Con respecto a los reventones ajenos de los que hablé hace pocos días, que explote uno de nuestros neumáticos con el coche en marcha es:
Mucho menos improbable.
Mucho menos peligroso.
Mucho más fácil controlar la situación.
Mucho más fácil prevenir para evitarlo.
Sólo depende de nosotros, sino totalmente el hecho de reventar, sí cómo reaccionemos.
Desde hace muchos años, todos hemos tenido oportunidad de leer y oír miles de veces que si un neumático nos revienta, prácticamente, lo único que podemos hacer es rezar, y muy rápido, cuanto sepamos. Falso, salvo situaciones muy excepcionales y sumamente improbables.
Alpine, auténtica "rara avis" encontrarlo de serie. Un coche precioso que siempre me gustó. Esas llantas las tuve en un R-8 TS con el que disfruté mucho unos años |
En toda mi vida sólo he reventado tres ruedas, en tres ocasiones -muy distanciadas en el tiempo- y con tres coches diferentes. Hubo dos casos más, que mencionaré más adelante pero que no cuento porque fueron efecto, no causa. Si llevo más de tes millones de kilómetros recorridos, en mi caso y hasta ahora, la posibilidad de reventar es inferior a uno por cada millón de kilómetros. Creo que es un dato suficientemente objetivo y tranquilizador, pues excepto algunos conductores profesionales, todos los demás se quedarán muy lejos de la cifra mencionada a lo largo de su vida, lo cual no debe impedir que tengamos en mente esa ínfima posibilidad ni que adoptemos todas las prevenciones posibles con el fin de intentar hacerla igual a cero. Después de todo, nadie puede asegurar que una persona que haga cinco mil kilómetros al año no sufra tres reventones en ese periodo, por ejemplo.
Ante cualquier posible daño que podamos sufrir o causar, en primer lugar, lo mejor siempre es evitarlo. Prevenir. Y podemos hacer lo siguiente:
- Utilizar siempre neumáticos en buen estado y con presiones adecuadas. Es muy aconsejable -casi imperativo- adquirir un manómetro y vigilar nosotros mismos las presiones al menos una vez al mes, con mayor frecuencia si utilizamos mucho el coche (cada dos semanas o cada semana) y siempre antes de un viaje largo. También cada vez que pasemos por el taller, pues suelen modificar las presiones sin preguntarnos y hacer caso omiso cuando les pedimos que no lo hagan, generalmente (quiero pensar que hay alguna excepción, que en los talleres oficiales no he conocido, pero sí en algunos independientes), parece que dan por supuesto que de nuestro coche solamente conocemos modelo, marca, color, combustible que utiliza y la matrícula.
- No utilizar nunca neumáticos de segunda mano. Pueden parecer casi nuevos, pero su estructura puede estar dañada o sometida a mucha fatiga sin que sea posible apreciarlo. Además, aunque hubiesen calzado a un coche exactamente igual que el nuestro, irán adquiriendo vicios de utilización que harán que se moldeen de un modo distinto; algo semejante ocurre si intercambiamos un par de zapatos con una persona que pese y mide lo mismo que nosotros y utilizamos idéntico número, nos pueden ser útiles, pero moldean huella interior diferente y distinta pisada, aunque eso nunca podrá ser causa de un accidente. Pero las ruedas sí.
- Por supuesto, nunca se deben recauchutar los neumáticos. Es peligroso. En España en los turismos está prohibido hacerlo, y seguro que en muchos más países también. Básicamente, el recauchutado consiste en sustituir la banda de rodadura gastada por otra nueva.
- Es muy importante observarlos con frecuencia. Yo lo hago todos los días, ya es una vieja manía. Generalmente, cada vez que subo al coche, muchas veces también al bajar; ambas cosas, siempre en cada parada que realizo en un viaje. Desde luego es innecesaria una frecuencia tan alta de observación, pero uno se acostumbra, no cuesta nada hacerlo y, generalmente, me permite saber si tengo una rueda pinchada antes de que pierda todo el aire, y puedo ir suave hasta la gasolinera más próxima o utilizar un inflador de ruedas, subir la presión hasta tres bares e ir al taller a reparar el pinchazo evitando cambiar la rueda, y en muchos casos, hasta perder media jornada de trabajo.
