viernes, 17 de agosto de 2012

TERRIBLE ACCIDENTE

La noticia da cuenta de una auténtica tragedia absolutamente indeseable para cualquiera. Daría algo bueno por aliviar, un poco siquiera, el terrible dolor de cuantos amaban a esas seis personas; entre otras razones porque lo conozco. Así pues, percibir algo de ese horrible dolor que tiende a infinito y sentirme solidario con él, nada me cuesta. Obviamente, a partir de aquí, mis palabras no irán dirigidas a quienes sufren por tan terrible suceso sino a quienes buscan soluciones donde no las hay, con el ánimo de que no corran la misma suerte si alguna vez se encuentran en parecidas circunstancias. También van dirigidas al pensamiento tan habitual y típico que muchas personas mantienen respecto a los accidentes de tráfico y que es, al menos, una de las raíces de los mismos. Quizá la más importante.

Fuente:www.20minutos.es
Me refiero a derivar la responsabilidad individual hacia la sociedad, es decir, a gobiernos, ayuntamientos, DGT, responsables de carreteras, leyes, normas, señales; a si llovía o no, etcétera. Por supuesto, que cada palo aguante su vela y cada cual asuma la responsabilidad que le competa, claro. Pero, ¿por qué se olvida tanto que una persona conduce, decide y actúa y que a pesar de todo lo demás, tiene en sus pies y manos preciosas herramientas que transmiten al instante sus órdenes a una máquina muy noble que las cumple de inmediato? Un ejemplo muy claro: si mueren seis personas escalando una montaña, ¿Acaso pedimos, que pongan un ascensor o que prohiban subirla? Da igual cómo esté una carretera, es responsabilidad de quien conduce adaptar la trayectoria y velocidad del vehículo a la misma y NO al revés. Si se eliminasen todos los puntos negros, se inventarán otros; es imposible garantizar seguridad al 100% en ningún punto de ninguna carretera. La seguridad absoluta es una falacia que parece que nos han vendido con mucho éxito con el único fin de hacernos cada vez más dependientes e idiotas. Por favor, no nos engañemos.

En la causa de muchos accidentes terribles (la mayoría) está una mala práctica continuada que viene de lejos, repetida durante años, que sólo el azar (la mayor parte de las veces) y las maniobras defensivas de otros conductores han evitado que se produjesen antes. Todos los días podemos ver ejemplos de mala conducción, incívica, insolidaria, egoísta, ignorante y soberbia. ¡Todos! Y cuando ocurre el accidente se mira hacia otro lado, se tira la piedra y se esconde la mano como dice la popular canción. Todos conocemos a personas que dicen: “llevo muchos años conduciendo”, “nunca he tenido un accidente”, “nunca me han puesto una multa”... pero con las que no queremos ir de pasajeros o vamos a disgusto y lo menos posible.

Lugar del accidente.
Fuente: www.abc.es
No estoy de acuerdo con lo que dice el Subdelegado del Gobierno: "Si se va a la velocidad a la que se tiene que ir no tiene por qué pasar nada". Podría ocurrir lo mismo aún respetando el límite de velocidad. Incluso cuando está probado un exceso de velocidad previo a cualquier accidente, para saber las causas reales del mismo habría que responder a esta pregunta: ¿Por qué quien conducía iba más rápido de lo que debía? ¿Acaso, no vio lo que tenía por delante? ¿Acaso no sabe que justo al lado de su pie derecho está el pedal del freno? ¿Sufrió el conductor algún malestar físico súbito y grave? Respetar los límites de velocidad, por sí solo, no garantiza la seguridad de nadie. Hay más cosas a tener en cuenta, observar y controlar; es más, generalmente, el exceso de velocidad (per se) no tiene mayor trascendencia porque es muy fácil darse cuenta y corregirlo de inmediato. Que nadie se engañe.

