martes, 19 de noviembre de 2013

SUEÑO Y SUSTOS (1)

El hermoso deslumbramiento que me permití en la Ciudad de la Luz y que intenté hacerles llegar se quedó atrás y volvemos a estar inmersos en la oscuridad de un viaje nocturno por carretera. Por cierto, llegan inevitablemente a mi cabeza recuerdos de “Vuelo nocturno” de Saint-Exupéry, si alguno de ustedes no ha leído ese libro se lo recomiendo encarecidamente; después de todo, automóviles y aviones tienen en común mucho más de lo que puede parecer y comparten ese espíritu de libertad que a tantos nos cautiva.

Desde más altura, pero la Torre Eiffel se veía en el despegue.
Fuente: lafayette.concorde-hotels.es
Ya dije en entradas anteriores que plantearse un viaje largo de noche en automóvil es una decisión que merece ser contemplada y planificada seriamente. La mayoría vivimos en ciudades y bastante ajenos a la naturaleza, un viaje por carretera nos sumerge en ella, el habitáculo del coche se considera una prolongación de muchas cosas, pero creo que una bastante evidente es que sea la de nuestra casa y nos hace sentir seguros y confortables.

Siempre he sostenido que conviene llevar la mente fuera del coche cuando conducimos, hacernos cargo de por dónde andamos, que podemos pasar por lugares en los que no hay un alma en decenas de kilómetros. Con todo, esto no supone mayor problema caso de necesitar ayuda, prácticamente todo el mundo, y en buena parte del mismo, llevamos un teléfono y tenemos un seguro que incluye la asistencia en viaje, basta con una llamada para recibirla en poco tiempo. A veces, incluso con un par de toques en la pantalla de un smartphone, cosa que permite la aplicación AXA Contigo, por ejemplo; y pronto, habrá sistemas que hasta actúen solos de forma automática en caso de accidente: eCall. Pero nos queda el sueño.

El sueño es una necesidad vital extraordinariamente caprichosa y exigente cuando conducimos. A cualquier hora, pero especialmente las nocturnas, como es natural. Si decidimos conducir durante toda la noche o gran parte de la misma hay que contar con la aparición de este sutil enemigo y estar preparados para evitar que su ataque nos sorprenda. 

También les puedo asegurar una cosa: si nos declara la guerra es inútil resistir, la tenemos perdida de antemano. Quizá podamos ganar alguna batalla, solamente algunas veces, y poder acabar un viaje corto sin problemas, sólo alguna vez, repito. Del mismo modo, uno de media distancia, en algún caso. Un viaje largo, nunca. Lo más que podemos lograr es una tregua hasta encontrar un lugar seguro donde rendirnos a él. Tengan esto muy en cuenta, por favor: El sueño es como la banca en los casinos, ¡siempre gana!

Conducir al mismo tiempo que uno se resiste a quedarse dormido ocupa, y con mucha diferencia, el Nº 1 en mi lista de cosas que nunca quiero que me sucedan mientras conduzco. Todo lo demás: lluvia, agua, viento, nieve, hielo... Con más o menos esfuerzo (a veces mucho) lo puedo sobrellevar; lo mismo, si a consecuencia de lo dicho la media de velocidad se convierte en ridícula y el tiempo de viaje se multiplica por dos, o más. Con eso se puede. Pero el sueño sólo es posible aguantarlo hasta un cierto límite.

No sé dónde esta hecha la foto, pero he visto carreteras así en Castilla.
Fuente: 1.bp.blogspot.com
Síntomas de sueño. 
Comenzaremos a sentirnos inquietos, incómodos y con ganas de movernos; suelen dar picores, la vista deja de bailar, se fija más tiempo en los objetos, tardamos más en consultar retrovisores, pasamos señales sin percatarnos de la información que nos dan, pican los ojos, lloran, bostezamos, nos apetece acomodarnos como si estuviésemos sentados en un sofá, forzamos la postura pero enseguida nos cansa, perdemos algo de trayectoria, usamos menos los intermitentes, dudamos de qué marcha o desarrollo estamos utilizando así como si vamos bien o mal de velocidad, pero tardamos en verificarlo; sudamos, sudor frío, se sienten las gotas bajar desde las axilas, llevamos algún susto, tardamos en percibir distancias, posición y velocidad de los demás vehículos; valoramos mal las curvas que tenemos a la vista y las trazamos peor, comenzamos a conducir con torpeza y brusquedad. Subimos o bajamos la ventanilla, ponemos más alto el volumen de la radio o cambiamos a música que nos parece más “marchosa”; pedimos conversación a quienes nos acompañan, cantamos a voz en grito... Pero estamos a disgusto con todo en poco tiempo, ¡el cuerpo nos pide dormir! Y el coche, encima, parece que nos arrulla. Seguro que me dejo cosas en el tintero, pero estos son los síntomas que he vivido (demasiadas veces) y que no se los deseo a nadie, se pasa muy mal.

