miércoles, 23 de octubre de 2013

CONDUCCIÓN NOCTURNA EN CARRETERA (3)

Plantearse la posibilidad de hacer un viaje muy largo durante la noche, requiere meditarlo muy seriamente. Ese margen de entre unos 400 a 1.000 km que di para definirlo, es muy amplio, ciertamente; pero también lo es que, de noche, andar “tan sólo” 25 km más sobre lo que nuestra mente y cuerpo puede tolerar en un momento dado, es una auténtica tortura que quizá no soportemos y nos lleve al accidente. 

Fuente: 1sombraenlaoscuridad.com
Accidente, por otra parte, muy fácil de evitar: en cuanto observemos que nos puede resultar difícil mantener el coche en el carril, sólo hay una decisión que nos puede salvar con toda seguridad: Parar. En cuanto la tomemos, enseguida encontraremos un lugar seguro para poder hacerlo: tomando una próxima salida, área se servicio o de descanso, lo que antes aparezca. 

Es muy posible, que usted, amable lector, no vea motivos para seguir leyendo esta entrada porque piense -con mucha lógica- que nunca se va a plantear hacer un viaje muy largo de noche. En realidad, ¿qué sentido tiene? Es difícil encontrar razones que lo justifiquen, excepto para conductores profesionales o por motivos de trabajo, pero estos ya estarán suficientemente entrenados, aunque siempre hay una primera vez para todo.

También puede ocurrir, que debido a algún acontecimiento extraordinario, generalmente grave y muy personal, uno se vea abocado a ello. Mal asunto, en este caso, en el que convendría explorar todas las posibilidades para evitar conducir. Pero es más fácil, que sin darse hechos dramáticos, una persona que se planteó un viaje de 800 km, por ejemplo, totalmente de día, debido a circunstancias del tráfico, metereológicas, obras, etcétera, se encuentre a 200 km de su destino siendo ya completamente de noche. De acuerdo, no es como hacer los 800 km en las horas de oscuridad, pero para el caso, parecido, porque llevamos cansancio acumulado y el estrés del imprevisto retraso. Esto puede pasar por muy cuidadosos que hayamos sido en la preparación del viaje.

Un viejo compañero en muchas decenas de miles de kilómetros.
Al otro lado de esa frontera nunca me perdí. En Francia, las señales de orientación
cumplen su función. Estoy muy agradecido a los vecinos del norte, han salvado
mi autoestima. Aquí, llegué a pensar seriamente que era más tonto de lo que creía.
Hablando de preparación, los viajes deben planificarse. Todos. Cortos y largos, más  estos últimos, más si los hacemos de noche, y todavía con más empeño si los realizamos en otoño e invierno. Aun disponiendo de GPS, conviene familiarizarse con los mapas de carreteras y llevar uno con nosotros en el coche; el GPS puede fallar, el mapa no, y siempre nos da una visión de conjunto más amplia que la pantalla del famoso aparato.

Durante la noche, conviene tener muy presente dónde vamos a parar y, sobre todo, dónde vamos a repostar combustible si es necesario. Incluso en las rutas principales hay muy pocas gasolineras abiertas durante toda la noche y los horarios de cierre son muy diversos: unas lo hacen a las 22, otras a las 23, alguna a medianoche... Cuidado. Es muy angustioso ver cómo baja el nivel de combustible y no tener ni idea de dónde podremos comprarlo. Salvo que estemos plenamente seguros de poder llegar a destino con lo que tenemos en el depósito holgadamente, cuando la aguja se acerque o llegue al último tercio de su recorrido hay que tomar la decisión de parar en la próxima gasolinera que encontremos.

Uno de tantos croquis que hice, este es el que más utilicé.
Daba mucho rodeo, pero evitaba los larguísimos atascos de la nacional sentido Santander
cuando la autopista terminaba en el barrio baracaldés de Cruces.
No hace tantos años, cuando todavía eran pocos los coches que llevaban aire acondicionado, en verano, algunos (entre los que me cuento) hacíamos los largos recorridos de noche para evitar el calor del día. Otra ventaja indiscutible de la noche es que hay mucho menos tráfico; desde luego, yo prefiero conducir lo más solo posible. Cuantos menos factores externos a controlar, más independencia y más seguridad; si algo malo me pasa dependerá de mí, de que se cruce algún animal en mi camino o de que me caiga un meteorito, cosa esta última, altamente improbable, pero recuerdo un caso que se dio cerca de Madrid, el conductor y único ocupante resultó ileso, evitó chocar con otros vehículos y salirse de la vía, lo que tiene muchísimo mérito, pero el coche resultó bastante dañado.

En los viajes largos de noche, estos lugares son un pequeño oasis de luz
que acompaña, mitiga la soledad y se agradece.
Fuente: www.abc.es
En todos estos viajes, cortos y largos, mi mente sigue en la autopista, pero hay otros automóviles y ya es hora de ver qué hacemos con las luces.

