Me imagino en viaje desde Valencia a Barcelona, voy por la AP-7 (autopista de peaje) que discurre próxima a la costa mediterránea. Es un día con sol en el que sopla un fuerte viento racheado y de costado de mar a tierra. Esta carretera tiene un tráfico bastante intenso de camiones con destino a Barcelona y centro de Europa. Estoy pasando por la provincia de Tarragona, en la Costa Dorada. ¿Qué puedo hacer para conducir seguro en estas condiciones entre vehículos pesados? Esta viene a ser la pregunta que planteaba Elisa Alòs en un comentario que pueden ver aquí, a comienzos de esta última semana de febrero.
Fuente: jorgedealfama.blogia.com |
Aunque no me sentía muy seguro, pensaba que ya había escrito una entrada sobre conducir con viento; comprobé que no, así que me pareció mejor contestar a Elisa aprovechando para hacer una sobre este interesante e invisible fenómeno metereológico.
Retomando el hilo del primer párrafo comienzo por el final y, aunque luego hablaré de ello, por seguir con la imaginación puesta en lo dicho, voy a dar por sentado que las pautas básicas para conducir con viento fuerte las conocemos y ya estamos trabajando con ellas. El problema ahora son los camiones.
Imagino que el tráfico es bastante fluido pero tengo casi todo el tiempo a la vista camiones delante y detrás. Con viento fuerte y cruzado es bastante fácil que en cualquier momento vuelque un vehículo grande, luego, intentaré mantenerme a bastante distancia de cualquiera de ellos. En principio, el asunto quedaría resuelto de este modo, pero claro, por evitar acercarme al camión que tengo por delante, es posible que el que me sigue se me acerque demasiado, que incluso intente adelantarme; en todo caso, mi posición tenderá a estar entre camiones y demasiado próxima a los dos.
Antes de llegar a esa esa situación, yo adelantaría. No es una maniobra muy recomendable en esas circunstancias, pero la haría, porque el riesgo que supone está en mi mano controlarlo casi todo el tiempo (excepto cuando esté en paralelo con el camión); de no hacerlo, estaré permanentemente entre camiones y seré totalmente dependiente de lo que sus conductores hagan.
Claro que un adelantamiento no será suficiente, habrá que hacer más. Seguramente será necesario ir adelantando de forma más o menos continua. Pero si hay que elegir entre esto o ir encajonado, prefiero esto. Son adelantamientos francamente difíciles y muy laboriosos, sobre todo comparado con lo fácil que resulta hacerlo en condiciones normales; aquí hay que remangarse y ponerse a la faena con muchas ganas.
Por un lado los camiones irán más lentos de lo habitual, también nosotros, pero hemos de procurar estar en paralelo lo menos posible al mismo tiempo que peleamos con las turbulencias de antes, durante y después. La velocidad no puede ser lineal, la máxima posible en paralelo (el espacio es muy corto) pero con la primera turbulencia hay que bajarla, luego aumentar, y volver a bajar para salir.
Fuente: aeroeventos-ec.com |
Las trayectorias tampoco serán nada finas, hay que “bailar” con el viento, oponer resistencia, dejarse llevar un poco... así alternativamente. Con las dos esquinas del lado izquierdo del camión hay que mantener unas separaciones amplias, hay que reservarse espacio para corregir, lo que será más que probable. Con la esquina delantera, al ir acabando el adelantamiento, hay que mantener separación con buen margen pero ir apuntando el morro del coche a la diagonal para buscar la derecha (habíamos imaginado que el viento viene de ese lado).
Siempre que se sienta el coche estable y bien asentado, hay que aprovechar para aumentar la velocidad, y lo contrario. Normalmente, siempre hay que asegurarse la marcha adecuada antes de comenzar cualquier adelantamiento, en estas circunstancias es totalmente imperativo por dos razones:
- Porque no podemos quitar una mano del volante ni por un momento, hacen falta las dos y hay que sujetarlo con fuerza, al tiempo que lo movemos con sutileza, suave y rápido.
- El motor debe responder con fuerza en todo momento, en la mayoría de los coches la cuarta estaría bien; en algunos, incluso la tercera.
