos límites, pero podrían ser más altos. El actual de 120, para muchos, en muchos tramos de autopista y en muchas ocasiones nos resulta soporífero, peligroso, fatiga y distrae soberanamente. Cabe otra razón para los límites genéricos, pueden verla en este artículo muy bien explicada. Ah, y para quien piense en “esos locos” que circulan tan rápido, solo decir dos cosas: 1. Son muy pocos, afortunadamente. 2. A los “locos”, de verdad, les da igual cuantas medidas represoras se implanten, lo seguirán haciendo; en todo caso, es totalmente injusto que por unos pocos, muy pocos (la propia DGT lo afirma y siempre lo ha hecho), paguemos todos.

Debo decir también, que aun cuando luchemos contra el sueño y parezca que vencemos, existen “micro-sueños”, fracciones de segundo  o muy pocos segundos en los que podemos recorrer decenas de metros literalmente dormidos. Doy fe. Y también de la sensación de pánico que se sufre cuando nos despertamos, aunque no nos haya pasado nada.

Lo he vivido en ocasiones, en algunos tramos rectos enormes, en los que veía las luces blancas de un vehículo a lo lejos y me decía “atento, atento, vamos a cruzarnos con otro, no puedo chocar de frente”, y luego veía las luces rojas en el retrovisor sin haberme dado cuenta de cuándo ni dónde nos cruzamos, y sin poder explicarme, claro, cómo demonios no habíamos chocado ni estaba fuera de la carretera. Creo firmemente en el Ángel de la Guarda pero, por favor, no le den tanto trabajo como (tiempo ha, todo hay que decirlo) le di yo. También tendrá sus limitaciones y siempre no podrá con todo.

Es una pena, pero es mejor cerrar ventanillas y puertas. Y buscar un lugar seguro.
Fuente: www.orthoapnea.com
Aunque durante la noche los espejismos son imposibles, no es raro que se den fenómenos parecidos y confundir vehículos con farolas lejanas o luces de casas; dudar, ya entrando en la curva, si es a derechas o a izquierdas; haber pensado que el cambio de rasante que estamos a punto de coronar es recto cuando hace curva arriba, y, claro, vamos demasiado rápidos; frenar in extremis ante una curva que “aparece” de repente. Creer que hay peatones cuando no los hay, y viceversa...

Pasando el puerto de Pajares con un amigo sevillano una vez, él insistía en que las luces que veía en el cielo tenían que ser ovnis necesariamente, cuando yo le decía que eran luces de casas aisladas en las montañas, pero como los montes no se veían... Hasta que no observó el paisaje de Asturias de día no se quedó convencido, luego nos reímos mucho.

He tenido muchos sustos fuertes durante la noche, uno de los peores pueden verlo aquí, camino de París -precisamente- desde Calais. Y en los que el corazón late tan rápido y fuerte que tiende a salirse del pecho. 

Otro, dando clase de coche, fue con una especie de pequeñas luces que se movían mucho a ras del suelo. Resultaron ser los reflectantes de las zapatillas deportivas de un hombre (por lo demás vestido de oscuro) que iba corriendo para hacer deporte. En ese tiempo yo no sabía que había ese tipo de calzado y pensé que serían animales y lo que parecían luces, sus ojos; muy extraños, con aquellos movimientos tan regulares. Diríase que nos daban la bienvenida.

Dudo que sean más seguras. Un paisano de la España profunda,
de los que se ponen la boina a rosca y escopeta al hombro,
no creo que se lo pensara mucho antes de disparar.
Fuente: 2.bp.blogspot.com
Podría contar mil historias, como ven, pero creo que con estas, y con todo esto, sobre la conducción nocturna ya tienen bastante materia para hacerla suya y, poco a poco, llegar a conducir seguros durante la noche. En todo caso, saben que siempre pueden preguntarme lo que deseen y, eso sí, por favor: Eviten confiarse en esos recorridos cortos por esa ruta que tan bien conocen. El exceso de confianza es muy peligroso. En sí mismo.

Una de las situaciones que más me cansa conduciendo es cuando se va por una carretera con un sólo carril por sentido, de noche, lloviendo y con abundante tráfico. El cruce constante con vehículos del sentido contrario en esas condiciones es agotador.

No sé cuantas decenas de miles de kilómetros habré conducido de noche, muchas seguro, y todavía lo hago. La conducción nocturna tiene su encanto, una cierta irrealidad muy seductora, un "algo" muy especial. Esa sensación la sigo sintiendo igual que la primera vez, es peligrosa, confunde a la mente y a los sentidos, debemos tener mucho cuidado con ella. También es muy cierto que en viajes nocturnos he disfrutado de maravillosos paisajes. Pero siempre, estacionando fuera de calzada y arcén, bien lejos de la vía, y aun estando alejado de ésta unos cuantos metros, dejo las luces de posición encendidas; otra persona puede tener le misma idea y en el mismo lugar, por lo menos que pueda verme. Ya saben, nunca estamos solos por más que lo parezca.

Esteban

6 comentarios:

  1. Capítulo aparte merece la apnea del sueño... especialmente si se desconoce padecerla. Saludos!

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    1. Cierto. Y tengo un amigo que la padece, aunque nunca ha conducido.
      Voy a tener que hacer un epílogo sobre esto de conducir de noche.
      Gràcies i saludos!

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    2. Un tema muy interesante, al menos para mí, que lo desconozco por completo. Me gustará mucho leer este epílogo. Gracias!

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    3. Gracias a ti, Elisa. Estará antes de que acabe el mes, si Dios quiere.
      ¡Saludos!

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  2. Ola caro amigo,excelente tua abordagem neste assunto tão imprescindível nas estradas e mesmo avenidas das grandes cidades.Aqui no Brasil em "feriadões'que os temos em demasiada quantidade,temos tido congestionamento de transito nas estradas que levam á serra e principalmente praias que chegam a ter quase 200 kls.Parece mentira ,mas isto também causa um cansaço e sonolência nos motoristas e é uma causa de grande preocupação.Aqui em P.Alegre onde moro e costumo frequentar uma praia distante ´á 120kls da cidade ,o que nos dá mais ou menos 1hora e meia de viagem,no último feriado tivemos quase 6 horas de viagem.Adorei tua visitinha e participação de grande incentivo.Grande abraço.SU

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    1. Muchas gracias, Suzane. Tienes razón, los largos atascos también hacen que la fatiga y el sueño aparezcan antes, por no hablar de que pueden ser una prueba de fuego para el temple de nuestro ánimo. En necesario armarse de paciencia para no desesperar ni enfadarnos, conducir irritados es muy peligroso.

      Agradezco los datos que nos das sobre tu país, ese gigante verde que debe ser una maravilla, siempre es muy interesante saber detalles de otros lugares.

      Como bien sabes España es mucho más pequeña y junto con Portugal ocupamos una península; la mar nos queda mucho más cerca a la mayoría y también somos más los que vivimos al lado o bastante cerca.

      Sé que en muchos lugares de América, al contrario que en Europa, predomina el uso de coches con cambio automático. ¿Ocurre lo mismo en Brasil?

      Gracias, un abrazo.

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