La normativa que regula la utilización de las luces de alumbrado es bastante sencilla y creo que la conocen todos los conductores, no obstante, lo recordaré brevemente:

Luz de largo alcance o de carretera. 
Comúnmente conocida como “largas” o “larga”. 
Es obligatoria durante la noche, circulando a más de 40 km/h (a 40 o menos, se puede) en todas las vías interurbanas insuficientemente iluminadas (la mayoría y en su mayor parte). En las interurbanas suficientemente iluminadas, se puede utilizar pero no es obligatorio.

En estas carreteras y durante el día, se puede utilizar si las condiciones metereológicas o ambientales reducen sensiblemente la visibilidad, en estos casos pueden no servir de nada o hasta ser contraproducentes, es cuestión de pensarlo y probar, pero no está prohibido.

También se pueden utilizar durante el día en túneles, pasos inferiores y tramos de vía afectados por la señal de túnel insuficientemente iluminados.

Dentro de poblado, está prohibido en todo caso. Se pueden utilizar destellos, en sustitución de la bocina o junto con ella para advertir de algún peligro. 
También está prohibido utilizarla siempre que estemos parados y estacionados.

Luz corta abajo y larga arriba.
Se puede apreciar una notable y, seguramente, vital diferencia.
Imagínense que en el carril izquierdo se interpone un coche de los ciervos acá,
si estos cruzan... Sería casi imposible evitar el accidente.
Fuente: mektronikar.blogspot.com

Luz de corto alcance o cruce.
También conocida como “cortas” o “corta”.
Siendo de noche, es obligatoria en todos los demás casos; vías de poblado suficientemente iluminadas incluidas. De día, también es obligatoria cuando disminuye sensiblemente la visibilidad por causas metereológicas o ambientales; y también al pasar por túneles, los tramos comprendidos entre su señal y en los pasos inferiores.

Resumiendo:

La larga es para carretera, fuera de poblado. Con carretera bien iluminada, se puede. Con poca o nula iluminación, es obligatorio.

La corta para todo lo demás. Y, aun en condiciones normales, de día, muy aconsejable en carretera. Es la luz mínima a utilizar siempre que resulte necesario por la razón que sea.

En poblado durante el día y con buena luz, la corta puede parecer totalmente innecesaria, sin embargo... puede haber zonas en sombra, arboladas, intersecciones sin visibilidad, coches que salen de garajes, ciclistas que van rápido, muchas personas con gafas de sol... Y ser muy útil. Desde luego, siempre es un plus de seguridad porque facilita ser visto. Yo en ciudad no la uso sistemáticamente durante el día, sino dependiendo de las condiciones que mencionaba antes y cuando el sol está bajo y nos puede deslumbrar. En carretera, de día, sí que la uso siempre.

Luces diurnas, obligatorias en los coches nuevos desde febrero de 2011
Desde luego, consumen mucha menos energía pero no aprecio que sean más eficaces
que las de corto alcance, y estéticamente no me gustan nada.
Fuente: blogs.km77.com/arturoandres
Por cierto, las luces “de día” o “luces diurnas”, que ahora llevan tantos coches, sustituyen a la corta para el uso que acabo de mencionar. Pero, cuidado, NO sirven para sustituir a las de posición ni a las de corto alcance cuando cualquiera de estas son obligatorias. De hecho, en los coches que las llevan, se encienden automáticamente en cuanto se arranca el motor, pero sólo en la parte delantera.

Otra cosa que conviene tener en cuenta es que, los coches que tienen encendido automático de faros, estos se encienden (posición y cruce) cuando un sensor detecta baja luminosidad. Bien, pero a la hora de pasar un túnel, por ejemplo, normalmente, encontramos la señal que nos avisa del mismo unas decenas de metros antes y en ese espacio hasta adentrarnos en el túnel (donde se encenderían automáticamente), es obligatorio utilizarlas y vamos con ellas apagadas; lo mismo ocurre al salir del túnel. Es decir, la obligación de usar cortas, afecta al tramo comprendido entre señales, luego debemos conectarlas y desconectarlas en manual para cumplir con ella. 

Para el cambio de luces, esta es la disposición que más me gusta:
Larga fija hacia el salpicadero y destellos hacia uno. Así, cuando se dan destellos,
es imposible que la larga quede conectada por error.
Aun cuando estemos obligados a utilizar la luz larga, debemos sustituirla por la corta en cuanto apreciemos la posibilidad de deslumbrar a otros usuarios. Otros usuarios, no solamente son el conductor del coche que viene de frente y el del coche que tengo delante, también lo son peatones y ciclistas. Incluso conviene considerar como usuarios a los animales, puede sorprendernos su reacción cuando son deslumbrados, algunos, se quedan inmóviles en el lugar menos indicado.