Otra cosa fundamental, es observar con la mayor antelación posible la marcha del camión que vamos a adelantar. Si veo que lleva mal su lucha con el viento, desisto de adelantar; si los movimientos son regulares, parece que se atienen a una pauta... continuo, pero atento a si hay cambios en esto.
También hay que comprobar si en el tramo de calzada que tenemos por delante, en nuestra trayectoria o la del camión, hay o está a punto de haber algún obstáculo que el viento haya llevado hasta allí.
Accidente en Cataluña un día de fuerte viento. Fuente: www.elperiodico.com |
Para que un conductor pueda llevar a cabo adelantamientos de este tipo con seguridad, es necesario haber alcanzado un cierto nivel. De acuerdo, esto es muy impreciso, pero en realidad, no es tan difícil evaluarse uno mismo; y luego, claro, siempre hay una primera vez para todos y para todo, pero es fundamental sentirse capaz de poder hacerlo. Objetivamente capaz. Por ejemplo, evite adelantar si:
- Sufre con viento lateral fuerte estando solo en la autopista. Una cosa es trabajar duro y otra sentir angustia.
- En condiciones normales, le cuesta llegar a 120 km/h, se siente incómodo cerca de esa velocidad, y poco, y raras veces la supera. Esto lo digo, no porque en los adelantamientos de los que hablé sea necesario superar ni llegar a 120, pero en esas condiciones, ponerse durante unos momentos a 100 para adelantar a un camión que igual no llega ni a 80 y “bailando” con el viento, nos hace sentir como si fuésemos a 140 sin estar entrenados, por lo menos. Además, hay que hacer variaciones de velocidad significativas, frecuentes, rápidas y con mucha determinación.
- También en condiciones normales, le cuesta adelantar a un camión y tarda demasiado en hacerlo.
Son sólo tres ejemplos y admiten mil matices, pero a donde quiero llegar, es a que, en realidad, no hay excusas para saber si podremos hacerlo o tenemos dudas. Uno, siente, la relación que tiene con el coche; gobierna la máquina (hasta cierto punto) o no, o tiene dudas. En los dos últimos casos, NO adelante, siga en el carril derecho, esfuércese al máximo en mantener una distancia de seguridad mayor de la habitual, y piense, que si el camión vuelca, debe poder detenerse pues entre él y su carga pueden ocupar toda la calzada. En adelante, si no está dispuesto a elevar su nivel de conducción, cuando den previsión de vientos fuertes, por favor, no conduzca. Por cierto, ese “sentir” la relación que uno tiene con el coche, no es nada difícil; la tiene un niño con su bicicleta.
Viaducto de Artedo en la A-8, Asturias Fuente: www.urbanity.es |
Por lo demás conducir con fuerte viento de costado requiere:
- Sujetar fuerte el volante con ambas manos, pero sin agarrotarnos, conducir con ellas no con los hombros. Al mismo tiempo, se deben poder hacer movimientos suaves, precisos y rápidos.
- Hay que apuntar con las ruedas, un poco, hacia el viento. Si además podemos bajar la presión de los neumáticos al mínimo recomendable, aumentamos la deriva y cuando tenemos ese pequeño ángulo de giro cara al viento, ofrecemos un poco más de resistencia.
- Donde normalmente iríamos en 5ª o 6ª, 4ª. El coche irá más sujeto y tendremos más capacidad de respuesta.
- Es necesario distanciarse bien de los vehículos grandes, con remolque, semirremolque, equipaje en el techo, furgones, monovolúmenes, todoterrenos... Y sin olvidar nunca los de dos ruedas, mucho cuidado siempre con ellos.
- Es previsible que el viento arrastre objetos a la calzada, tire árboles, ramas, basura... Hay que llevarlo en mente, sobre todo cuando nos acercamos a zonas sin visibilidad.
- Es necesario ser muy consciente de la fuerza que actúa sobre el coche cuando el viento le empuja de lado; y que deja de actuar cuando nos metemos en un túnel, adelantamos a un vehículo grande... luego vuelve de nuevo. Siempre se advierte de que esto es muy peligroso, pero en realidad no lo es tanto: si uno lleva las ruedas apuntando (un poco) hacia la derecha porque el viento viene de ese lado, al entrar en el túnel el conductor corrige automáticamente la dirección, es muy instintivo. Al salir es igual, pero conviene ser más cautos, puede sorprender más.