Teniendo en cuenta solamente el aspecto, digamos puramente técnico de este accidente y suponiendo que hubiese habido un exceso de velocidad (que me parece poco probable) con seguir recto se hubiese evitado, ¡hay espacio libre! Se frena en él hasta parar, se toma aire, se recapacita (nos “reseteamos”) se da la vuelta y asunto arreglado. Pero más probable me parece que la persona que conducía, cuando vio que se pasaba el puente, giró tarde y poco, y sintiendo que perdía el control, sometida por un súbito pánico, con la idea de frenar aceleró a fondo. Para una curva a izquierda a 90º con final en un tramo recto, muy corto y muy estrecho, un límite de 30 km/h es muy alto. Si tienen ocasión y quieren, pruébenlo en un circuito. 

Una exclusa del Canal de Castilla
Fuente: www.panageos.co
Estoy convencido de que a muchas personas les parecerá sumamente improbable que un conductor cometa el error descrito en el párrafo anterior, pero todos los que nos dedicamos a enseñar a conducir lo hemos visto miles de veces durante las clases prácticas, no todo el mundo comete ese error, pero sí es muy habitual. Por supuesto nadie es declarado “apto” en un examen práctico si durante el desarrollo del mismo sigue la tangente de la curva en lugar de tomar esta, sin embargo, no es nada raro que salga de la autoescuela con garantía suficiente de que nunca lo haga. Que nuestro permiso de conducir vaya sumando años, por sí solo, no significa que uno conduzca bien. He visto a ex alumnos conduciendo claramente mejor que sus padres; ha habido madres y padres (aunque pocos) que me han confesado sorprendidos que su hija o hijo conducía mejor que ellos nada más salir de la autoescuela. Pero he constatado en bastantes más ocasiones cómo los padres influyen en pervertir a sus hijos; unas, con sus “consejos” y “enseñanzas”; otras, con sus malos ejemplos, cuando no de ambas formas. Me indigna profundamente y siempre advertía a mis alumnos sobre la imperiosa necesidad de que condujesen con independencia de criterio, que analizasen bien los consejos que pudiesen recibir, que fuesen perfectamente conscientes de que tenían mayoría de edad (también penal, se olvida e ignora mucho), de que si tú conduces, tú respondes y que ni  policías, jueces, ni víctimas admitirían nunca como atenuante: “es que mi padre me dijo...”

Cómo anima la sociedad (familia y amigos inclusive) a incumplir las normas de circulación a las personas que empiezan a conducir, es una prueba irrefutable de que aquella no se toma en serio los accidentes de tráfico y es de una inconsciencia tan infantil como patológica la fe ciega que pone en que el gobierno haga algo por evitarlo y la fuerza con que lo demanda. Damas y caballeros, ni el BOE ni ningún gobierno conducen sus coches. ¡Conducen ustedes!

Trigo en Tierra de Campos
Fuente: www.gstatic.com/images
La mayoría de los alumnos de una autoescuela suelen decir alguna que otra vez: “Bueno, cuando tenga el carné puedo hacer lo que quiera” Naturalmente, contestaba, pero te pedirán cuentas por lo que hagas y por sus consecuencias, y lo que es mucho más importante, te puedes hacer daño, y a esa persona que te acompaña y quieres, y a otros. Comprendo esa expresión como válvula de escape para liberar la tensión de la clase práctica, nada más. Me parece razonable una cierta relajación en el rigor que se emplea en las clases de circulación cuando uno ya conduce solo, mas es necesario ser muy cuidadoso para que la excepción no se convierta en hábito, ni que aquella se aplique nunca cuando tiene una incidencia potencial y directa en la posibilidad de que ocurra un accidente (adelantar sin visibilidad suficiente y no respetar la preferencia de paso son dos buenos ejemplos). Es necesario y conlleva un importante esfuerzo mantener una firme autodisciplina para crear hábitos seguros y bien arraigados. ¡Es vital! Lo cual no impide desarrollar un estilo propio. Siempre he contado estas cosas a todos mis alumnos y les ponía un ejemplo muy claro a través de una pregunta: “¿Cuántas veces habéis visto que un coche de autoescuela haya tenido un accidente?” La respuesta siempre era la misma: “Nunca”. Y los hay, desde luego, pero en un porcentaje ínfimo, tanto en términos absolutos como relativos, tanto si estamos trabajando como si no. ¿Por qué? Porque normalmente nos esforzamos en conducir bien, porque sabemos que esa es la clave para conducir seguros. Por supuesto, también cometemos errores y la ley del mínimo esfuerzo también nos afecta.