Monómetro. Fuente: www.euromaster-neumaticos.es |
También hay una prevención dinámica muy importante que consiste en cuidar de los neumáticos cuando conducimos, por ejemplo:
- El caso más evidente es evitar que ninguna rueda pase por encima de un obstáculo ni de ningún bache... siempre que sea posible. Pero cuidado, ¡mucho cuidado! porque esto supone siempre un mayor o menor grado de cambio de trayectoria y muchas veces no podemos hacerlo so pena de tener un accidente. Cuando no hay más remedio que pasar por encima de baches y obstáculos, se frena todo lo necesario antes de tocar o pisar la rueda en ellos y luego se suelta todo el freno, o en el peor de los casos, se alivia presión sobre él. Con la rueda frenada sobre el obstáculo, ésta recibe un golpe que traslada también a la dirección y a la suspensión; en pasos de peatones elevados y badenes, se debe hacer lo mismo.
- Otra situación, muy fácil de evitar en este caso, es estacionar e iniciar la marcha después sin golpear con las ruedas en los bordillos. Y ya puestos, ni con los coches próximos. Ni tocarlos. Es una bárbara costumbre que detesto (salvo por error y muy suavemente), y que me lleva a pensar, inevitablemente, que las personas que lo hacen, porque ni intentan evitarlo -cuando no es que hasta lo hacen adrede-, tendrán la misma falta de cuidado y respeto en muchas más cosas que hagan a parte de conducir.
- Cuidado también con el calor, velocidad y peso. Cuanto más alta sea la temperatura del asfalto (siempre mayor que la del aire, que es la que mide el termómetro que llevan casi todos los coches de serie), mayor sea la velocidad a la que se circule, mayor sea el tiempo que se circule en estas condiciones y mayor sea el peso transportado, más temperatura y presión adquiere el neumático aumentando la posibilidad de reventón. Es algo importante a tener en cuenta en viajes largos y en verano, y en lo que conviene pensar seriamente antes de decidir superar las velocidades máximas permitidas. Factor sobre el que siempre podemos actuar.
Profundímetro |
No me gusta apelar a posibles sanciones, castigos o delitos como argumento que nos anime a conducir bien, responsables y solidarios; cuidando lo mejor posible de nosotros mismos, de nuestros pasajeros y de terceras personas. Sin embargo, y puesto que he comprobado que muchas personas no lo saben y sin que sirva de precedente, creo que está bien considerar y ser conscientes de que en caso de accidente en el que la policía de tráfico realice atestado, es muy probable, que entre otros datos para elaborar su informe tomen nota de la profundidad del dibujo de los neumáticos, cuyo mínimo legal, en España es de 1’6 mm. Siendo también muy conscientes de que entre 3 y 2 milímetros la pérdida de prestaciones de un neumático ya es notoria e importante.
El cuidado dinámico de los neumáticos también se manifiesta en la toma de curvas, aceleraciones, frenadas y cambios de marcha. Cuanta mayor sea la suavidad y precisión que empleemos, menor será la fatiga que soporte la estructura de la rueda y menor desgaste y más uniforme para su banda de rodadura.
Todas estas precauciones, por supuesto, ayudarán a que sea mucho más difícil que tengamos un reventón, pero son mucho más importantes de cara a evitar perder el control del vehículo, tracción, trayectoria, derrapes (aunque sean incipientes); harán que funcione y trabaje mejor suspensión y dirección, y que funcionen con la máxima eficacia el ABS y el sistema de control de estabilidad (ESP).
Indicadores de uso en los surcos verticales. |
En uno o dos días, si Dios quiere, publicaré la última entrada con la que pienso acabar esta pequeña serie sobre los reventones y en la que contaré cómo debemos actuar, y qué hice cuando me ocurrieron. Pero les adelanto algo: normalmente, basta con sujetar el volante con más firmeza (sin agarrotarse ni exagerar), girarlo suavemente hacia donde queramos ir, y disminuir la velocidad de forma progresiva y suave hasta detenernos. Como siempre, claro, calma y sosiego; no es imposible que aparezca el miedo y el pánico, pero sí es perfectamente posible actuar correctamente a pesar de sentir estas emociones. Está al alcance de todos.