Y paisajes similares a este.
Con luna llena y sin lluvia es una maravilla conducir de noche, pero
también muy fácil que nuestros sentidos se embriaguen de belleza. ¡Cuidado!
Fuente: www.portadasparafacebook.es
Resistir el sueño. 
A veces, se puede resistir algo y ayudarnos bebiendo agua, tomando un caramelo, chicle; poniendo música que nos despierte, cantando... A veces, pocas, es un ataque leve, se supera y desaparecen todos los síntomas anteriores. Si falta poco para llegar a destino, es posible que lo hagamos sin problemas, de lo contrario, solamente ganaremos tiempo hasta llegar a un área o vía de servicio, o de descanso, donde poder reposar un rato y dormir un tiempo en el coche. En ocasiones, me ha ido bien tomar una Coca Cola (normal) picando algo y luego un café, pero no siempre funciona, aunque también suelo hacerlo en plan preventivo en los viajes largos. También en otros casos he pedido habitación en un hotel de carretera, es un gasto extra, un retraso importante... Pero piensen que puede ser la mejor inversión de nuestra vida, literalmente.

Es muy importante tomar la decisión de parar, generalmente la retrasamos mucho. Vemos la señal que nos informa de un lugar donde podemos hacerlo, pero pensamos “bueno, mejor el siguiente, seguramente aguanto bien... igual me despejo por completo y ya no me hace falta...” Y así, vamos dejando pasar varias oportunidades y añadiendo riesgo.

Muy importante, es también informar a nuestros pasajeros de lo que ocurre, estar preparados y tener recursos para rebatir sus protestas (lo más habitual). Ya dije por aquí que yo suelo utilizar una que siempre me ha funcionado bien: “¿Quieres que te mate?” Pues eso.

Esteban

11 comentarios:

  1. Las únicas veces que he conducido bien entrada la noche... ¡tenía tanta faena intentando entender las indicaciones que era imposible dormirse!
    Pero desde luego que en este país tenemos un problema con el sueño. Un país que se va a dormir tarde, se levanta a golpe de café y sigue 'tirando de cafés' todo el día... es fácil 'caer' tras la comida (tradicionalmente demasiado copiosa) o por la noche, y acabar despertándose en la cuneta, o por el ruido de las bandas de la autopista, en el mejor de los casos. ¡Saludos!

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    1. ¡Dichosas señales de orientación! ¡Qué mal están! Supongo que esos recorridos de los que hablas serían cortos, porque si no, "tanta faena" no tarda en pasar factura en forma de fatiga y sueño. Y eso sin contar la atención que resta de cosas que pueden ser mucho más importantes.

      Gracias por recordarme lo de las bandas sonoras, buen invento que conocí en Francia por primera vez. Es una idea útil, sencilla, importante y barata; otro síntoma de que estamos en lucha con el sueño cuando se oye pasar una rueda por encima, salvo cuando se pisan a propósito apurando algo de arcén para trazar, claro.

      Y sí, somos un país de trasnochadores; creo que el clima tiene mucho que ver, las jornadas partidas... Con todo, creo que lo peor son esas comidas (has dado en el clavo) que tantas veces se acompañan con vino y se rematan con café, copa y puro, aunque sea un menú en un bar de barrio, son un peligro. Yo no puedo comer así y luego ir a trabajar, ni a una oficina.

      Siempre advierto a los alumnos de ese riesgo, y de estar en guardia cuando por aquí te encuentras algún hombre de unos cincuenta años, con la txapela puesta, el puro en la boca y conduciendo a eso de las cuatro o cinco de la tarde, van "albardados", como se dice por aquí. Es curioso, porque en un viaje largo difícilmente hacen eso, pero... "para ir ahí al lado..."