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AVISO
ResponderEliminarTardaré un poco en contestar los comentarios que me lleguen (salvo preguntas concretas) porque ando muy retrasado con los Premios 20Blogs. Disculpen, y muchas gracias.
Felicitaciones por la buena labor que realizas con este blog y estos útiles consejos que nos vienen muy bien.
ResponderEliminarSaludos.
Ramón
Muchísimas gracias, Ramón. Es una alegría y un honor recibir tu visita, y que me sigas. Pero aún lo es más que percibas como útil mi trabajo.
EliminarUn abrazo.
Te deseo mucha suerte en los premios 20Blogs. Muchas gracias por el reportaje sobre el viento. Es el artículo mejor y más profundo que he leído sobre este tema. Ciertamente estos adelantamientos requieren ponerse a la faena no son en absoluto lineales, como muy bien describes, y requieren hacer un importante trabajo.
ResponderEliminarDéjame hacer sólo una pequeña aportación: creo que no debo ser la única persona que, por llevar la pierna cómoda, voy normalmente 'un pelín' más lejos del volante (un pelín, no algo exagerado). Esto en trayectos medio-cortos, sin nada especial, quizás no se note, pero en estos casos de fuerte viento sí se trabaja más con los brazos y se nota. En estos casos me aseguro bien de llevar el volante cómodamente. Saludos y mucha suerte con los premios!
Muchas gracias, Elisa. Ya sabes que en estos premios, yo estoy convencido de que siempre se gana algo. En cuanto a la frase que dedicas a la entrada... A parte de ponerme rojo como un tomate (gracias por la cura de rejuvenecimiento)... Qué puedo decir... sólo se me ocurre: Gracias. Moltes gràcies!
EliminarNada que objetar a que vayas un “pelín” más lejos del volante en trayectos cortos y condiciones normales, pero desde luego, haces muy bien en acercarte algo más en condiciones difíciles como esta, porque además de acumular algo menos de fatiga en los brazos, el trabajo sobre la dirección será más eficaz y preciso.
Gracias de nuevo. ¡Saludos!
La frase que le dedico a la entrada es justa. Cuesta mucho encontrar algo sobre según qué temas, y para los que lo vivimos es muy satisfactorio poder leer un artículo así. Además, últimamente vamos de temporal en temporal, y tendremos que acostumbrarnos al viento incluso en sitios donde habitualmente no era un problema. Gracias de nuevo!
EliminarMoltes gràcies, Elisa! me das una gran alegría y mucho ánimo.
EliminarCiertamente, este invierno vamos ya por el enésimo temporal y aquí a veces da hasta miedo salir a la calle aunque sea a la vuelta de la esquina y andando. Si antes digo que por estos pagos pocas veces hay vientos fuertes... Pero podremos sobrellevarlos. Gracias a vos.
Bona nit!
Gracias de nuevo! Saludos!
EliminarEstupenda entrada Esteban,está genial y muy interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo lo que nos aportas.
Siempre te llevamos como pepito grillo con nosotros..... de copiloto.
Te deseo buena suerte en los premios 20Blogs. Ojala !!!!
Un abrazo enorme !!!
¡Muchas gracias, Azul! Por tus palabras y tu visita.
EliminarAciertas de pleno: soy un poco “pepito grillo”, o no tan poco... Así que tiene mucho mérito que me lleves de copiloto, lo cual acepto encantado, me honra y agradezco enormemente.
Gracias por tus deseos y esa palabra del final que tanto me gusta llena de energía:¡Ojalá!
Un abrazo fuerte.
Enhorabuena Esteban, la entrada está genial,
ResponderEliminarTanto como piloto como copiloto todos los consejos son pocos, me parece muy interesante.
Toda la suerte del mundo en los premios 20Blogs
Seguro que lo consigues.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias, Juan Carlos. Me alegra mucho tu buena opinión, y esa fe que pones en mí... Eso ya es un premio, ¡gracias!
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy buenos consejos Esteban, es un gran artículo y de mucha utilidad, pues quienes cogemos el coche a diario nos encontramos con muchos días así. Un abrazo amigo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Pepe!
EliminarMe alegra que te guste, amigo; y sobre todo, que lo veas útil.
Un fuerte abrazo.