Esteban
Excelente y práctico blog Esteban. Acabo de conocerlo y me ha encantado, así que con permiso me he registrado como seguidor. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPor favor, sin permiso, adelante. Traspasado el umbral, estás en tu casa. ¡Bienvenido!
EliminarMuchísimas gracias por tu visita y por tu comentario. Sírvete, y ojalá te sirva algo de lo que aquí encuentres.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Esteban. Me haces recordar que mire la profundidad de los neumáticos. Son bastante nuevos, pero un día no lo serán y si no los voy mirando llegará el día que no estén bien y no me haya dado cuenta.
ResponderEliminarNo me extraña que afecte tanto al comportamiento el estado de los neumáticos. Cuando vas en bici con un neumático desgastado...es muy peligroso...la distancia de frenado aumenta muchísmo, especialmente si llueve. El problema es que como las 'propiedades' se pierden gradualmente, no se nota, hasta que necesitas frenar... y no puedes. Pues supongo que al coche le debe pasar algo similar.
Saludos y gracias!
De nada, Elisa. Cuando observes los neumáticos mira también si aparece algún pequeño bulto, alguna especie de moratón, algunas pequeñas grietas... Consulta cualquier anomalía que veas, puedes enviarme una foto y te diré qué haría en tu lugar. No lo dudes.
EliminarEl estado de los neumáticos afecta muchísimo al comportamiento del vehículo, pudiendo ser fácilmente la causa última que provoque un accidente. A mí me ayudó mucho a tomar conciencia de esto pensar en ruedas y coches comparándolo con zapatos y cuerpo humano. ¿Iríamos al monte con zapatos? No. ¿Podemos correr con tacones? Tampoco. Y sólo son dos ejemplos.
La bicicleta es una buena escuela primaria para el coche, ocurren muchas cosas semejantes, a otra escala, pero sirve para aprender y darnos cuenta, con el agravante de que de la bici se puede caer fácilmente. Un reventón o pinchazo de la rueda delantera bajando es caída segura, por ejemplo.
Tal como dices, las prestaciones de los neumáticos se van perdiendo gradualmente y es difícil darse cuenta. Sin embargo, a medida que vamos practicando y lo hacemos de un modo consciente y atentos no tardaremos mucho en ir desarrollando la sensibilidad suficiente para percibir los avisos que nos van dando los neumáticos sobre su degradación, bastante antes de acercarnos al famoso 1'6.
Bien sea como consecuencia del desarrollo de esa sensibilidad, bien por la observación directa que, cuando menos, permite apreciar claramente cómo se va alejando un neumático del ideal al que responde siendo nuevo, lo más importante es tener en cuenta que no le podemos exigir lo mismo que cuando lo montamos nuevo, y adaptar nuestra conducción a esta realidad. ¡Esto es lo más importante! Y esto es lo que casi nadie tiene en cuenta nunca.
Con unas ruedas que tengan unos 30.000 Km encima y una vida útil de 20.000 Km más (este es un ejemplo muy relativo, pero sirve), habrá que ser más prudentes con las distancias de seguridad, los apoyos en curvas, las velocidades de paso por ellas, las calzadas mojadas, las pendientes, el paso por charcos y balsas de agua... y especialmente conscientes de que ante una situación crítica su nivel de respuesta será menor y proporcional al aumento de nuestra exigencia. Así pues, es necesario aumentar nuestra capacidad de prevención y de anticipación. Y vuelvo a la mínima escala: ¿Podemos andar sobre el pavimento de nuestro portal recién pasada la fregona sin caernos? Sí, si ponemos el cuidado suficiente, ¿verdad? Pues lo mismo.
¡Saludos!
Muchas gracias por el ofrecimiento de mirar los neumáticos si observo algo raro. Sabes que te tomaré la palabra si es así.
EliminarCreo que culturalmente tendemos a pensar que los coches actuales son tan buenos que están algo así como por encima de las leyes de la física. Piensa que yo miro los neumáticos, y tengo la experiencia de la bici... ¡y aún así me ha sorprendido leer todo esto!
Saludos!