Es imprescindible evaluar constantemente cómo conducimos. ¿Les suena lo de la evaluación continua? Pues eso. Es necesario regresar frecuentemente a las fuentes. Conducir sin miedo es una de ellas.

Tú conduces
Fuente: www.portafolio.co
Por su seguridad y la de sus pasajeros, porque ustedes aún pueden, les invito a pensar en lo que aquí escribo. Como dice una conocida canción: “Quedan días de verano”, por favor, eviten actuar de modo que les impida su disfrute. Gracias.

Esteban


12 comentarios:

  1. Hola Esteban: Como bien dices, la formación continuada es tan fundamental como inexistente. Ya sabes que a mí me gusta mucho volver a la autoescuela de tanto en cuanto, ni que sean dos horas, a 'repasar' las cosas que dudo que hacer bien. Y me encanta, porque aprendo mucho y obtengo respuestas fundamentadas, lógicas y fiables, propias de un profesional.
    Desde luego que seguir los consejos de alguien que 'lleva mucho tiempo conduciendo' no es suficiente. Yo conozco mucha gente que lleva 'mucho tiempo cocinando' y que cocinan fatal, o de una manera completamente insana para el resto de la familia.
    Lo que me gustaría saber es sobre el tema de los simuladores. Leí algo hace tiempo sobre el aprendizaje mediante simulación. O sea, entras en un simulador que reproduce situaciones de tránsito y tú vas reaccionando. Me parece muy muy útil, pero no sé ni cómo se puede acceder a todo esto. ¿Tú conoces alguna cosa de este estilo?
    Gracias y saludos!
    Elisa.

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    1. (1)
      Hola Elisa:

      Es cierto, hay muy poco ánimo y ganas en seguir aprendiendo, una tendencia muy fuerte a arreglarse con lo mínimo, es... como un dejarse aplastar por la fuerza de la gravedad. Hay muchas fuentes de las que beber para saciar nuestra sed de mejorar; en mi caso, una de esas fuentes, la más importante, fiable, erudita y constante en mi vida fue seguir los artículos y pruebas de D. Arturo de Andrés y Urrutia, un auténtico maestro al que sigo desde 1972 y que tuvo la deferencia de prologar mi libro... ¡Un verdadero sueño hecho realidad! ¡Jamás tuve mejor aval!

      Todos los años he tenido algunos alumnos que, teniendo carnet, pasaban a dar algunas clases. Pocos, y la mayoría a comienzos del verano, pero todos eran personas que desde que habían aprobado no habían conducido nada o solo un poco y al principio, decidían empezar a hacerlo y por eso llegaban a la autoescuela. No es tu caso, puesto que tu conduces regularmente y celebro que hagas esos “repasos” para ampliar tus lógicos límites. ¡Te felicito! Nunca había conocido un caso como el tuyo, ni de oídas. Es una actitud envidiable que en una u otra faceta todos deberíamos imitar y el mundo sería un poco mejor porque, esa actitud, seguro que la empleas en muchos otros aspectos de la vida.

      Muy bueno y nítido el ejemplo que pones sobre cocinar, a buen seguro que todos conocemos casos semejantes.