      Moltes gràcies por los complementos.

      ¡Saludos!

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    2. Los países con menos siniestralidad vial son curiosamente países en los que hay una organización social-laboral-familiar excelente, donde se duerme de media más que aquí. Nadie duda de que esta organización los hace más productivos, y si los hace más productivos tiene lógica pensar que los hace también mejores al volante, como mínimo, por conducir bien despiertos.
      Jornadas maratonianas, dificultad de conciliación familiar-laboral, prisas, cafés, sueño... todo esto va a la carretera y sumado a nuestra magnífica señalización hacen un mal caldo de cultivo para las peligrosas bajadas de atención. Saludos!

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    3. Será un tópico, pero parece muy cierto: "Individuo y sociedad conducen como viven". Siempre he oído eso. Un poco menos de caos se dejaría notar positivamente en el tráfico, sin duda.
      Gràcies por tus comentarios, Elisa.
      ¡Saludos!

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  2. Muy buenos consejos Esteban, tienes toda la razón. El sueño es el peor compañero al volante. Nunca me he planteado hacer un viaje de noche, creo que sería incapaz. Además, si ocurre algo, como bien dices, puedes encontrarte en un vacío durante kilómetros. Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias, amigo. Haces muy bien evitando conducir de noche si eso no te atrae nada; una vez leí que no siempre podemos hacer lo que queremos, pero casi siempre (salvo violencia o coacciones muy fuertes) podemos negarnos a hacer lo que no queremos. Me alegro que lo tengas en cuenta.

      El “vacío” del que hablamos es muy real en buena parte de España (para mí, uno de sus muchos encantos), pero aún es peor la sensación de desamparo que se siente “en medio de la nada”, aunque todos los seguros -prácticamente- incluyen la asistencia en viaje y funcionan muy bien, generalmente. Lo fundamental es vencer la “inercia mental”, alejar el coche lo más posible de la calzada, señalizarlo bien, ponernos en el lugar más seguro posible para que no nos atropellen y esperar; yo suelo aprovechar a disfrutar del paisaje y fumar un cigarrillo, que en esos caso sabe a gloria.

      Un fuerte abrazo.

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  3. El amor de Dios es considerado el mair de todos los logros.
    así que esta es la mayor fuerza del amor en nuestros corazones.
    Y a través de este amor, ponemos nuestra fe y esperanza
    en todo lo que planeamos para nuestras vidas.
    Como es mi tradición de nueve años para hablar acerca de la fe, la esperanza y
    El amor no podría ser diferente hoy en día siempre vuelvo, tengo que ir lejos
    habla de amor, fe y esperanza.
    Espero que algún día el amor de Dios es el más alto dentro de todos los corazones.
    Gracias por su calidez conmigo, gracias por saber que hay un rincón
    para mí en tu corazón hermoso.
    ¿Cuál es su Domingo tremendamente encantadores besos, Evanir.
    En el poste izquierdo un regalo para ti.

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    1. Hoa Evanir:

      No estoy seguro de entender bien tu comentario, disculpa mi torpeza. Pero eso no impide que lo agradezca, y que te hayas puesto como seguidora en mi blog (estás en tu casa, bienvenida), y tu visita.

      Muchas gracias.

      ¡Saludos!

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  4. yo me dormí al volante estrellando un coche y vivo para contarlo. Cuando me entra el sueño no tengo capacidad para quedarme despierto a voluntad, si además conduzco, las luces de los coches que vienen de frente me hipnotizan :(. Desde entonces a penas conduzco de noche, y si en un viaje largo me entra sueño, no lo dudo, hotel y mañana será otro día.

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    1. En primer lugar, me alegro mucho que lo cuentes. Espero que tampoco te haya dejado secuelas. Agradezco mucho que compartas esa experiencia (es una acto de generosidad que te honra), y la moraleja que entraña y citas al final. ¡Haces muy bien!
      Yo hace muchos años que decidí lo mismo (parar en un hotel) en algún lugar de la provincia de Córdoba, iba hacia Bilbao, y creo que debo la vida a esa decisión, y tal vez la de alguna otra persona.
      Muchas gracias también por tu visita y comentario.
      ¡Saludos!

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