Fuente: pictures2.todocolecction.net |
“Güei, ta tristi la gaita,
ta tristi, ta llorona.
Per más que la ximielgen,
ni al ximielgala sona.”
No te olvidé nunca, pero el domingo te recordé especialmente porque estando, como estaba, preparando la anterior entrada, ¿cómo no acordarme de aquel día en Basauri en que quisiste cruzar un paso a nivel con las barreras a punto de bajar, decidido y a conciencia, plenamente convencido de que aquellos raíles eran una vía muerta? Te conté lo de mi tía Carmina, que andando, como tú, alegre, decidida y convencida de que por aquellas vías no venía el tren, éste la atropelló. También sabías lo que ya dije aquí, que en dos ocasiones estuve a punto de matarme en un paso a nivel y que así viviese mil años, no pensaba tentar la suerte una tercera vez. ¡Cómo nos reímos después!
Fuente: www.eltiempo.es |
Qué casualidad, que el mismo día en en que yo pasé un buen puñado de tiempo pensando en si contar o no lo de aquel día en Basauri, tu exhalaras el último suspiro. ¿Qué casualidad? Dicen hombres sabios que tal cosa no existe.
Fuiste uno de mis alumnos más queridos. Hiciste honor a tu nombre pero sin diminutivo alguno. Te reías sin ningún pudor a cabeza alzada con la dignidad de un senador romano, sin asomo de soberbia. Luchaste como un espartano contra las adversidades de la vida que algún dios te escribió con renglones muy torcidos teniendo como armas: valor, bondad y alegría. “En el buen sentido de la palabra, bueno”, dejó escrito Machado, si te hubiese conocido Don Antonio, sabríamos exactamente en quien se había inspirado al escribirlas.
Fuente: resizer.elnortedecastilla.es |
No soy digno de que entres en mi casa, pero quiero darte mi adiós esta noche en la panera. Quiero soñar que me visitas y que en la eternidad que dura la llama de una cerilla nos reiremos juntos con fuerza, como hacíamos. Un abrazo fuerte, para que nuestros corazones susurren sus latidos y después... seguirás tu camino, porque así ha de ser, y yo quedaré deseando con toda mi alma que en él encuentres toda la dicha que aquí te fue negada. ¡Va por vos, Valentín!
Esteban
Oh! Tremenda historia Esteban.
ResponderEliminarUn beso
Sí lo es, Eva. Pero es mucho más tremendo lo que no cuento por respeto al pudor de su familia. Lo importante es que era un hombre bueno, alegre e infatigable luchador. Si fuésemos más como él...
Eliminar¡Muchísimas gracias!
¡¡¡Saludos!!!