      ¡Simuladores! Estás totalmente en lo cierto, son muy interesantes. Que yo sepa, y aunque a años luz de los que existen ahora, comenzaron a utilizarse (de un modo bastante primitivo y con limitadísimos medios) en la Primera Guerra Mundial para formar pilotos de caza. Alguien se dio cuenta de que para mantener aquellos aviones en el aire con un mínimo de efectividad era necesario algo más que echarle valor al asunto. Bueno, no voy a seguir con la historia que luego me enrollo (como decís vos y...). Además, seguro que sabes que llevan muchos años utilizándose tanto en la aviación civil como militar con notable éxito. Hace pocos años (unos diez o poco más) llegaron a las autoescuelas, al principio eran muy caros -algo más de un millón de pesetas, si mal no recuerdo- y muy limitados, hasta en su velocidad virtual (120 km/h), recuerdo que respecto a este detalle, hasta me enfadé con un representante (no con él como persona, claro) pero, hombre, si es una pantalla, por Dios, que pueda ir a 1.000 por lo menos... Ahora ya hay diversos modelos en el mercado con tres pantallas, se ve al frente, laterales, por los tres espejos, simulan (y bastante bien) hasta cuando calamos el motor... Y a precios mucho más asequibles. Por aquí lo tienen muchas autoescuelas y seguro que en Barcelona también.

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    2. Y (2)

      Por estos pagos y, en general, como con tantas otras cosas están infrautilizados. Es una pena, porque estoy convencido de que pueden ser de gran utilidad, pero muchas autoescuelas los compran con el fin de que hagan un efecto de imán respecto a potenciales alumnos, y dudo mucho de que lo logren. Después, en principio, si el alumno lo quiere utilizar debe pagar por ello y aunque sea un precio muy inferior al de una clase de coche, normalmente, prefieren invertirlo en esta última. Muchas veces, la autoescuela lo coloca en el escaparate (que el mundo sepa que lo tienen) pero muchos alumnos, entre los que me contaría (soy muy tímido), no quieren estar ahí expuestos como una mona de Pascua (se dice así ¿verdad?). Si no cobran nada y permiten al alumno usarlo a discrección, éste enseguida se aburre. Es demasiado serio, no le divierte... Y son muchos los jóvenes que están habituados a juegos de ordenador mucho más excitantes, así, que el tiempo que pasen en la autoescuela prefieren dedicarlo a hacer “teses”. También sucede, que para sacarle partido a esa máquina, desde un punto de vista puramente pedagógico, debería estar un profesor al tanto mientras el alumno lo utiliza y probablemente lograse motivarle haciendo interactuar su propia experiencia con el softwar, pero... para eso es más rentable que el profesor esté dando una clase práctica, o el alumno paga su tiempo de simulador casi como una clase de coche... Tampoco estará por la labor. Si se cambiase un poco la mentalidad de profesor y alumno, este pensando más en aprender que en aprobar, y aquel no dando por supuesto que su alumno sólo quiere aprobar... Se podría obtener un rendimiento pedagógico muy bueno de los simuladores. ¡Lástima! Quiero pensar que habrá excepciones.

      Tengo poca experiencia con los simuladores de conducción, nunca los tuve en la autoescuela, pero los he probado varias veces y me gustan. Tienen algo muy bueno: son una cura de humildad. Te ponen en evidencia y te sacan los colores (doy fe), lo que en un lugar público puede ser difícilmente aceptado por muchas personas, profesores incluidos. Pero bueno, ahí están, y creo que ni a vos ni a mí nos importa hacer el ridículo si eso nos sirve para aprender, de modo, que es una opción que puedes considerar seriamente la próxima vez que pienses en “dar un repaso”. Los pilotos de coches también utilizan simuladores, te dejo un enlace muy interesante sobre ello:
      http://www.autobild.es/reportajes/lucas-ordonez-consola-al-circuito-183999

      Y, cómo no, acabo apelando a un extraordinario simulador que todos tenemos gratis: nuestra imaginación. Por cierto, en el párrafo anterior me equivoqué, vaya que si tengo experiencia con simuladores, en mi infancia (y no tan infante) tenía tres. Espero no tardar mucho en hablar de ellos en un post.

      Bon dit! ¡Saludos!