En la próxima entrada, si Dios quiere, hablaré de los cambios de luces, cómo soportar el deslumbramiento y evitar causarlo.

Muchísimas gracias por su atención.

Esteban

7 comentarios:

  1. Qué bien que hables de los cambios de luces!
    Completamente de acuerdo en que la estética de las luces diurnas es, en la mayoría de los coches, sencillamente horrenda.
    La luz corta en una gran ciudad como Barcelona me parece muy útil. Muchas veces cuando voy en bici no veo el coche que viene por detrás de todos los vehículos aparcados, peró sí sus luces. Cuando voy en bici siempre las llevo encendidas, incluso de día.
    En un viaje largo, en domingo, incluso de día, es posible que la gasolinera donde hemos parado no funcione... a mí me pasó una vez.
    Saludos!

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    1. Perdona el retraso, Elisa. Hace un puñado de minutos que acabo de publicar sobre los cambios de luces, ¡por fin!

      A ver si lo he entendido bien: tu bici lleva luces, algo ya poco habitual en sí; y, además, ¿las llevas encendidas durante el día? Esto, no lo había oído ni visto nunca, ¡menuda sorpresa! Pero es evidente que te verán mejor, ¡muy bien! Sólo por curiosidad, ¿las luces funcionan por dinamo o con batería? Apuesto por la dinamo, ¿acierto?

      Lo que cuentas de la gasolinera, sin embargo, no me sorprende. Yo he visto alguna que otra medio abandonada también durante el día, pero siempre fue en lugares en los que muy cerca construyeron una autovía, pusieron la señal de vía de servicio en ella, pero como esta carretera pasa un poco alejada, fueron perdiendo clientes y se vieron obligados a cerrar. Lo mismo ha pasado con muchos bares de carretera, incluso algunos pueblos han visto muy mermados sus recursos económicos por esta razón. Desafortunadamente, la crisis habrá acentuado más estos casos.

      Saludos i bona nit!

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    2. Para las bicis venden luces que se pueden 'enganchar' a cualquier modelo. Las mías no son de dinamo, así que hay que cambiar las pilas de vez en cuando, pero el mantenimiento de la bici (neumáticos+frenos+luces) sale muchísimo más barato que usar el transporte público, además de ser mucho más flexible y dar mucha más libertad.
      Déjame incidir- y no sé si me extralimito en mis funciones de simple comentarista- en que la medida más importante de seguridad en una bici urbana es... que te vean. Si vas por la ciudad y ves bicis con y sin luces, la diferencia es abismal. Si hay poca luz, o llueve...¡eres prácticamente invisible! Además los peatones también te ven mucho mejor con la luz.
      Y aunque llevar todo tipo de chalecos reflectantes puede ser una incomodidad, yo siempre llevo esos reflectantes de tobillo que sirven a la vez para no destrozar la ropa y para que te vean mejor. Son muy rápidos de poner y los dejo aparcados con la propia bici. Los comencé a ver porque los veía en muchos 'ejecutivos' (que obviamente vigilan no romperse el traje) y me parecieron realmente muy baratos, sencillos de usar y efectivos en términos de visibilidad.
      Saludos!

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    3. Ni te extralimitas ni eres una simple comentarista, por favor, Elisa. Puedes decir lo que quieras con toda libertad, faltaría más. No considero a nadie simple comentarista, es más, nunca agradeceré lo bastante la atención que me prestáis (comenten o no), y vos muy especialmente, que estás siempre ahí dándome alegría (por el constante y enorme interés que muestras en aprender) y ánimo en mi labor. Yo ya te considero una amiga. Y cuando veas que me desvío, por favor, no dudes en hacer de “avisadora de cambio involuntario de carril”. Gràcies!

      Haces muy bien en hacerte ver lo mejor posible, pero no he visto nunca a nadie en bicicleta con las luces durante el día, y por la noche, pocos. He perdido la apuesta, y también he de darte la razón; es mejor llevar las luces con baterías, la dinamo ya no tiene sentido para eso, en qué estaría pensando.

      Moltes gràcies y saludos!

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    4. En Barcelona las bicis públicas llevan luces siempre, incluso de día. Y muchos particulares las llevan encendidas, aunque otros no. Desde luego a la que anochece creo que somos mayoría los de las luces...
      Saludos!

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    5. Aquí también, y en Gijón. Pero utilizarlas durante el día aunque esté nublado... No. Vamos, yo no lo he visto; y de noche, pocos ciclistas se ven con las luces encendidas, por eso me sorprendió tanto cuando me lo comentaste. Pues hay que difundirlo y tomar ejemplo de Barcelona.
      ¡Saludos!

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    6. Pues sí, la visibilidad en bici es primordial... es lo básico. Saludos!

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