Elisa.
Claro que puedes tomarme la palabra, faltaría más. Si me lo permites, aunque sea aprovechando la respuesta a un comentario tuyo, hago extensivo el ofrecimiento a cualquier persona que se pase por aquí. Implícitamente, creo que estaba dicho, pero así no quedará duda. Normalmente, salvo causa de fuerza mayor, las preguntas concretas las respondo en 24 horas, y también por teléfono (está en la Web) si es necesario; si no descuelgo (en la calle ni lo oigo ni lo siento, en el coche no lo utilizo...) pero recibo un mensaje de voz, devuelvo la llamada; sin mensaje también lo suelo hacer pero es más fácil que me despiste.
EliminarTienes mucha razón en que está muy extendida esa tendencia a pensar que los coches modernos están por encima de las leyes de la física, y es un grave peligro. Es asombrosa la fe con la que tantos convierten a un objeto en dios, por más útil que sea, por mucho que valga... Da miedo, ver con qué facilidad se propaga la idolatría y cuanto se ignora la física. Son pocas las personas que tienen conocimientos sólidos de física (y de todo), y es fundamental para conducir. No hace falta saber mucho, basta con unas pocas cosas básicas muy bien aprendidas. Pero, ha calado la falacia de que "la juventud española es la mejor preparada de la historia", por Dios. Hay jóvenes que sí, por supuesto. Pero hay muchos licenciados con un nivel de conocimientos claramente inferior a los bachilleres de antes. Sin embargo, para muchos la frase de marras es una verdad absoluta e indiscutible, casi todo el mundo la cree a pies juntillas. Es mucho más fácil engañar que convencer; engañarse que aprender. Fe contra conocimiento, una vieja pelea que histórica y desgraciadamente siempre gana la fe. Y estamos en el siglo XXI, quién lo diría.
Bona nit!
Sí, tienes mucha razón. Es muy cómodo creerse verdades bonitas (el Titanic no se puede hundir, tenemos muchos conocimientos...) pero es precisamente la gente con cultura sólida la que no se las cree.
EliminarSaludos y gracias de nuevo por el ofrecimiento... Por cierto: ¿sabes dónde venden profundímetros?
Elisa.
De nada, Elisa.
EliminarEs muy buen ejemplo el del Titanic, una vacuna universal contra la soberbia, la Torre de Babel moderna. Pero parece que nos la administramos muy poco.
Supongo que habrá profundímetros en cualquier tienda de recambios, en eBay, Internet... El que tengo, como has visto, venía como obsequio en una revista de Autopista del siglo pasado. Daría algo bueno por ver la cara que ponen tus amigos cuando les cuentes que te has comprado un "profundímetro", y aparte de algunos colegas (y pocos), serías la primera persona que conozco que tiene uno. Parece increíble, ¿verdad?
¡Saludos!
Pues no tendría que ser tan raro porque lo de medir la profundidad con cualquier cosa y luego comparar con una regla... es incómodo.
EliminarNo es común encontrar estas cosillas si no es en tiendas realmente especializadas. No basta con las secciones de 'automóvil' de las grandes superficies. Para encontrar un manómetro Michelin hay que desplazarse al centro de la ciudad. Realmente curioso.
Gracias!
Cierto, tienes razón. Olvidé decirte, que seguramente será más fácil encontrar este calibre en una tienda de recambios de "las de toda la vida"; en BCN ha de haber, en Bilbao aún resisten unas pocas. ¡De nada!
EliminarLos neumáticos pueden reventar si en su interior ocurre una explosión. Ver "El peligroso reventón de un neumático" en www.seguridadvialapesardetodo.blogspot.cl
ResponderEliminarAgradezco tus comentarios.
Es cierto, Juan. Si bien yo nunca lo he visto en coches, pero sí en camiones, como también prender fuego el neumático, cosa que tampoco he visto en coches. Supongo que, porque en estos, es muy difícil que el conductor no se dé cuenta de que alguna rueda está tan baja de presión como para que llegue a ocurrir cualquiera de los efectos mencionados antes de que pare.
EliminarMuchas gracias por darme la oportunidad de conocer tu blog, lo haré con mucho gusto.
Un cordial saludo.