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    3. Pues sí, Esteban, lo mío debe ser raro porque si lo explico me preguntan si tengo amaxofobia y ya va más de un profesor de autoescuela que me dice que no necesito 'clases', sino practicar sola. Pero me da igual, lo que he aprendido en esas clases extras, sin pensar en el examen, es puro oro.
      Lo del simulador sólo lo he visto una vez en un centro comercial, con una cola importante, ¡y con demasiado público! Pero me parece muy útil. Y mira, pensé de nuevo en ello a raíz de que se me plantara hace pocos días en el carril izquierdo una furgoneta a la que yo había comenzado a adelantar desde lejos. Debió tener motivos para hacerlo, porque aunque aún había un espacio, la diferencia de velocidades lo hacía muy justo y me obligó a frenar (y bastante). Parece que al de delante de ella se le pinchó la rueda, o al menos eso dedujimos por el olor a goma, aunque conservaba la trayectoria y no puso ningún tipo de señal de emergencia(si no fuera por el olor a goma, parecería que simplemente iba lento). Sea como sea, la cuestión es que, con un poco de mala suerte, un poco más de tráfico, un accidente en cadena estaba servido a no ser que estuvieras bien entrenado. Imagínate que viniera otro por detrás... ¿qué hacer? Y sí, también están los cursos de conducción segura que a bien seguro haré en cuanto tenga oportunidad.
      Saludos!

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    4. Hola Elisa:

      Lo que has hecho: mantener posición y frenar con ganas. ¡Está muy bien! Te felicito, en serio. Es muy raro que una persona con los kilómetros que tu llevas actúe así. La mayoría, incluso llevando muchos años conduciendo, hubiesen hecho lo que hizo quien llevaba la furgoneta, se le presenta un problema y gira el volante, lo más probable es que hasta sin mirar; si al lado hubiese tenido un camión se mete debajo.

      Queda la otra parte: el riesgo de que te alcance quien te siga. ¿Qué hacer? En cuanto tienes mínimamente solucionado el problema nº 1 (la furgoneta que se cruza en tu camino) mirar en el espejo interior (si está bien colocado, como imagino) basta con mover los ojos, a ver cómo actúa el que tienes detrás, si frena bien o se cambia de carril, no hay problema; sino, casi seguro que puedes quitar algo de freno para dejar más espacio entre él y tú. Si esto tampoco fuera posible, quizá puedas cambiar de carril (espejo exterior) y si hay hueco, a él. También puede ocurrir que sea posible colocarte un poco entre dos carriles, para que el otro pueda ir hacia el espacio que tú dejas, o utilizar un arcén con el mismo fin, aunque os juntéis todos un poco. Si nada de esto fuese posible y el alcance ya es inevitable, antes de que te toque, suelta todo el freno con el embrague pisado a fondo (¡ay! que tu llevas automático), bueno, si te da tiempo a ponerlo en “N”, creo que sería mejor, estos dos últimos detalles son para evitar que el motor se cale y siga funcionado la asistencia al freno, a la dirección, el ABS... Por si hicieran falta en un último instante que fuese posible evitar el choque, pero, estábamos suponiendo que ya era inevitable, así que... Soltando freno antes de ese inevitable alcance supone que te lanzará hacia el coche que te precede, pero se disipa mucha más energía aumentando de un modo notable la posibilidad de que tus pasajeros y vos salgáis ilesos. Creo que no hay más posibilidades. También sabes que es imposible evitar todos los riesgos y que a veces sucede el accidente por muy bien que actuemos puesto que no podemos controlar, en un momento dado, todos los factores que concurren en él. También hay ángeles de la guarda, y no lo digo de broma. Al mío le estoy agradecidísimo, le he dado mucho trabajo.

      Hay algo, que no recuerdo haber dicho por aquí y que me gustaría explicar, que es muy cierto, pero que puede sonar como... amablemente falso. ¡Y NO lo es! En realidad, nos sucede a todos en la realización de muchas tareas y aumenta en proporción al tiempo, ilusión y esfuerzo que dedicamos a ellas. Me refiero a una especie de sexto sentido que se va desarrollando de un modo muy específico y automático para según qué cosa hagamos, y, que en determinas circunstancias amplia nuestra percepción de recursos, nuestra determinación... todas nuestras capacidades de un modo tan asombroso como inesperado. Creo que es lo que mi padre llamaba: “milagros humanos”. También actúa en plan preventivo y estoy completamente convencido de que fue eso lo que a veces me llevó -sin causa objetiva aparente- a, por ejemplo: posponer un viaje que tenía previsto para otro día, evitar un adelantamiento que de otro modo haría, cambiar la hora de salida de un viaje, salir de una carretera e ir por otra (manteniendo el destino), parar a dormir (cuando no lo tenía previsto), etcétera. No hace mucho, me enteré, de que el famoso humorista Forges (lo decía él mismo por la radio) nunca viaja en avión, desde que un día, hace muchos años, perdió un vuelo que iba a hacer entre Madrid y Barcelona y el avión (en el que él debía viajar) se estrelló. Me refiero a este tipo de cosas.

      ¡Qué bien que seas consciente de ese oro y lo disfrutes!

      Bona nit, saludos!!!

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    5. Hola Esteban:

      Pues después de tanta explicación creo que tendré que hacer un curso de conducción segura! Eso sí, diré que la 'suerte' de que no hubiera (demasiado) tránsito se debe a haber escogido ir por la autopista de peaje (cuando hay una nacional con dos carriles por cada sentido que discurre paralela). Esta 'falta de tránsito' hace bastante posible comenzar los adelantamientos sin que venga nadie por detrás (bien, a veces dejo pasar a uno o dos, pero luego me meto sabiendo que no tengo nadie por detrás). Aún así podría haber aparecido alguien, desde luego.
      Otra situación complicada que viví y para la que afortunadamente no tuve que hacer nada fue que, de noche (en carretera convencional de un carril por sentido), me venía uno de cara haciendo un adelantamiento que a mí me parecía algo justo. Por suerte sabía que a la derecha tenía un arcén y un campo de arroz, pero cuando pasó pensé que si hubiera sido necesario... no tenía ningún tipo de experiencia en esquivarlo.
      Saludos!

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    6. (1)
      Hola Elisa:

      Como bien sabes, ese tipo de cursos los considero imprescindibles. Pero, con o sin ellos, el trabajo de mentalización es fundamental, el uso del simulador de nuestra imaginación jamás puede ser sustituido por ningún curso, por muchos que pudiéramos hacer.

      Antes, olvidé decirte una cosa que no sé si la has vivido ya pero que suele ocurrir bastante, tengo en mente hacer un vídeo sobre ello en cuanto pueda, pero llevará tiempo. Además, seguro que en Cataluña se da bastante porque hay un tráfico muy importante de transporte internacional. Se trata, en realidad, del mismo caso que tú planteabas pero cambiando la furgoneta por un camión.

      Autopista, dos carriles, en el derecho dos o más camiones, circulas más rápido que ellos, con antelación suficiente, miras atrás (bien) señalizas, aumentas velocidad (en carril derecho), vuelves a mirar y si sigue bien sales, sigues aumentando velocidad, estás en carril izquierdo y cuando falta poco, o muy poco para llegar casi a la altura de la trasera del camión que vas a adelantar ves que este pone el intermitente izquierdo y, tal vez pienses que mirará en el instante siguiente, te verá y no se moverá hasta que pases. ¡Error! Te ha visto, seguro, pero le da igual. Casi nada más poner el intermitente (si es que lo pone, pero sí es muy frecuente) gira el volante con decisión y brusquedad y te encuentras de pronto una mole a 30, 20 metros del morro de tu coche, o menos, que te ha robado el horizonte, obligándote a hacer una frenada intensa, aunque muy breve. Esta es una maniobra que, por supuesto no hacen ni siempre ni todos los camioneros, pero se ve demasiadas veces. Asusta, irrita y sorprende, sin embargo, el peligro que entraña es bastante más aparente que real y el riesgo de alcance mínimo, salvo que aparezca alguien detrás muy rápido, pero al camión le verá bien. Y frenará. También podemos prever bastante este abuso, los camiones son grandes, de día se les ve muy bien y de lejos, observando cómo se mueven, cuántos hay, las separaciones entre ellos y el terreno (subidas, bajadas, curvas...), no es difícil calcular dónde la pueden liar. Cuando te ocurra conviene sujetar el volante con firmeza, y suavidad, según el lugar y el viento, el brusco movimiento del camión... Es fácil que se creen turbulencias en la masa de aire que zarandeen un poco el coche, no les des importancia, que baile un poco, no pasa nada, aunque pierda un poco de trayectoria, muy poco y dentro del carril, claro. Si fuese a más corriges. Pero no temas nada, en cuanto te pase 3 ó 4 veces, quedas vacunada. ¡De verdad! Y, también es muy cierto, que estas cosas dan mucha más impresión cuando se leen que cuando se viven. ¡Palabra!

      En cuanto al último asunto del que hablas... El campo de arroz ni le mires. Esa situación da bastante “cosa” pero, normalmente, tiene fácil arreglo: Freno y mantener trayectoria. Riesgo de alcance, prácticamente nulo porque se frena poco y muy poco tiempo, cuando no basta con soltar el acelerador. Ante la duda, desde luego mejor frenar de más que de menos. El conductor que invade, lo más probable, es que circule más rápido que tú, suele ser un visto y no visto, si uno no se deja llevar por el pánico, se actúa bien y no pasa nada. Cuando con disminuir la velocidad no basta, hay que orillarse más a la derecha, aún sin arcén, suele quedar espacio; si lo hay, inspira mucha confianza pero, ¡ojo! Puede haber peatones o ciclistas y no es plan de hacer una masacre, o un tractor (por ejemplo) y masacrarnos nosotros.

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    7. Y (2)
      Muchos conductores tienen el vicio, en estos casos y habiendo arcén, de invadirlo de forma sistemática sin disminuir velocidad y mirando al coche de enfrente. Es muy importante dónde ponemos la vista: debemos mirar al hueco disponible o al espacio que aumenta entre quien invade y nosotros según estamos frenando. Y el campo de aroz, NO es una opción, Elisa; porque, salvo muy raras excepciones, todo lo que pase en la vía es menos malo que lo que puede ocurrir fuera.

      Y ahora, en cuanto puedas, al “simulador”. Nuestra mente consciente, grava la acción correcta en la inconsciente y nos permite actuar de forma muy rápida y automática cuando el suceso imaginado se torna real. ¿No ha quedado mal, eh? Moltes gràcies!

      ¡Saludos!


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    8. Pues gracias por decírmelo, porque la verdad es que pensé muy seriamente en el campo de arroz. Eso sí, desde luego, reduje algo la velocidad, y por suerte para todos, pronto fue claro que ese adelantamiento acababa bien.
      Respecto a los camiones, pues la verdad es que creo que son de lo más civilizado que veo, lo digo de verdad y aún habiendo desde luego excepciones y alguna maniobra como la que dices, pero en general, los considero mejores conductores y más previsibles que la media.

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    9. De nada, no se merecen.
      Pienso igual que tú respecto a los camioneros y me alegro, porque es muy poco común que con tu experiencia uno se dé cuenta de eso. ¡Aprendes rápido! No obstante, siempre que los tengo cerca soy más vigilante, no sólo porque cabe la posibilidad de que se equivoquen (que también), sino porque si yo cometo un error es mucho más difícil para ellos poder ayudarme dadas las dimensiones y peso del vehículo. Su capacidad de maniobra en situaciones críticas es muchísimo más limitada que la de cualquier turismo. Muchas personas olvidan esto y al conductor del camión o el autobús no le queda más opción que llevarse por delante algún que otro coche de vez en cuando. Suena muy salvaje pero es así. Salirse de la vía, casi siempre es sinónimo de accidente grave para cualquier vehículo. En camiones y autobuses, siempre.

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    10. Gracias, Esteban, por tus ánimos!

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    11. ¡De nada! Son obetivamente fundados.

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